Sostener el hilo rojo

Sostener el hilo rojo

Sostener el hilo rojo

La acumulación de fuerzas sólo se puede producir desde el lugar
que los y las comunistas ocupamos, el lugar donde el hilo rojo se teje fuerte:
abajo, a la izquierda.

Sostener el hilo rojo. Eso es lo que hemos hecho desde los años 20 del pasado siglo y esa es la responsabilidad de los y las comunistas en este momento histórico. Porque tenemos memoria sabemos que el camino es largo, que las cosas vienen de lejos, que hay que combinar la paciencia y la audacia según en qué momentos, que el cadáver del capitalismo no pasará por el umbral de nuestra puerta así porque sí. Los hombres y mujeres del PCE, porque hacen del compromiso una apuesta de vida, saben que no hay recetas mágicas para alcanzar el cielo, ni por asalto ni con eslóganes; que más allá de la fortaleza organizativa por abajo, la revolución no se hace carne ni es posible un proyecto de ruptura o de decidido avance social, encauzado o no por nosotras, sin una base organizativa fuerte y con permeabilidad para el crecimiento y para la suma de complicidades más allá del carnet. Pero sobre todo saben, sabemos, que la pasión política que siempre nos ha acompañado se renueva en función de la consistencia de un proyecto claro, compartido, con profundidad estratégica, dúctil sin perder la raíz, que mire de cara al futuro, que de certeza y seguridad a las gentes que siguen sufriendo las consecuencias del capitalismo en su fase neoliberal. Un hilo rojo ha protagonizado las campañas de IU en las pasadas elecciones, y ese es nuestro papel, seguir sosteniéndolo, porque la historia no se terminó el 28 de abril ni el 26 de mayo.

Más bien al contrario, esta historia no ha hecho más que empezar. Una vez asumida la satisfacción que suponía que las derechas no llegasen al gobierno de España, toca situarnos en la coyuntura política y social y actuar, con nuestros mimbres, de manera que podamos seguir en la senda de construcción de un bloque social antagónico. Dos son las dinámicas principales que se van a seguir reproduciendo en nuestro país como consecuencia de nuestro papel en la división europea del trabajo y nuestra inserción en las dinámicas del capitalismo globalizado. La primera la llamaremos de exclusión, el eje dentro/fuera al que Eddy Sánchez, director de la FIM, se viene refiriendo insistentemente y que divide territorios y colectivos sociales entre aquellos que están insertos en las dinámicas de acumulación del capitalismo europeo y global, normalmente dedicadas a la exportación de bienes y servicios y los que no, territorios sobrantes para el capital, que sufren el despoblamiento, la falta de inversiones, la privatización de los servicios públicos, la degradación de las infraestructuras, el cierre de los comercios. Es la España vaciada, y ha sido el capitalismo quien la ha vaciado. la segunda dinámica se basa en un incremento brutal del grado de explotación del trabajo y de los recursos de los territorios y grupos que se insertan en las dinámicas del capitalismo globalizado. camareras de piso, riders, freelances, falsos autónomos, etc: precariedad, horarios imposibles, enfermedades laborales, no llegar a fin de mes, carestía de la vida, casas de apuestas, pobreza y miseria, económica y vital. Es atendiendo a las consecuencias de estas dos dinámicas como se puede ensanchar el campo social de la izquierda que se dice se ha estrechado.

Las contradicciones se van a agudizar, seguir obedeciendo a los dictados de Washington y Bruselas, del FMI, la comisión Europea y los bancos centrales las hará aún más evidentes. Y no debemos permitir que en ese contexto nos roben la calle. No sería la primera vez que la derecha se moviliza en las calles, y ese espacio es nuestro. La acumulación de fuerzas sólo se puede producir desde el lugar que los y las comunistas ocupamos, el lugar donde el hilo rojo se teje fuerte: abajo, a la izquierda.

J.M. Mariscal Cifuentes

Director de Mundo Obrero

 

Rosa & Karl

Rosa & Karl

Rosa & Karl

ERI pretende ser un lugar de difusión de la cultura, las ideas,
la política y también la memoria.

Revista ERI, cuyo segundo número correspondiente al mes de julio tiene entre las manos, es una publicación novedosa que podemos encontrar en librerías y quioscos de Euskadi y Navarra desde el pasado mes de junio.

La buena acogida y el interés recibido hacia el primer número de la publicación, centrado en torno a la figura del histórico dirigente comunista Jesús Larrañaga, ha supuesto un aliciente añadido tanto para el equipo de redacción como para el equipo de maquetación de la revista, que han vuelto a volcarse con el objetivo de que este segundo número sea del agrado y utilidad de lectores como usted.¡

En esta ocasión dedicamos una buena parte de la revista a dos figuras intelectuales impres-cindibles del ideario revolucionario, como son Rosa Luxemburg y Karl Liebknecht. Una mujer y un hombre imprescindibles en el ideario colectivo y dialéctico del marxismo, cuya obra, ideas y biografías han de ser acercadas a la cultura y conocimiento popular de la clase trabajadora, rompiendo la barrera que los condena a ser referencia exclusiva para los intelectuales marxistas y para los militantes de las organizaciones comunistas.

La tarea no es sencilla desde luego, pero ese es el objetivo de una publicación como ERI, tal y como decíamos en nuestra presentación pública hace un mes. Estamos acostumbrados a ver camisetas con la imagen de Ernesto “Che” Guevara, pero difícilmente nos encontraremos por la calle con alguien luciendo una camiseta de Rosa Luxemburg o de Karl Liebknecht, y no será porque no haya romanticismo e incluso épica en las figuras de “Rosa y Karl”. Fundadores del comunismo organizado alemán y europeo, perseguidos, encarcelados y torturados, revolucionarios alzados en el levantamiento espartaquista en Berlín, y ambos asesinados brutalmente por sus ideas y acción revolucionarias.
La explicación tal vez sea algo más sencilla: no son dos figuras realmente conocidas entre la mayoría social en nuestro país, ni en muchos otros lugares –en Alemania sí son muy populares-, a pesar de ser dos personalidades históricas de primer orden.

Con esa intención, la de hacer cercanos y compren-sibles a “Rosa y Karl”, han trabajado nuestros colaboradores en los diferentes artículos que tiene usted ahora la posibilidad de leer. Por eso le advertimos, ni se va a encontrar con artículos eruditos pero ininteligibles, ni con biografías clásicas en una publicación que no olvidemos es una revista. Más bien pretendemos que pueda acercarse el lector a las figuras mencionadas, con facilidad, sintiendo que se está “disfrutando” de una interesante lectura de verano y no de una profunda lectura atractiva solo para quienes ya conocen a nuestros “protagonistas” de julio.

No quisiéramos acabar este editorial sin mencionar la necesaria inclusión de la actualidad política en nuestro número de julio, una sección fija que se repetirá número tras número.

Aportación de actualidad que pretendemos también sea de interés del lector y sirva de herramienta de reflexión, análisis y acción. Porque como bien sabían las figuras en torno a las cuales gira este número de la revista, la teoría necesita de la práctica revolucionaria. Y este mes de julio puede ser un buen mes para ambas cosas.

Julio y el verano suele ser tiempo de lectura de publicaciones ligeras, de novelas de aventuras, y también de obras de más calado, como la nuestra; pero desde luego es también un mes donde la explotación de clase arrecia en sectores económicos con cada vez mayor presencia en nuestra sociedad capitalista como son, dentro del sector terciario, la hostelería o el turismo. Sectores donde la precariedad está absolutamente generalizada y de manera más acentuada entre las mujeres.

Por lo tanto julio debería ser también un mes de combate y lucha, de lectura y compromiso, un mes de Karl y de Rosa.

Irakurketa ona izan dezazula.

 

Jesús Larrañaga y la militarización del partido.

Jesús Larrañaga y la militarización del partido.

Jesús Larrañaga y la militarización
del partido.

Larrañaga, como Comisario de Guerra, fue el cerebro de la defensa de Gipuzkoa

 Partido Comunista de Euskadi es por su lucha antifascista, antifranquista, ya sea en el ámbito político, social o militar.
En 1934, el periódico “Euskadi Roja” llamaba a la creación en Euskadi de las Milicias Antifascistas Obreras y Campesinas (MAOC). Estas milicias pretendían ser una organización revolucionaria de masas; para alistarse había que tener 20 años y pertenecer a alguna organización política o sindical antifascista. Tal y como afirmaba el dirigente comunista Juan Modesto, “Son las MAOC una organización de autodefensa del pueblo, hijas del endurecimiento de la lucha”. En 1935 se celebró, de forma ilegal, el congreso fundacional del Partido Comunista de Euskadi en Bilbao. La victoria del Frente Popular en febrero de 1936 supuso un duro golpe para la derecha más reaccionaria, que comenzó a conspirar con los militares, y a atentar contra militantes comunistas, socialistas, anarquistas. Para enfrentar ese clima, y prepararse ante un golpe, el Comité Central del Partido Comunista de Euskadi decide crear formalmente las MAOC el día 6 de mayo de 1936. Desde los primeros días, los responsables de las milicias fueron Jesús Larrañaga y Manuel Cristóbal Errandonea. Al mando de estos dos últimos realizaron entrenamientos de tiro con escopeta a modo de instrucción militar en el monte Adarra y en Igeldo, en Mendizorrotz.
El golpe de estado del 18 de julio de 1936 supuso el comienzo de la Guerra Civil. En Donostia, las MAOC fueron, junto a las compañías “Roja de Alza” y la “Hoz y el Martillo” las primeras en movilizarse para defender la República. A estas compañías les acompañaron en su entusiasmo antifascista las milicias de la CNT. Jesús Larrañaga vio recompensada su popularidad y mando en las milicias, con la obtención del cargo de jefe de la Comisaria de Guerra de Gipuzkoa.
En Donostia, Irún, Usurbil, Astigarraga o Hernani fue vital la presencia de milicias comunistas, como las MAOC de Renteria, de Oria o la citada “1ª Compañía Roja de Alza”. Larrañaga, como Comisario de Guerra, fue el cerebro de la defensa de Gipuzkoa desde el primer día. Cristóbal Errandonea destacó heroicamente en la batalla de Irún, defendiéndose con apenas 600 fusiles, frente a los más de 3.500 soldados fascistas.
A finales de septiembre de 1936, casi todo el territorio guipuzcoano estaba en manos de los franquistas, salvo Eibar y Elgeta. En la primera semana de octubre se crea el Gobierno Vasco del Lehendakari Aguirre, y el Cuerpo de Ejército de Euzkadi. Dicho ejército, se compuso de aproximadamente 80 batallones, entre ellos 9 del Partido Comunista de Euskadi que fueron las siguientes: MAOC-1 “Larrañaga”, MAOC-2 “Guipúzcoa”, MAOC-3 “Lenin”, Leandro Carro, Rosa Luxemburgo, Karl Liebknecht, Perezagua, Salsamendi y Gernikako Arbola. El MAOC-1, también denominado Larrañaga, estaba formado por milicianos de la Columna Larrañaga (las MAOC originarias) que operó las primeras semanas en Gipuzkoa. Mayoritariamente, se enrolaron milicianos de Hernani, Pasajes, Renteria, Altsasu y Bilbo.
El batallón Larrañaga fue uno de los primeros en formarse. Recibió rápidamente personal (camilleros, oficinistas, guardia y médicos), y armamento. Fue el primer destacamento vasco de refuerzo a Asturias. En Grullos tuvo su bautismo de fuego, a mediados de octubre de 1936. Permanecieron dos semanas en vanguardia, y cuando acabó la defensa de San Claudio, a final de octubre, fueron relevados y trasladados a Bilbao.
Noviembre de 1936 fue de descanso aparente, puesto que no pisaron la primera línea. Pero los batallones comunistas destacaban por su rígida disciplina: guardias diarias, lectura de novedades, traslados constantes en retaguardia, bajas y altas, ascensos por méritos de guerra. En diciembre participaron en la batalla de Villarreal, en Araba, donde sufrieron cerca de 150 muertos, que supusieron casi un tercio de bajas para el Larrañaga. El 17 de diciembre, fueron relevados con las fuerzas muy mermadas, volviendo a Bilbao.
Al comenzar el año 1937 recibieron la orden de volver al frente, a Campazar, en el sector de Elorrio, donde convirtieron dicha localidad en la base del batallón hasta mayo de 1937. En dicha época se contabilizó, a través de las nominas de las MAOC-1, el registro de 645 combatientes en el batallón, siendo 295 militantes del partido.
A finales de abril comienza el periodo con mayor actividad, 6 meses sin descanso donde se peleaba por cada palmo de tierra. Iniciado en Intxorta, donde sufrieron bombardeos de la aviación nazi y fascista italiana, para después trasladarse a Euba, a la famosa Cota 333, donde tuvo lugar una matanza en ambos lados de las trincheras. En mayo estuvieron en el monte Bizkargi y en San Pedro de Orduña, donde fueron constantes los ataques y contraataques.
En junio, las tropas antifascistas, y el MAOC-1 con ellas, están defendiendo Bilbao, a lo largo del Cinturón de Hierro. A mediados de mes la caída de la ciudad era inminente, y Larrañaga mandó a su batallón destruir las industrias bélicas, para no dejar a los franquistas ningún recurso para fabricar armas. Cuando fueron a volar los Altos Hornos, el batallón del PNV Gordexola, que previamente había pactado la traición con los fascistas italianos, abrió fuego de ametralladora contra el MAOC-1, que tuvo que desistir de la acción y huir, replegándose hasta Villaverde de Trucios, Cantabria.Tras la pérdida de Bilbao, desde Trucios, Larrañaga lanzó un discurso contra el Gobierno Vasco, acusándole de “abandonar Bilbao y de haber dejado en pie las industrias de guerra”. Como consecuencia, el 21 de agosto, Indalecio Prieto destituye a Jesús Larrañaga de su puesto de Comisario dentro del Ministerio de Defensa del Gobierno de Euzkadi.
A comienzos de julio, aún en Trucios, el batallón MAOC-1 Larrañaga, se integró en la recién creada XI Brigada Vasca. Sufrieron muchas bajas causadas por la aviación en la localidad santanderina, prácticamente en constante retirada. El desmoronamiento del frente norte trajo el caos y una nueva reorganización de los batallones. En agosto se crean las Brigadas Mixtas, y el ya disuelto Larrañaga formó parte de la 164 Brigada Mixta, siendo el primer batallón de dicha organización. Participaron en los combates en las inmediaciones de Reinosa y a final de agosto en Cabezón de la Sal, el último foco de resistencia en Cantabria.
Los dos meses finales de guerra en el norte los pasaron en Asturias. El 7 y 8 de septiembre combatieron en Llanes, junto al batallón de la CNT Isaac Puente. A mediados de mes destacaron en los combates del Mazuco, en el sector de Escamplero, donde tuvieron lugar enfrentamientos durísimos. El Larrañaga quedó emboscado en dicha posición por ser el último en seguir peleando, y allí el propio Jesús fue alcanzado por una bala en el glúteo. Herido, logro replegarse hasta territorio republicano y recuperarse en octubre del 37.
Octubre, el último mes que resistió el frente norte, fue una constante retirada hasta llegar al puerto del Musel. Allí consiguieron 3 barcos que sirvieron para evacuar el grueso del batallón el día 21 de octubre de 1937. Dos barcos fueron interceptados por los italianos y entregados a las autoridades franquistas en Cudillero. El tercero, donde viajaba Larrañaga con 400 combatientes más, consiguió evitar el control marítimo y llegó a la isla francesa de Yeu. En este último barco viajaba el archivo del Partido Comunista de Euskadi que fue arrojado al mar por miedo a ser capturados.
Desde Francia, Jesús y la mayoría de los combatientes siguieron hasta Barcelona, para volver a combatir al fascismo, año y medio más tarde desde que salieron de sus casas. Muchos no pudieron regresar nunca más con sus familias, porque se refugiaron en distintos países al finalizar la guerra, o porque siguieron la lucha en la clandestinidad, y les fue arrebatada la vida en un piquete de fusilamiento. Un recuerdo para todos ellos, entre los que se encuentra Jesús Larrañaga.
Aitzol Arroyo Tumas
Historiador

Perdedores sí, vencidos nunca

Perdedores sí, vencidos nunca

Perdedores sí, vencidos nunca

No somos justos con nuestros soldados republicanos
del ejército de Euskadi de 1936.

No somos justos
con nuestros soldados republicanos del Ejército de Euskadi de 1936. No lo somos ni cuando hablamos ni cuando escribimos o rodamos películas sobre ellos. No podemos permitir que se les llame “vencidos”. Ni nosotros ni sus hijas ni nietos ni biznietas podemos ya caer en el error histórico de decirlo. Vencido y perdedor, aunque sinónimos, no significan lo mismo

Lo son menos aún en un marco de guerra surgido por un golpe de Estado militar fallido como fue el de julio de 1936. ¿Estima usted que se sintieron vencidos alguna vez el cofundador del PCE-EPK Jesús Larrañaga, el miliciano Marcelo Usabiaga del batallón Rosa Luxemburgo, la irunesa Felipa Domínguez de las Milicias Vascas Antifascista, o mi tío-abuelo Rosendo Lozano, del batallón Perezagua?

No debemos hacer nunca nuestra la terminología de aquellos y aquellas que -no olviden-, fueron quienes hicieron frente a una democracia. Fraguaron su pérfido plan contra la legítima Segunda República. Aquellos militares aliados internacionales sublevados procedentes de España, Italia, Alemania, Marruecos y Portugal. Enfrente, en Euskadi tuvieron la tan férrea como utópica resistencia de un minúsculo ejército vasco con apoyos de bravos y soñadores asturianos, gallegos… e, incluso, de olvidados brigadistas internacionales, así como de otras ayudas extranjeras puntuales que merecen reconocimiento total.

Aquellos combatientes fueron, en realidad, baserritarras, torneros, arrantzales, escritores, mecánicos, dantzaris… que casi barbilampiños se alistaron a los batallones del denominado entonces Euzkadiko Gudarostea. También batallaron mujeres milicianas hasta que la presidencia del Gobierno Provisional de Euzkadi les negó -de forma incomprensible, su lucha en el frente.

Y aquellos espontáneos guerrilleros lo hicieron más por corazón que por desear ser soldados. Es decir, fueron combatientes con austera nómina, pero improvisados y no preparados. Y con el tiempo, hoy, para nuestra sociedad, desatendidos, pero esa es… otra guerra.

¡Vencidos -enfatizaba-, no es lo mismo que perdedores!
No lo es. El 1 de abril de 1939 o, para algunos ya el 24 de agosto de 1937 en Santoña, el bando republicano perdió la guerra. Es decir, el bando golpista internacional aliado -insisto en que arrimaron el hombro más de tres potencias militares aliadas-, la ganó. Hasta ahí todo correcto. Unos ganaron; otros perdieron. Sin embargo, siendo leales a la semántica y, sobre todo, a nuestros padres y abuelos, no hubo ni vencedores ni vencidos. Y aquí, además, se puede deducir en una curiosa paradoja. ¡Reflexionen!

Nuestros combatientes antimolistas, antifranquistas, antifascistas, antinazis no fueron vencidos porque no hicieron suya la ideología de los sublevados, de los a la postre, franquistas. Es decir, no fueron perdedores que al sentirse vencidos acabaron siendo antidemócratas. No se convirtieron en -aglutinándoles de alguna forma simplificada-, “fascistas”.

Si ustedes preguntan a los, al menos, 15 milicianos y gudaris que tenemos constancia que siguen vivos en 2019, les responderán que perdieron la guerra pero que siguen manteniendo sus ideas intactas: cada cual la suya y todos ellos con los Derechos Humanos como fin último y primero.

Sin embargo, cosas de la vida, muchos de aquellos ganadores -ya hemos desbaratado que fueran vencedores-, insisto, muchos de aquellos ganadores antidemócratas tratan desde 1975 y a día de hoy de reivindicarse como demócratas, como “demócratas de toda la vida”. Ellos, los hoy ganadores de aquella guerra internacional de 1936, son los perdedores, mal calificados “vencidos”.

Iban Gorriti

Licenciado en Periodismo

 

Coplas de Juan Panadero

Coplas de Juan Panadero

Coplas de Juan Panadero

A Larrañaga y a los Héroes caídos
en la Resistencia Española.

Rafael Alberti

La caja de mi guitarra
no es caja, que es calabozo,
penal donde pena España.

Las paredes de la cárcel
son de madera, madera,
de donde no sale nadie.

Las cuerdas son los barrotes,
la ventanita de hierro
por donde pasan mis voces.

Y las clavijas, ¿qué son
sino las llaves que aprietan
la luz de mi corazón?

ora me pongo a cantar
coplas que llevan más sangre
que arenas lleva la mar.

¡SANGRE de los guerrilleros,
mineros y campesinos,
soldados y marineros!

¡Toda la España leal,
la España de los caminos
que van a la libertad!

Guerrilleros de Galicia,
de Asturias y de Levante,
de Aragón y Andalucía!
¡Valientes de todas partes!

Canto ahora a los caídos,
a los que estando en la tierra
ya están naciendo en el trigo.

¿A qué llorar, si la pena
sólo al corazón le pone
más grillos y más cadenas?

Mi mejor luto será
echarme un fusil al hombro
y al monte irme a pelear.

Y allí por descanso, el suelo;
y allí por llanto, las balas,
y el corazón por pañuelo.

Que nada me desalienta,
que un guerrillero es un toro
en medio de una tormenta.

Y no me vengan a mí
Diciendo que un guerrillero
No es un toro hasta el morir.

Me hirieron, me golpearon
y hasta me dieron la muerte,
¡pero jamás me doblaron!

Que yo cien vidas daría
y otras tantas que tuviera
y el mismo morir tendría.

Ahora yo quiero nombrar,
no mi nombre, porque el mío
es como el de los demás.

¿A quién nombraré primero?
Nadie es segundo en mi lengua
cuando es de acero el acero.

Si uno es glorioso, en glorioso
al otro no hay quien le gane.
Si digo Gómez Gayoso,
ya estoy diciendo Seoane.

Canto fuerte, camaradas,
compañeros, canto fuerte,
Aunque esta copla es de muerte,
sin la garganta apretada.

¡Sangre de Gómez Gayoso,
sangre pura, sangre brava,
sangre de Antonio Seoane,
de Diéguez, de Larrañaga,
de Roza, Cristino y Vía,
valles de sangre, montañas!

¡Sangre de Agustín Zoroa!
¡Mar de sangre derramada!
¡Sangre de Manuela Sánchez…!
¡Sangre preciosa de España!

No quiero seguir nombrando
más sangre, pues mi guitarra
también se está desangrando.

Más aunque su voz se muera,
su voz seguirá cantando
a la España guerrillera.

Siempre seguirá cantando
y seguirá maldiciendo
hasta que el gallo del alba
grite que está amaneciendo.

Ya remontó la mañana.
¡Ya el aire se está poniendo
banderas republicanas!