
Entrevista a Walter Baier
Entrevista a Walter Baier
Presidente del Partido de la Izquierda Europea, European Left
La izquierda real europea
Javier Moreno, profesor en la Facultad de Comunicación de la Universidad de Sevilla y coordinador de la comisión política del PCE. Participa activamente en la red “transform! europe” en representación de la Fundación de Investigaciones Marxistas (FIM), ha entrevistado para la revista Herri al presidente del Partido de la Izquierda Europea, el comunista austriaco Walter Baier.
S i en 2021 fue una sorpresa que el Partido Comunista de Austria (KPÖ) se hiciera con la alcaldía de Graz, segunda ciudad del país, el meritorio resultado cosechado en las elecciones al parlamento regional de Salzburgo el pasado mes de abril, con un 11,7% de apoyos (un 21,5% en la misma ciudad de Salzburgo), supuso la consolidación de una tendencia que ha hecho que muchos partidos de la izquierda europea posen su mirada en sus camaradas austríacos.
El KPÖ tiene una historia marcada por la lucha contra el fascismo y por la independencia nacional, siendo por ello ilegalizado desde el año 1933 hasta 1945. Sin embargo, no siempre ha conseguido el respaldo popular suficiente para estar presente en las instituciones austríacas. Desde 1959 no sienta a ningún representante en el parlamento federal, y su presencia municipal y regional ha sido anecdótica hasta hace bien poco.
Conversamos con Walter Baier, quien fuera presidente del KPÖ desde 1994 hasta 2006, año en que ocupara la coordinación de la red europea de fundaciones de partidos de izquierda transform! europe. Desde el año pasado, Baier abandonó la coordinación de esta red de think tanks para liderar el Partido de la Izquierda Europea.
El punto de vista de este hijo de supervivientes de Auschwitz y Dachau y experto en austro-marxismo, que combina perspectiva histórica y una mirada internacional de la izquierda, seguro que puede destacar algunos elementos claves para entender este auge de la izquierda austríaca.
J.M. En primer lugar, una primera cuestión que inspira el tema central de este número de la revista Herri ¿cómo valoras la situación actual de la izquierda en Austria tras los últimos resultados cosechados por el KPÖ? ¿Cuál dirías que son las claves de este éxito?
A pesar de su marginación política durante la Guerra Fría, el KPÖ nunca fue un partido sectario. A mediados de los años sesenta desarrolló la idea de una “vía austriaca independiente al socialismo” y anticipó elementos del eurocomunismo. Con la invasión de los ejércitos del Pacto de Varsovia a la República Socialista Checoslovaca, este experimento se canceló y le siguió una fase de repliegue dogmático. No obstante, pudieron mantenerse muchas de sus posiciones en los sindicatos, las universidades y los movimientos sociales. A principios de los años noventa, el partido logró reformarse contra la resistencia interna.
Un segundo elemento es que el KPÖ fue capaz de ampliar sus alianzas locales mediante políticas inteligentes e innovadoras y personas de referencia con credibilidad, lo que culminó en sensacionales victorias electorales en Graz y Salzburgo. Además, en 2019 los Jóvenes Verdes se separaron de su partido matriz y encontraron un nuevo hogar político en el KPÖ. En su último congreso, el KPÖ eligió a sus principales representantes para dirigir el Partido, lo que se demostró un movimiento inteligente y valiente, ya que dio al KPÖ una nueva dinámica y permitió superar las divisiones existentes dentro del propio Partido.
J.M. ¿Es esta subida algo coyuntural o se puede afirmar que hay una tendencia consolidada que seguirá dando sus frutos en las próximas citas electorales?
Eso esperamos. En el ámbito local hay posibilidades de lograr un éxito similar al de Graz en las elecciones municipales de la ciudad de Salzburgo el próximo mes de marzo. A nivel nacional, las cosas son más difíciles. El panorama político es cambiante y las encuestas dan al neofascista FPÖ un 30%. Esto le convertiría en el partido más fuerte del Parlamento. Además, dentro del conservador Partido Popular existe la tendencia a formar un gobierno conjunto con los neofascistas. Por otro lado, las guerras de Ucrania y Oriente Próximo han desplazado el clima político general hacia la derecha.
Por otra parte, el Partido Comunista de Austria ha logrado una buena posición de partida gracias a su defensa consecuente de los derechos de los trabajadores y de todas las personas socialmente desfavorecidas. Es posible, aunque en modo alguno seguro, que triunfe en las elecciones al Parlamento Europeo y en las elecciones al Consejo Nacional, previstas como tarde para otoño. Pero, independientemente de ello, el KPÖ ha logrado renovar su afiliación y su liderazgo en los últimos años. En mi opinión, la tarea más importante es consolidar y continuar este progreso.
J.M. El KPÖ presume de ser uno de los partidos comunistas más antiguos del mundo (1918) y su historia es la historia de la lucha por la democracia y la paz. Ahora se presenta a las elecciones como KPÖ+, donde el añadido “+” simboliza la incorporación de otros partidos y gente independiente en sus candidaturas ¿cómo se ha vivido esta evolución y qué papel puede tener en los recientes resultados?
A pesar de sus éxitos actuales, el KPÖ no es la única fuerza política a la izquierda de la socialdemocracia y los Verdes. La política de apertura a otros movimientos de izquierda ha demostrado su eficacia en la entrada masiva de jóvenes verdes en el KPÖ y debe continuar. Por otro lado, las condiciones en las distintas partes de Austria son diferentes. En Graz, el KPÖ tiene éxito con unos candidatos fiables y consolidados, pero tradicionalmente compite exclusivamente bajo su nombre de partido; en Salzburgo ha simbolizado su crecimiento con el añadido del “+”; y en Viena fue capaz de más que cuadruplicar sus resultados en los consejos de distrito en las últimas elecciones municipales de 2020 mediante una alianza con un partido de izquierdas de reciente creación.
J.M. La historia del movimiento comunista austríaco ha estado marcada por los debates teóricos inaugurados por la revolución rusa y que tienen el original itinerario desarrollado por los autores del denominado austro-marxismo. Sin ánimo de abrir un debate que se nos escaparía a los límites físicos de nuestro número ¿se pueden encontrar influencias teóricas del austromarxismo en la práctica política actual de los comunistas austríacos?
El austromarxismo constituyó la base ideológica de la socialdemocracia austriaca en el periodo de entreguerras. El tema central era encontrar una vía hacia el socialismo en el marco de la democracia por la que luchaba el movimiento obrero. El austromarxismo ocupó así una posición intermedia entre el revisionismo socialdemócrata y el bolchevismo. Emblemática de este experimento es la política social y comunal de la Viena Roja. Esta inspira aún hoy la política local, incluida la del Partido Comunista.
También se pueden identificar influencias teóricas. Describir esto en detalle iría más allá del alcance de esta entrevista. Sin embargo, la idea del desarrollo de una nación austriaca -independiente de Alemania- que dio identidad al KPÖ estuvo influida por la teoría austromarxista sobre la cuestión nacional, en particular por la de Otto Bauer. El concepto de un socialismo integral que trascendiera las corrientes tradicionales del movimiento obrero, así como las teorías sobre el Estado y su transformación, se incorporaron a la renovación programática del KPÖ.
J.M. Aprovechando tu posición privilegiada para analizar la evolución de la izquierda europea en las últimas dos décadas, por su papel primero en transform! europe y ahora en el PIE ¿cuál es la aportación de la mirada austríaca a los problemas y retos que afronta la izquierda en Europa?
La apertura del austromarxismo a la izquierda europea, incluso mediante la traducción de obras clave[1] como las producidas por transform! europe, es sin duda una “contribución austriaca”. Estas obras, como las de Otto Bauer y Karl Renner sobre la cuestión nacional, son interesantes no sólo por las cualidades intelectuales de sus autores, sino también porque se basan en las experiencias de un movimiento de masas y fueron escritas para un movimiento de masas que representaba al 90% de la clase obrera en los años veinte.
J.M. Conversábamos hace poco sobre las relaciones entre España y Austria en la historia del movimiento comunista, y tomábamos como ejemplo la participación de Joseph Orlistch, que llegó a ser conocido en el patio de la prisión de Burgos como el “alcalde de Floridsdorf”. La historia de Orlistch, antiguo concejal de la ciudad de Klagenfurt, brigadista internacional y miembro de la resistencia tras la IIGM, ha quedado registrada en la historia ficcionada “El Alcalde de Floridsdorf” de Miguel Usabiaga, director de nuestra revista ¿cómo valoras esta relación y que hitos podríamos destacar en la misma?
La conexión más importante entre los movimientos comunistas de nuestros países, que sigue viva hoy en día, es la participación de 1.400 austriacos en las Brigadas Internacionales y la formación del Batallón 12 de Febrero, compuesto principalmente por austriacos. 250 austriacos perdieron la vida en suelo español.
Para muchos socialistas y comunistas austriacos que vinieron a España como voluntarios, se trataba de la continuación de la lucha tras la derrota de la clase obrera austriaca en febrero de 1934 y la erradicación de la condición de Estado de Austria mediante la anexión de Austria por parte de la Alemania nazi (conocido como Anschluss) en marzo de 1938.
Tras la derrota de la República, muchos de ellos continuaron la lucha en la Resistencia francesa, con los partisanos yugoslavos o en los campos de concentración. Tal vez sea esta también una característica especial del comunismo austriaco, excepcionalmente internacionalista y europeísta para un partido pequeño de un país pequeño.
J.M. Finalmente, para concluir, te invitamos a que de manera abierta nos dejes un mensaje sobre las perspectivas futuras de los comunistas en un mundo que actualmente vuelve a confrontar el horror de la guerra y la violación de los derechos humanos.
La creciente brecha entre ricos y pobres, incluso a escala mundial, las catástrofes naturales derivadas de la relación rota entre la sociedad capitalista y la naturaleza y las guerras son síntomas del difícil periodo de transición en que ha entrado la humanidad. Lo viejo no quiere morir y lo nuevo aún no termina de nacer.
Me parece que lo más importante en este periodo es asegurar la posibilidad de lo nuevo evitando el peligro de una guerra mundial sigilosa. Un nuevo frente de guerra fría atraviesa Europa. Debemos hacer todo lo que esté en nuestra mano para evitar que se convierta en una guerra caliente. El objetivo más importante es, por tanto, poner fin a las guerras actuales y mantener la paz.
Javier Moreno