Buscando a Golber

Buscando a Golber

Buscando a Golber.

“Un polaco, miembro de la primera dirección nacional de la JSU”.

Cuando escuché a Marcelo Usabiaga hablarme de un joven camarada de la JSU, un judío polaco llamado Adolfo Golber, con el que había compartido, en la dirección de la JSU, momentos dramáticos en la defensa de Asturias, inmediatamente se instaló en mí una enorme curiosidad.

Marcelo me contaba que, en esos últimos momentos de la derrota, a la gente más comprometida, a los que aguantaron hasta el final, se les planteó un problema: cómo huir para salvar la vida. Se encontraban en Gijón y con el enemigo, los fascistas, a las puertas. En ese dilema, la dirección de la JSU se partió en dos; hubo un grupo que decidió escapar por barco, en uno de los pocos barcos que quedaban en el puerto gijonés del Musel, y otro grupo que decidió huir por las montañas, en plan guerrillero, atravesando los montes de León, hasta encontrar territorio republicano.

A Marcelo esta fuga le pareció una temeridad, y, medio en broma medio en serio, decía que era porque a aquellos “guerrilleros” les dio miedo el mar. Entre éstos se encontraba Golber. Marcelo ya nunca más supo de él, aunque lo buscó y preguntó por él, durante el resto de la guerra, y en cada una de las cárceles que visitó tras la derrota. Como no encontró ningún rastro, se imaginó que había muerto, como tantos miles de republicanos, capturado y fusilado sin juicio en alguna fosa común de los montes leoneses. Le pregunté más detalles del chico con el que era visible que había forjado una hermosa amistad. Me dijo que no era muy alto, que era un poco gordito, con el pelo rizado y rubio. Que hablaba bien el idioma español, que provenía de la juventud comunista, que era estudiante de Derecho en Madrid antes de la guerra, y que no era, por tanto, en sentido estricto, un brigadista internacional, y que, como miembro de la dirección nacional de la JSU, había acudido a un congreso de unificación regional de la UJC y la FJS a Galicia el 18 de julio de 1936, donde le había pillado el alzamiento franquista, y de donde pudo escapar también por monte, no sin dificultades.

Sin duda ahí había una gran historia por contar, que era necesario contar. Pero lo que más me atrajo desde el primer momento, no fue la suma de aventuras que podía imaginar que había pasado el joven polaco por los montes de León, en su huida de los fascistas, hasta su, quizá, dramático final. Lo que más me llamó la atención fue que siendo un polaco, fuera miembro de la primera dirección nacional de la JSU. Eso le daba, a mi modo de ver, un empaque más verdadero, coherente, más consecuente, a esta nueva organización, que así se mostraba internacionalista de verdad, revolucionaria no sólo de palabra.

De inmediato me recordó a un ejemplo, donde la teoría y la práctica fueron juntas, el de Leo Frankel, ministro de trabajo en el gobierno obrero de la Comuna de Paris. La Comuna, que, además de las aspiraciones sociales de justicia, había nacido de la desesperación provocada por el largo asedio alemán de París y el disgusto que provocó en la población la rendición sin luchar. Un momento, en ese Paris de 1871, en el que los sentimientos nacionalistas, o incluso chovinistas, podrían haber sido muy fuertes, y aún así la Comuna “concedió a todos los extranjeros el honor de morir por una causa inmortal”. Nombró ministro de Trabajo a Leo Frankel, un obrero judio húngaro, y “honró a los heroicos hijos de Polonia, Dombrowski y Wroblewski, colocándolos a la cabeza de los defensores de París”, como dirá Karl Marx en “La Guerra Civil en Francia”.

Como en la Comuna, como a Leo Frankel, la JSU concedía a los extranjeros el honor de luchar, en primera fila, de ser capitanes, de esa causa inmortal que dijera Marx, aquí, entre nosotros, haciéndola universal, coherente con su principio internacionalista. Eso es lo que provocó mi inmediata simparía con aquella JSU.

Y me puse manos a la obra a buscar los rastros de Adolfo Golber. Como en las investigaciones históricas, sucedió un sentimiento agridulce, muy feliz por los hallazgos, y amargo por lo que no se encontraba. Fui encontrando pieza por pieza aquello de lo que Marcelo me había hablado. En el diario “El Pueblo Gallego” del sábado 18 de julio de 1936, encontré la siguiente nota:

“COMISIÓN PROVINCIAL DE UNIFICACIÓN”

El próximo domingo día 19 se celebrará en el “Danubio azul” a las cuatro de la tarde, un acto como clausura al Congreso Provincial de Unificación de la Juventudes socialistas de Pontevedra en el que intervendrán los oradores Ramón Conde por la Comisión provincial, Adolfo Golber y Segundo Serrano Poncela por la Comisión nacional.
A continuación, habrá un gran baile en el que intervendrá una afinada orquesta.”

Tal cual recordaba Marcelo, ahí estaba la primera pieza del rompecabezas. Hallé muchos anuncios, en la prensa madrileña de la época, de actos previos a la unificación juvenil, en los que se le anunciaba como orador en nombre de la juventud comunista. Encontré que fue detenido y encerrado en la cárcel de Monforte de Lemos, de donde consiguió escapar. Y lo mejor fue que encontré rastros posteriores a la caída de Asturias, participando de nuevp en el ejército popular, en Valencia, en Catalunya, a lo largo de 1938. De manera que pude darle la buena noticia a Marcelo de que Golber había sobrevivido a su aventura por la sierra leonesa. Sin embargo, a partir de ahí se perdía su pista, y no hallé nada posterior a la guerra, ni en los registros de prisiones. Quizá, escapó de la muerte tras la caída de Asturias, pero ésta le encontró después, siendo uno de los tantos asesinados en fosas, sin rastro.

Es la única explicación que encuentro, porque ese joven nacido en 1916 en Czestochowa, Polonia, era el secretario de cultura en la primera dirección de la JSU emanada tras la unificación de las juventudes comunistas y socialistas. Una persona conocida a la que habría resultado muy difícil esconderse en el régimen franquista, y tampoco habría evitado el fusilamiento o una larga condena de haber sido detenido. A finales de 1938, su huella desaparece. Mientras le buscaba, otro Golber imaginario se instaló en mi cabeza y dio pie a una novela. Pero eso es otro cantar.

«Sigo buscando su rastro, para rescatar su nombre en honor a su lucha por nuestra libertad, el honor de combatir por esa causa inmortal».

Miguel Usabiaga: Arquitecto – Escritor, Director de Herri.

Historia de la JSU.

Historia de la JSU.

Historia de la JSU.

Acta de la intervención de Trifón Medrano en la segunda sesión de la reunión celebrada por las delegaciones del Comité Central de la UJC y de la comisión ejecutiva de la FJS.“Renovación”. 4, 11, y 18 de agosto de 1934

He de empezar -dice-, por Io, que, en fin de cuentas, es el objetivo de esta reunión: las proposiciones que mutuamente nos hemos hecho.

Teniendo en cuenta que nuestra proposición pone como condición indispensable, para llegar a la acción común nuestro ingreso en la Alianza Obrera, el Bureau de nuestro Comité Central, ha examinado mis detenidamente lo que la Alianza Obrera significa.

Primeramente queremos hacer resaltar vuestras vacila-ciones en una cuestión de principio tan fundamental como es la de saber a manos de quien debe ir a parar el Poder una vez triunfe la revolución. No hace mucho sosteníais en RENOVACIÓN, a grandes titulares, que el Poder sería íntegro para el Parido Socialista. Hoy cambiáis esto por “todo el Poder a la Alianza Obrera”. No sabemos nada para quién lo pediréis mañana. Esto demuestra que no tenéis seguridad en una cuestión tan decisiva como ésta.

Quiero recordar que las Alianzas comenzaron a crease precisamente cuando, como consecuencia de la formidable labor de nuestro partido en pro del frente único, esa consigna empezaba a realizarse por lo trabajadores.
Ahora quiero exponer cuáles son verdaderamente las fuerzas que están en la Alianza Obrera y las que faltan. Primero: En la Alianza no están los campesinos trabajadores, fuerza principal de reserva del proletariado en la revolución. Segundo: No figuran los soldados, a los cuales es indispensable ganar del lado de la revolución. Tercero: Faltan las enormes masas de los inorganizados. Y, por último, contra lo que nosotros mismos aceptábamos en la reunión anterior, no están ni siquiera las masas de la UGT ni de la CNT

Demostración: Yo soy miembro de la UGT en Madrid, donde se dice que está organizada la Alianza Obrera. Sin embargo, no se ha consultado mi opinión sobre ella. En el mismo caso se encuentra el resto de los obreros de base de la UGT. Es más: ni las mismas Directivas de los Sindicatos han sido consultadas. Entonces, ¿quién ha elegido ese Comité de la Alianza? ¿A quién representa? A vosotros, y a quienes digan que representa a la masa de la Unión General de Trabajadores. Nosotros les decimos francamente que eso es mentira.

¿Dónde está la democracia proletaria, cuando ni siquiera se consulta a los que se dice representar? ¿Puede un tal organismo, que no cuenta ni con la confianza de los que dice representar, ser el órgano dirigente de la insurrección y del Poder? No. Entonces, si no vale para la insurrección, ¿para qué vale’? Si no ha ayudado a los metalúrgicos de Madrid, ni a los mineros de Asturias, ni a los campesinos en sus luchas contra la burguesía del Estado, y, por el contrario, ha frenado la solidaridad de los trabajadores con los que combatían con el pretexto de ser necesario «guardar» las energías, ¿cuál es el papel de las Alianzas Obreras? Francamente, evitar las luchas contra la burguesía, frenarlas.

Habéis afirmado que nosotros estamos contra los métodos de los bolcheviques en 1917, que entonces ellos no luchaban por reivindicaciones parciales, sino por la insurrección. Esto no es cierto. Precisamente las consignas de que los bolcheviques se valían para poner en línea de combate a las amplias masas de obreros, campesinos y soldados eran reivindicaciones parciales, como la lucha por la paz, por el pan, por la tierra, e incluso por mejoras de salarios y reivindicaciones para los parados. Fue a través de la participación de las masas en estas batallas parciales, ampliándolas cada vez más, constituyendo los órganos de lucha de las propias masas, como crearon las condiciones Pera la lucha victoriosa por el aplastamiento definitivo del régimen capitalista y del mantenimiento en el Poder de los obreros, campesinos y soldados.

Esto demuestra que nuestra posición de preparar el asalto al Poder a través de las luchas parciales y su ampliación, coincide exactamente con la línea fundamental aplicada por los bolcheviques en 1917.
Pero no solamente en 1917, sino también ahora, obramos completamente de acuerdo con los bolcheviques. Bolchevique es el partido comunista de la URSS; bolcheviques son los dirigentes de las JC leninistas de la Unión Soviética. Kosarev, el dirigente de la organización política numéricamente intis potente del mundo (engloba 5.000.000 de jóvenes trabajadores), y políticamente la organización juvenil dirigente de decenas de millones, en las conversaciones habidas entre él y la delegación de los jóvenes guardias socialistas de Bélgica sobre la unidad para la lucha entre los jóvenes socialistas y comunistas belgas, ha planteado las proposiciones en los mismos términos que las que nosotros os hacemos: unidad de acción por la conquista de objetivos inmediatos y concretos, y aún más: organización de los jóvenes en frente único en las mismas Empresas.

Así podéis leerlo en el acta que hoy comienza a publicar Mundo Obrero. Luego no sólo obramos de acuerdo con los métodos de los bolcheviques en 1917, sino también con los de ahora.
Quiero deshacer algunas de las afirmaciones que hicisteis respecto a lo que eran los Sindicatos rusos en 1917. Decíais: “Lenin, al encontrarse con la carencia de organizaciones sindicales en el proletariado ruso, aprovechó la tradición existente de los soviets en 1905 para hacer de éstos los órganos de Poder: pero que en España la situación es diferente”. De acuerdo en esto último; mas es falso decir que el proletariado ruso carecía de Sindicatos. No sólo contaba con Sindicatos potentes, revolucionarios, avezados a la lucha en las peores condiciones de represión, sino que tenían la ventaja incalculable sobre España de no existir la profunda división del movimiento sindical que aquí tenemos. Por lo tanto, Lenin no escogió los soviets como órganos de lucha por y de Poder, sino porque era la única forma de organización de las masas sobre la cual podía apoyarse la revolución para triunfar.

¿Era esto por casualidad? No. Marx señaló los errores y las debilidades del movimiento de los obreros parisinos durante la Commune de París, y las causas de su derrota. Los bolcheviques, ya en 1905, aprovecharon estas enseñanzas y soviets el órgano capaz de hacer triunfar la revolución. Desde entonces, la experiencia de todo el movimiento revolucionario internacional ha confirmado la justeza de esta apreciación. El triunfo de la revolución de octubre, de la edificación del Socialismo en la URSS, de la revolución soviética en China Y los resultados de las luchas en todo el mundo demuestran que no hay victoria posible sin soviets.
Por esto, la Internacional Comunista, y nosotros con ella, consideramos que la lucha por el Poder soviético es el principio fundamental para triunfar sobre el régimen capitalista, y por talmotivo, en esta cuestión no hacemos ninguna concesión. Hacerla sería dar de lado la única posibilidad de triunfar.

En los soviets pueden agruparse todas las masas que quieran el derrocamiento del régimen capitalista; los obreros de las Empresas, los parados, los asalariados del campo, los campesinos trabajadores, los soldados. Ellos tienen su base orgánica donde viven las masas. Se constituyen durante y para la lucha. Sus órganos de dirección son elegidos democráticamente por las masas, que discuten los problemas fundamentales de la lucha por el Poder y de su consolidación. De esta forma, el Poder está verdaderamente en manos de los obreros, campesinos y soldados.

Vosotros rechazáis nuestras proposiciones de acción común inmediata. En tanto, nosotros hemos dado instrucciones a los jóvenes comunistas de Madrid para que el sábado último apoyaran la venta de RENOVACIÓN, defendiéndola contra las recogidas policíacas. Ésta es la mejor prueba de que nosotros no nos quedamos en las palabras y que de hecho queremos y realizamos la lucha común de los jóvenes socialistas y comunistas. La delegación de la Juventud Comunista, que el día de la asamblea de la Juventud Socialista de Madrid, preparatoria de vuestro V Congreso, llevaba proposiciones de acción común, especialmente con la provocación de El Escorial, fue expulsada a empujones y golpes de la Casa del Pueblo. El hecho de que las conversaciones de hoy se desarrollen en ese ambiente de cordialidad demuestra que se ha dado un paso serio en el camino de quitar los obstáculos y limar las diferencias que por entonces llevaron a tratar de una manera tan absurda a la delegación de la Juventud Comunista de Madrid, compuesta por cuatro jóvenes, precisamente de la Unión General de Trabajadores.

Nosotros, al mismo tiempo que declaramos mantener íntegros nuestros puntos de vista en las cuestiones de principio, al hacer las concesiones que os proponíamos, de concertarse la acción común, a las cuales estamos dispuestos a añadir otras en beneficio de la unidad de lucha fe los jóvenes comunistas y socialistas, demostramos nuestra sincera voluntad de llegar a la realización del frente único. Por eso os proponemos aún la organización en común de las milicias y luchar por la unificación del movimiento sindical, que, por su profunda división, es una de las necesidades más imperiosas del momento.

Agustín Zapiráin

Acta de la intervención de Agustín Zapiráin en la segunda sesión de la reunión celebrada por las delegaciones del Comité Central de la UJC y de la comisión ejecutiva de la FJS. “Renovación”. 4, 11, y 18 de agosto de 1934

Nosotros -comienza-, calificasteis de reformistas nues-tras proposiciones de acciones concretas inmediatas Pero nosotros afirmamos que los jóvenes obreros y campesinos no piensan igual, ni pueden considerar los campesinos presos que luchar por su libertad sea reformista. Cuando la prensa obrera es recogida y denunciada, y ello impide que los obreros puedan leerla, ellos han organizado la protesta, por ejemplo, en las minas de Asturias, lo cual es el mejor ejemplo de que ellos no consideran reformista el luchar por la libertad de la prensa obrera.

Nosotros decimos os que las luchas parciales por reivindica-ciones inmediatas, siendo dirigidas revolucionariamente, elevan el espíritu de lucha, y las mismas luchas, a grandes batallas de dase. El conflicto de los gráficos de Madrid pudo, de haberse organizado la solidaridad del resto de los trabajadores, haber sido una victoria enorme.

La misma huelga de los campesinos, de haberse organizado la solidaridad en un plano nacional, por el proletariado industrial, hubiera aumentado enormemente su importan-cia, ya considerable de per sí. Si no se llegó en esta huelga a formar los soviets es porque vosotros lucháis contra ellos y obstaculizáis su formación.

Las luchas inmediatas de los obreros elevan su propia conciencia de Poder, y, además, es un serio golpe que asestan a los enemigos de clase. Cuando los trabajadores consiguieron, por medio de la lucha, hacer fracasar la gran provocación de El Escorial, consiguieron no sólo elevar su moral y su espíritu combativo, sino dar un fuerte golpe a la contrarrevolución.

Cuando estamos en presencia de grandes luchas, como son las de los mineros, de los metalúrgicos de Madrid, cuartito los obreros de la construcción, no puede decirse honradamente que estas luchas son reformistas.

La derrota de los obreros en estas luchas parciales, que no son, desde luego, la insurrección, desmoraliza a éstos y les hace Perder la consciencia de su fuerza, y son fuerzas más difíciles de movilizar para la lucha. Tenemos el ejemplo de Austria, donde los obreros gráficos de Viena y los ferroviarios, como consecuencia de haber perdido varias huelgas, que también allí eran consideradas por los socialistas como reformistas, cuando los obreros tomaron las armas y declararon la guerra insurreccional, los periódicos publicaban las infamias que dictaba Dollfuss, y los trenes transportaban las tropas represivas a lo largo del país.

Por ello insistimos en que en las luchas dirigidas de forma revolucionaria por la conquista de nuevas posiciones para los obreros, asestando golpe tras golpe a nuestros enemigos de clase, preparamos a las masas para In lucha por el Poder. Pero ello requiere In organización de los órganos correspondientes, como son los Comités de frente único y los Soviets.

Nosotros hemos luchado desde hace bastante tiempo por la unificación de los trabajadores en una sola central sindical. Ello ha sido calificado por vosotros de maniobra comunista.

Hoy estamos en presencia de una brutal ofensiva de la patronal y de la burguesía, que, apoyadas en el Gobierno, quieren reforzar enormemente In explotación de los trabajadores. Tenemos en Asturias que se prepara una nueva racionalización para los mineros. Tenemos también los intentos de militarización de los obreros de las fábricas de producción de guerra. Tenemos también el problema de los parados, que cada día es más angustioso. En general, todos los trabajadores desean la unificación, y es en estos momentos cuando ella se impone sobre una base de lucha revolucionaria contra estos criminales planes del Gobierno y de la burguesía.

Continúa Zapiráin, señalando que en los momentos actuales el hecho de que de Banca y Bolsa y Pintores y Electricistas de Madrid sean expulsados los comunistas son síntomas que debilitan las fuerzas del proletariado y favorecen los ataques y la ofensiva de la burguesía. Igualmente, cuando se prepara la militarización de los obreros de producción de guerra y se expulsa de la Unión General de Trabajadores al Sindicato de Trubia, es un serio golpe que se asesta a los fuerzas revolucionarias y una brecha que se ubre en las fuerzas del proletariado.

Nosotros creemos, por el contrario, que, lejos de dividir el movimiento revolucionario, se debe ir de forma inmediata a la unificación ante la lucha en cada localidad, y llegar huiste la unificación de todos los Sindicatos en una sola central sindical. Es así como uniremos a los jóvenes trabajadores.

También creemos que hay que apoyar las reivindicaciones de la juventud en cada lucha y facilitar Ia atracción de los Jóvenes a los Sindicatos, dándoles plenitud de derechos y evitando lo que actualmente ocurre, que se les restringe y se les quita el derecho al ingreso en los Sindicatos hasta une determinada edad, aún cuando mucho antes están siendo objeto de la más brutal explotación.

Nosotros decimos: ¿La Alianza Obrera? ¡No! Ella ha fracasado en las luchas huelguísticas. Ella no puede ser un órgano de Poder y no ha sido formada en ningún sitio con el asentimiento de los obreros, a los cuales no se les ha consultado sobre el particular.

Nosotros decimos: Con la experiencia de la revolución rusa, con el triunfo de los soviets en Rusia y en China, que los soviets son los únicos órganos que garantizan la lucha por el Poder y el mantenimiento del mismo. Ellos son la fiel expresión de la democracia proletaria. El Poder soviético ha triunfado en Rusia y China, y triunfará también en España.

 

Tres héroes de nuestra juventud.

Tres héroes de nuestra juventud.

Tres héroes de nuestra juventud.

 BILBAO, 18 —Ayer celebraba reunión, en el local de la Federación de Juventudes Socialistas Unificadas, el Comité nacional de Euskadi.

Había sido convocado por los camaradas Trifón Medrano y Luis Rodríguez Cuesta, delegados de la Comisión ejecutiva nacional de Ias Juventudes Socialistas Unificadas para informar a los jóvenes de Euzkadi del desarrollo y tareas que a la organización juvenil del País Vasco planteaba la Conferencia nacional de las Juventudes Socialistas Unificadas de Valencia.

En la habitación donde se hallaba reunido el Comité hizo explosión un obús del 15,5. ocasionando la muerte de Trifón Medrano, segundo secretario nacional de la Federación de la Juventudes Socialistas Unificadas de España y miembro del Comité Central del Partido Comunista; de Luís Rodríguez Cuesta, miembro de la Comisión ejecutiva de la Federación de Juventudes Socialistas Unificadas de España y comisario de guerra de brigada; y de Agustín Zapiráin, secretario de organización del Comité ejecutivo nacional de Euzkadi de las Juventudes Socialistas Unificadas, miembro también del Comité Central del Partido Comunista.
Resultaron heridos por la explosión los camaradas Pedro Felipe, secretario general de las Juventudes Socialistas de Euzkadi; Antonio Bueno, Leoncio Peña, Balazón, Lazcano y la compañera Astréa Barrio, todos ellos miembros del Comité nacional de las Juventudes Socialistas Unificadas de Euzkadi.

La noticia corrió rápidamente por todo Bilbao e inmediatamente comenzaron a afluir al domicilillo de las Juventudes los militantes de la organización y Ios dirigentes de las otras organizaciones juveniles del País Vasco. Millares de jóvenes de todas las tendencias llenaron los pliegos dispuestos en los locales de las Juventudes Socialistas Unificadas. Ya avanzada la noche los jóvenes seguían desfilando para hacer patente su dolor por la muerte de tres de sus más queridos dirigentes.

En el local de las Juventudes Socialistas Unificadas fue instalada la capilla ardiente. Daban guardia de honor a los cuerpos de los dirigentes muertos, milicianos de las columnas juveniles. Durante toda la mañana hubo un desfile impresionante por su magnitud y su dolor reconcentrado. Por la tarde se verificó el entierro, que ha constituido una imponente manifestación.

Han enviado representación el Gobierno del País Vasco y todos los partidos y organizaciones antifascistas, siendo especialmente nutridas las de las organizaciones juveniles. El camarada Astigarrabía, consejero de Transportes, pronunció en el cementerio unas breves y emocionadas palabras, haciendo patente el dolor y la solidaridad del Partido Comunista y las Juventudes Socialistas Unificadas de España por la pérdida dolorosa de tres de los valores más positivos de la nueva generación.

Todo el pueblo de Bilbao se agolpó en el trayecto seguido por la comitiva, presenciando con emoción y firmeza indescriptible el paso de los cuerpos de los tres jóvenes, representantes del coraje, la disciplina y el entusiasmo de la juventud española, muertos cuando su trabajo tenaz había dado ya tantos frutos y cuando se abrían a su decisión y a su esfuerzo los horizontes más amplios que jamás concibió la juventud española.

Medrano un ejemplo.

Santiago Carrillo. AHORA. Viernes 19 de febrero de 1937

Conocí a Medrano tres años atrás. Entonces él era el dirigente de la Unión de Juventudes Comunistas. Fue una relación breve. Las horas que duraron los primeros contactos, mediado el año 1934, entre jóvenes socialistas y comunistas. En tan breve espacio no tuve ocasión de conocerle bien. Medrano no era muy pródigo en palabras.

En el transcurso de aquellas entrevistas permanecía sentado en su sitio y sólo intervenía en su turno, breve y serenamente. Sin embargo, pude ver ya en él al hombre firme, sereno, que buscaba siempre con ahínco aquello que podía reunirnos. A dichas reuniones vino también Zapiráin, el dirigente de las Juventudes Vascas, cuya figura de gigante encerraba el corazón de un niño.
Entonces no llegamos a resultados prácticos inmediatos, pero al finalizar las reuniones habíamos roto el hielo y hasta las hostilidades que habían venido separando a los jóvenes socialistas y comunistas a través de catorce años.

La segunda vez nos vimos en la cárcel. Fue después de abortado el movimiento de Octubre. Estábamos en la primera galería de la prisión de Madrid. Medrano era uno de los camaradas más animosos; participaba activamente en las charlas y discusiones que se organizaban en cualquiera c de las celdas, de las que todos íbamos extrayendo las experiencias de la abortada sublevación.

En dichas charlas, jóvenes socialistas y comunistas, y también, a veces, veteranos, participábamos apasionadamen-te. Fueron muy eficaces a nuestro acercamiento. El toque de fajina, y aun el de silencio, vinieron a ponerlas fin más de una vez.

También en los juegos era Medrano de los más entusiastas. Allí donde había jóvenes estaba nuestro camarada animándoles y haciéndonos más soportable la prisión con sus consejos y su actividad. Los jueces no pudieron hallar ninguna prueba contra Medrano, y éste salió a la calle.

Aquí reanudó su trabajo clandestino, siempre en favor de la unidad y siempre con el afán de elevar lo que nos unía, dando de lado lo que pudiera separarnos. Entonces perdí el contacto con él durante unos meses. Estuvo en el VI Congreso del. K.I.M., y fue a la vuelta cuando tomamos de nuevo contacto. Nunca olvidaré aquellas entrevistas entre rejas, en las cuales Medrano y yo discutimos sobre las cuestiones de la unidad y donde comenzamos a forjar los lazos de una amistad que ha venido a interrumpir su muerte.

Después vino lo que todos conocemos: fusión, desarrollo impetuoso de la Federación Unificada, guerra civil, Conferencia Nacional de Valencia…
A través de todos estos acontecimientos Medrano acentuó y elevó su clase de gran dirigente de la Juventud y, al mismo tiempo, como comandante del Batallón Aida Lafuente, su categoría de buen jefe militar. Por su trabajo, por su abnegación, por su heroísmo, Medrano había llegado a ser un verdadero símbolo para la juventud; símbolo de la unidad y de la abnegación que la nueva generación española está poniendo en la lucha por la libertad.

Con Medrano se nos ha ido uno de los pilares más firmes de la Federación y del movimiento de unidad de la juventud española. Su muerte causará una emoción profunda en las filas de nuestro movimiento, que le idolatraba; una emoción y un gran dolor nos embarga hoy a todos nosotros, a los que hemos forjado la gran Federación de la unidad. El hueco no se llena poniendo simplemente a otro; es un gran esfuerzo colectivo el que se precisa para sustituirle; un esfuerzo redoblado para fortalecer nuestra unidad. El mismo desinterés y la misma honestidad que él puso siempre al servicio de nuestra causa.

Medrano ‘ha muerto al lado de Cuesta, cuando iban al Norte a explicar la línea de la unidad. Ha muerto al servicio de la unidad juvenil. Al inclinar ante su cadáver nuestra bandera, abatida por el dolor, nosotros hacemos la promesa de seguir firmes y fieles a la causa por la que Medrano ha sacrificado su vida.

Con motivo de los heridos y muertos provocados por de la explosión del obús en la sede de la JSU en la plaza del Arenal nº 3 de Bilbao, además de los necesidades de la guerra, quedó recompuesta la dirección de la JSU de Euskadi, tal y como informa
AHORA, el órgano de expresión de la JSU, que reproducimos.

AHORA.
14 de abril de 1937

Dirigentes de la Juventud Socialista Unificada de Bilbao.
Son designados comisarios políticos

BILBAO 13. Por haber sido designados algunos camaradas de la dirección de la Juventud Socialista Unificada comisarios políticos de batallones y brigadas, ha habido necesidad de realizar un reajuste, quedando constituido el Comité por los camaradas siguientes:
Secretario general: Iván Zárate.
Secretario de organización: Pedro Felipe
Sindical: Francisco Zalacáin.
Agit-prop: Marcelo Usabiaga
Prensa. Gregorio Velasco.
Finanzas: Leoncio Peña.
Femenina: Astrea Barrios.
Pioneros. Felipe Larena.

Lina Odena.

Lina Odena.

Lina Odena

Paulina, “Lina”, estrecha colaboradora de Dolores Ibárruri, con la que realiza la campaña electoral de febrero de 1936 en Asturias.

Allá por los primeros años de la década de los 90, tuve la oportunidad de conocer por primera vez a Paulina Odena García, fue en la Facultad de Filosofía y Letras de Cartuja (en Granada), en una clase magistral de mi profesor y amigo Rafael Gil Bracero. En su apasionada explicación sobre el conflicto civil en España mencionó su nombre, era uno de los pocos nombres femeninos que había escuchado en mis años de formación académica, lo que despertó mi curiosidad sobre ella. Con los años y la investigación su nombre surgió aquí y allá, hemos llegado a ser incluso camaradas compartiendo ese precioso proyecto de construir un mundo nuevo. Ahora con estas letras quiero rendirle homenaje, ese reconocimiento que no recibió y que llevó sus huesos a una fosa común del cementerio de Granada, precisamente en los años 90.
Juan Francisco Arenas de Soria.
Profesor de Geografía e Historia y miembro de la Asociación Granadina Verdad Justicia y Reparación. Foro de la Memoria. El independiente de Granada. 28/09/2019

Paulina, “Lina”, nace en el barcelonés barrio del Ensanche en enero de 1911, en el seno de una familia humilde que vivía gracias al trabajo en una sastrería. Pronto sentirá Lina inquietudes por el mundo que le rodea y al calor del revolucionario cambio que supone la proclamación de la Segunda República Española en 1931 se interesará por la militancia política, la cual comenzará a realizar en las Juventudes Comunistas (JJ.CC), convirtiéndose pronto en un cuadro político con una importante proyección en el ámbito juvenil y del propio Partido Comunista de España.

Es precisamente por su valía por la que será seleccionada para participar en la formación de jóvenes que se desarrollará en la Unión Soviética. En 1934 Lina participará en los disturbios que se producen en Barcelona como consecuencia de la declaración del Estado Catalán en el marco de la huelga revolucionaria lanzada contra el gobierno radicalcedista, lo que la llevará una temporada a la cárcel. Tendrá una estrecha relación con Dolores Ibárruri, con la que realiza la campaña electoral de febrero de 1936 en Asturias, siendo persona de referencia en la organización de las jóvenes comunistas en España, a la vez que trabaja en la unificación de las juventudes comunistas y socialistas, el proyecto de la JSU (Juventudes Socialistas Unificadas), que se comienza a fraguar en marzo de 1936.
Al producirse el golpe militar en julio de 1936, Lina se encontraba en Almería preparando el congreso de unificación de las juventudes socialistas y comunistas de la provincia, se involucra de lleno en la defensa de la República frente a los golpistas.

En Almería se suma a los esfuerzos de organización del diputado comunista Adriano Romero, se pondrá al frente de una columna en la que tienen una importante presencia las tropas de aviación procedentes de la base de Armilla, vistiendo entonces ese uniforme de aviación con el que quedaría inmortalizada (AHPCE, Mundo Obrero, 22/09/1936, contraportada). Una de las columnas que parten hacia Motril para liberar la ciudad del control de los sublevados llevará el nombre de la dirigente comunista, la cual participa en las acciones realizadas en la capital de la costa granadina.

Lina Odena estará junto con el diputado granadino del Frente Popular Antonio Pretel en ese intento de recuperar Granada, que debido a la llegada de tropas de la Legión y Regulares a través de la conexión aérea establecida por Queipo de Llano, se acabará convirtiendo sólo en un lejano sueño. Viajarán juntos a Madrid en un desesperado intento para conseguir armas y refuerzos del Gobierno de la República para los frentes granadinos. La joven dirigente comunista recorrió en multitud de ocasiones los frentes en la zona de Iznalloz, en una de estas ocasiones, en término municipal de Albolote, en la conocida como Cuesta de las Cabezas se desvió, lo que produjo un fatal encuentro con un control de falangistas, ésta al verse rodeada se suicida con su pistola. Según  informa Mundo Obrero el 22 de septiembre, su cuerpo se convierte en un trofeo de las tropas insurgentes que lo pasean por la ciudad de Granada, en este particular el periodista granadino Gabriel Pozo Felguera discrepa.

“…El periódico El Sol la calificaba de heroína, inteligente y gran organizadora, así se lo reconocían los campesinos de Granada, los marineros del buque Libertad, los aviadores y todas las fuerzas que formaban la columna de la que ella era jefa. Publicaron que había sido reconocida y los falangistas la pasearon como un trofeo por las calles de Granada. No fue así, sólo una exageración periodística…”

“El grave error que condujo a la muerte a la ahijada de ‘Pasionaria’ en el Cubillas”, diario digital El Independiente de Granada, 1/04/2018. Gabriel Pozo Felguera.

Su cuerpo es enterrado en el cementerio granadino, donde estuvo en una tumba hasta que el olvido y la falta de sensibilidad de las autoridades locales llevaron a su traslado a una fosa común en los años 90.

La relación entre Antonio Pretel y Lina Odena debió de tener una gran intensidad en estos tiempos de excepcionalidad, ya que años después en sus comunicaciones con la dirección del PCE, y bajo el mando de Dolores Ibárruri que estaba reconstruyendo el relato de aquellos momentos, el diputado del Frente Popular se comprometió a escribir sobre ella con Irene Falcon (AHPCE, Carta a Irene Falcón que acompaña al documento “Mártires y héroes en Granada”). No sabemos si llegó a escribir finalmente, pero fue una relación que dejó una profunda huella en Antonio como atestigua también su hija María Luisa Pretel. En su escrito “Mártires y héroes en Granada” la mencionará en varias ocasiones, ya que se terminará convirtiendo en un imprescindible apoyo en las operaciones en el frente granadino.

“…Los camaradas me llevan a Almería. El joven socialista Ramos muere de la herida recibida por falta de cirujano que le amputase la pierna. Allí me encuentro a Lina Odena, dirigente de la J.C., y otros camaradas. Me cuentan el ambiente de euforia que existía en la ciudad. Convenimos que sería útil instalarme en el despacho del gobernador (republicano), que acepta complacido. Me preparan una cama en un diván del despacho con los teléfonos y el teletipo al alcance de la mano…”.
AHPCE, Mártires y héroes en Granada”, pp.12
Herido en la toma de la ciudad accitana Antonio Pretel se refiere en estos términos a Lina Odena, en el momento de los preparativos para la toma de la capital granadina.
“…acompañado de Lina Odena, que se convierte en mi enfermera, mi consejera y mis pies y mis manos…”
AHPCE, “Mártires y héroes en Granada”, pp.13

Lina Odena pasará a convertirse en un referente en el imaginario colectivo republicano en la lucha contra el fascismo, un símbolo para las mujeres antifascistas, junto a otras como Aída Lafuente heroína de la revolución de Asturias, muerta en Oviedo en octubre de 1934. Así las veremos a ambas ocupando la portada de Mundo Obrero el 5 de octubre de 1936.

El dirigente juvenil comunista Trifón Medrano, la recuerda desde la contraportada de Mundo Obrero.

“…En todos los rincones de Cataluña ha resonado la voz juvenil y vigorosa, llena de entusiasmo, que electrizaba a sus oyentes porque expresaba los mismos nobles sentimientos que el pueblo al que hablaba. Forjadora de la Unión de Juventudes Comunistas de Cataluña, su dirigente durante años, ha dejado honda huella en el movimiento juvenil, social y nacional catalán. El espíritu magnífico de toda la juventud catalana vibró en ella en los días inolvidables de octubre de 1934. Los episodios de La Rabassada cuentan entre sus principales protagonistas a esta muchacha de temple de acero, forjada en el crisol del Partido Comunista (…)
…Almería primero, después Baza, Guadix, todo el frente granadino ha sido teatro de su entusiasmo incansable: de su alegría juvenil, contagiosa en los momentos difíciles de la lucha: de su responsabilidad en los más complejos trabajos. No sólo los milicianos, los aviadores, los marinos saben de su entereza y su capacidad…”

AHPCE, Mundo Obrero, 22/09/1936, “Ha muerto una heroína del pueblo”. Trifón Medrano.

Y para poner fin a este breve artículo, cerrarlo con las palabras que Dolores Ibárruri le dedica desde el profundo dolor de su reciente muerte desde las páginas del periódico Mundo Obrero en septiembre de 1936:

“…Lina Odena era para cada una de nosotras la hermana, la amiga, la camarada. ¡Qué difícil es resignarse a no volverla a ver, a no oír su voz, con fuerte acento catalán, que hablaba de trabajo, de organización de victorias, de triunfos decisivos sobre el fascismo!.

¡Lina querida!… Mis ojos se empañan de lágrimas y no me avergüenzo de mi llanto, porque lloro por ti; por ti, que para nosotros eras una fundada esperanza para la obra titánica de la educación de la juventud; por ti, que eras nuestra más querida compañera, nuestra hermana…

Eras la primera para el sacrificio, para el trabajo. Lina Odena no regateaba ningún sacrificio; sabía a pesar de su juventud, del dolor de la cárcel, de la vida ilegal, del brutal trato carcelario… Ella supo, en los días memorables de Octubre, ocupar su puesto, y, como ahora, empuñar un fusil… Fue herida. Y cuando recordaba aquellos hechos, cuando ella recordaba como huían las fuerzas reaccionarias ante el avance de un grupo de camaradas, entre los que ella era el alma, provistos de fusiles que habían cogido en Barcelona, reía a carcajadas, con risa contagiosa, y en sus ojos brillaba el entusiasmo y la fiebre de la lucha.

Sentía como nadie el amor a su tierra, a su Cataluña, que ella soñaba libre, nacional y socialmente; pero su profundo sentimiento clasista le hacía luchar al mismo tiempo que por la liberación de su pueblo, por la liberación de todos los pueblos, de todos los oprimidos. La criminal sublevación la sorprendió en Almería, y ella, catalana, ardiente defensora de las aspiraciones de Cataluña, pensó que su deber revolucionario era estar al lado de sus hermanos andaluces para animarles con su ejemplo, para sacrificar su vida si era necesario, para ofrendarse en aras de la revolución.

Su muerte ha sido un gesto heroico; las Aída Lafuente, las Lina Odena sólo se dan en el pueblo, que pasa su vida con constantes sacrificios, con heroicidades anónimas, con sublimes abnegaciones. Ella recordaba siempre a Aida Lafuente, y, como ella, supo morir, con gesto que inmortalizarán los bronces, de manera que su nombre quedará para siempre anclado en la historia revolucionaria de España.
Con nuestro camarada Pretel dirigía una columna: la columna que tiene puesto cerco a Granada.

Salió de avanzada con otro compañero en un coche; se persiguieron y fueron a caer en las filas enemigas; se defendieron; agotan todas las balas de su pistola, disparando contra el enemigo que rodeaba el coche. Vendió cara su vida. La última bala fue para ella; no quiso caer en las manos del enemigo, y se pegó un tiro. Su cuerpo fue llevado por el enemigo a Granada como un trofeo.

Los obreros, los campesinos, los soldados, los marinos y los aviadores que luchaban con ella, que la querían como a sí mismo, crispan hoy los puños con dolor, y, desesperados, prometen vengarla. ¡Lo cumplirán!… Y mañana, cuando las notas triunfales de los cantos del pueblo que aplastará al fascismo llenen las calles de Granada, y las banderas de la victoria ondeen triunfadoras en el Alcázar, testimonio de pasadas grandezas, el recuerdo de Lina Odena, de la joven comunista que dio su vida por la liberación de Granada, vivirá por sobre todo, hablando a las futuras generaciones de lo áspero del camino que hubo que recorrer en la conquista de la libertad.

¡Lina Odena! ¡Guía de la juventud! ¡Ejemplo admirable de heroísmo, de abnegación, de sacrificio: ante tu cuerpo sacrificado se inclinan en doloroso homenaje nuestras banderas! Has entrado de lleno en la inmortalidad; mañana, cuando tus verdugos hayan sido aniquilados iremos a depositar sobre la tierra libre de Granada, que cubrirá tu cuerpo, las flores de nuestro cariño, las siempre vivas de nuestro afecto. Te recordaremos siempre y tu nombre será la bandera de todas las mujeres que luchan contra el fascismo, que luchan contra la opresión…”

“…No estabas a nuestro lado y, sin embargo, te sentíamos cerca de nosotras. Te necesitábamos; no podíamos cubrir tu puesto de trabajo porque eras única. Siempre dispuesta, activa, cariñosa, abnegada, riendo con sano optimismo ante las mayores dificultades… Y ahora ya no eres…¡Lina Odena ha muerto!, nos han dicho, y no podíamos creerlo. No podíamos hacernos a la idea de que tú faltases para siempre de nuestro lado…”

Dolores Ibárruri, Mundo Obrero  23/09/1936

Archivo Histórico del Partido Comunista de España (AHPCE), Mundo Obrero, 23/09/1936, Carta de Dolores Ibárruri a Lina Ódena.

La manía de seguir con las convicciones de por vida.

La manía de seguir con las convicciones de por vida.

La manía de seguir con las convicciones de por vida.

Reproducimos aquí la entrevista de Mónica Sallán Mur, en la publicación argentina LA MAGA, del 16 de diciembre de 1998,a Luis Alberto Quesada, que fue el Comisario de guerra más joven del ejército de la República.

A sus 17 años, y que fue elegido máximo responsable nacional de la JSU, en la clandestinidad. Siendo detenido cumpliendo tal misión. Vivió con intensidad aquel momento de entusiasmo y de unión en la juventud que supuso el nacimiento de la JSU, lo que ha motivado su análisis en este número de HERRI, y que Luis Alberto cuenta tan vivamente en esta entrevista.

Luis Alberto Quesada -español exiliado en la Argentina-, fue condenado a muerte por el régimen de Franco. Hoy tiene 79 años, escribe cuentos y poemas –“La saca”, “Espigas al viento”, “El hombre colectivo”, y “Vida, memoria y sueños”, son algunos de los títulos de sus libros-, y es presidente del Instituto de Cultura Ibero-argentino. Cuenta su historia sentado en medio de la sala de su casa, a la que le ha puesto el nombre de Museo de la Amistad, abarrotada de cuadros, recortes y fragmentos de un período histórico que se arman como un calidoscopio para proyectar luz y vitalidad sobre un hoy que ha quedado huérfano de sueños: “Según mi criterio, el mundo tiene muchos problemas sin resolver, Y uno de los grandes problemas es la política de mercado. La ideología no puede terminar, la ideología muere cuando es dogmática, cuando se encierra dentro de un círculo donde no escucha más que su propia voz”

Por esos azares que han tenido que ver con el espíritu aventurero de mi padre, nací el 22 de agosto de 1919 en Lomas de Zamora. Nací argentino. Y esto, con el correr de los años, salvaría mi vida. Mi padre era un buen poeta del dibujo. Fue alumno de la Academia de Arte y Oficios de Málaga. Se recibió en la misma promoción que Pablo Picasso. Creo que aún estando instalado en Lomas sus sueños e ilusiones danzaban por España. Allí volvemos. Madrid es un piso sobre la avenida Reina Victoria. Hermanos, madre, abuela… Los aires que rondaban mi casa eran cada vez más anticlericales, más republicanos. Nos anotaron en un colegio protestante, El Porvenir, en el barrio madrileño de Cuatro Caminos. Nos educábamos juntos chicos y chicas. El director del colegio era un reaccionario; pero un reaccionario en Alemania: en España era un fuera de serie.

Teníamos piscina y nos bañábamos juntos, chicas y chicos. Se paraban las viejas y al ver a las chicas decían: “Zorras más zorras”. “Zorras ellas, no; zonas las madres”, replicaba otra vieja.
Los republicanos españoles se llamaban liberales, pero no como Alsogaray, sino en el sentido de amantes de la libertad. Porque luego el liberalismo se ha ido transformando, como todas las cosas. Las ideas primarias cambian y se hacen mentira.

La época más hermosa
En ese ambiente, rodeado por mis compañeros de El Porvenir y en contacto con la izquierda del barrio, empiezan a resonar dentro mío las ideas revolucionarias. Que eran un germen, ¿no? Es entonces que con 14 años entro a funcionar dentro de la juventud comunista.
Estábamos en el Bienio Negro de la República. Porque en la segunda época de la República, había ganado la derecha. Es esta derecha la que reprime en octubre, cuando el comandante Franco está al mando de las fuerzas árabes. Y establecen los contactos con Mussolini y Hitler, por si el paso les falla. Que eso es lo que hacen siempre los reaccionarios: tener las cosas siempre preparadas para el golpe.
Llega un momento que en mi familia se piensa que yo constituyo un peligro. Andaba en pleno
fervor revolucionario. Deciden enviarme a Málaga. Por entonces se trabajaba para unificar las juventudes socialista y comunista para formar la JSU. Los jóvenes comprábamos camisas rojas y camisas azules, que pertenecían a una y otra organización, y nos las poníamos indistintamente. En Málaga, yo me iba con esas camisas a los pueblos de pescadores y hablaba con los muchachos. Formábamos corros en la playa, y les contaba lo que opinábamos en Madrid. Y algunos viejos pescadores me daban la razón. Hacíamos todo un trabajo, porque estábamos convencidos de que era interesante este intercambio. Y no crean que ahora he perdido las convicciones.

En aquella época me nombran Secretario de Cultura. Mi padre decía: “¡Cómo andará la cultura, si Luis está al frente! Era una cultura como el que tiene una maza para machacar garbanzos: una cultura para andar por las casas de los que no tenían ninguna. Leíamos la revista Estudio, anarquista; algunas cosas sobre la revolución Rusa; Unamuno, Machado, y seguíamos con afición a Lorca en

La Barraca.
Sobre 1935 vuelvo a Madrid y me enfrasco más en la cuestión política. “Y allá va Luis Alberto/ como de feria en feria/ va guitarra en el aire/ la luz de la bandera” (poema a Luis Quesada, de J. L. Gallegos). Aquello era una belleza de vida. Salíamos en grupos cantando La Internacional, llevábamos un gramófono con púa y bailábamos en las plazas. El Madrid juvenil de aquel entonces tenía un signo entre chicos y chicas que creo no se ha producido en ningún otro lugar. Compañerismo militante: días de banderas rojas al aire; Lorca a la cabeza de los actos… Esto se ha tratado de disimular, pero él, presente, condenaba las dictaduras en Latinoamérica y la influencia norteamericana. No vivíamos, pero no vivíamos en el orden de lo que construíamos para el futuro. Es una de las épocas más hermosas de mi vida.

La puerta a la guerra
Llega la victoria del Frente Popular. Fue ese tipo de hechos de importancia masiva, que permiten que la gente crezca. Me gustaría aclarar que España era el país más atrasado de Europa. Entre diez y quince familias poseían la mayoría de las tierras cultivables. Entre esas familias —aunque no sé si ponerla como familia—, estaba gran parte del patrimonio de la Iglesia Católica Apostólica Romana. Entonces gana el Frente, que iba de republicanos a comunistas, con todas las de la ley. Pero la reacción se había estado preparando y es la aventura de la puerta que se abre a la guerra.
Tengo 16 años y parto para el frente de Somosierra. Lo fundamental era derrotar a los fascistas, el avance de España y la igualdad de los chicos y las chicas. Las chicas se cortaban el pelo a lo Manolo: por eso las insultaban por la calle. Nos sentíamos capaces de cambiar el mundo.
Así vamos hacia el frente, muy desorganizados, sin un concepto claro de lo que era la guerra. En el primer combate nos designan un sargento que se pasa al enemigo en esa misma operación. Nos salvamos porque aunque éramos ingenuos., estábamos despiertos como esas liebres recién nacidas que aún durmiendo tienen un ojo abierto.
La guerra se convierte en un caballo alocado. El miedo carcome en los descansos, en la espera. Ya en el combate no piensas. Trincheras. Frío. Alambradas. Me nombran Comisario de guerra, El peligro es el avance del enemigo por la carretera de Toledo hacia Madrid. Allí me mandan como Comisario de un batallón.

El primer ataque
Las Brigadas internacionales juegan un papel importan-tisimo la defensa de Madrid. Poseían una moral revolucio-naria de gran altura. Los tanques se nos venían encima y no teníamos cómo detenerlos, Estibamos en La plaza de la Moncloa con el batallón choque de Huelva, todos mineros de Rio Tinto, Ellos dicen: “Aquí, paramos a los tanques, ¡Traemos dinamitas, traernos cartuchos!”. Comienza el ataque. Y nosotros los paramos.
Por primera vez en la historia, vemos que los tanques se retiran. Nosotros éramos una juventud excesivamente loca, fuera del contexto normal, dispuestos a dar mucho, en una guerra donde no teníamos experiencia de grandes traiciones. No suponíamos más traiciones que en el campo enemigo.
En el frente, la República creó los milicianos de la cultura. Se acabó con los analfabetos, y ha-bía un ansia permanente de aprendizaje. M. Teresa, Rafael Alberti con sus compañías visitaban a los combatientes. Y no siempre el arte se adecuaba al estado de ánimo de los batallones. En una oportunidad llega una actriz. Imagínate tú, eso lleno de soldados, en una batahola de fumar, de beber con la bota. Sale la actriz y recita: “Pozo blanco/ pozo blanco/ Glu, glu/ de las fuentes cristalinas”. Y dice uno, medio borracho: “¡Hija puta, afuera!”. Se armó tal jaleo… Fuimos a verla: “Déjate, mira que este poema aquí no va”. Tuvimos que cambiar el programa. Nos salvó la banda del batallón con su música.

La tierra y el hijo
18 de enero de 1938 el comunicado oficial anunciaba: “Teruel pertenece en su totalidad a la República”. Ahí estábamos. El coronel Galán recibe órdenes para detener a los fascistas que iban camino de Alicante. Se logra una línea de frente, pero la República queda cortada en dos. Madrid separado de Cataluña. Si no hubiéramos estado tan locos, esto suponía un golpe mortal. Marchamos hacia el Ebro y logramos hacer retroceder al enemigo. Faltan reservas, aparatos modernos… Se van apagando nuestras fuerzas. Comienza la retirada hacia la frontera. En el puño cerrado de algunos va un puñado de tierra.
Los campos de concentración se suceden a lo largo de los pueblos franceses. Cuando estalla la Guerra Mundial, nos ofrecemos para defender Francia. Ahora es el recuerdo de mis 20 años: pedaleo con el corazón, pedaleo cuesta abajo, viento que acuchilla. Los alemanes están muy cerca. Huyo hacia Burdeos, donde organizamos la Resistencia. Estábamos en 1940. Una chica, Asunción, cruzaba la plaza de Burdeos. Evacuada de la Guerra Civil Española, escucha hablar español y se acerca. Asunción fue mi mujer. Y en noches de amor y persecuciones, nació nuestro primer hijo: Luis.

El regreso
Se llega a una situación en que se decide que éramos más útiles en España. Hacemos el cruce a través de guías. Caen algunos compañeros. Laureano, un tal Suárez, Jesús y yo logramos pasar. “España no es España, que es una inmensa fosa/ que es un gran cementerio rojo y bombardeado.” (Miguel Hernández).

Vuelvo a Madrid, me incorporo y me dan la responsabilidad de dirigir la JSU. Marzo de 1943. Imágenes en revuelo… Cinematográficamente recuerdo mi último día en libertad. Aquel tipo me decía: “Come, come más jamón”. Yo masticaba: “¡Qué bueno que está!”. Y allí me entrega. Caigo detenido y me llevan a la Gobernación. Estoy 15 días esposado. Me dan una tunda de palos. Interrogatorios. Una de las cosas que aplican es la regla en los muslos. Te dejan descansar unas dos horas y después vuelven a dar y dar, lo que produce una inflamación brutal en las piernas. Llega un momento que estás como anestesiado. Tú ya no eres tú.
Es octubre de 1944. Y se me condena a muerte. Salía al patio y cantaba una canción. Era muy sencilla, pero me sentía arropado, porque desde los pabellones me coreaban. Hay tres sacas: se llevan a la gente para fusilar. Tú no los ves. Oyes los gritos: “¡Viva la República! Viva la JSU!”
Frente a la muerte, nos preparábamos para afrontarla revolucionariamente. Para que nuestro mensaje fuera recogido como una actitud digna.

El exilio
Un tío mío, periodista, que había quedado en la Argentina, empieza a mover los contactos, aludiendo a mi nacionalidad argentina, para que se me conmute la pena de muerte. Lo logra en 1945, y quedo con cadena perpetua, pensando que Franco se moriría antes, muy convencido de mis ideas. Comienza en Burgos el principio de los 15 años restantes que estaría encarcelado. Estuve durante una larga época dirigiendo el contacto entre la cárcel y el exterior. Habíamos conseguido tal rapidez en los mensajes, que en un momento rodearon la cárcel, pensando que teníamos un transmisor. Escribíamos muy chiquito en papeles de fumar, usábamos claves…. Se hacía un trabajo de tipo cultural, que era lo que le daba a Burgos el nombre de La Universidad.
A través de los contactos de mi tío en la Argentina, Frondizi hace la petición por mi excarcelación. Por las vías diplomáticas se supo que era aceptada, pero uno de los militares del momento —ya no recuerdo su nombre— temía que una vez que estuviera aquí, no fuera yo a hacer algunas “innovaciones”. Y mira que cuando yo me vengo para aquí, los militares organizaban una cada dos días… ¡y yo no podía organizar ninguna!
Finalmente, se decide mi libertad. En ese momento te invade una tensión que es peor que cuando estás en la cárcel.
Me ofrecieron venir en barco o en avión. Preferí el barco, para ir reposando la cosa. Logro un permiso para pasar por Madrid para ver a mi familia. Ahí visito a mi hermana. Su marido, a pesar de ser católico y de derechas, había vestido a sus trece hijos con camisas rojas y azules iguales a las que yo llevaba en Málaga en los principios de la JSU.
Corría el año 1959 cuando embarcamos en el Dorero, que me retorna a mi tierra natal, junto a mi esposa y mi hijo.
Durante los primeros tiempos paramos en un hotel. Pero mira cómo es la gente: muy pocos nos preguntaban por nuestros problemas y todo el mundo nos mostraba lo que hacía, el libro que había publicado, el periódico revolucionario que estaban sacando… Fue una época en la que nos sentimos muy agobiados.

El trabajo a la distancia
Yo he tenido la manía de seguir con mis convicciones por la vida. Aquí había gran cantidad de intelectuales en el exilio, pero no todos se integraron para participar en la defensa de los presos políticos españoles que aún quedaban en la España de Franco. Pacientemente, logramos construir un organismo de tipo unitario que nos permitiera continuar con nuestro trabajo de difusión y defensa del movimiento republicano.

Se organiza una entidad agrupada de fuerzas democráticas, La Coordinadora, en contra de Franco hasta la muerte de éste. En ese momento circulaba un chiste de gallegos que decía: “Déjalos a esos que ahora están festejando. ya verás cuando Franco se reponga de la autopsia (sic)”.
Con el gobierno de Suárez, una nueva realidad social y política atraviesa España. Nosotros. desde aquí, también tenemos que darnos una nueva forma de organización. Así nace el Instituto de Cultura Ibero Argentino, que yo presido. El Instituto nace en defensa de la Constitución, una vez que ésta ya había sido aprobada por el pueblo español. Porque en definitiva la Constitución de España, siendo perfectible, es más avanzada que la que tenía la República.

El factor fundamental de todo movimiento progresista tiene que ser la juventud. Se necesitan propagandistas de a pie, que estén con la gente. Lo cierto también es que los jóvenes están ganados por la televisión y el consumismo. Tenemos que buscar maneras para que los jóvenes nos oigan. Porque de lo contrario nos convertiremos en una especie ecológica en extinción.