Vamos a defender
todo lo que quieren robar
Hay una canción de La Otra que refleja lo que sentimos cada vez más en Donostia. La canción dice “hoy vamos a dejar de acelerar, callar el ruido pa’ volver a imaginar, vamos a defender todo lo que quieren robar…quieren robar la vida, quieren robarlo todo”.
Los últimos ocho años hemos vivido en Donostia una carrera sin control por parte de quienes gobiernan esta ciudad, una carrera por la turistificación de la ciudad, carrera para la que no han dudado en ponerse al servicio de especuladores mientras daban la espalda a la mayoría social. Y si han metido el turbo en estos años, con una pandemia en medio incluida, ha sido porque era la única manera de conseguir arrasar con todo, para evitar las resistencias que pudieran surgir. Mientras estábamos centradas en cuidarnos, ellos seguían a lo suyo, al negocio.
Poner en bandeja de grandes empresas y fondos buitres la ciudad se ha traducido en proyectos faraónicos que nada tienen que ver con las necesidades de la ciudadanía, una ciudadanía que ve cómo es expulsada de la ciudad ante el incremento desorbitado de los precios de la vivienda, siendo ésta, la vivienda, el elemento determinante para tener unas condiciones de vida digna.
La derecha nacionalista, el PNV, de la mano de su socio, un socio servil y dispuesto a aceptar lo que sea para aguantar en la poltrona, el PSE, han hecho todo lo necesario para contentar a esos poderosos que hacen de la vida, de la ciudad, su negocio sin importar lo que arrasen a su paso.
Es ahí donde radica la necesidad de compromiso, de negar que el fin del mundo esté escrito. Ese compromiso, que se transforma en resistencia, es la base que me ha movido, junto con otras compañeras, a actuar desde lo local. Una actividad que muchas veces pasa inadvertida pero que se hace imprescindible para unir personas y colectivos, unir, en definitiva, sueños que permitan tejer una red de solidaridad y resistencia. Frente a quienes lo destruyen todo, frente a quienes nos roban la vida, destruyen el territorio y el medio ambiente, acaban con el comercio local impulsando centros comerciales, desalojan a vecinas de sus viviendas para dedicarlo al negocio del turismo y la especulación, hemos plantado la semilla de la resistencia, de la defensa de la vida y del medio natural.
Si hemos aprendido algo es que no tenemos que aguantar que arrasen con todo, hemos alzado la voz gracias, en gran medida, a la fuerza y el empuje del tejido social, el movimiento asociativo, plataformas ciudadanas, ecologistas,… Son muchas las que se movilizan en la ciudad que han posibilitado generar una voz unida y plural que grita, que no se esconde.
Frente a las dinámicas institucionales, en las calles hay un trabajo fundamental que está marcando un camino para recuperar derechos básicos y servicios públicos, para denunciar los desmanes en el medio natural que pretenden imponer. La fuerza de la unidad popular, del trabajo colectivo y su articulación es una tarea fundamental entre las comunistas, lo debe seguir siendo. En estos años hemos trabajado por defender los derechos de la mayoría social frente a quienes nos lo querían arrebatar todo. A los que nos lo han querido robar todo, no les vamos a regalar nada. Debemos de seguir, como el junco, en pie. Resistir construyendo alternativa, unidad para imaginar un mundo nuevo, una ciudad nueva que garantice una vida digna para todos y todas.
Haizea Garay
Ex-concejal de Ezker Anitza-IU
en el ayuntamiento de Donostia.