La sorpresa Belga

La sorpresa Belga

La sorpresa Belga

Nos encontramos en el año 2017, casi 10 años desde el comienzo de la crisis. Toda Europa está ocupada por partidos del establishment y de extrema derecha… ¿Toda? ¡No! Una aldea poblada por irreductibles belgas resiste todavía al invasor…
Más allá del paralelismo con Astérix y Obélix, el fenómeno del PTB -Partido del Trabajo de Bélgica-, está sorprendiendo a políticos y politólogos tanto por su emergencia como por su naturaleza. Nos explicamos: con las elecciones federales de 2019 aproximándose, nadie apostaba por que un partido de origen maoísta llegase al asombroso primer puesto en la región francófona de Valonia y al tercero en la región mixta de Bruselas –en la región flamenca tiene más dificultades-.

Desde luego tampoco se esperaba la velocidad con la que ha ido creciendo este último año, donde ha pasado de unos discretos 8%, 5% y 3% en Valonia, Bruselas y Flandes respectivamente en enero de 2016, a colocarse actualmente en el 24%, 14%, y 7%, en las mismas regiones. Podemos proporcionar tres explicaciones interconectadas de este acelerado éxito: sus representantes y liderazgos, su comunicación política y discurso, y su organización e implantación.

La génesis de este partido liderado por el sociólogo Peter Mertens no se emplaza en el marco del resto de partidos de extrema izquierda “old-school”, esto es, nacidos a principios de siglo XX con las movilizaciones obreras, sino que se trata de un partido surgido de las movilizaciones estudiantiles de los 60 en Bélgica. Agrupados en torno al comunista Ludo Martens, los estudiantes maoístas crearon en 1979 el núcleo del PTB, en clara oposición a la izquierda de entonces.

Una de las claves de la aceptación de este partido por parte del electorado está en los candidatos y el trabajo de comunicación política que hay detrás. Por un lado, estos representantes poseen rasgos similares a los de la población que quieren representar. No en vano el líder intelectual Peter Mertens, aparte de escribir varios libros que servirán de base teórica del partido, pasó su juventud fregando escaleras como “técnico de limpieza”.

Entre sus representantes encontramos sobre todo jóvenes, mujeres, inmigrantes y simples trabajadores, que son “entrenados” en liderazgo y análisis político en su potente centro de investigación, el Instituto de Estudios Marxistas.
Otro ejemplo es el perfil público del actual portavoz nacional, Raoul Hedebouw, que ha crecido de manera exponencial debido a sus contundentes intervenciones y las campañas que encabeza. Sus intervenciones emplean un lenguaje directo y polémico, similar al de los primeros años de Podemos, pero con menos ambigüedad y siguiendo una marcada estrategia política donde la imagen, la “marca” del partido, es esencial para comprender el porqué de su éxito.

Si bien la forma es importante, el contenido es determinante: un discurso anti-establishment, contra la “lobbycracia” europea y pro-industria, a la vez que ecologista, son sus insignias. Lo simbólico también ocupa un espacio importante ya que sus representantes se bajan el sueldo a 1.600 €, la media nacional, y se trata del único partido financiado mayoritariamente por sus afiliados.Dicho éxito también se debe a un hecho insólito en la política belga: no sólo las ponencias y discursos de los representantes del PTB son mitad en francés y mitad en flamenco, sino que la totalidad del partido está organizado en torno a este eje integrador de las dos culturas. Es el único partido nacional, es decir, que tiene presencia en todas las zonas, que interviene en todas las lenguas y que intenta representar todos los intereses lingüisticos y culturales.

Esto se combina con una efectiva implantación en los trabajadores belgas. Entre los trabajadores sindicados, insiders, pero también entre los outsiders, teniendo muy en cuenta la realidad social belga. Peter Mertens es conocido por su ensayo “La clase obrera en la era de las multinacionales”, donde hace un análisis exhaustivo del trabajo y los trabajadores en el siglo XXI y propone nuevas y no tan nuevas herramientas para los nuevos desafíos.

El documento del PTB “Un Partido Flexible” utiliza los conceptos tradicionales de táctica y estrategia, pero establece también una orientación sindicalista muy acentuada y actualizada, comprendiendo y analizando las nuevas condiciones toyotistas, deslocalizadas y precarizadas de la nueva industria y la terciarización.

Otro fuerte está en la relación entre la comunicación política y su organización. Concretamente, en la manera en la que combinan la sala de estar (la comunicación política directa y simple de cara al electorado trabajador), con la cocina (organización interna leninista-jacobina de firmes principios y flexible en la práctica). De esta manera, pese a que nominalmente –de cara al público-, no son un partido comunista, organizativamente son un partido clásico de vanguardia. Unos principios y estructura tan rígidos conllevarían el riesgo de una esclerotización y burocratización, pero éste parece ser uno de los puntos más trabajados en lo interno del PTB.

Todos estos elementos vienen a completar el puzzle del éxito del PTB, que se adelanta en Valonia al tradicional Partido Socialista, que como en Francia, alcanza su mínimo histórico. A pesar de su falta de experiencia parlamentaria y de su política de no alianzas, el PTB se yergue como una alternativa firme en la izquierda belga, en un momento en que la gente se siente enfadada y desilusionada con los partidos políticos tradicionales y gravita hacia la derecha.

Fidel Oliván Navarro
Politólogo y Sociólogo
Blog Polikracia

La salida de la crisis

La salida de la crisis

«La salida de la crisis»

Se trata de que esta vez no la paguen los de siempre.

Ante esta crisis que estamos viviendo, la sociedad precisa dos tipos de respuestas políticas. Respuestas en el ámbito sanitario, para controlar la pandemia y salvar el máximo de vidas posibles en el corto plazo, pero también para estar realmente preparados para la protección de las personas en el medio plazo. Y respuestas de ámbito económico y social para frenar el impacto de la crisis en la economía, pero sobre todo para evitar que el impacto recaiga como siempre sobre las capas más vulnerables de la sociedad y sobre el conjunto de la clase trabajadora.

En el ámbito sanitario, si algo nos ha dejado claro esta crisis, es la importancia de tener sistemas de salud públicos potentes y autosuficientes capaces de dar respuesta a las necesidades sanitarias de una sociedad que tiene que recurrir al ámbito privado en no pocas ocasiones para la atención de cuestiones que podría atender un modelo público diseñado sin miedo a dejar sin clientes a las empresas particulares del ámbito sanitario y auxiliares del mismo.

Y eso pasa por una sanidad donde no se extenalicen servicios, ni sanitarios, ni auxiliares, como pasa actualmente en Euskadi. Y pasa por una plantilla que no tenga que soportar una inaceptable tasa de temporalidad superior al 30%, y también pasa por unas buenas condiciones laborales, incluidas las salariales. Y decimos esto último porque parece que algunos ya empiezan a deslizar el mantra con el que nos bombardearon en el inicio de la anterior crisis sobre los supuestos privilegios de los funcionarios para justificar luego recortes, extenalizaciones y privatizaciones.

Durante esta crisis ha existido el riesgo real de un colapso en el sistema sanitario, riesgo mayor donde mayores recortes y privatizaciones ha sufrido la sanidad pública. Y eso debería mostrarnos el camino a seguir cuando la sanidad privada representa ya el 30% del gasto total sanitario tanto en el País Vasco como en Navarra. Y también debería suponer un cambio en el modelo de residencias con el que contamos, que ha demostrado ser uno de los puntos débiles del modelo socio sanitario en ambas comunidades, estando precisamente caracterizado por su alta privatización y sobre la base de la precariedad laboral.

En el ámbito económico la crisis nos está mostrando que es posible adoptar medidas para evitar que los efectos negativos de una crisis recaigan básicamente sobre la espalda de los y las trabajadoras. Medidas de choque aprobadas bajo el paraguas del Estado de alarma del gobierno de coalición existente en Madrid, que aunque insuficientes caminan en la buena dirección, y sobre todo en la dirección contraria a las medidas tomadas en la anterior crisis, las cuales aunque ya nos hayamos olvidado, se nos presentaron como las únicas posibles.

Medidas que aunque podamos y debamos señalar como insuficientes ante lo que tenemos por delante, están siendo muy potentes y acertadas. Están evitando despidos masivos, están garantizando prestaciones a quienes no las tenían y cobertura económica pública a millones de personas que lo necesitan. Y sobre todo están suponiendo una ruptura con el dogma de salida de la anterior crisis, el famoso dogma neoliberal. Y eso debe suponer un cambio de rumbo en las políticas que venimos padeciendo durante años que ha de mantenerse y acentuarse tras finalizar el Estado de alarma.

En Euskadi de momento no parece calar ese cambio de rumbo. El Gobierno Vasco se ha mantenido a rebufo en las medidas de protección económica y social, limitándose a hacer básicamente lo de siempre y poner algo de dinero para no quedar en evidencia ante la oleada de medidas aprobadas en Madrid y de las que se está beneficiando mucha gente que lo necesita en Euskadi. Por no hablar de algunas chapuzas como los juegos del hambre practicados con las ayudas a los autónomos por parte del ejecutivo Urkullu.

El lehendakari habla de tres años para recuperar tasas de empleo mientras dice que la creación del mismo es la mejor política social, pero la gente no va a disponer de ese tiempo. Esta vez no va ser suficiente con planes de empleo porque esta vez no vale con superar la crisis con el esfuerzo de la clase trabajadora. Si la respuesta del Gobierno Vasco va a ser esa, lo más probable es que signifique que la crisis la vuelvan a pagar los de siempre.

Esta vez se trata de que la crisis no la paguen los de siempre y eso pasa porque la paguen otros. Para lo cual tenemos algunas competencias nada desdeñables tanto en el País Vasco como en la Comunidad Navarra. Se llama fiscalidad. Esta vez hay que responder a la crisis repartiendo los recursos utilizando una herramienta valiosa como es la fiscalidad. Un fiscalidad que para empezar no permita que se aporte menos por la obtención de beneficios empresariales que por la obtención de salarios.

Las medidas urgentes que viene aprobando el Gobierno de España bajo el Estado de alarma para detener el impacto de la crisis en la clase trabajadora y en la mayoría social, están suponiendo un enorme esfuerzo del Estado para con los de abajo y no como habitualmente para con la banca y el capital. Superada la pandemia, el objetivo debe ser que ese esfuerzo lo pague quién puede y debe, precisamente banca y capital.

 

Hacer cumplir al gobierno y mantener la estrategia de ruptura

Hacer cumplir al gobierno y mantener la estrategia de ruptura

Hacer cumplir al gobierno y mantener la estrategia de ruptura

Se inicia una nueva etapa política en la que por primera desde los años 30 del pasado siglo en España hay un gobierno de coalición entre la socialdemocracia y la izquierda alternativa, con la entrada de Unidas Podemos -y de Izquierda Unida- en el Consejo de Ministros, un gobierno cuya formación ha sido apoyada por el PCE, que cuenta con dos ministerios dirigidos por integrantes de nuestro Partido. Existe en estos momentos una evidente satisfacción de los sectores populares, democráticos y progresistas por haberse alcanzado finalmente el acuerdo de gobierno de coalición.

Toca trabajar para que el acuerdo de gobierno alcance los objetivos propuestos, que no son otros que revertir las políticas neoliberales y de recortes de derechos y poner en marcha otras políticas diferentes que garanticen plenamente los contenidos de los derechos fundamentales, tanto políticos como sociales y económicos, con el fin de mejorar sustancialmente las condiciones materiales de vida de la clase trabajadora. Podemos afirmar que es positivo que no se haya cerrado la crisis de régimen en forma desfavorable para la clase trabajadora, y también lo es que se diluya el llamado centro político, que no es otra cosa que la muleta en la que se apoyan los poderes económicos para atraerse a la parte más débil de las capas populares.
Se abre un escenario político que nos ofrece la posibilidad de mejorar las condiciones de vida de la mayoría social, aumentando el Salario Mínimo, recuperando el valor adquisitivo las pensiones, derogando la LOMCE, la Ley Mordaza o la Reforma Laboral, al tiempo que se pueden profundizar las contradicciones del bloque dominante.

La cuestión es seguir siendo una fuerza rupturista y no caer en la tentación de querer convertirnos en la izquierda del régimen. Debemos conjugar el mantenimiento de la estrategia rupturista con una táctica que tiene que contemplar nuestra participación en el Gobierno con nuestra actuación social, sindical e institucional, para conseguir conjugar medidas que mejoren la vida del Pueblo con otras que generen contradicciones en el bloque dominante y nos permitan avanzar en alcanzar una correlación de fuerzas favorable a un nuevo marco constitucional, la República.

La clave en este momento es no olvidar que la crisis de régimen sigue abierta y que las fuerzas del bloque dominante que han perdido una batalla, no darán por perdida la guerra, que van a tratar de utilizar todos sus recursos para que este gobierno fracase y dar paso a un gobierno de la derecha más dura.

Esta estrategia deberá permitirnos también ampliar la base política y militante del proyecto de convergencia de la izquierda en torno a Unidas Podemos, un requisito imprescindible para soportar con éxito los retos políticos a los que nos enfrentamos y las innumerables contradicciones a las que nos someterá la acción de gobierno. No olvidamos que el Gobierno puede fracasar, no sólo por la presión de la derecha, sino que también puede fracasar si no cumple las expectativas de una base social que hoy está esperanzada. El ejemplo de Grecia está demasiado cerca en el tiempo, por lo tanto, la mejor defensa del Gobierno no es justificar todo lo que haga, sino trabajar en todos los ámbitos para que cumpla sus objetivos.

A la vista del contenido del acuerdo programático, nuestro enemigo principal será, sin duda, en los próximos meses el intento de desestabilización del gobierno por la derecha mediática y política, la ultraderecha y en general todas las fuerzas conservadoras al dictado del gran capital.

Y previsiblemente, serán innumerables los ataques de sectores izquierdistas que afirmarán que el acuerdo de coalición alcanzado es una traición a la clase obrera y supone habernos entregado a la socialdemocracia.
No viene mal recordar por lo tanto las palabras de Lenin en su obra “La enfermedad infantil del izquierdismo en el comunismo”:
“Hay que aprovechar la menor posibilidad de obtener un aliado de masas, aunque sea temporal, vacilante, inestable, poco seguro, condicional. El que no comprenda esto no comprende ni una palabra de marxismo ni de socialismo científico contemporáneo, en general. El que no ha demostrado en la práctica, durante un intervalo de tiempo bastante considerable y en situaciones políticas bastante variadas, su habilidad para aplicar esta verdad en la vida no ha aprendido todavía a ayudar a la clase revolucionaria en su lucha por librar de la explotación a toda la humanidad trabajadora”.

“De todo esto se desprende imperiosamente la necesidad -una necesidad absoluta para la vanguardia del proletariado, para su parte consciente, para el Partido Comunista-, de recurrir a la maniobra, a los acuerdos, a los compromisos con los diversos grupos de proletarios, con los diversos partidos de los obreros y pequeños patronos.Toda la cuestión consiste en saber aplicar esta táctica para elevar y no para rebajar el nivel general de conciencia, de espíritu revolucionario, de capacidad de lucha y de victoria del proletariado.”

Redacción Herri

 

Gramsci en Ses Fonts Ufanes*

Gramsci en Ses Fonts Ufanes*

Gramsci en Ses Fonts Ufanes*

“El agua es agua pura y libre cuando corre entre las dos orillas de una corriente o río”.

Ahora que dicen que vuelve a haber jóvenes, cabe recomendar la lectura de tres escritos de Gramsci publicados en febrero de 1917 en La Cittá Futura, la revista de las Juventudes Socialistas turinesas. Son los titulados «Indiferentes», «La disciplina» y «Disciplina y libertad». El primero es una exhortación a la participación, a tomar partido, y en contra de los indiferentes, de los que no ven diferencias y dicen «Todos son iguales». «Odio a los indiferentes», empieza diciendo Gramsci, que se califica a sí mismo de partigiano, es decir, de alguien que se coloca en un bando y no en otro, alguien que participa, que es de un partido.

Lo que sucede, el mal que nos cae encima, (…) no se debe tanto a la iniciativa de los pocos que actúan como a la indiferencia, al absentismo de los muchos. (…) Parece que sea la fatalidad lo que lo destroza todo y a todos; parece que la historia no sea sino un enorme fenómeno natural, una erupción, un terremoto, del que todo el mundo es víctima. (…) Los indiferentes (…) prefieren hablar de ideales fracasados, de programas definitivamente caducos y de otras placideces similares. Así vuelven incidir en su ausencia de toda responsabilidad.

En el segundo artículo, «La disciplina», Gramsci describe con imágenes de Kipling la disciplina burguesa, mecánica y autoritaria, de la cual emana una corriente interminable de obediencia y sumisión, y contrapone la disciplina libre, autónoma y espontánea de los trabajadores organizados. «Quien es socialista, o quiere llegar a serlo, no obedece, sino que se manda a sí mismo.»

En el último artículo, «Disciplina y libertad», Gramsci aporta una imagen imborrable. Se pregunta a qué denominar agua libre, agua viva. Y contesta: «El agua es agua pura y libre cuando corre entre las dos orillas de una corriente o río, no cuando está esparcida de manera caótica por el suelo, o cuando se expande y disuelve en la atmósfera».
Por un lado, agua esparcida y vapor sutil. Por otro, agua limitada por las orillas pero que nada detiene, porque ve de dónde viene y sabe adónde va. Para Gramsci, la imagen de la rebelión. es análoga a la del torrente o el río recogido sobre sí mismo, fortalecido y orientado por las orillas, que avanza y derriba cuanto se le opone, y no se detiene, y cada nuevo obstáculo supone un salto hacia un nuevo impulso.

No puedo dejar de pensar en agua esparcida cuando veo a grupos de gente sentada en el suelo, en la plaza de España**, en Palma, hablando de manera pretenciosa. Da igual que sean dos o mil: no es la cantidad lo que dota de libertad al agua. El agua esparcida atrae mosquitos (moscards en mallorquín; sea casualidad o no, mouchard es la palabra francesa para los confidentes policiales)

Claudio Magris se preguntaba (El Danubio, 1988) cuál era la fuente del Danubio. En una excursión río arriba para encontrar la fuente de la que brota el río, viaje ritual hacia el origen y hacia el final de la cultura centroeuropea (Karl Kraus: «El origen es la meta»), dejando atrás riachuelos cada vez más estrechos, el viajero llega por fin a una finca rústica, en lo alto de la montaña, donde, desde un abrevadero, se derrama el agua que forma el primer hilo, que llegará al mar Negro convertido en un río inmenso, tras haber atravesado ciudades, países, siglos y culturas.

¿De dónde viene esta agua que llena el abrevadero y se derrama? El viajero mira y descubre un grifo: ¡un grifo, el origen del Danubio! Nada más vienés que esta imagen del artificio y la arbitrariedad como productor y causa de la «Naturaleza». No obstante, la rebelión, el agua viva y libre que busca Gramsci, no puede proceder de un grifo.
Hay movimientos sociales que sí salen de un grifo. Son procesos artificiales, fruto de cálculos contables, de aritmética parlamentaria, dicen que para sumar más, y que esconden el grifo que los ha creado y los alimenta.
El agua viva de Gramsci tiene otro origen. Torrentera libre, de orillas sólidas elegidas por ella misma, que embiste los obstáculos y arrastra al viejo mundo que se le opone.

Veo Ses Fonts Ufanes de Campanet cuando leo estas páginas de Gramsci. ¿Habéis ido alguna vez? Os encontráis dentro de un encinar. Oís un rugido sordo. De manera repentina, difusa, potente, empieza a brotar agua directamente de la tierra, por todas partes, delante de vosotros, detrás, al lado. No se detiene, cada vez hay más. Agua en movimiento, que no se contempla a sí misma como Narciso, sino que avanza decidida, corriente abajo, que se agrupa, choca, se abre camino, atropella, salta por encima de los obstáculos, se abre paso.
Pienso en Gramsci y en Ses Fonts Ufanes cuando veo que aquí y allí brotan gritos, pregones, revueltas, mareas: aguas vivas salidas de mil manantiales, de toda fuente, capaces de transformar la movilización en organización, la rebeldía en alternativa, la alternativa en poder.

*. Ses Fonts Ufanes, dentro del municipio mallorquín de Campanet, es un sistema de fuentes intermitente, que brotan directamente del suelo en un área de cierta extensión, según el régimen pluvial producido días antes en las montañas cercanas, y que puede oscilar entre los tres y los 100 metros cúbicos de agua por segundo. Fueron declaradas Monumento Natural por el Gobierno de las Islas Baleares en el año 2005.

**. La plaza de España de Palma fue el escenario donde se representó el 15-M.

Josep Quetglas
Arquitecto

Pinto FLORES para que así no se MUERAN

Pinto FLORES para que así no se MUERAN

Pinto FLORES para que así no se MUERAN

Recuperar el orgullo de siglos de lucha contra los elementos naturales, la opresión social y económica y la opresión patriarcal.

Con esta preciosa metáfora Frida Kahlo explicaba su voluntad de ayudar a conservar aquello que conside-raba admirable y digno de ser legado a las siguientes generaciones para que, así, también ellas lo pudieran disfrutar y admirar.

Frida ha sido estudiada, interpretada y reinterpretada en numerosas ocasiones y bajo multitud de prismas. Pero al menos hay dos características que se señalan de manera casi unánime: su perfil feminista y su interés en la cultura popular/ rural.

Y no es casualidad que ambas cuestiones vayan unidas. Las mujeres, a lo largo de la historia, los países y las distintas civilizaciones, han sido guardianas, cuidadoras y transmisoras de la cultura popular, una de cuyas máximas expresiones es, probablemente, eso que denominamos genéricamente “cultura rural” en la que el papel de las mujeres como custodias sigue estando más vigente incluso hoy día. La mujer como transmisora de saberes, tradiciones y raíces, aprendidas y enseñadas a través de canciones, historias o “fórmulas mágicas” que enseñaban a conjurar miedos y peligros.

A pesar de que en multitud de ocasiones se ha denostado esa cultura rural por ser poco elevada o reflejo de valores que transformar (conservadores, machistas), lo cierto es que esa visión de la cultura rural dejó hace tiempo de ser tan parcial. No podemos negar que el poder ejercido por fuerzas conservadoras y patriarcales ha alentado un tipo de cultura popular y rural afín a sus intereses que son, qué duda cabe, perpetuar los valores que permiten el mantenimiento del statu quo.

Sin embargo, debajo de la cultura popular que es casi, en ocasiones, poco más que un estereotipo pobre y vacío, late una enorme corriente de expresión en la que se encuentran muchos otros valores, en la que hallamos una forma de explicar el mundo fuertemente vinculada a la tierra, a los recursos, a la realidad tangible que rodeaba a nuestras hermanas de tierra (como definieron, de manera preciosa, María Sánchez y Lucía López). Una cultura escondida porque también tenía una componente fuerte de rebeldía frente a lo que era injusto: canciones de burla y rechazo a los señores, a los maridos que no compartían los trabajos y trataban mal a las mujeres, de rebeldía frente a los condicionantes sociales. Canciones que nunca se grabaron, ni llenaron teatros, pero que se transmitían por generaciones cantándose en lavaderos, cocinas y faenas en el campo.

Canciones e historias que reflejaban años de sentimientos y realidades sociales cambiantes.

Pero también hoy existe ese latido. En los bordes de nuestra sociedad, en las heridas de nuestro territorio que es eso que llamamos “la España Vaciada”, existe una cultura rural y feminista llena de vida. No piden ayuda, ni quieren que se les dé voz, porque ellas tienen su propia voz.
Es respeto y visibilidad lo que necesitamos: estar en pie de igualdad, sin estereotipos ni tutelajes.

Este 2018 celebrábamos el Año Europeo del Patrimonio Cultural y, como su propio lema indicaba, se trataba de “un año para la reivindicación, la puesta en valor, y la interpretación de todos los patrimonios culturales”. Y no es posible hablar de todos los patrimonios culturales sin contar con el mundo rural que representa el 80% del territorio del Estado Español, ocupa el 72% de la superficie total del territorio y donde encontramos el 100% de nuestro Patrimonio Natural.

Existe un extenso (aunque demasiadas veces desconocido) patrimonio arqueológico, histórico-artístico, natural, industrial, eclesiástico, civil … Un patrimonio material e inmaterial, cuyo mantenimiento supone la conservación de la identidad de un entorno y de sus habitantes, así como la garantía de su pervivencia y disfrute para generaciones futuras.

Incluso, como parte de la tan necesaria lucha contra el cambio climático y la, también, necesaria adaptación a las condiciones cambiantes en nuestro entorno, la cultura rural ha sido guardiana de sistemas de trabajo que son verdaderas fuentes de tecnología adecuada. Actualmente, estos procesos etnológicos están amenazados por el olvido colectivo debido a que se ha interrumpido el conocimiento transgeneracional de estos sistemas de trabajo, que también son fuente de creatividad artística y esta pérdida de memoria es debida en gran parte al avance de la despoblación rural.

Reconocer y admirar a Frida Kahlo también es reconocer y exprimir su mejor legado. Pintar flores para que no mueran es reivindicar, como ella misma hizo, la necesidad de poner en el centro, visibilizando, la cultura rural, popular y profundamente feminista que se hace en las heridas de nuestro territorio. Recuperando el orgullo de aquello que hacemos para celebrarnos a nosotras mismas y celebrar que estamos vivas en nuestros territorios.

Recuperar el orgullo de siglos de lucha contra los elementos naturales, la opresión social y económica y la opresión patriarcal.

Recuperar el orgullo de venir de una lucha de siglos, de abuelas que nos contaron historias.

Eva García Sempere

Exparlamentaria en el Congreso de los Diputados por Unidas Podemos.
Coordinadora federal del área de Medio Ambiente y Ecología de Izquierda Unida.

Contraofensiva Frida Kahlo

Contraofensiva Frida Kahlo

Contraofensiva Frida Kahlo.

“Este número de Herri representa una contraofensiva ideológica en ese universo mercantilizado de Frida.”

De nuevo, como en los números sobre Picasso y sobre Miguel Hernández, Herri aborda en sus páginas una monografía sobre una artista muy conocida y popular. Y muchos se preguntarán:

¿Qué novedades sobre Frida Kahlo puede aportar esta revista?

Pues ante esta lícita pregunta debemos responder como lo hacíamos en aquellos números: que si Herri es una publicación que ha nacido justamente para desempeñar una labor en la batalla de la cultura, en la lucha por las ideas, para ensanchar el campo del pensamiento crítico con esta sociedad y ampliar la base de los partidarios de otra sociedad, socialista, que supere al capitalismo; si hemos nacido para eso, un trabajo específico e inexorable que debemos hacer, casi el primero, es no dejarnos arrebatar nuestros héroes y heroínas por el adversario, no permitir que el sistema, el “establishment”, se apropie impunemente de nuestros mejores pensadores, artistas, poetas, y los convierta en iconos vacios de contenido revolucionario, en mitos al servicio del consumo.

Esa tendencia, la de recuperar en números monográficos a los más brillantes exponentes de la cultura, “populares”, de inequívoca militancia comunista, será una constante en la trayectoria de la revista, para rescatar su autenticidad; y para rendir justicia a nuestra propia memoria histórica, tan valiosa y que tantas veces descuidamos u olvidamos.
Otros, quizá, puedan pensar que somos unos oportunistas y que nos subimos al carro de la moda de Frida Kahlo, cuando se trata precisamente de lo contrario. Como acabo de decir, queremos recuperar a nuestra gente, a nuestros poetas, a nuestros pintores, a nuestros escritores, volver a ellos con sus propias e inequívocas palabras, volverlos a su ser original, sanarlos de la podredumbre en la que son trasformados en las manos del enemigo.

Y Frida Kahlo seguramente es el caso más paradigmático. Existe hoy en día una omnipresencia del icono Frida, en camisetas, carteles, en multitud de objetos de lo más variopinto, desde zapatillas de deporte, a joyas y lencería, hasta en corsés con cristales de Swarowski. Al parecer, existe una firma detrás, que se lleva una comisión por cada producto de consumo vendido, por cada camiseta, por cada objeto, la Frida Kahlo Corporations, FKC. Frida murió sin descendencia, y hasta el año 2005 era su sobrina, Isolda Pinedo Kahlo, quien poseía los derechos de comercialización del nombre de la artista.

Hasta esa fecha la comercialización de su marca se movía en un terreno económico más bien modesto. Es en ese año 2005 cuando la sobrina, con el fin de obtener más beneficios económicos, vende la marca a un empresario español, Carlos Dorado, un hombre que reconoce que desconocía por completo quién era Frida Kahlo cuando compró los derechos y montó la empresa para explotarlos; pero admite que, sin embargo, vio de inmediato el gran potencial de imagen de esa mujer fuerte, diferente y de gran personalidad. El gran despegue comercial, que lo ha hecho millonario, sucedió tras el éxito de la película sobre Frida protagonizada por Salma Hayek.
Desde entonces este empresario ha comercializado la marca FKC por todo el mundo, realizando acuerdos de colaboración con grandes compañías del sector, como Converse, Mattel, La Perla, Stradivarius, Mango o Primark.

Nada queda más lejos del pensamiento de la propia Frida que esta situación actual de su imagen, vaciada de su rebeldía, de su compromiso político y de su feminismo; nada más lejos de una Frida Kahlo miembro del Partido Comunista de México, cuyo féretro fue envuelto con la bandera roja con la hoz y el martillo. Por eso este número de Herri representa una contraofensiva ideológica en ese universo mercantilizado de Frida, para reinstalar, dentro de nuestra modestia y nuestras humildes posibilidades, el ideario comunista de la gran artista, prestándole nuestra voz para que el pueblo vuelva a visitar su arte con la pureza de la mirada original, y con el ansia de revolución que ella deseó.

Funeral de Frida Kahlo  Escanear para escuchar

Escanear para escuchar

Miguel Usabiaga

Arquitecto – Escritor
Director de Herri

Cómo atravesar los muros: de la “dark place” a una reunión en la cuarta dimensión.

Cómo atravesar los muros: de la “dark place” a una reunión en la cuarta dimensión.

Cómo atravesar los muros: de la “dark place” a una reunión en la cuarta dimensión.

Informe de la audiencia de extradición de Julian Assange, 21 de octubre. 2019

uando en mayo de 2019 comencé a interesar-me en el “affaire Assange”, tenía la intención de desmantelar la intriga enmarañada de las acusaciones suecas montadas contra él. Mi objetivo era sobre todo limpiar “mi” medio feminista que, en mi opinión, se dejaba manipular por organizaciones dudosas, tan mediáticas como ilegales, y se perdía en la caza del hombre. Luego vino un largo verano durante el cual el hombre Julian Assange despareció tanto de la circulación que uno se preguntaba si no era una quimera, un fantasma o… un invento.
Sin embargo, al unirme al comité de Wikijustice viniendo del movimiento de los chalecos amarillos, pude exponer a los camaradas del comité las dudas que me acompañaban desde el principio, debido a la incoherencia del dossier. La inverosimilitud del relato de la misión diplomática ecuatoriana, mis dudas sobre la estrategia de los abogados, y mi propia experiencia de represión, me inclinaba a un análisis crítico. Cuando profundizamos en los “aspectos humanos” de la personalidad de Julian Assange, su historia, su familia, sus relaciones … apareció ante nuestros ojos una situación cada vez más difícil, una terrible soledad, un aislamiento humano que nos hizo temer lo peor. Que el “affaire Assange” no sea uno de los mayores escándalos de Europa occidental hoy en día, significa una “extraordinaria capitulación” organizada cuidadosamente durante 10 años, para aislar, difamar, y luego capturar y encerrar a un ser humano en un cautiverio tan opresivo como ilegal, para destruirlo física y psíquicamente, retenido en una “dark place”, un “agujero negro” (no importa cómo se llame Belmarsh o … -aquí usted puede poner el nombre de una de las muchas bases secretas y no secretas de EE. UU en Europa-). Al final, los restos del hombre serán juzgados en su ausencia, defendidos en silencio por personas apenas convencidas de su inocencia, luego extraditado a Guantánamo (“porque no podemos hacer nada, ¿no es así?”, es la vieja antífona, la música con la que el sistema nos aprieta en todo y todo el tiempo) para allí convertirse, como lo anunció cínicamente un vicepresidente de Stratfor en “una excelente esposa de prisión”, es decir, un cuerpo violado utilizado como esclava sexual.

Con el fin de desenmascarar este brutal atropello a los derechos humanos me fui a Londres, para asistir a las cuatro audiencias de extradición en la Corte de Magistrados de Westminster, del 20 de septiembre al 21 de octubre. De paso, aprendí mucho sobre los compañeros de infortunio y circunstancias de Julian Assange: extraditados polacos y de países de Europa del Este, juzgados en su ausencia, sin abogados y sin intérpretes, a menudo sin comprender lo que sucede, bajo la mirada resignada de sus familiares, mudos entre el público. La vida del proletariado de Europa del Este emigrante en Gran Bretaña pasaba ante mis ojos mientras esperaba que la administración británica llamara al prisionero Julian Assange. A fuerza de protestar contra las numerosas violaciones de sus derechos, las cartas que nunca llegan, los paquetes no entregados, las protestas frente a la administración de la prisión sin respuesta, finalmente obtuvimos lo inesperado: la “justicia” británica fue obligada a presentar al hombre Assange físicamente. Para demostrar que aún no ha sido asesinado por la tortura. Porque la administración británica tiene la responsabilidad penal, ya que él está privado de libertad y encerrado en sus cárceles. La tortura es un crimen, y las ejecuciones extrajudiciales también. Uno puede escapar de las suaves protestas de un comité de la ONU, pero a la larga, la ira de la gente puede ser terrible. Los chalecos amarillos que asaltan la camioneta de la policía que transporta a Julian Assange les dan a las élites inglesas un anticipo de lo que puede ser la Revolución.
Así, el 21 de octubre de 2019, temprano por la mañana, me encuentro frente al Tribunal de Magistrados de Westminster con la esperanza de que tal vez los abogados de Julian Assange soliciten su liberación y que quizá, tan inocente como es, salga esta tarde libre … Con mi colega de Wikijustice habíamos preparado pequeños carteles con mensajes para llevar sobre las camisetas. Queríamos mostrarlos frente a la camioneta de la empresa privada que debía llevarlo a los tribunales por una puerta situada en una calle lateral. Pero había muchos policías, y pensamos que quizá eso se podría interpretar como un intento de ayudarlo a escapar y afectar a nuestras posibilidades de ingresar en la audiencia ante el tribunal.
A las 8:30 estamos en un agradable café cerca del palacio de justicia, que es un refugio de los abogados, cuando tenemos la sorpresa de encontrarnos con el abogado de Julian Assange, Gareth Peirce y con su abogado barrister Mark Summers. El café es pequeño, así que no podemos evitar escuchar sus comentarios sobre los argumentos que iban a desarrollar para defender a Julian en menos de una hora. En este lugar público accesible para todos, puedo ver el documento A4 de 5 a 10 páginas con portada amarilla. No puedo evitar pensar en el pobre Julian Assange aterrorizado ante la perspectiva de ser seguido por el servicio secreto de los EE. UU. Incapaz de confiar en personas desconocidas hasta el punto de confiar siempre en el mismo círculo desde hace 10 años, incluso si el círculo en cuestión es perjudicial. No uso una cámara oculta, actúo abiertamente como activista, pero un lugar como éste está abierto a todos los oídos que merodean por allí.

Cuando llegamos a la corte, unas 50 personas ya están haciendo cola para ingresar. Otros preparan paneles, pancartas y letreros con la imagen de Julian Assange. Una mujer camina frente a la cola susurrando que muy pocas personas podrán asistir, porque la sala número 3 es muy pequeña, y sólo hay 13 lugares para el público. Es verdad, lo sé, pero persevero. Pasamos las puertas de seguridad junto con las familias de los otros acusados ​​polacos y rumanos del día. La audiencia es modificada y tendrá lugar en la sala 1, más grande. Ciertamente hay más espacio, pero 40 personas ya están esperando. Los guardias de seguridad exigen calma y comienzan a dejar pasar al público con cuentagotas. Entro y consigo sentarme en el medio de la segunda fila, de donde no me pienso mover, cueste lo que me cueste.

Hace calor, estamos apretados e inmóviles, tenemos sed porque no se nos permite tener una botella de agua. Veo a Gareth Peirce y Mark Summers llegar después de su sesión de café, detrás de su asistente y otro hombre que resulta ser Alistar Lyon, el socio de Peirce. También distingo a Clair Dobbin, el abogado barrister de los estadounidenses y a otro de sus colaboradores. El secretario se coloca en su escritorio debajo de la plataforma del juez. Permanecerá notablemente discreto, dejando a la jueza Vanessa Baraitser liderar el barco. Los guardias de seguridad y luego la propia Vanessa Baraitser nos advierten: al más mínimo movimiento de interrupción seremos despedidos y la sesión suspendida. La audiencia comienza. Julian Assange llega al sitio del acusado detrás del cristal, perpendicular a nuestro espacio. Está de pie cuando nos levantamos al aparecer el juez. La emoción se apodera de todos. Está aquí … Levanta su puño izquierdo apretado y se vuelve hacia nosotros. Respondemos a su saludo revolucionario y levantamos el puño. Eso es todo lo que tenemos derecho a hacer. El oficial de seguridad que nos vigila constantemente nos indica con un gesto que se acabó. El espectáculo comienza.

Julian Assange es alto y encorvado, pero no parece tan delgado visto desde lejos: está a 30 metros, detrás de 2 cristales y solo lo vemos hasta la cintura porque el fondo de la caja es opaco. Sólo cuando se pone en pie y se estira la chaqueta, comprobamos que está demacrado. Lleva un nuevo suéter azul cielo, una camisa blanca con el cuello metido en el suéter, una chaqueta azul marino y pantalones grises. Está afeitado y vemos su cara. Lleva el cabello blanco cortado con el estilo que le gustaba cuando era más joven en 2007-2009, sin flequillo y peinado hacia atrás. Durante los 45 minutos de la audiencia, mira al frente: al juez, a los abogados y la fiscalía, como yo estoy en línea con el juez, tengo una excelente vista en su perfil del lado derecho. Se le ve muy triste, abatido. El mismo hombre pero como si tuviera 60 años y no 48. Ha perdido su mirada inocente de los años de libertad, su sonrisa y su humor. Ya fue así durante su cautiverio entre los ecuatorianos, pero el deterioro ahora es más fuerte. Ni una sola sonrisa en 45 minutos, ni siquiera esbozada.

Puedo ver bien su cara. Tiene la barbilla redondeada, doblada hacia atrás, como si estuviera apretando los dientes todo el tiempo. Lo que resalta su nariz recta, como en las fotos de 2010-11. Tiene los ojos gris azulado y una mirada penetrante. Debo decir que, a pesar de su desánimo, tiene una presencia física impresionante, un lado fuerte a pesar de todo, que hace frente. Cuando se levanta, se acerca al cristal para pedir hablar con los abogados, mantiene los gestos graciosos que tiene naturalmente. Hay un lado suave y fuerte en él. Tiene una carpeta de papeles en la mano pero no los consulta. En un momento, saca las gafas del bolsillo de su chaqueta y las vuelve a poner en su bolsillo. Durante la primera parte del juicio, mantendrá la misma actitud de retirada que en el video del 11 de octubre: se balancea suavemente hacia adelante y hacia atrás, parece ausente, coloca las manos debajo de las axilas debajo de los costados de la chaqueta y la pierna izquierda reposada sobre la rodilla derecha. Pero más tarde cambiará su actitud y veré sus manos, que son largas y delgadas como en las fotos antes del cautiverio en 2011.

La audiencia comienza. Les contaré lo que entendí, pero no es fácil comprender la totalidad de lo que se dice, porque el juez, la acusación y los abogados se responden entre sí en una justicia hecha en nombre del Rey y no del pueblo, y donde el pueblo sólo es tolerado. Vanessa Baraister le pide a Julian Assange que se presente. Se levanta pero tiene problemas para decir su propio nombre … Se tropieza con las palabras, termina diciendo “Julian Assange” pero tiene que intentarlo varias veces antes de pronunciar su fecha de nacimiento. Lo escuchamos muy mal, pero es su voz, su forma de hablar muy particular, lo que me hace comprender, aunque no soy de habla inglesa, la totalidad de sus conferencias y entrevistas realizadas en 2010 y accesibles en internet.

Vanessa Baraister habla sobre la progresión del “caso”, el procedimiento y el cronograma establecido a fines de julio. A menudo cita una audiencia el 31 de julio, una audiencia que el público y nosotros no conocíamos, mientras que en el corazón del verano los abogados y “cercanos” de Julian Assange se habían ido y estábamos muy preocupados por ausencia de noticias. Finalmente, la juez declara que “una petición de los Estados Unidos condujo a la formulación de una solicitud de extradición al gobierno británico”.

Tan pronto como se menciona el canal diplomático, parece que finalmente el procedimiento utilizado es la convención bilateral de extradición. Ciertamente es un procedimiento que se aplicará, Brexit o no Brexit, pero las “pruebas” tendrán que ser examinadas. Concretamente, en estos procedimientos bilaterales, los jueces deben examinar las pruebas y no es automático tener que obedecer la solicitud del estado extranjero, ya que a diferencia de la Orden de Detención Europea, el estado receptor mantiene su soberanía. Vanessa Baraister cede la palabra al fiscal británico Lewis, quien, en general, mantendrá la palabra las tres cuartas partes del tiempo. El resto intervendrá Summers. El fiscal está sentado frente al juez entre Summers, Peirce y Clair Dobbin. Presenta la petición de los Estados Unidos que conduce a la solicitud de extradición a Gran Bretaña. Según él, el “pueblo de los Estados Unidos” se habría ofendido por el hecho de que Julian Assange publicara telegramas diplomáticos secretos de Estados Unidos. 19.000, 400.000; Las cifras de las publicaciones de Wikileaks en 2010 desfilan. El delito estaría constituido porque las publicaciones revelaran deliberadamente los nombres de personas que habrían sido torturadas y ejecutadas.

Es el mismo argumento que en 2010 y se sabe que es falso. El gobierno de los Estados Unidos de esa época, lo admitió.

¿Pero qué más pueden inventar? Nada. Deben justificar “el delito cometido contra el pueblo estadounidense” a pesar de que su petición viola sus propias leyes. Sigue un diálogo entre el fiscal y el juez sobre el calendario. Se enumeran las fechas: arresto del 2 de mayo, 14 de junio – “direcciones de extradición”, luego el 31 de julio “audiencia de gestión”,, luego la investigación de la queja y una fecha importante para el Defensa – 18 de octubre. Sí, el 18 de octubre, ocurrió algo importante entre los abogados y el juez, pero estuve presente en la sala número 3 en las audiencias de extradición, y sólo vi a los extraditados de Europa del Este, Julian Assange no apareció.
Es posible que éste fuera el plazo para la presentación de pruebas de defensa, y esto se resolvió entre abogados y jueces mediante la presentación de documentos en el dossier. Entiendo que la fiscalía quiere que las pruebas de ambas partes se presenten en un mes, la defensa quiere tener tres meses.
La juez cede la palabra a Mark Summers, que comienza a suplicar primero con una voz fuerte, luego desafortunada-mente baja el tono y el final de su discurso ya no es audible para el público. Explica que este juicio tiene una gran importancia política y sus consecuencias afectarán a todos los denunciantes y periodistas de investigación.
Él habla sobre la libertad de expresión de una manera hermosa, pero no sé si su elocuencia trae algo nuevo. Se refiere a los “contratistas españoles”, la compañía de seguridad privada que espió a Julian Assange en las oficinas de la embajada de Ecuador y el juicio que está en curso para obtener estos registros, con el fin de solicitar tiempo adicional para las pruebas. (Siempre me irrita cuando los abogados están indignados de que su relación con Julian Assange podría haber sido espiada, pero nunca dicen que su vida privada ha sido violada, que su intimidad ha sido expuesta … hay ¿una demanda contra eso?) Habla sobre Chelsea Manning y los contactos necesarios con abogados estadounidenses. Quiere 3 o 4 meses más, pero cita solo una fecha, 18 de diciembre, ninguna en febrero, marzo o abril … Entonces, si el juez le da solo dos meses para presentar las pruebas de la defensa, el resto del tiempo irá según lo planeado por la fiscalía y la “audiencia de extradición completa” tendrá lugar en febrero de 2020.

La juez reformula en voz alta: “solicitud de más tiempo para las pruebas”. Julian Assange atiende con la mirada vacía. Parece incómodo, ausente. Luego cobra vida cuando la juez ofrece un descanso para poder hablar con su defensa. Mark Summers mencionó la dificultad de contactar a Julian Assange en prisión. Pero a pesar de todo, no pide la liberación, o un cambio de prisión para Wandsworth (como ahora sé por mis abogados polacos que es posible y deseable hacerlo) o un cambio de régimen penitenciario.

Entendemos rápidamente que en este teatro, un abogado prominente hace carrera, no se arriesgará a pedir cosas que serán rechazadas. Entonces él no pregunta nada. Aquí es donde nos damos cuenta de que Julian Assange podría haber sido mejor defendido por abogados menos conocidos que no tienen que perder una reputación o una carrera.

Monika Karbowska

Militante del KPP (Partido Comunista Polaco)
Feminista y miembro de Wikijustice

Cuando el destino de un hombre se juega a los dados

Cuando el destino de un hombre se juega a los dados

Cuando el destino de un hombre
se juega a los dados

Julian Assange juzgado el 11 de octubre de 2019.

Al igual que el 20 de septiembre de 2019, su nombre figuraba en primer lugar para ser juzgado por extradición, pero eso se debía a que su apellido comienza por la letra A. Estaba en una lista alfabética de 21 nombres, en su mayoría varones polacos y rumanos, junto una mujer azerbaiyana. En la Corte de Magistrados de Westminster, el 11 de octubre de 2019, el secretario del tribunal, y su ayudante, prepararon la sesión en la pequeña sala número 3, mientras que el público rápidamente llenó las diez sillas reservadas detrás del cristal. Julian Assange figuraba, como hemos dicho, en la sesión entre los inmigrantes de Europa del Este que vivían en Gran Bretaña y eran reclamados por la justicia de su país, con el apoyo de las Órdenes de Detención Europeas. En la lista del 20 de septiembre, algunos de los proletarios acusados ​​de robo, estafas u otros líos y delitos de los pobres, también estaban amenazados con ser entregados a los Estados Unidos. Y Julian Assange está en la misma lista. Una extraña sensación de saberlo en compañía de los más vulnerables, de los menos conscientes de sus derechos, el proletariado europeo menos politizado. Y ese día, después de todos los insultos de esta justicia expeditiva donde los hombres son juzgados en su ausencia, los activistas de la Asociación Wikijustice tampoco esperaban verlo comparecer.

Nuestra preocupación era saber si un mínimo de defensa estaría presente para él, al contrario que el 20 de septiembre pasado. Los diez sitios para el público fueron ocupados rápidamente por Wikijustice y los miembros del comité de apoyo británico. Andrej Hunko, diputado de Die Linke, también estaba presente en el público, él un luchador por la justicia en Europa durante mucho tiempo, destacándose por su demanda para una investigación internacional independiente sobre el asesinato de 100 personas quemadas vivas en la Casa de los Sindicatos en Odessa, el 2 de mayo de 2014 durante el Maidan ucraniano. Lamentablemente, las familias de los otros acusados ​​debían contentarse con estar de pie. Desgraciadamente, para sus allegados, como para Julian Assange, la justicia británica fue rápida, seca y carente del menor análisis.

La señora Emma Arbuthnot, jueza y presidenta de la corte, tomó su puesto en el estrado y todos nos levantamos. El secretario le presentó el plan de trabajo. Julian Assange aparecía en una nueva lista del plan del día como el número 11, pero finalmente los encausados fueron presentados en un orden distinto ante el juez. El secretario del tribunal comenzó con el caso número 16, y, después de pronunciar su nombre en voz alta, llamó al acusado polaco de la prisión de Belmarsh tras haber activado el video. En la pantalla aparece un guardia que afirma que el Sr. K. está demasiado enfermo para comparecer ese día. Y eso es todo. La terrible justicia desmaterializada o la extraña apariencia del video nos devuelve a una forma de Antiguo Régimen, donde el prisionero se ha vuelto inmaterial, oculto, inaccesible. En efecto, el acusado nunca más vuelve a salir. Él no ve a su familia ni a los que le apoyan, porque la cámara no le muestra el fondo de la sala. No siente el espíritu del momento. No siente nada de la comedia humana en la que se juega su destino. Ya no es ciudadano, sino un objeto encerrado y arrastrado de abogado a juez y de juez a guardian. El Sr. K. ni siquiera sabía lo que se dijo de él en la audiencia. Él no está allí. Su familia debe creer al guardian su palabra de que está “demasiado enfermo” y es entregada a una profunda preocupación llena de interrogantes.
En tal sistema, donde el ciudadano ha desaparecido en favor del objeto encerrado, el abogado se convierte en el único garante de la humanidad del ser humano físicamente desaparecido de la vista de otros humanos. Algunos abogados luchan como leones por su cliente. El próximo acusado, también polaco, rechaza la solicitud de extradición y solicita una extensión de la libertad bajo fianza. En 5 minutos pintó la imagen de un hombre que se lamentaba de sus acciones, que ha cumplido la mitad de su condena, que trabaja, que es dueño de un pequeño negocio, y eso ha detenido a la Señora jueza, que ha encontrado la evidencia de que su negocio existe, que tiene una dirección y clientes … El joven abogado no renuncia a la pieza, no asiste impotente al proceso, pelea. Un segundo de respiro. La Señora jueza, tan severa, esboza una sonrisa. No, es rechazada su petición, los delitos de los que es culpable, las estafas y los robos, son demasiado graves para ella. Atentan contra la moral de la sociedad. Pasamos a la siguiente. Se trata de un rumano, que no está, no se sabe por qué. Luego, el dúo juez-secretario evoca el caso de H, la mujer azerbaiyana. Ella tampoco está allí y no tiene abogado. Sin embargo, se entiende que está en prisión acusada de cosas graves. Su caso se pospone, pero ¿qué será de ella si nadie cerca de ella se preocupa por ella en las profundidades de su prisión? Pienso en ella, aunque he venido por Julian Assange.

El siguiente prisionero, otro polaco, comparece en un video desde Belmarsh, la prisión. Su abogado tiene 2 minutos para explicar que “no pudo ponerse en contacto con su cliente debido a las condiciones de visita en la prisión”. Algo que no sorprende ni indigna a nadie. La juez establece la audiencia para principios de noviembre. Después llega el caso de otra mujer, J., que también es “sierva prisionera”, como lo fue Julian Assange -prisionero al servicio del sistema-, esperando que el sistema decida sobre él. Luego vino otro polaco, el número 22, cuyo nombre no está en la lista. Al igual que los demás, se aferra a esta desagradecida Inglaterra, rechaza la extradición a Polonia y solicita una libertad bajo fianza. Siempre por boca de su abogado, porque como los otros, está ausente.

Entonces la juez se levanta y nosotros también nos levantamos al ver que sale de la habitación. Creemos que es un descanso y estamos a punto de comenzar a discutir lo que hemos visto. Pero el secretario anuncia que se va a tratar el caso de Julian Assange y tomamos asiento. Nos volvemos a levantar porque llega otro juez, un hombre de unos 45 años. Y ya puede comenzar la siniestra broma política. Se enciende el video y Julian Assange aparece ante nuestros ojos. Está sentado en una silla sobre una especie de caja, en una habitación pequeña con unos cuadros detrás de él que parecen espejos. La escena podría estar sucediendo en cualquier lugar ya que el secretario del registro ni siquiera comenta en voz alta “prisión de Belmarsh” cuando establece la conexión mientras que sí lo ha hecho en el caso de los otros reclusos.

Julian Assange parece demacrado, tenso, crispado, sobre la silla, con una pierna descansando sobre la otra, con los brazos cruzados, y las manos ocultas, dobladas. Lleva una larga barba y el cabello largo gris y blanco, la misma sudadera azul desteñida y los mismos pantalones grises que llevaba en el video de April Wandsworth y que se filtró en mayo. Hace frío en esta mañana húmeda de otoño en Londres. No puedo evitar preguntarme si alguien le ha proporcionado ropa o dinero para comprar en el interior de la prisión los productos de primera necesidad a los que tiene derecho todo ser humano, incluso encerrado. Me acuerdo de mi viaje de ayer a la prisión de Belmarsh, donde los guardianes del “centro de visitantes” se negaron a certificar que había recibido nuestros paquetes con calcetines de abrigo. Es impactante verlo de esa manera y creo que nuestros calcetines enviados no son superfluos.

Julian Assange dice solo una frase, “Paul Julian Assange” y su fecha de nacimiento. Luego mantiene un aire ausente hasta el final. Se inclina ligeramente hacia adelante, mirando al suelo, como si se negara a participar en esta mascarada. No sabemos exactamente qué puede ver de la sala, probablemente sólo a su abogado, el cargo de su acusación que está en el primer plano, al secretario y al juez. No lo vemos por completo, la cámara lo corta por la cintura. Su abogado, Gareth Peirce, está aquí, llegó a las 10 de la mañana pero estuvo ausente de la sala durante la presentación de los otros casos. Habla con el juez, dura unos minutos. Me parece que no mira a Julian Assange. No gira la cabeza ni una sola vez al video y no hay entre ellos ninguna mirada o signo de connivencia. Uno tiene la impresión de asistir a una obra de teatro en la que todos los actores conocen el juego, las reglas del juego y, naturalmente, el resultado de la trama. Normal, todos se conocen porque juegan en la misma compañía del sistema judicial, mientras que nosotros asistimos a la comedia humana como espectadores indefensos. Pero éste es un hombre cuyo destino se juega a cara o cruz …

Comprendemos que Gareth Peirce está pidiendo la comparecencia física de Julian Assange en el tribunal la próxima semana, el 21 de octubre. No es una mala idea, pero pensaba que, después de nuestras consultas legales con los abogados de extradición, en esta audiencia del 11 de octubre se presentarían los argumentos de la defensa y que la audiencia de la semana posterior serviría para confrontar los argumentos de ambas partes, defensa y acusación. Después, el juez tiene 3 semanas para decidir.

La acusación está muy presente en la audiencia en la persona de una elegante mujer que habla en último lugar, sentada justo al lado de Gareth Peirce. Después de la audiencia, me explica que ella es la “abogada de la solicitud”, el abogado de la “parte opuesta”, es decir, me dice que defiende los intereses estadounidenses. Amablemente me da su nombre, Clair Dobbin. Su CV está disponible en Internet, y allí observo que su bufete está ubicado en el mismo edificio que el de Matrix Chambers, la firma de abogados (1) uno de los cuales, Mark Summers, había leído la famosa carta de las disculpas y excusas de Julian Assange en la audiencia del 2 de mayo.

El juez termina preguntándole a Gareth Peirce en voz alta: ¿No hay solicitud de libertad bajo fianza hoy? No. Gareth Peirce, el abogado de Julian Assange no pregunta nada. Quiere que todo se juegue el 21 de octubre. Su cliente fija la vista al suelo de la prisión, y no se sabe si escucha y entiende, o si está de acuerdo. Se acabó. El juez se va, nos levantamos y salimos al pasillo donde se desarrolla el resto de la comedia humana y política.

El 21 de octubre o el 18 de octubre han sido evocados en la audiencia. Debemos precipitarnos sobre la secretaría del tribunal para solicitar la confirmación de las fechas. Vuelvan mañana –nos dicen-, todavía no los tenemos en el ordenador. Gareth Peirce se queda un momento en el pasillo, a disposición de los comités de apoyo y de los periodistas ingleses. Me presento y le pregunto si puedo pedirle explicaciones. Comienza a hablarme, pero enseguida debe irse por el requerimiento del secretario del tribunal. Me ofrece hablar con su asistente.
El 21 de octubre se lanzarán los dados. ¿Qué se puede hacer para fortalecer la defensa de Julian Assange antes de que sea demasiado tarde?

Crónica de Monika Karbowska.

1. En el sistema inglés existe una jerarquía entre los abogados: los “sollicitor” son los abogados en contacto con los clientes que pueden presentar una demanda ante los tribunales de primera instancia, los “Magistrate court”. Pero para acudir al tribunal de segunda instancia, “Crown court” debe contratar los servicios de abogados más especializados, los “barrister”y debe contar con ellos. Jennifer Robinson y Mark Summers fueron los “barristers” de Julian Assange, mientras que Gareth Peirce es su abogado “sollicitor”.

Monika Karbowska

Militante del KPP (Partido Comunista Polaco)
Feminista y miembro de Wikijustice

La crisis del Metal

La crisis del Metal

La crisis del Metal

“Los intereses de clase están confrontando de manera nítida y tienden a agudizarse.”

Cerca del 80% del sector del metal bizkaitarra paró y alrededor de 15.000 personas se manifestaron en las calles de la capital de Bizkaia en cada una de las manifestaciones convocadas.
La clase trabajadora bizkaitarra y sus sindicatos de clase, vuelven a estar inmersas en un duro proceso de movilización y negociación que les conduzca a la conquista del ya ansiado, tras años de inactividad, convenio sectorial del metal, decaído desde 2003 el de eficacia general, y desde 2011 de eficacia limitada.

El día 10 de mayo, las 4 grandes organizaciones sindicales vascas (CCOO-LAB-ELA-UGT) convocaron varios días de huelga para los meses de mayo y junio, con la finalidad de presionar a la patronal FVEM ante su falta de responsabilidad en el proceso de negociación del convenio metal de Bizkaia, convirtiéndose el día 23 de mayo, la primera de las jornadas de huelga, en un claro triunfo para las trabajadoras del sector.

En esta línea, cabe destacar que tanto el seguimiento como la intensidad de las jornadas de huelga han ido “in crescendo” en las convocatorias del 6, 7 y 20 de junio, llegando a culminar el día 21 de dicho mes, en una jornada altamente reprimida por las fuerzas del orden. Tanto los piquetes informativos como la gran manifestación que dio lugar en el centro de Bilbao, fueron testigos de una acción desmedida por parte de la Ertzaintza, defendiendo los intereses de la patronal bajo órdenes del Gobierno Vasco.

Las cifras hablaron por sí solas. Cerca del 80 % del sector del metal bizkaitarra paró, y, según el propio ayuntamiento de Bilbao, alrededor de 15.000 personas se manifestaron en las calles de la capital en cada una de las manifestaciones convocadas.

La clara y contundente respuesta de las trabajadoras del sector, atiende a una profunda necesidad de actualización de derechos para toda la parte afectada. Las tablas salariales, planes de igualdad, la recuperación del poder adquisitivo perdido durante años, el freno a la desfasada flexibilidad en diferentes puestos… son objetivos que todos los sindicatos han recogido en la plataforma conjunta, debiendo ser esta necesariamente asumible por la parte patronal para dignificar las condiciones de trabajo en un sector que tanta plusvalía ofrece, sobre todo, a las grandes empresas y multinacionales.

Ante la compleja situación emanada del inmovilismo de la patronal, ante la que los intereses de clase están confrontando de manera nítida y tienden a agudizarse, es de profunda necesidad salvaguardar la unidad de acción sindical para seguir trabajando por un futuro que afecta a miles de familias, así como a centenares de localidades y comarcas enteras.

Es imprescindible que la clase trabajadora en general y la bizkaitarra en particular, haga uso de esa gran e histórica arma que es la solidaridad de clase, para que hombro con hombro, las conquistas sociales y laborales se materialicen y hagan revertir las desmesuradas riquezas de unos pocos como única opción para poder blindar los derechos de la gran mayoría.

De esta manera, presionar a las patronales para las renovaciones y actualizaciones de convenios sectoriales paralizados o caducos es de primordial necesidad, buscando como en el caso del metal de Bizkaia, una clara unidad de acción confluyente con sindicatos mayoritarios pero también minoritarios, así como con movimientos sociales y ciudadanía en general, clara bandera que tanto históricamente como en la actualidad el PCE y CCOO han empuñado con responsabilidad.

Iker Cabrera Jareño. Responsable de Movimiento Obrero del PCE – EPK

Unai Orbegozo Uribesalgo: Federación de Industria de CCOO de Euskadi

 

Los brutos y sus juguetes

Los brutos y sus juguetes

Los brutos y sus juguetes

“Y, mientras tanto ¿qué hacemos?”. ¿Sobreviviremos? No lo sé, espero que sí ¿Hasta cuándo seguiremos mirando para otro lado? ¿Y si al final, ya no hay a donde mirar?.

Ahora que los BRUTOS del mundo, con vaya uste a saber qué interés, rompen pactos, destruyen tratados de no proliferación nuclear y, juegan a mandarnos a todos a la mierda, no es malo recordar que el pasado 6 de agosto, se ha cumplido el 74 aniversario del bombardeo de Hiroshima, y el 9 de agosto, el de Nagasaki. LOS MISMOS BRUTOS.

Se ha escrito mucho sobre las Guerras Mundiales, se han realizado numerosas películas (en especial desde la potente industria de Hollywood). No es casualidad.

Siempre he considerado a la literatura y al cine, hermosas herramientas del conocimiento, de la transmisión histórica de los acontecimientos más destacados. Incluso de aquellos que, sin haberlo sido, de modo discreto pero eficiente, han marcado nuestro devenir. Esto de ahora, a lo que aquí me quiero referir, no puede decirse que fuera un acto discreto.

Sin duda, sí puede afirmarse que, en la historia de nuestra especie animal y vertebrada, a veces tan delicada, a veces tan embrutecida, la fabricación y, posterior utilización de bombas atómicas, sí que ha marcado un antes y un después. Algo se escribió y algo se filmó sobre Hiroshima y Nagasaki (considero que no lo suficiente). Al día de hoy y, dados los recientes acontecimientos, dada la caída en desgracia de los antiguos tratados de no proliferación nuclear, dada la trivialidad con que los poderosos mandatarios —Trump de manera destacada—, frivolizan con las nuevas, poderosas y tremendamente onerosas armas de destrucción masiva —estas sí, estas son las verdaderas, las que nos pueden llevar a todos a la mierda, a la mierda nuclear—. Al día de hoy, digo, me sorprende la insensibilidad colectiva, la falta de reacción del mundo de la cultura, también del trabajo y, en definitiva, de toda una sociedad, acaso adormecida ante tamaña barbaridad.

Setenta y cuatro años han transcurrido desde aquellos aciagos días. Era lunes en Hiroshima, 166.000 personas ejecutadas de un plumazo. Era jueves en Nagasaki, 80.000 personas ejecutadas de otro plumazo. Si hay, que puede haber un tercer plumazo, los contaremos por millones. Eso claro está, si queda alguien para recitarlo.

Me sorprende, insisto, la insensibilidad social con que, año tras año, transcurre esta fecha en el calendario, en el más absoluto de los anonimatos. Y me sorprende aún más, la falta de reacción ciudadana, así como la de sus instituciones más representativas, ante la ausencia de pudor de algunos gobernantes, encantados y encandilados por, en sus desfiles militares, demostrar al otro, a ver quién la tiene más grande.

A datos del año 2017, EE.UU. posee 6.800 ojivas nucleares; Rusia posee 7.000, el resto, entre siete países se reparten 1135. ¿Qué pasará el día que empiecen a jugar con ellas?
Entre Hiroshima y Nagasaki, con solo dos y, de seguro con una tecnología primitiva si la comparamos con la actual, en total fallecieron —sin valorar los efectos secundarios— 246.000 japoneses. Con las actuales 15.000 ojivas ¿Nos faltará población para saciar el apetito de LOS BRUTOS?

Me temo que el árbol no nos deja ver el bosque. Ya no hablo de Chernóbil; hablo de mi ciudad, de la tuya; hablo de mi casa, de la tuya; hablo de mi familia, de la tuya. ¿Sobreviviremos? No lo sé, espero que sí. De seguro, con los actuales mandatarios, con menos posibilidades. «Método de persuasión ante el enemigo», nos argumentan. «Método intimidatorio ante el otro», se justifican. Mentira. La soberbia y la arrogancia los envuelve. Y, mientras tanto ¿qué hacemos? Yo no lo sé. Lo único que se me ocurre, es denunciar la falsedad, la hipocresía de todos cuantos, en defensa de su supuesto patriotismo, nos pueden llevar al vertedero.

¿Hasta cuándo seguiremos mirando para otro lado? ¿Y si al final, ya no hay a donde mirar? Capacidad y medios para conseguirlo tienen. Voluntad…, si es por la patria, ese sentimiento que utilizan como un kleenex de usar y tirar, creo que también.

Vladimir Merino, Escritor