“Los diez mandamientos
del proletario”.

1 No permitas que Kolchak, Denikin o Mannerheim aplasten tu poder. No permitas que echen a tus sindicatos de sus sedes, a tus comités de las fábricas y plantas, a tus hijos de los campamentos infantiles, a tus apoderados de la ya tomada fortaleza del capital: los bancos.

2 Clava el ojo al fusil que está en tus manos. Si te quedas sin él, acortarás tu vida indefensa y tus enemigos te escupirán a la cara.

3 Mantente alerta en todo momento, en el frente y en la retaguardia. Puesto que están espiándote tras la esquina aquellos a quienes derribaste y de cuya esclavitud te liberaste. Te han aplastado durante siglos y van a imponerte una carga aún más cruel, si dejas que te cojan por sorpresa.

4 No toques al campesino medio en tu lucha contra el kulak. Dirige toda tu fuerza contra los ricos, no toques a los medios y ayuda a los pobres.

5 No permitas que el hambre te aplaste. Defiende el Volga, libera el Don y el Kubán de terratenientes, refuerza el poder de los Soviets en Ucrania.

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6 Siembra en la ignorancia de los pueblos, para que los pobres sepan que son tus hermanos, que estás con ellos y a su favor. Lanza contra el pueblo cientos de vagones llenos de tus ideas y de tus palabras. De lo contrario, tus hermanos no te comprenderán.

7 Sé fuerte. Protege a tu partido, multiplica sus fuerzas y haz que crezca, como harías con tu flor favorita. Construye organizaciones como las abejas construyen sus panales. Mantente fiel al partido hasta el final. Porque sólo de esta forma vas a vencer.

8 No confíes en tus enemigos, quienes te invitan a vestir de nuevo el yugo autoritario. Tu camino es difícil. El hambre te atormenta y mata a tus hijos. El viejo orden va en tu contra. Pero ahora te has convertido en tu amo y señor. Ahora eres libre. Ahora puedes construir tu propia vida.

9 No dejes escapar el poder de entre tus manos. No entregues fortalezas que ya has tomado. Aguanta el asedio. Observa: las llamas abrazan al mundo entero. Los pueblos se alzan en un gran levantamiento. Los proletarios húngaros ya caminan codo con codo a nuestro lado. Los obreros de Alemania, Austria e Italia atacan las bases de su propio capitalismo. En Francia e Inglaterra se remueve el mar popular. Muere el viejo mundo de opresión, depravación y violencia.

10 Sé duro como una roca en la última y decisiva lucha. Haz todos los esfuerzos para vencer a Kolchak y a Denikin. Aniquila sin piedad a todos los enemigos del pueblo. Recuerda: el mundo entero observa temblando nuestra lucha. Nuestra victoria será la victoria de los oprimidos del mundo entero.

¡Aprieta con fuerza el fusil! ¡Cierra filas!
¡Más altas las banderas rojas!

Comité Ejecutivo Central Panruso de los Soviets de Diputados obreros, campesinos, militares y cosacos.
1920