Thèo Dejace Biografía

“Lo que más aprecio de mis 22 años como parlamentario en Bruselas,
y como concejal en Lieja, es mi participación en las grandes luchas obreras”.

Nace el 7 de marzo de 1906 en Lieja, en el seno de una familia obrera. Su padre, que es pintor de obra, marxista y sindicalista, sigue en la escuela de adultos la formación primaria que no ha podido recibir en la escuela.

Su padre, cuando estalla la gran guerra en 1914, se declara antibelicista, denuncia su carácter imperialista, y da bebida y comida a los soldados, tanto belgas como alemanes, cuando suben la calle del Calvario hacia el fuerte Loncine. Es detenido y fusilado por las tropas alemanas, que nunca revelarán su arresto y su asesinato.

Su esposa queda viuda con dos hijos, Thèo de 8 años y Léonard de 5 años. Thèo se orienta en la enseñanza y termina sus estudios de maestro en la Escuela Normal de Jonfosse, Lieja, en 1925.

Le interesa la literatura, el arte, y se convierte en marxista gracias a las publicaciones de la Internacional de la Enseñanza (I.T.E) Completa su formación en la Universidad Obrera de París. Su amor por el deporte le lleva a convertirse en profesor de educación física. Sin embargo, el paro que acecha a su promoción, le hace buscarse un empleo en la policía municipal de Lieja, y luego como empleado de banca.

En 1929 consigue emplearse en un puesto adecuado a su formación como instructor de educación física. En 1940 se inscribe en el Partido Comunista y pasa a la clandestinidad. Hasta entonces era miembro de la Joven Guardia Socialista y del Partido Socialista de Lieja, del Comité de Intelectuales Antifascistas, y del Acuerdo Universal por la Paz, que en Lieja cuenta con 100.000 miembros. Continúa en la clandestinidad, para escapar de los invasores nazis, durante toda la II Guerra Mundial. Por mandato del Partido Comunista, es el promotor del Frente Valón par la Liberación del País, llamado también Frente de la Independencia. Que se desarrolla con gran éxito, y termina agrupando a todos los partidos antifascistas.

Tras la guerra, es uno de los cinco secretarios nacionales de la nueva FGTB, el sindicato donde se han unido los dos grandes sindicatos existentes. Y es uno de los fundadores de la Federación Sindical Mundial. Es miembro del Bureau Político del PCB, y elegido en 1946 diputado en el parlamento de Bélgica por Lieja, para el que es reelegido hasta 1968. Siendo nombrado en ese año senador honorario. También será concejal en Lieja hasta 1976. Desde ese año se dedica a labores de afirmación de la memoria histórica, aquella gloriosa del lucha del PCB y del Frente de la Independencia.

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Thèo Dejace en el espejo. 25 mayo 1984

He colaborado en del periódico del PCB, “Le Drapeau Rouge” (La Bandera Roja) desde 1940, y en otras publicaciones obreras y sindicales. También en el periódico “Front”, clandestino, del Frente por la Independencia, publicado durante la guerra. No tengo religión. Toda mi familia es marxista leninista y atea. Nunca fui masón.

No tengo una fortuna. Mi esposa es pensionista, y yo tengo una pensión media. Nos ocupamos de nuestra hija Yvonne, y de su niña de 2 años, Aude, y de una hermana ciega de mi mujer. Siempre he aceptado vivir con un salario más bajo que aquel de un obrero cualificado.

Lo que más aprecio de mis 22 años como parlamentario en Bruselas, y como concejal en Lieja, es mi participación en las grandes luchas obreras, y en las luchas por la democracia y por la paz, por los esfuerzos para la distensión entre el Este y el Oeste, y la solidaridad con el Tercer Mundo.

Thèo Dejace siempre mantuvo su actividad de base en la célula del PCB, “Andrè Bensberg”. Y en un Comité de barrio desde 1968, donde se unían comunistas, cristianos, socialistas, para mejorar las condiciones de vida vecinales. Impulsó, con su amigo René Klutz, grupos de solidaridad con Chile, Nicaragua, Afganistán, Angola, Mozambique, Líbano, Vietnam, Kampuchea libre, Polisario. Y dirigió el Círculo Cultural de belgas e inmigrantes, “Círculo Libertad”.

Cuando a sus 78 años los médicos de diagnosticaron arteriosclerosis y párkinson, y le recomendaron cesar su gran actividad, le costó mucho, tras sesenta años de vida entregada a la militancia. Antes de morir, dejó su deseo expreso, para sus sucesores, de que continuaran el camino de trabajar por el comunismo, la democracia y la paz.