90 Años de “Euzkadi Roja”

90 Años de “Euzkadi Roja”

90 Años de “Euzkadi Roja”

 “¡Obreros: en pie contra la reacción y el fascismo!”
Gran titular de portada del primer número

Con la llegada de la II República, el Partido Comunista de España, que había pasado gran parte de su corta existencia en la clandestinidad por la dictadura de Primo de Rivera, recupera su legalidad. Esto supondrá la reorganización de su estructura, la llegada de nuevos militantes y la aparición de sus primeros medios de difusión. En Euskadi, tras dar carpetazo a unas primeras publicaciones provinciales como la vizcaína ‘Bandera Roja’ y algunas otras de las que apenas queda información, la Federación Vasco-Navarra apuesta por elaborar un medio impreso más elaborado: el ‘Euzkadi Roja’.

Es difícil encontrar en la portada de su primer número, con el gran titular “¡Obreros: en pie contra la reacción y el fascismo!”, la épica que arrastrará la que fue una de las publicaciones comunistas más serias y atractivas de su tiempo en lengua castellana. Aún así, en ese ejemplar que vio la luz un 25 de marzo de 1933, ya se encuentra la esencia que le acompañara sus más de dos décadas de vida: compaginar su labor como órgano del Partido y la de altavoz de las reivindicaciones de los trabajadores vascos.

En pocas semanas, pasó de ser un medio netamente guipuzcoano, con la redacción en pleno casco viejo donostiarra -calle Puerto 7-, al portavoz del conjunto de los comunistas vascos. De hecho, a partir del número 10, el semanario acompañará a su ya mítica mancheta la frase “órgano en Euskadi del Partido Comunista SE de la IC” introduciendo información llegada de Vizcaya. Aún así, en esta primera época, dada la fuerza y militancia existente en la provincia guipuzcoana, son municipios como Irún, Tolosa, Rentería, Billabona, Pasajes o Eibar los que aparecen con más asiduidad. Normalmente, la información que aparece de ellos tiene que ver con conflictos laborales y denuncias sindicales. No por nada el periódico se definía también como “Portavoz de los sindicatos revolucionarios’ y tenía un par de secciones fijas que se denominaban “La voz de las fábricas, empresas…” y “Acción obrera y campesina”.

 

Número a número, la publicación va cogiendo peso y aumentando el número de corresponsales en pueblos y fábricas, llegando hasta territorio navarro. La redacción, dirigida por Ricardo Urondo, cambia al callejón de Arroca del barrio de Amara viejo, donde estaba situada la imprenta ‘Editorial Moderna’ de la que salían los ejemplares. En sus cuatro páginas, se puede seguir la actualidad política vasca, nacional y europea, haciendo especial hincapié en los logros de la Unión Soviética y en el auge del nazismo que se vivía esos años. Tampoco escapaban de sus páginas los apasionados debates entre nacionalistas y partidos obreros, que se daban a través de los editoriales y artículos de los periódicos de cada ideología. Todo bajo ese cariz irónico y hasta humorístico que impregnaba la prensa del momento, en el que opinión e información se mezclaban en los artículos periodísticos sin complejos. Reforzando esa imagen, aparecieron las primeras ilustraciones, caricaturas y tiras cómicas, que serán acompañadas más tarde, a finales de 1935 y a cuentagotas, por fotografías de actualidad.

Evidentemente, en esta primera época como en el resto de su historia, ‘Euzkadi Roja’ no oculta que es un órgano de un partido político y, por ello, es utilizado como altavoz de los informes del Partido Comunista, pero también como medio para comunicar a sus militantes las reuniones y, algo mucho más extraño hoy en día, las expulsiones: publicándose los nombres y apellidos de aquellos que dejaban de pertenecer al PCE, explicándose sin tapujos las causas.

Tras Urondo, la dirección de ‘Euzkadi Roja’ recaerá en el dirigente comunista Ramón Ormazábal, quien será su principal referente durante casi dos décadas. Junto a ambos, en estos primeros años, en sus páginas aparecen firmas como las de Jesús Larrañaga, Agustín y Sebastián Zapirain, Leando Carro, Aurelio Aranaga, Ricardo Castillote, Julián Antonio Ramírez Hernando, Tomás Fernández, Urizar, Ángel Santamaría, Anton de Amaya, Mariano Lucio… y otras tantas que bajo seudónimos como ‘proletario’, ‘arrantzale bat’, o ‘un cartero’ escondían las denuncias y avisos que trabajadores vascos hacían llegar al semanario y que redactores como Marcelo Usabiaga daban forma. Una mezcla, en definitiva, de periodistas vocacionales, jóvenes militantes y lectores implicados.

Como es obvio, la historia de ‘Euzkadi Roja’ camina paralela a la de su organización política y a la del propio país. Así, con el nacimiento, en diciembre de 1935, del Partido Comunista de Euskadi como tal, se da una nuevo impulso al semanario, que estuvo a punto de desaparecer a finales de 1934. Se comienza una nueva numeración, se define el semanario como “órgano del Partido Comunista de Eukadi” y se logra aumentar, puntualmente, el contenido hasta las seis páginas. También se amplian las secciones en euskera, las corresponsalias y la información estatal, que va ganando peso conforme aumente la tensión entre los bloques de izquierda y derecha. Aunque la sede central se mantiene en Donostia, el periódico abrirá oficina en Bilbao, aumentando el peso de la información procedente de Vizcaya.

Lo que no varíara en esta ‘segunda época’ será el precio -15 céntimos- y la aparición de los censores. Como se podía leer en los ejemplares, su publicación estaba sujeta “a la previa censura”, que solía aparecer en forma de grandes cuadrados y rectángulos negros que ocultaban la información suprimida. Todo avalado por la Ley de Orden Público de 1933, que tuvo su momento más álgido tras la Revolución de 1934, cuando la cabecera fue suspendida (1). Cierre del que no se recuperó hasta el ya referido diciembre de 1935.

Si bien la convulsión política del momento ayudó a que publicaciones como ‘Euzkadi Roja’ aumentara su tirada, lectura y trascendencia social -el propio semanario informaba de logros como la tirada de segundas ediciones tras agotar la primera, o el eco que en otros medios tenían sus noticias-, la realidad es que a punto estuvo de desaparecer tras el golpe de Estado y posterior inicio de la guerra civil. En parte, por una curiosa apuesta de los republicanos guipuzcoanos por el periódico unitario ‘Frente Popular’ que dirigiría el comunista Ricardo Urondo; y, en parte, por la toma de Donostia por las tropas fascistas en septiembre de 1936.

Tendrá lugar, así, el primer peregrinaje de la redacción de ‘Euzkadi Roja’, el más sencillo si lo comparamos con los que tendrán lugar posteriormente. La llegada a Bilbao, un 22 de septiembre de 1936, marcará, paradójicamente el inicio de la época dorada para el semanario. Semanario que dejará de serlo en diciembre, cuando pasará a una periodicidad diaria y a ocho páginas de contenido, codeándose con el resto de la prensa vizcaína.
Será en su sede de la calle Ledesma y las posteriores de Buenos Aires y Gran Vía donde viva sus mayores éxitos periodísticos y de tirada. De los 15,000 ejemplares de noviembre pasa a 25.000 en diciembre, 34.000 en enero y 48.000 en junio de 1937. A alcanzar estos números ayudará su distribución no solo en Euskadi, sino también en Cantabria y Asturias, lugares donde era el medio referencia de comunistas y milicianos. Así lo podemos encontrar en los cientos de encargos, suscripciones o peticiones que se conservan de esta época. Y era, precisamente, la de la distribución una de las tareas más costosas y determinante a la hora de garantizar la supervivencia del periódico.

Por cierto, que esas grandes tiradas eran posibles también por la rotativa que dispuso en aquellos meses, incautada al diario golpista ‘El Pueblo Vasco’ y en la que también imprimían ‘Tierra Vasca’ o ‘Unión’, entre otros.

Como ya hemos comentado, aunque el conflicto bélico ayudaba a aumentar la tirada y el eco de ‘Euzkadi Roja’, también acarreó duras consecuencias para la cabecera. Por un parte, la mitad de los empleados fueron llamados a filas, lo que obligó a la dirección liderada por Ormazábal a pedir aplazamientos de incorporación que permitieran seguir ejerciendo su profesión a una minoría de redactores, diseñadores, fotógrafos y trabajadores de las imprentas. Un ejemplo de este drama lo encontramos en el número del 27 de abril de 1937, donde se hace referencia a la muerte en el frente de Félix García, un trabajador de los talleres desde la primera época guipuzcoana, tras ser llamado a combatir.

Por otra parte, el empobrecimiento que provocaba la guerra hacía que aunque el periódico se seguía leyendo, esta práctica se realizaba en grupo más que individualmente, bajando las ventas. De hecho, en algunos lugares, sobre todo entre los batallones, se distribuía gratuitamente.

Para hacer frentes a los gastos que suponían este ‘Euzkadi Roja’ diario, a las nuevas secciones de agenda cultural, hemeroteca, esquelas o deportes, se sumó la aparición de publicidad privada. Esta es la única época del periódico en el que se pueden encontrar anuncios de bares, talleres, sastres, ópticas o clínicas.

Otra de las secciones destacadas en este tiempo era la de ‘Euzkadi Roja en la retaguardia’, ‘Convocatorias, llamamientos y presentaciones’ con avisos a los radios (agrupaciones) del partido y sobre reuniones de sindicatos; y la del ‘Buzón del miliciano’, en la que se recordaban a soldados muertos, se preguntaba por los desaparecidos o se publicaban cartas de ánimo llegadas de todo el territorio

JON HERNÁNDEZ

Secretario General
del Partido Comunista de Euskadi

“Lucha Obrera”, ayer y hoy.

“Lucha Obrera”, ayer y hoy.

“Lucha Obrera”, ayer y hoy.

«Hablar de la lucha obrera es hablar de la columna vertebral del movimiento comunista, tanto en el plano ideológico como en la práctica cotidiana de las organizaciones comunistas de todos los países durante más de un siglo de historia del movimiento.»

Cerramos el año con un número de HERRI centrado en un tema que no podía ser más sugerente y motivador para nuestro equipo de redacción y para nuestros colaboradores habituales. Y estamos convencidos que igual de atractivo será para nuestros lectores habituales y para aquellos que os encontráis con esta publicación por primera vez.

Hablar de la lucha obrera es hablar de la columna vertebral del movimiento comunista, tanto en el plano ideológico como en la práctica cotidiana de las organizaciones comunistas de todos los países durante más de un siglo de historia del movimiento. Si bien en este número ante la limitación lógica de espacio, nos centramos en algunos destacados conflictos obreros que se han dado en este país en el último siglo, algunos más conocidos y otros menos, pero de los cuales aún quedan cosas por decir y estudiar, como comprobará el lector a lo largo de este nuevo número de HERRI.

Todos estos conflictos sobre los que se desarrollan los artículos de nuestra última publicación de este año 2022, han jugado un papel fundamental en el devenir de la clase obrera, aunque por distintas razones unos son enormemente populares y conocidos y otros tal vez no tanto. Esperamos hacer un poco de “justicia” en este sentido al abordar determinados conflictos que estuvieron más o menos olvidados durante un tiempo, o que al menos estuvieron a la sombra de los más populares. También somos conscientes de que el lector nos podrá reprochar que faltan otros que merecen ser tratados en una revista como esta. Sin duda no le faltará razón pero la realidad material, o mejor dicho, la falta de espacio obliga a hacer una selección que no pretende ser la mejor, pero sí acertada.
También esperamos que nuestra publicación sirva para arrojar algo de luz sobre algunas cuestiones en torno a algunos de estos conflictos obreros y sus protagonistas, puesto que en ocasiones la transmisión de lo que pasó o no pasó, o del papel que jugaron algunos de sus protagonistas individuales o colectivos no ha sido siempre fiel a lo ocurrido y en no pocas ocasiones se han utilizado las diferentes interpretaciones o lecturas que de unos mismos hechos se pueden hacer, para utilizar políticamente los mismos.

En cualquier caso, para una publicación del Partido Comunista es como decíamos, un auténtico placer traer a la letra impresa algunos de los conflictos protagonistas de la historia del movimiento obrero vasco navarro del que hemos sido y somos parte protagonista de nuestro nacimiento, y que supone la sabia de la que nos nutrimos cada día en nuestras convicciones y ocupaciones políticas. Y como siempre solemos insistir, no se trata sólo de conocer nuestra historia, la historia del movimiento obrero, la historia de la lucha de clases, que también. Se trata de conocerla como parte de lo que somos y hacemos, para mantener la conciencia colectiva de ser clase trabajadora y para extraer aprendizajes que sean útiles en la lucha actual.

Mientras cerramos este número se dan numerosos conflictos obreros en nuestro país, desde las masivas huelgas del metal en Bizkaia o la lucha general de los sindicatos de clase por la subida de salarios ante una inflación desbocada provocada por los beneficios empresariales, a decenas de conflictos en pequeñas empresas o en contratas de servicios públicos externalizados. En este último caso destacan de manera especial las grandes olvidadas de la lucha obrera, las mujeres, protagonistas del conflicto de la limpieza de Osakidetza y de edificios públicos de varios ayuntamientos, del servicio de ayuda a domicilio, de las residencias de mayores y de varios conflictos importantes.

En todos estos conflictos que deben encontrar nuestro apoyo y solidaridad de clase, están presentes de alguna manera los protagonistas del 3 de Marzo, de la matanza de Ategorrieta, de la huelga de mujeres en Pamplona en los años cincuenta o de los obreros de las grandes luchas en la ría de Bilbao. Al igual que ayer, sólo podemos hoy acabar esta editorial diciendo

Gora langileon borroka.

Jon Hernández: Secretario General
del Partido Comunista de Euskadi

«Coyuntura»

«Coyuntura»

«Coyuntura»

Pero esta coyuntura no nos debe frenar sino todo lo contrario.
Es necesario que el PCE y las y los comunistas sigamos cohesionando el espacio político e impulsando la política de convergencia de la izquierda y la unidad popular.

Cuando dábamos por concluida la peor fase de
la pandemia de la COVID-19 y remontábamos los índices de empleo y actividad económica, la guerra en Ucrania nos enfrenta a una nueva crisis humanitaria y política con igualmente complicadas consecuencias laborales económicas y sociales.

La más grave, la crisis energética provocada por el incremento de los precios de los hidrocarburos, especialmente el gas y el petróleo, y el consecuente y abusivo incremento de las tarifas eléctricas, debido al segmentado sistema europeo de cálculo de la tarifa eléctrica, que tarifica toda la energía eléctrica según el más caro de los componentes de su obtención.

A pesar que el desempleo ha bajado a índices que no se conocían en España desde hace más de 15 años y que, debido la reforma laboral, ya más del 50% de los contratos de trabajo en nuestro país son contratos estables, una inflación desorbitada debido al incremento de la electricidad está a punto de provocar una peligrosa situación de estancamiento económico que, sin duda, dificultará la intensificación de las políticas de mejora de las condiciones de vida de los trabajadores.

Paralelamente en todo el mundo se expanden y avanzan las fuerzas políticas de la ultraderecha que ya han consolidado importantes espacios de gobierno en Europa, como es el caso en Polonia, Hungría, y Austria. El avance del neo fascismo, la ultraderecha y el autoritarismo pone nuevamente en riesgo todas las conquistas obreras, populares y democráticas de los últimos cien años y nos muestran que incluso los derechos que creíamos más consolidados deben ser defendidos permanentemente, frente a los intentos de las oligarquías de acabar con ellos.

Los avances de la izquierda en España en los últimos años, como consecuencias de procesos de convergencia política surgidos después de las movilizaciones del 15 de mayo del 2011 contra la crisis económica iniciada en 2008, han sido contestados por las oligarquías económicas con el impulso a nuevas fuerzas políticas en la derecha. El objetivo ha sido contrarrestar y frenar el avance del espacio político de Unidas Podemos, una de las pocas expresiones de la izquierda transformadora en gobiernos de la Unión Europea.

Hoy en España el acceso de la ultraderecha a los gobiernos es una realidad, por primera vez después el fin de la dictadura franquista, con la constitución del gobierno de coalición del Partido Popular y Vox en Castilla y León.

Paralelamente, hemos asistido a un rápido y traumático cambio de liderazgo en el Partido Popular ante la evidencia de que la deriva protagonizada por Pablo Casado podía llevar a su partido a la pérdida de la hegemonía política en la derecha en favor de Vox. No deja de llamar la atención que la excusa para proceder el golpe de mano interno para la sustitución de la dirección del Partido Popular haya sido la denuncia por su ex presidente de un grave caso de corrupción protagonizado por la familia de Isabel Díaz Ayuso.

El Partido Popular es estructuralmente corrupto y sus lideres son incapaces de sustraerse a la dinámica de apropiación de lo publico para sus intereses particulares, máxime cuando parece que sus permanentes corruptelas no le suponen un coste

electoral. La nueva dirección de Feijóo ha cambiado sus formas y el tono, pero sigue siendo el mismo Partido Popular que mantiene la estrategia de coordinación con la ultraderecha. El acuerdo de Gobierno en Castilla y León se ha sellado ya estando el Partido Popular bajo el control de Feijoo.

La ultraderecha expande su discurso político y cultural sin complejos y lo más peligroso es que ese discurso arraiga entre importantes sectores sociales, no necesariamente pertenecientes a las oligarquías económicas ni a las clases más altas. Expanden permanentemente un discurso antisindical y contra los derechos de los trabajadores y de las mujeres. Desprestigian a toda expresión de organización social, tachándola de “chiringuitos”. Para la ultraderecha cualquier derecho conquistado por las clases populares, incluso los generalizados a cualquier sector social, pueden ser anulados si obstaculizan el mantenimiento de los privilegios de las minorías económicas y las élites sociales.

La nueva dirección del Partido Popular ha hecho bandera política de dos propuestas, las medidas de apoyo a las familias y otra consistente en bajar los impuestos, renunciando a recaudar entre los que más tienen en un momento de intensificación de la crisis económica y social

El discurso populista de recortes fiscales oculta el negativo efecto que tendrían esas bajadas de impuestos para las clases medias y populares, trabajadores todos ellos, y en contra posición, los efectos positivos que tendría para todos aquellos que tengan ingresos o salarios superiores a 50.000 euros al año. En el primer caso las propuestas de Feijoo apenas suponen una reducción de 30 euros en la cuota a pagar en la declaración de IRPF, mientras que en el segundo segmento el de los que ingresan más de 50.000 euros al año esa reducción de la cuota fiscal a abonar superaría con los 1.000 euros.
Lo que en ningún momento aclara el Partido Popular es las partidas de los Presupuestos del Estado, y en especial de ayudas sociales o laborales, qué va a dejar de financiar en caso de que pudiera aprobar sus reducciones en la recaudación fiscal. ¿Acaso pretende dejar sin efecto o rebajar las prestaciones familiares y de cuidados por hijos de que disfrutan los padres y madres de este país desde la constitución del gobierno de coalición? ¿Piensa recortar los bonos energéticos para familias vulnerables o el dinero disponible y destinado a el abono de salarios de los trabajadores cuyas empresas se han acogido a los ERTES? ¿O quizás va a eliminar el ingreso mínimo vital o a reducir el importe de la prestación por desempleo?

Una reforma fiscal que únicamente explica la reducción de recaudación pero que no dice cuáles son los recortes en prestaciones y derechos que provocaría, no cabe duda que es una reforma fiscal que no atiende las necesidades de las clases trabajadoras ni de las familias.
El PCE e IU debemos impulsar que Unidas Podemos intensifique el trabajo en el gobierno de coalición para que el PSOE levante cualquier impedimento para la inmediata aprobación de la Ley de Vivienda que permite la regulación del precio máximo de alquileres, de la Ley de Familias propuesta por el Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030, o de una reforma fiscal progresiva, que haga que paguen mas quienes mas ingresan. Y debemos conseguirlo rápidamente para evitar la utilización demagógica de cualquiera de estas reivindicaciones por la nueva dirección del Partido Popular.

Hoy ha quedado acreditada la falsedad de las agoreras advertencias de las tres derechas sobre las negativas consecuencias que sobre el empleo tendrían las subidas del salario mínimo interprofesional hasta los 1.000 euros o la reforma laboral. El Partido Popular, Ciudadanos y VOX, las organizaciones empresariales y la banca, llegaron advertir que la subida del SMI destruiría empleo, cuando la realidad es que en estos momentos España tiene el desempleo más bajo desde 2008, a pesar de la pandemia y la guerra.

También advirtieron de los supuestos efectos perniciosos de la reforma laboral, intentando incluso quitarle la dirección del proceso de diálogo social al Ministerio de Trabajo de Yolanda Díaz. Tres meses después de haberse aprobado en el Parlamento ya hay más trabajadores indefinidos que temporales en España. Pero la ampliación de los derechos sociales y laborales debe continuar en lo que resta de legislatura con la perspectiva de impedir que los incrementos causados por la subida del salario mínimo o la recuperación de la prevalencia de los convenios sectoriales sobre los de empresa -acordado en la reforma laboral- queden sin efecto real debido a una elevada inflación. Por eso es imprescindible alcanzar un acuerdo de revisión salarial entre los sindicatos y la patronal, acuerdo al que sin duda debe a contribuir el gobierno de coalición.
Una hipotética negativa de la patronal a cerrar dicho acuerdo debe impedirse con la convocatoria de movilizaciones laborales y sindicales que muestren que establecer mecanismos de revisión salarial claros y trasparentes es una reivindicación justa y ampliamente apoyada por trabajadores y trabajadoras, el único mecanismo para impedir que la crisis energética y la inflación provocada por la guerra de Ucrania dejen sin efectos las conquistas conseguidas por la clase obrera en estos tres últimos años.

Y para ello, no cabe duda que es imprescindible acabar con la guerra en Ucrania de forma inmediata. Una guerra en la que realmente se están enfrentando en suelo europeo dos de las principales potencias militares: los Estados Unidos y Rusia.
Rusia continúa financiando la guerra mediante la venta de gas a la Unión Europea, a pesar de las sonoras declaraciones de esta institución advirtiendo sobre sanciones económicas a Rusia, sanciones que en la práctica están devastando la economía de los países europeos que las han acordado, cómo se comprueba con la subida del precio de la electricidad y la consiguiente espiral inflacionista que afecta duramente a las clases trabajadoras.

A su vez, la guerra se ha convertido ya en un gran negocio para la industria armamentística y en especial en un gran negocio para los Estados Unidos, siempre ocupados en incrementar las ventas e ingresos de su poderoso conglomerado militar-industrial. También los Estados Unidos están utilizando este conflicto para incrementar su venta de gas a los países europeos.

España ya tiene desde marzo de 2022 como principal proveedor de gas a los Estados Unidos, a pesar de tratarse de un gas obtenido mediante fracking, técnica sumamente destructiva para el medio ambiente y que necesita un transporte a larga distancia desde EEUU a Europa, que incrementa la huella de carbono e incrementa el precio final por su previa licuación para el transporte y su posterior regasificación
Hay amplio acuerdo en reconocer que la sociedad española se sitúa muy mayoritariamente a favor del reconocimiento del derecho a la libre determinación del Sahara y a encontrar una solución al actual conflicto que garantice el reconocimiento de la independencia de la República Árabe Saharaui Democrática. Por ello resulta más incomprensible que en estos momentos el PSOE haya decidido ser la única fuerza el escenario político español – como se comprobó con la fijación de postura por el Congreso a favor del derecho de libre determinación saharaui- que haya variado su posición respecto al apoyo de las resoluciones de las Naciones Unidas como la via mas realista y acorde con la legalidad internacional para solucionar el conflicto. Y precisamente este incomprensible giro se produce en el momento en que mas falta hace certeza sobre el mantenimiento del suministro del gas procedente de Argelia a España, suministro que ya se ha complicado por sumarse el PSOE a la posición unilateral de Marruecos y confrontar gravemente por ello con Argelia, el país que hasta hace un par de meses era el principal suministrador y más cercano de gas a España.

En esta coyuntura es realmente irresponsable que haya lideres políticos hablando de que la guerra en Ucrania puede durar años, justificando así los envíos de armas y criticando simultáneamente -por ilusos en el mejor de los casos y por pro rusos en el supuesto más torticero- a quienes critican la prolongación del conflicto y piden urgentemente la paz

Hace unos días la ministra de Defensa, Margarita Robles, nos sorprendía preguntando en público si la ministra de Unidas Podemos Ione Belarra iba a convencer a Putin para acabar con la guerra. La ocurrencia de Robles resulta más inoportuna aún considerando el actual escándalo sobre la posible escucha por parte del CNI a decenas de políticos catalanes y vascos, entre otras personas, actuación nada respetuosa con los derechos fundamentales y que aún no ha tenido explicación política alguna por la ministra de Defensa. A mayor abundamiento, es una provocación política espiar a los propios aliados de legislatura, es decir, a las fuerzas políticas con las que es necesario alcanzar permanentemente acuerdos para aprobar en el Congreso de los Diputados los proyectos de leyes remitidos por el Consejo de Ministros del Gobierno de coalición.

En todo caso, no es a los ministros o ministras de Unidas Podemos a quienes corresponde acabar con la guerra. Es la comunidad internacional a través de sus instituciones, gobiernos y en especial ministros y ministras de exteriores, quienes deben poner sobre la mesa de forma inmediata un plan de paz viable, iniciativa que debería estar impulsada y liderada por las Naciones Unidas y la OSCE. Un plan de paz que contemple el cese el fuego inmediato y el respeto por todas las partes contendientes al derecho internacional humanitario, es decir tanto a la población civil afectada por el conflicto como a los propios combatientes si quedan en situaciones de fuera de combate.

No cabe duda de que la única solución viable y duradera consiste en alcanzar un acuerdo que establezca garantías de seguridad compartida y cooperación civil sincera para todos y entre todos los países de Europa, por supuesto incluyendo a Rusia. Solo así será posible el fin de esta guerra y prevenir futuros nuevos conflictos. La misma solución que la comunidad internacional alcanzó, con una directa intervención de Naciones Unidas, en 1962 para acabar la denominada crisis de los misiles provocada por el intento de la Unión Soviética de desplegar armamento ofensivo a corta distancia de los Estados Unidos. Tan entendible resulta que la comunidad internacional garantizara en su dia que los Estados Unidos no iban a encontrarse con armamento desplegado por la Unión Soviética en sus fronteras, como debería resultar ahora que Rusia no debe soportar armamento desplegado por la OTAN en sus proximidades ni un cerco de la OTAN en sus fronteras.

Esta guerra podía haberse evitado por previsible, al ser consecuencia de la permanente expansión de la OTAN hacia Rusia desde la desaparición de la Unión Soviética tal y como nos han recordado muchas voces, incluso el anterior secretario general de la OTAN, el español Javier Solana.

Este análisis de coyuntura describe las situaciones mas difíciles y contradictorias que hemos soportado en los últimos meses. Como era de esperar cuando decimos conformar un gobierno de coalición, han sido múltiples los problemas que hemos enfrentado en una legislatura en la que la izquierda llega por primera vez a un gobierno desde la República, en una posición además de minoría. Más difíciles de gestionar esas contradicciones si cabe por la debilidad del propio espacio político de Unidas Podemos y la diversidad de actores y pensamientos que ahí confluyen.

Pero esta coyuntura no nos debe frenar sino todo lo contrario. Es necesario que el PCE y las y los comunistas sigamos cohesionando el espacio político e impulsando la política de convergencia de la izquierda y la unidad popular. En los próximos meses hay que poner en marcha el proceso político que supere los actuales limites de Unidas Podemos, su ensanchamiento, que requiere vincular a mucha mas gente, partidos y colectivos, que han estado o no dentro de UP a lo largo de todo el ciclo político anterior. Un proyecto más amplio donde volver a encontrarnos y que sea capaz de ilusionar y estimular la participación política de muchos sectores de nuestra sociedad que necesitan una herramienta renovada para organizarse.

Enrique Santiago: Secretario General del PCE

Cambiamos el año con ellas. con las poetas revolucionarias.

Cambiamos el año con ellas. con las poetas revolucionarias.

Cambiamos el año con ellas.
con las poetas revolucionarias.

Finaliza el año 2021 y nuestra revista se prepara para dar comienzo a un nuevo año de publicaciones con la misma ilusión que cuando empezamos pero con energías renovadas tras comprobar cómo el proyecto Herri se ha consolidado –no sin dificultades- en el panorama de los quioscos de Euskadi y Navarra. Con el respaldo también de contar con un número de suscripciones en aumento que nos animan a seguir con la tarea y los objetivos que desde la redacción nos marcamos cuando empezamos allá por el mes de Junio del año 2019, con aquel monográfico entorno a la figura del histórico dirigente Comunista Vasco Jesús Larrañaga.

Es por eso, por lo que queremos utilizar esta editorial para agradecer a nuestros lectores y lectoras que estén ahí, detrás de la barricada de la lectura comprometida con la transformación revolucionaria de la realidad. Desde la curiosidad por conocer la historia del movimiento comunista y con la convicción de que conocer nuestro pasado es fundamental para nuestra lucha en el Siglo XXI. Agradecerles que estén ahí desde la inquietud de conocer el pensamiento actual de quienes nos organizamos en torno al Partido Comunista y desde la necesidad de concebir la cultura como una herramienta de transformación, tal y como describiera a su propia poesía el camarada Gabriel Celaya, a quién ya dedicamos también un número monográfico en su momento.

Cambiamos de año con un número en torno precisamente a una de las más importantes expresiones culturales a través de la cual se han transmitido las ideas de las y los comunistas vasco -navarros, la poesía. En este caso centrándonos en ellas, en las autoras, mujeres que tanto han aportado y que sin embargo casi siempre han estado relegadas a un segundo plano sin escapar a las consecuencias de una sociedad patriarcal de la que no estamos inmunizados en la tradición comunista y que por supuesto nos afecta a las organizaciones de izquierda y Partidos Comunistas.

El papel y aportación de las poetas sobre las que recorre su trayecto este número de Herri es rico y de un gran valor, tanto en términos estrictamente literarios, como en términos de aportación de ideas de transformación social a través de la cultura. Es un papel que no podíamos dejar pasar mucho más tiempo sin plasmar en las páginas de nuestra revista después de haber publicado aquel número sobre Gabriel Celaya. Por eso hemos decidido que el número dedicado a las poetas sea este, un número importante para la redacción por ser el del cambio de año, tal y como hace un año hiciéramos con un monográfico dedicado en aquella ocasión al propio Lenin.

Con este número además cerramos el año del centenario de nuestro partido, el PCE. Un año en el que se han realizado importantes actos con motivo de ese centenario de un Partido que, sin embargo, ha estado mucho más volcado en la lucha en un momento complejo para el futuro del país -y no nos referimos a la pandemia- que en su propio centenario. Porque el Partido, como la cultura, como las ideas o como el conocimiento de la historia, es y debe ser una herramienta revolucionaria de la clase trabajadora para transformar la sociedad.

Este número de Herri, como siempre, espera ser también una humilde herramienta de transformación social a través de la difusión de las ideas. En ese sentido esperamos que conocer, o reconocer el papel y las aportaciones de las poetas comunistas y su obra precisamente como herramienta de transformación revolucionaria, sea no solo interesante para las y los lectores, sino también de utilidad para el compromiso de ellas y ellos con la transformación de la realidad.

 

La commune de París

La commune de París

La commune de París

El pasado 18 de Marzo se cumplió el 150 aniversario de la Comuna de París, uno de los hechos históricos más destacados de la Historia Europea en el Siglo XIX y sin duda uno de los hitos principales y fundamentales de la Historia de la izquierda política y de la Historia del movimiento comunista.

Como no podía ser de otra forma la efeméride pasó desapercibida para la mayor parte de la población, seguramente en el mundo entero y sin lugar a dudas podemos decir con conocimiento de causa que para la mayoría de la gente en nuestro país. No podía ser de otra manera porque estamos hablando de la primera ocasión en la que los de abajo, los oprimidos. alcanzaron la toma del poder. Y quienes ostentan el poder no van a permitir jamás que sea ampliamente conocido el ejemplo de aquellas experiencias emancipadoras que tuvieron éxito, aunque tuvieran horizontes temporales limitados.

El riesgo para ellos, es que puedan ser fuente de inspiración para alguien. La defensa de sus privilegios requiere de la guerra sin cuartel contra quienes pretendan amenazarlos, como es el caso de las y los comunistas y de la izquierda que aspira a transformar el mundo. Y la guerra sin cuartel incluye el silencio como potente arma contra la influencia del enemigo en las masas, en la gente.

La falta de información, de actos, titulares etc… en un aniversario redondo ( 150 años ) y muy importante para la Historia Universal responde más allá del aspecto político del mismo, res-ponde, a una intencionalidad concreta. No es producto del descuido de nadie, no es producto de la ignorancia de nadie, no es producto de la falta de conocimiento de nadie… es producto de la influencia política de quienes tienen el poder real sobre los medios de comunicación de masas, sobre la cultura de masas y sobre las instituciones democráticas.

La toma del poder que supuso La Comuna, sucedió medio siglo antes de la segunda experiencia victoriosa de nuestra lucha, la revolución de 1917 que acabó con la vieja Rusia. Es ya sobradamente conocido que la revolución bolchevique supuso una palanca indiscutible para el nacimiento de las organizaciones comunistas y el crecimiento exponencial de la influencia del ideal Socialista y Comunista en todo el mundo. Pero medio siglo antes se había producido la primera experiencia de toma de poder político del movimiento revolucionario, comunista. Su influencia, tal vez menos conocida o menos mencionada que la revolución de Octubre, fue transcendental, y el propio Lenin fue insistente en esta idea.

El estudio y el conocimiento de La Comuna fue fundamental para el triunfo años después de los bolcheviques, porque algo que los grandes revolucionarios han tenido siempre claro es la importancia de conocer lo que les precedió, o por decirlo de una forma popular “se hace camino al andar”. Cuenta el historiador Andy Willimott que Lenin se entusiasmó tanto con la Comuna de París que bailó en la nieve cuando el gobierno de los bolcheviques duró un día más que su antepasado francés. Los acontecimientos parisinos de la primavera de 1871 demostraron que el gobierno de la clase obrera era posible y tanto sus éxitos como su derrota final sirvieron de modelo para muchas generaciones de revolucionarios.
Todo esto, lo saben a veces mejor que nosotros mismos quienes no van a permitir por voluntad propia perder sus privilegios para dar paso al mundo entre iguales al que aspira el ideal emancipador del movimiento comunista. Por eso, el ciento cincuenta aniversario de la Comuna de París ha sido un fantasma invisible para la mayoría de la gente. Nuestra revista como siempre pretende con este número contribuir a contrarrestar ese silencio decretado desde el cuartel de mando de quienes ya conocieron la derrota en 1871. Esperamos que ustedes lo disfruten, y si aspiran a ese mundo mejor, difúndanlo.

Jon Hernández: Secretario General
del Partido Comunista de Euskadi

Clandestinidad política.Cara y cruz de una misma historia.

Clandestinidad política.Cara y cruz de una misma historia.

Clandestinidad política.Cara y cruz de una misma historia.

La idea de dedicar un número de nuestra revista al tema de la clandestinidad tiene su origen en el papel tan relevante que esta “situación política” ha tenido y tiene en la historia y vida tanto del movimiento comunista en su globalidad, como en la del propio Partido Comunista de Euskadi y del PCE en su conjunto.
El movimiento comunista surgió en condiciones de persecución y rechazo a sus ideas y acción por parte de aquella clase dominante, a cuya desaparición llamaban los comunistas que proponían una sociedad sin clases. Por eso tal vez, aquello que recorría Europa según el Manifiesto, era un espectro, un fantasma, y no otra cosa más visible. Estaba ahí, omnipresente pero sin presencia física, atemorizando a “las potencias de la vieja Europa, al Papa y al zar, a Metternich y Guizot, a los radicales franceses y a los polizontes alemanes”, pero en una situación de clandestinidad ideológica y política que sería revolucionada con el propio llamamiento de Marx y Engels a expresar “a la luz del día y ante el mundo entero sus ideas” en el famoso Manifiesto.
A partir de ahí, la historia del movimiento comunista y de todos los Partidos Comunistas del mundo ha estado fuertemente marcada por la persecución política, ideológica y física en diferentes grados y con mayor o menor virulencia y violencia en cualquier lugar del planeta. Esto ha marcado el carácter del movimiento sin lugar a dudas, y ha obligado a sus organizaciones a desarrollar una serie de características muy marcadas a la hora de existir y funcionar en situaciones de clandestinidad.
El producto de esa historia de persecución es una realidad trágica, indeseable para las y los protagonistas, y con consecuencias y desenlaces fatales para la vida de muchas mujeres y hombres entregados a la causa de un mundo mejor. Y paradójicamente, la dura realidad de la clandestinidad contiene a la vez una suerte de épica histórica personal y colectiva de gran riqueza e interés en términos sociológicos, políticos y que duda cabe, culturales. Una fuente constante de inspiración para generaciones sucesoras, un sentimiento de orgullo para la cohesión colectiva de una lucha que se hace en común y no desde el individualismo, y semilla para la regeneración partidaria de organizaciones comunistas.
En nuestro caso, a pesar de haber transcurrido ya cuatro décadas desde la última legalización del Partido Comunista, la clandestinidad es algo que sigue muy presente y que marca aún la acción y el pensamiento, de quienes militan en una organización cuyo devenir histórico ha transcurrido durante la mitad de su existencia en esa clandestinidad en la que tienen que funcionar aquellas organizaciones que son ilegalizadas, pero cuyos militantes no están dispuestos a renunciar.
No queremos que el lector se confunda; no hacemos apología de la clandestinidad, la cual es una forma de acción política para mantenerse en las condiciones más adversas, pero siempre por voluntad ajena, la de quienes impiden por la fuerza que ejerzamos nuestro derecho a la práctica política y revolucionaria. La libertad de pensamiento y la libertad de acción política deben ser un tesoro irrenunciable que hay que defender y cuidar. La práctica política de nuestras ideas es un derecho fundamental e irrenunciable que debe ser ejercido en total ausencia de persecución y censura cualesquiera que sean sus formas.
Sin embargo, la larga experiencia de la lucha de las y los comunistas en las situaciones de clandestinidad debe ser estudiada y utilizada por sus organizaciones para aportar a los mismos fines por los que se practicó esa singular acción política en dichas circunstancias. Y junto a ello, o como parte de ello tal vez, no renunciar ni a la caracterización fiel y real de una situación de gran dureza vital y orgánica para los seres humanos que la protagonizan, ni a la épica, también real que existe detrás de las luces y sombras de esa misma historia.
Ambas, la caracterización de una realidad humanamente “no deseable” y la épica de la práctica de la defensa de las convicciones en las situaciones más adversas, son partes necesarias y no sólo no contradictorias, sino complementarias de las clandestinidades políticas.

Jon Hernández

Cultura vasca con «alma roja»

Cultura vasca con «alma roja»

Cultura vasca con «alma roja»

En el año 2019 el área ideológica del Partido Comunista de Euskadi-EPK ponía en marcha la recuperación de la revista ERI, una publicación histórica del Partido que era elaborada, editada y vendida en Euskadi por el partido allá por los años treinta y que tuvo una importante repercusión e influencia en las capas obreras más concienciadas de nuestro país. Una publicación caracterizada por una concreta y cuidada estética como herramienta de difusión de las ideas.

La idea, surgida de la cabeza de su actual director Miguel Usabiaga estaba exenta de cualquier tipo de intencionalidad nostálgica, pero sí pretendía conectar el espíritu y la estética de la publicación de los años treinta con una nueva publicación que fuera capaz de hacerse atractiva en los poblados kioskos y librerías del siglo XXI.

Porque como ya hemos explicado en editoriales previas, ERI no aspira a ser una publicación de consumo interno para quienes militan en el Partido Comunista, ni tan siquiera una publicación para ser adquirida por quienes simpatizan con el PCE-EPK o se encuentran entre los votantes “fieles” de Izquierda Unida o de las coaliciones con Podemos. ERI aspira a ser una revista de pensamiento, cultura y política atractiva para quienes se acercan a un kiosko sin necesidad de responder a la pregunta “¿Y tú de quién eres?”.

La primera etapa de esta vuelta de la revista culminó el pasado mes de Diciembre de 2020 con la publicación del número doce de la publicación dedicado a Lenin, poniendo así un pequeño broche al objetivo cumplido de mantenernos en los kioskos de cara al público y garantizar la continuidad de ERI en una segunda etapa que pueda basarse en los aciertos y en la corrección de los errores de los primeros doce números.

Desde el consejo de redacción de ERI somos conscientes de que no hubiéramos llegado hasta aquí si la revista no tuviera sus lectores que acuden a por ella al kiosko, ni sin aquellos que la leen u ojean prestada por alguien. Por eso queremos aprovechar este número trece, primero de la segunda etapa de ERI tras su regreso, para agradecer a quienes os habéis acercado a adquirirla y también a quienes la estáis leyendo sea cual sea la forma en la que ha llegado a vuestras manos. Y también para animaros a seguir haciéndolo en adelante.

En esta ocasión volvemos con una publicación centrada en el mundo de la cultura como ya hiciéramos en los números sobre Pablo Picasso o Frida Kahlo. Si bien, en esta ocasión hablaremos de un ámbito mucho más cercano, hablaremos de la cultura desde casa, desde nuestra casa, desde nuestro país, nuestra cultura, nuestra historia… la cultura vasca en la que la tradición comunista tiene su lugar indiscutible y que queremos poner en valor y recordar.

La interrelación entre el PCE y el mundo de la cultura es conocida y ha sido prolija y constante desde los años treinta hasta la actualidad con momentos especialmente intensos y protagonistas de gran relevancia nacional e internacional. Esa relación ha sido también una de las señas de identidad del movimiento comunista en muchos países, y el de los vascos no lo ha sido en menor medida, aunque también aquí como en otras partes ha sido desprovista de su alma roja por el relato oficial.

De ahí la necesidad de ERI de recuperar esa parte de nuestra cultura que no se entiende sin su alma roja.
El asunto da para muchos números de nuestra publicación por lo que hoy no hacemos más que comenzar con una mirada a algunos protagonistas muy concretos y a una disciplina cultural concreta, pero ambos –autores concretos y disciplina concreta–, como parte de una larga historia y un universo cultural muy amplio y también muy heterogéneo, pero caracterizado precisamente por ese “alma roja” al que aludimos anteriormente.

Jon Hernández

Secretario General
del Partido Comunista de Euskadi

 

Ahora procederemos a la edificación del orden socialista.” Lenin.

Ahora procederemos a la edificación del orden socialista.” Lenin.

“Ahora procederemos a la edificación del orden socialista.” Lenin.

Este próximo 21 de Enero habrán pasado exactamente noventa y seis años del fallecimiento en la ciudad de Gorki, de Vladimir Ilich Uliánov, sin duda la figura clave del pensamiento y de la acción comunista y líder de la revolución de Octubre de 1917 en Rusia, más conocido por su popular apodo “Lenin”.

Sólo con escuchar el sobrenombre, Lenin, cualquier persona sabe que estamos hablando de los comunistas y de la revolución socialista, por ajeno que uno sea a la política y la tradición ideológica marxista. El nombre, o mejor dicho, el sobrenombre intelectual de Vladimir –de niño le llamaban Volodia–, ha quedado escrito en los anales de la historia con fuerza a pesar de ser posiblemente una de las figuras peor tratadas por el resto de corrientes de pensamiento durante el siglo XX e indudablemente durante lo que llevamos de siglo XXI.

El sobrenombre mencionado, que algunos querrían borrar de los libros de historia tras hacer desaparecer toda su obra teórica, proviene según cuentan los historiadores, del río Lena, el que pertenece al Lena, el río más largo de Rusia. Y fue elegido por el líder Bolchevique, también siempre según cuentan los historiadores, en contraposición con el apodo de su rival dentro del Partido Obrero Socialdemócrata Ruso, Gueorgui Plejánov, líder de la corriente Menchevique, quién firmaba como “Volgin”, es decir, el que pertenece al Volga.

No es casual que en esta ocasión el hilo conductor de la revista sea Lenin, aunque no tiene nada que ver con ese cercano 21 de Enero: este número de nuestra revista ERI que tiene usted entre las manos, es el duodécimo de este “renacimiento” de la publicación del Partido Comunista de Euskadi-EPK y el último de la primera programación establecida por nuestro consejo de redacción cuando se decidió que ERI volviera “a la luz” –hablamos de renacimiento porque ERI se publicaba antes de la dictadura.

Cuando decidimos y planificamos la vuelta de la revista con el objetivo de que la misma estuviera en quioscos y librerías, planificamos también los temas y figuras de nuestra tradición política que servirían de hilo conductor de cada número. Así se planificó una primera etapa de doce números que se cerraría con la figura más importante del comunismo.

Afirmación tal vez un tanto categórica “la figura más importante”, si tenemos en cuenta la transcendencia ideológica capital de Marx y Engels, como de otras figuras del devenir de la teoría y praxis revolucionaria, algunas ya protagonistas de números pasados de ERI como Rosa Luxemburgo o Gramsci o incluso el valor político de otras, pendientes aún de aparecer en nuestra publicación.

Pero nos afirmamos sin pudor en la expresión “la figura más importate” cuando nos referimos a Lenin por una cuestión sencilla, que más allá de la importancia e influencia de su obra intelectual, y del ejercicio real de unión entre teoría y praxis, Lenin fue quien encabezó el ejemplo práctico y triunfante que demostró a los trabajadores del mundo que toda aquella teoría, aquellas “fantasías” revolucionarias, aquellos alegatos, manifiestos, mítines, esperanzas… se hacían materialmente reales. La toma del poder por la revolución proletaria dejó de ser un anhelo y una teoría, para pasar a ser real. Ahí radica entre otras muchas cosas, la trascendencia de Lenin, la que nos lleva a cerrar esta etapa de ERI en torno a su figura.

Jon Hernández

Secretario General
del Partido Comunista de Euskadi

Gazteria Sozialista Bateratuek

Gazteria Sozialista Bateratuek

GAZTERIA SOZIALISTA BATERATUEK

«Etorkizuna gazteria iraultzailearen eta horren balioen eskutik, Gazteria Sozialista Bateratuek utzi zizkiguten haietatik, etorri behar da.»

ErIren zenbaki bat Gazteria Sozialista Bateratuei (JSU, gaztelaniazko siglatan) eskaintzea mugimendu komunis-taren historiaren eta faxismoaren aurkako eta bakearen aldeko borrokaren funtsezko kapitulu bati ale bat eskaintzea da. Bai Espainian eta Euskadin egindako borrokari, bai nazioarteko mailan egindakoari ere; izan ere, JSU Gazteria Demokratikoaren Munduko Federakundearen erakunde fundatzaileetako bat izan zen, 1945ean, herrialde aliatuek Bigarren Mundu Gerran nazismoaren eta faxismoaren aurkako borrokan bultzatutako Gazteriaren Munduko Konferentzian.

Munduko Federakundeak, bai orduan, bai orain, munduko dozenaka herrialdetako gazteak biltzen ditu berdintasunaren eta bakearen balio demokratikoen abaroan, eta, harrezkero ari da horien alde lan egiten, mendebaldeko zenbait herrialdetako gazteria-erakunde batzuek alde egin eta boikotatu bazuten ere Gerra Hotzaren hasieran azaleratu zen klima antikomunistan.

Euskadiko eta Nafarroako gazteria eta Federakunde hori lotzen dituen hariak tenk dirau gaur egun ere, Espainiako Alderdi Komunistaren, gazteria-erakundearen bidez.
Gazteria Demokratikoaren Munduko
Federakundearen kide da oraindik ere, JSU formalki desegin eta Espainiako Gazteria Komunisten Batasuna birsortu eta berrogeita hemeretzi urte eta gero. Hori horrela, orain dela hilabete baino gutxiagotik, Aritz Rodríguez Gazte Komunisten idazkari nagusi izandako gasteiztar gaztea da Munduko Federakundearen buru, Budapesten. Gure herrialdeko gazteria komunista batasunaren sorreraren lehen lerroan egon da beti, etorkizun sozialistaren aldeko borrokan eta, ematen duenez, ohitura on horrek bere horretan dirau gure gazteen artean, JSUren garaian bezalaxe. Hain zuzen ere, JSUren sorreran, rol garrantzitsua jokatu zuten Euskadiko eta Nafarroako gazteek, batasunaren erakusle.

Zenbaki honetan, gure kolaboratzaileek eta artikulugileek atzera begirako bat eskaini diote aldi motz baina kritiko eta transzendental batean gure herrialdearen bizitzan garrantzi handia izan zuen gazteriaren erakunde politiko bati, baina begirada egungo gazteriarengan jarrita. Horrela bideratu du zenbaki hau ERIren erredakzio-kontseiluak ere; alegia, gazteriaren historia eta gazteriaren arloan bizitako errealitate baten ezagutza erabili dugu egungo gazteriari begiratzeko eta hura ulertzeko. Faxismoa eta gorrotoaren kultura berriz sortzen ari diren garai honetan, ezinbestekoa da kulturatik eta pentsamendutik kontraerasoa jotzea, JSUk eta Gazteria Demokratikoaren Munduko Federakundeak defendatutako balioekin (berdintasuna, bakea, demokrazia eta antifaxismoa).

Gaur egun, bizirik diraute baliook, milaka gazteri esker, antolatu egiten baitira eta defendatu egiten baitituzte formula politiko, sozial eta kultural ezberdinen pean, baita kirolarekin eta aisiarekin lotutakoen pean ere.

ERIren erredakzioak harro begiratzen dio Gazteria Sozialista Bateratuen iraganari, baina, batik bat, itxaropentsu begiratzen dio gazteria iraultzailearen eta horren balioen, Gazteria Sozialista Bateratuek utzi zizkiguten haien, eskutik etorri behar duen etorkizunari.

Jon Hernández
Secretario General
del Partido Comunista de Euskadi

«Compañera Ibárruri»

«Compañera Ibárruri»

«Compañera Ibárruri»

“Descansa, presidenta. Sueña dulcemente, madre Dolores”.

Dicen, Dolores, que has muerto. ¡Qué tontería! Pervives en cada uno de los que te quieren y, ¡son tantos! En cada imagen de la humana nobleza, en cada gesto de llaneza austera, en cada palabra de afirmación en la justicia, en cada voz de rotundidad sonora.

Tu imagen, tus gestos, tu palabra, tu voz (…). Tú has hecho desde tu partido algo extraordinario: trascenderlo, superarlo. Tú, comunista ejemplar, eres de todos: de los que han levantado el puño y de los que se han santiguado. Acabas de explicarnos una lección política: se es más comunista en la medida en que se es más para el pueblo.

El partido no se organiza para él, sino para los demás. Y éste, tu partido, está sobrecogido y alborozado. Sobrecogido por la grandeza de tu lección que nos remueve hasta el fondo. Alborozado porque se siente confirmado en su apuesta (…)

 

Ante ti, presidenta, recogemos tu último discurso. Con la pasión del corazón que tú, Pasionaria, pusiste en la causa de la emancipación humana. Con la serenidad ordenada del pensamiento y la reflexión.

El PCE, tu PCE, se ratifica y apuesta por todo lo que ha dado sentido a tu vida de luchadora. Seremos la fuerza política comunista que estos momentos están demandando. Mujer, cuánto has hecho por tus compañeras. Mujer, qué ejemplo para mujeres y hombres. Mujer, qué roca llena de ternura. Mujer, qué fragancia de firmeza. Dolores, ha sido muy largo y muy duro tu combate. Entorna los ojos y sueña en tu pueblo. Duerme, compañera Ibárruri. Reposa, camarada Pasionaria.

JULIO ANGUITA