Discurso de Jesús Larrañaga ante el Comité Central del PCE

Discurso pronunciado en el mitin de clausura del Pleno ampliado del CC del Partido Comunista de España,
“Celebrado en el cine Tyris, de Valencia, el 7 de marzo de 1937.”

Camaradas: Es la primera vez que los comunistas vascos tenemos una ocasión magnifica, de establecer contacto con el pueblo de Valencia, aprovechando la circunstancia de venir, representando a nuestro Partido de Euzkadi, a la reunión del Comité Central del glorioso Partido Comunista de España.

Mis primeras palabras, pues, van a ser, no de pura formula de cortesía, ni pronunciadas por mero formulismo convencional, sino la expresión más sincera, más profunda y más llena de coraje para trasmitiros un saludo en nombre del Partido Comunista de Euzkadi, del pueblo vasco y de sus soldados, que combaten en los frentes, en los parapetos, contra el fascismo invasor.

UNIÓN DE TODOS LOS PUEBLOS DE ESPAÑA CONTRA EL FASCISMO

Nuestra presencia en esta tribuna tiene, sin embargo, una significación mucho más interesante. Los comunistas vascos asistimos a la reunión del Comité Central del Partido Comunista de España y hemos escuchado, llenos de entusiasmo, llenos de aliento para hoy y para mañana, las condiciones que el Secretario General del Partido Comunista de España, camarada José Díaz, trazaba para marchar rápidamente por la ruta de la victoria. Pero entre estas condiciones quiero poner de relieve, con el mismo relieve, si me fuera posible, como lo hacia nuestro camarada Díaz, una de ellas sin la cual no podemos conseguir la victoria, y es aquella que hoy, en este salón, vemos escrita ahí enfrente y que dice: “Unión de todos los pueblos de España contra el fascismo”.

Y yo, a fuer de comunista, a fuer de hijo de la Internacio-nal Comunista, tengo que declarar que nosotros, los comunistas de Euzkadi, hemos propugnado siempre, y hoy lo hacemos con más ímpetu y con más ardor, la unión de los pueblos peninsulares como condición indispensable sin la cual no podemos aplastar al fascismo nacional y al fascismo internacional.

¡VIVA EUZKADI LIBRE! IGUAL A ¡VIVA ESPAÑA LIBRE!

Nosotros los vascos, propugnamos la autodeterminación de nuestra patria pero no somos nacionalistas, somos internacionalistas; nosotros los vascos, hemos luchado mucho, y, cuando, con grandes clamores lanzábamos nuestro grito de Gora Euzkadi Azkatuta!, ¡Viva Euzkadi libre!, a la faz de las castas militares y de los pretendientes españoles, lo hacíamos en son de guerra, en son de pelea, con la pretensión de arrancar a nuestro pueblo de la opresión imperialista del Estado español.

Pero hoy, camaradas, las cosas han cambiado. Hoy tenemos un Gobierno del Frente Popular que, haciendo honor a sus postulados propagados en múltiples campañas, nos ha concedido ya el Estatuto, que es la expresión inmediata de nuestras necesidades mas urgentes. Y llegamos a esta conclusión: que el Gora Euzka-di Azkatuta!, el ¡Viva nuestra patria libre!, tiene la misma significación, entraña los mismos anhelos y los mismos deseos que vosotros, camaradas de Valencia y de España, abrigáis con el grito de ¡Viva España libre!, de tal suerte que el Gora Euzkadi Azkatuta! y el ¡Viva España libre! son una y la misma cosa. Con ellos expresamos nuestro deseo implacable de aplastar al enemigo de España, al enemigo de nuestra patria, al enemigo de Cataluña, al enemigo de todos los pueblos ibéricos.

NO HAY MAS PAZ QUE LA DE APLASTAR AL FASCISMO

Ahora quiero decir unas palabras recogiendo una mani-festación salida, indudablemente, del campo faccioso, en la que se nos atribuye a los vascos, a nuestro Gobierno provisional, el propósito traidor de hacer una paz separada. Yo digo que no hay ni habrá jamás tal paz separada. Todos sabemos, y con nosotros lo sabe el Frente Popular de Euzkadi, con nosotros lo saben los nacionalistas de izquierda y de derecha, que la única forma de hacer una paz que dé la libertad a nuestro pueblo, que dé la libertad a España, es la de aplastar implacable, inflexiblemente, al fascismo nacional e internacional. Sin esa condición, ni España será libre, ni lo será Euzkadi, ni Cataluña tampoco lo será.

LAS BRAVAS MILICIAS VASCAS

Pero hay más, camaradas. Nosotros, y con nosotros el Gobierno vasco, sabemos hacer honor a estas palabras. Tengo que declarar aquí, con orgullo de comunista, con orgullo de miliciano, con orgullo de comisario, que las milicias vascas, nuestros bravos gudaris, como decía Pasionaria, supieron acudir a los campos de Asturias, a las montañas de Asturias, y batirse con ardor y coraje, sabiendo que en aquellos campos defendían la libertad de nuestra Patria. Hoy mismo puedo decir que ocho batallones vascos de nuestras mejores tropas se baten en las breñas de Asturias, estrechando con el acero de sus pechos el cerco que asfixia al traidor Aranda. Yo digo desde aquí, que en la capital del antifascismo, en el glorioso Madrid, tenemos al teniente coronel Ortega, que con su batallón sabe defender la bandera de la Republica española, y tenemos a una milicia de Euzkadi peleando en los parapetos de la Ciudad Universitaria, del Parque del Oeste y del Puente de los Franceses, defendiendo también allí la libertad de Euzkadi y los derechos de nuestro pueblo que son también los mismos del pueblo español.

LA UNIÓN DE EUZKADI CON ESPAÑA HOY MÁS FIRME QUE NUNCA.

¡Perder cuidado camaradas! La unión de Euzkadi con España es hoy más firme que nunca; no hagáis caso de las falacias y las mentiras que se propalen. Yo quiero referir, haciéndolas mías, del Partido Comunista de Euzkadi, las palabras que el camarada Díaz pronunciaba ayer en el Pleno del Comité Central: “¡Ay de aquel que intente romper la unidad del pueblo antifascista!”. Nosotros comunistas de Euzkadi, hemos de ser los primeros, lo somos ya, en defender esta unidad, y yo os aseguro que no se romperá.

LA UNIDAD DEL PUEBLO VASCO

El pueblo vasco, camaradas, está unido. Los católicos vascos -a quienes yo quiero rendir aquí un homenaje por su lealtad en la lucha antifascista-, los católicos vascos, que representan en nuestra tierra un gran sector de opinión, luchan con nosotros, estrechamente unidos a nosotros. Tal vez a vosotros os parezca esto un milagro. Pero no hay tal milagro, camaradas, es que las masas católicas vascas han sabido comprender que la defensa de sus sentimientos religiosos han de encontrarla únicamente en el pueblo honrado, en el pueblo trabajador, del que nosotros somos, en Euzkadi, la expresión mas fuerte y mas enérgica.

Y quiero terminar, camaradas, gritando lo que todos los delegados del campo de Andalucía, de los frentes de combate y del frente de la producción gritaban en el pleno del Comité Central, siguiendo las huellas del camarada Díaz: ¡Adelante por la ruta de la victoria!

Y cuando volvamos a Euzkadi, yo les diré a los hijos de Euzkadi, a sus bravos gudaris, a sus bravos guerrilleros, traduciendo ese grito de la lengua de mi tierra: “AURRERA EUZKOTARRAK; IL ARTE, AURRERA GURE ETSAIAK ZAPALDU ARTE” (‘’Adelante vascos; hasta la muerte, adelante hasta aplastar a nuestros enemigos’’).

(*) Al redactar estas líneas aún no conocemos los resultados de las elecciones del 26 de Mayo