El hilo rojo de la JSU a la UJCE.

El hilo rojo de la JSU a la UJCE.

El hilo rojo de la JSU a la UJCE.

“Que conecta con la estrategia revolucionaria de conquista del socialismo a través de la profundización de la democracia”.

El 4 de abril de 1936, mes en el que se celebraba el 15 aniversario de la primera Organización de Jóvenes Comunistas impulsada por el Partido Comunista de España (PCE), se fundaban las Juventudes Socialistas Unificadas (JSU), resultado de la fusión entre la Unión de Juventudes Comunistas de España (UJCE), lideradas por Trifón Medrano, y la Federación de Juventudes Socialistas (FJSE), lideradas por Santiago Carrillo.

La experiencia que encarnan las Juventudes Socialistas Unificadas es histórica en un doble sentido. Por un lado, supuso una experiencia de fusión de las juventudes del PCE y de las juventudes del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) que tenía pocos precedentes y tuvo pocos continuadores en el plano internacional, firmando incluso uno de los capítulos más interesantes de relaciones internacionales en el movimiento juvenil comunista con la intensificación de las relaciones entre la IJC y la IJS en los años previos a la II Guerra Mundial. Por otro lado, es histórica porque su nacimiento y posterior evolución no pudo escapar a la terrible historia de España, que pocos meses después de su alumbramiento tuvo que enfrentar un golpe de Estado fascista y una guerra civil que inauguraron una noche de cuarenta años de dictadura.
Estos elementos confirieron a la JSU una capacidad tractora que pronto se vio puesta en acción en el frente de la guerra civil, donde fue capaz de organizar a cientos de miles de jóvenes en la defensa de la legitimidad democrática de la República. Experiencias como la Alianza Juvenil Antifascista, la Unión de Muchachas o las barracas de juventud que se organizaron en los frentes para el trabajo cultural y la lucha contra el analfabetismo hicieron a la JSU un referente, convirtiéndose en una organización de masas capaz de responder a las necesidades de la juventud en su sentido más amplio, abandonando cualquier tentación sectaria.

La derrota conllevó la cárcel, la ejecución y el exilio para los militantes de la JSU, pero no acabó con la actividad política de sus miembros, aunque en condiciones diferentes. Así, en 1945 participaban en la fundación de la Federación Mundial de la Juventud Democrática, todavía hoy en activo y que cuenta con Aritz Rodríguez, miembro de la UJCE, como presidente, uno de los puntos donde se entrelaza el hilo rojo que une al movimiento juvenil comunista de nuestro país. No obstante, con el paso de los años, la JSU fue perdiendo su carácter unitario y en 1961 el PCE recuperaba a la UJCE como referente juvenil.
Otro de los puntos en los que ese hilo rojo entre la JSU y la UJCE se entrelaza lo encontramos en la intervención de Marcos Ana, en nombre de la JSU, en el I Congreso de la UJCE que se celebró en Madrid entre el 25 y el 28 de mayo de 1978. Es el I Congreso, pero de una nueva etapa, pues la UJCE previa a la creación de la JSU había celebrado dos congresos previos. No obstante, es el primero tras la decisión del PCE de recuperar la UJCE y se celebra, tras muchas dificultades y cuatro conferencias celebradas entre 1961 y 1976 (las tres primeras en París y la última en Barcelona)

Marcos Ana, que con 16 años ya formaba parte de la JSU y como tal se incorporó al frente al estallar la Guerra Civil, que pasó 23 años en la cárcel y fue la primera persona liberada gracias a una campaña de Amnistía Internacional, se dirigía al plenario del congreso como representante de una delegación de antiguos militantes de la JSU, según sus palabras, una voz lejana “que pese a los años aún continúa resonando familiarmente entre vosotros porque es vuestro pasado y vuestra historia”.

Su intervención, no muy extensa, algo comprensible debido al formato de saludos en un congreso, trató precisamente de conectar los ecos de esa voz lejana con los debates de la renovada UJCE en los primeros pasos de la nueva democracia. Muchas cosas habían cambiado en la política del PCE desde el año 36, abordarlas excede la dimensión y el objetivo de este artículo. Sin embargo, las palabras de Ana constituyen un excelente documento histórico para identificar la evolución de las “razones de época” que enmarcaban los objetivos políticos de los y las jóvenes comunistas en los años 30 y en los años 70.

En primer lugar, destacó el valor de la unidad y el carácter político novedoso, independiente y de masas de la JSU, organización juvenil que, como hemos dicho, congregó a cientos de miles de militantes pero que, en palabras de Ana, no fue sino consecuencia de las excepcionales condiciones provocadas por la movilización del bando republicano en la Guerra Civil, alcanzándose “las cuotas más altas de la unidad”, lo que “no quiere decir que sea repetible ni deseable en estos momentos”.

La UJCE de 1978, que había ratificado su independencia organizativa del PCE en su conferencia política de 1974, cuenta con alrededor de 50.000 militantes en 1977. En el propio preámbulo de los documentos congresuales se reconoce que la afiliación además está cayendo debido a las crisis propias del movimiento juvenil y al trasvase de cuadros de la UJCE al PCE. No obstante, encontramos en los debates y documentos aprobados la voluntad de constituirse en organización de masas, frente a otros modelos político-organizativos, así la apuesta por frentes amplios y unitarios entre diferentes fuerzas juveniles de España.

A continuación, Marcos Ana le habla a una generación que afrontar el debate político de coyuntura marcado por los pactos de la Moncloa y recuerda que “nuestra generación, la generación del 36, fue la generación de la guerra y de la derrota de las fuerzas progresistas y democráticas. La vuestra, la generación del 78, es la generación de la paz civil y debe ser la que firme la reconciliación y las libertades públicas”. Hacía tiempo que el PCE había adoptado la política de la reconciliación nacional y la UJCE se compromete en la política de consenso o concentración democrática, que conecta con la “estrategia revolucionaria de conquista del socialismo a través de la profundización de la democracia”, tal y como viene recogido en el informe del secretario político saliente al congreso, presentado por Josep Palau.

El giro es evidente, si la JSU tuvo que defender con las armas la legalidad republicana, ahora, continuando con la intervención de Ana, el tiempo es otro, la experiencia de la derrota marca la necesidad de defender los pactos de la Moncloa frente al gran empresariado y la derecha más reaccionaria. Si en los años 30 “la fuerza preponderante era el fascismo, el tiempo es otro, y las relaciones de fuerza han cambiado favorablemente, y especialmente en la Europa de nuestro tiempo. Los regímenes democráticos y parlamentarios se establecen y la opción del socialismo es una alternativa más conocida, más compartida, más universal y más necesaria”. Estas palabras son reflejo de cómo la nueva razón de época en los años 70 ha cristalizado en la propuesta eurocomunista defendida por la dirección del PCE, en la que la UJCE del 78 es la generación de “la marcha hacia el socialismo en condiciones diferentes y nuevas”.

Finalmente, en su intervención Ana ponía el acento en la necesidad que tiene la organización juvenil de ser una escuela de cuadros y activistas, capaz de identificar y comprender los problemas de la juventud de manera certera, acercándose a sus luchas “de igual a igual (…) no como apóstoles ni como mártires para dictarles caminos o rectificarles en nombre de nuestros sacrificios, sino que hay que discutir con ellos de tú a tú, compartir las ideas y las soluciones que ofrecemos”. Y una escuela también para la creación de dirigentes políticos de los que después pueda alimentarse el PCE, como pasó con la JSU y como ya estaba pasando con la UJCE que afrontaba su I Congreso tras la dictadura.

Aunque el espíritu de época que animaba los debates políticos de la JSU y la UJCE era muy diferentes, la presencia y la intervención de Marcos Ana en el congreso de 1978 suponía una conexión política directa entre dos generaciones de la historia de los comunistas en España. Hay debates de fondo que, a pesar del paso de las décadas, siguen planeando en las discusiones sobre la construcción del socialismo y las tareas de las organizaciones revolucionarias para conseguirlo. Hoy, con una reedición del fascismo social en el horizonte y con un gobierno que cuenta por primera vez desde la II República con ministros del PCE, la tarea histórica de los y las comunistas de nuestro país es seguir tejiendo ese hilo rojo. Es fundamental mirar por el retrovisor de nuestra historia, pero entendiendo que las condiciones particulares del presente no se resuelven con recetas del pasado.

Javier Moreno
Secretario del área ideológica del PCE

Trece Rosas Trece.

Trece Rosas Trece.

Trece Rosas Trece.

“Voy a morir con la cabeza alta. Sólo por ser buena”.

«Madre, hermanas, con todo el cariño y entusiasmo os pido que no me lloréis… Me matan inocente pero muero como debe morir una inocente… Adiós para siempre. Tu hija que ya jamás te podrá besar y abrazar. Que ni tú ni mis compañeros lloréis»

¡Imposible! Con el buen corazón, con el espíritu y la aguerrida voluntad de una joven luchadora de las Juventudes Socialista Unificadas, Júlia Conesa de veinte años, cobradora de ticket en el tranvía, reclamaba una ficción. ¿Cómo no llorar? Su madre, sus hermanas ni lo pudieron ni lo quisieron evitar.

«Voy a morir con la cabeza alta. Sólo por ser buena. Tú mejor que nadie lo sabe. Quique mío, sólo te pido que seas muy bueno. Que quieras a todos y no guardes rencor a los que dieron muerte a tus padres, eso nunca… Tienes que ser un hombre bueno, trabajador. Sigue el ejemplo de papachín»

Palabras de difícil consuelo para un niño de once primaveras. Blanca Brisac, pianista, hasta el último soplo su deseo fue marcar el camino recto a su joven hijo. «Se bueno como papachín», reclamaba. Ella no lo negó, no tenía por qué hacerlo, había votado a las derechas, aun así, parecía tener un pecado; su compañero, músico como ella, pertenecía al PCE.

Así hasta trece. Trece Rosas. Cada una con su historia, con su dolor, con su juvenil ilusión truncada. La mayor, Blanca, la pianista de 29 años. La menor (mejor, las menores) Luisa, Victoria y Virtudes de 18 años, rosas cargadas de utopía, de fragancia, así hasta trece. Vidas truncadas, espejismos de un futuro mejor.

La guerra había terminado, la oficial el uno de abril; la otra, la de verdad, continuaba. Cuatro meses hacía de la proclama de Franco anunciando el fin de lo que él dio en llamar La Contienda. Otra mentira, el 5 de agosto el árido y seco suelo del cementerio del Este (hoy el de La Almudena), se teñía de rojo, también sus muros emulando al paredón. Trece rosas, trece perfumes de bellos ideales, cada una el suyo; todas diferentes, todas humanas, todas reivindicativas. Por eso las mataron, apenas unos meses después de sus detenciones realizadas entre abril y junio del 39.

El día anterior al fusilamiento, en un amañado consejo de guerra las culparon de alta traición, de rebelión a la autoridad y, por supuesto, junto a varias decenas de compañeros, de un mortal atentado contra el comandante Isaac Gabaldón. ¡De nuevo, mentira! El homicidio llevaba fecha del 27 de julio. Insignificante contrariedad para el tribunal.

Trece rosas, junto a ellas, uniendo su roja y encharcada savia ese mismo día, cortaban de raíz (fusilaban) a cuarenta y tres varones. Rosas para ellas, con esa fragancia desde París las inmortalizó Irene Curie al tener noticia de la tragedia. Acaso crisantemos para ellos, entre los chinos es símbolo de sabiduría, en otros lugares, de honestidad. Quién sabe.
Sin ser persona supersticiosa, no puedo menos que reubicar esta misma cifra en la memoria de los fusilados al inicio de la guerra en las campas de Pikoketa. Aquí serían dos rosas y once crisantemos. Ellas, Mercedes y Pilar aún más jóvenes, de dieciséis y diecisiete años. Entre ellos, también casi niños, Bernardo y Ángel cada uno con diecisiete. Así hasta trece, trece. Insignificante casuística para los trovadores del «Muera la inteligencia, viva la muerte».

05 / 08 / 1939

Ana López Gallego
Carmen Barredo Aguado
Julia Conesa Conesa
Dionisia Manzanero Salas
Martina Barroso Garcia
Virtudes González García
Blanca Brisac Vázquez
Joaquina López Lafitte
Luisa Rodriguez de la Fuente
Adelina García Casillas
Elena Gil Olaya
Victoria Muñoz García
Pilar Bueno Ibáñez

Vladimir Merino Barrea
Escritor

La Pandemia un difícil Test para el servicio sanitario vasco

La Pandemia un difícil Test para el servicio sanitario vasco

La Pandemia un difícil Test para el servicio sanitario vasco

Entrevista realizada por la revista de la Juventud Comunista “Agitación”
a Macarena R. y Dani O, jóvenes médicas de familia en Bizkaia.

A nivel de la Comunidad Autónoma Vasca, el principal provisor de servicios de salud públicos es Osakidetza.

Si bien el PNV se jacta de la buena gestión de dichos servicios de salud, los datos demuestran lo contrario. Por una parte, en relación al PIB el porcentaje invertido en los mismos ha descendido durante estos años (en 2010, suponía un 5’24% y en 2018 había disminuido hasta el 4’73%). Por otra, según un informe de la Federación de asociaciones para la defensa de la sanidad pública sobre el grado de privatización de las CC. AA., la CAV ocupa el 5º puesto.Y eso sin tener en cuenta el grado de interinidad que impera en Osakidetza ni la subcontrata de los servicios de muchos centros de salud y hospitales
.
Entre las distintas unidades que componen Osakidetza, tenemos las OSI (Organizaciones Sanitarias Integradas que incluyen centros de salud, hospitales y consultorios). Desde que comenzaron la residencia, las médicas de familia Macarena R. y Dani O. han estado realizando rotaciones entre distintas OSI de la provincia de Bizkaia. Hablamos con ellas sobre cómo han vivido la situación generada por el COVID-19.

Si hay algo que caracteriza a las crisis sanitarias es la histeria y la desinformación. ¿Cómo se ha estado gestionando esto desde las instituciones vascas a la hora de dar directrices y de establecer protocolos que protejan tanto a pacientes como al personal de los hospitales?

M: La tónica general ha sido la falta de información. Nos hemos  visto obligadas a trabajar en base a protocolos cambiantes, y por el contacto que he tenido con otras compañeras, puedo afirmar que los mismos protocolos han sido dispares  entre  diversas  autoridades  y  sociedades  científicas,  incluso entre las propias  Organizaciones   Sanitarias  Integradas  que  componen  Osakidetza. La deficiencia ha sido tal, que, por ejemplo, el pasado 16 de marzo nos enteramos de la suspensión de las consultas a través de los medios de comunicación, y no por los canales oficiales.

¿Cuál consideráis que ha sido la situación respecto a las condiciones de seguridad?

D: Precisamente, esta situación caótica ha conllevado que no se respeten las recomendaciones por seguridad, empezando por el uso de equipos de protección individual. Los recursos materiales de los que disponemos son insuficientes y eso nos ha convertido en blanco del contagio y transmisión de la infección.

M: Lo mismo sucede con compañeras no sanitarias como las trabajadoras de la limpieza, encargadas de la desinfección de consultas, que en ocasiones no disponen de los equipos de protección necesarios para el desempeño de su trabajo, lo que vulnera todos sus derechos laborales.

D: La Administración tendría que hacer todo lo posible por garantizar tanto nuestra seguridad como la del personal no sanitario y el de la población a la que asistimos, tomando todas las medidas que fueran necesarias. Pero claro, hay intereses privados que han impedido desarrollar una industria farmacéutica y de instrumentos sanitarios desde lo público, que habrían sido capaces de reaccionar a estas necesidades que estamos teniendo.

Hablando de derechos laborales, ¿cómo ha repercutido la situación del COVID-19 en la carga de trabajo del personal sanitario? ¿Cómo lo está gestionando el Gobierno Vasco?

D: Nos hemos estamos enfrentando a una carga laboral muy por encima de la prevista en nuestros contratos y en la prevista en la propia organización de los hospitales. Las múltiples bajas por contagio o aislamiento han conllevado una sobrecarga de trabajo durante el propio horario laboral (con una mayor atención de volumen de pacientes y en condiciones excepcionales: usando EPI, atendiendo a los pacientes por teléfono…) lo cual ha repercutido en un cansancio mucho mayor por nuestra parte.

M: Claro, y a eso debemos sumarle que en lugar de reforzar la contratación se nos ha obligado a realizar jornadas más largas o nos han aumentado las horas, poniendo en peligro nuestros derechos laborales.

¿Qué experiencias de organización entre las trabajadoras se han dado en vuestros centros de trabajo? ¿Creéis que se dan las condiciones para que se pueda organizar a la plantilla en vuestro centro?

D: Creo que existe bastante conciencia sobre nuestros derechos laborales, y los conflictos que han surgido a lo largo de los últimos meses han sido afrontados con espíritu reivindicativo con una perspectiva de clase, sin embargo, mi impresión es que hay cierto conformismo con los «tibios» avances obtenidos. Pese a todo creo que existe un ambiente de unión, autocuidado y respaldo recíproco entre las trabajadoras, y llegado el momento creo que sería fácil que nos organicemos.

Por último, al estar haciendo la residencia, ¿qué efectos ha tenido el coronavirus en vuestro proceso de formación? ¿Consideráis que ha afectado de forma específica a vuestros derechos?

M: Por supuesto, formativamente ha supuesto la para-lización de las rotaciones en curso y aquellas que estaban programadas (tanto externas, con otras CC. AA. y en extranjero, como internas). Durante el estado de alarma también se ha abierto la posibilidad de contratación de graduadas sin especialidad, cosa que ha supuesto un menoscabo formativo para ellas (ya que debido a la coyuntura no han podido estar debidamente supervisadas) y ha entrañado otros problemas, ya que como la falta de experiencia a la hora de tratar a los pacientes.

D: También ha afectado a nuestros derechos. Inicialmente se anunció que las compañeras de último año verían prorrogada su residencia, con el consiguiente perjuicio tanto económico como en el largo plazo (baremos, etc.) en lugar de optar por la alternativa de la contratación como especialistas a todos los efectos por la que optaron países como Italia. Finalmente, no ha sido así, aunque la incertidumbre de estas semanas asociada en muchos casos a la reubicación en otros servicios priorizando lo hospitalario sin considerar las necesidades de la Atención Primaria han hecho mella.

El hilo rojo de la JSU a la UJCE.

Gazteria Sozialista Bateratuek

GAZTERIA SOZIALISTA BATERATUEK

«Etorkizuna gazteria iraultzailearen eta horren balioen eskutik, Gazteria Sozialista Bateratuek utzi zizkiguten haietatik, etorri behar da.»

ErIren zenbaki bat Gazteria Sozialista Bateratuei (JSU, gaztelaniazko siglatan) eskaintzea mugimendu komunis-taren historiaren eta faxismoaren aurkako eta bakearen aldeko borrokaren funtsezko kapitulu bati ale bat eskaintzea da. Bai Espainian eta Euskadin egindako borrokari, bai nazioarteko mailan egindakoari ere; izan ere, JSU Gazteria Demokratikoaren Munduko Federakundearen erakunde fundatzaileetako bat izan zen, 1945ean, herrialde aliatuek Bigarren Mundu Gerran nazismoaren eta faxismoaren aurkako borrokan bultzatutako Gazteriaren Munduko Konferentzian.

Munduko Federakundeak, bai orduan, bai orain, munduko dozenaka herrialdetako gazteak biltzen ditu berdintasunaren eta bakearen balio demokratikoen abaroan, eta, harrezkero ari da horien alde lan egiten, mendebaldeko zenbait herrialdetako gazteria-erakunde batzuek alde egin eta boikotatu bazuten ere Gerra Hotzaren hasieran azaleratu zen klima antikomunistan.

Euskadiko eta Nafarroako gazteria eta Federakunde hori lotzen dituen hariak tenk dirau gaur egun ere, Espainiako Alderdi Komunistaren, gazteria-erakundearen bidez.
Gazteria Demokratikoaren Munduko
Federakundearen kide da oraindik ere, JSU formalki desegin eta Espainiako Gazteria Komunisten Batasuna birsortu eta berrogeita hemeretzi urte eta gero. Hori horrela, orain dela hilabete baino gutxiagotik, Aritz Rodríguez Gazte Komunisten idazkari nagusi izandako gasteiztar gaztea da Munduko Federakundearen buru, Budapesten. Gure herrialdeko gazteria komunista batasunaren sorreraren lehen lerroan egon da beti, etorkizun sozialistaren aldeko borrokan eta, ematen duenez, ohitura on horrek bere horretan dirau gure gazteen artean, JSUren garaian bezalaxe. Hain zuzen ere, JSUren sorreran, rol garrantzitsua jokatu zuten Euskadiko eta Nafarroako gazteek, batasunaren erakusle.

Zenbaki honetan, gure kolaboratzaileek eta artikulugileek atzera begirako bat eskaini diote aldi motz baina kritiko eta transzendental batean gure herrialdearen bizitzan garrantzi handia izan zuen gazteriaren erakunde politiko bati, baina begirada egungo gazteriarengan jarrita. Horrela bideratu du zenbaki hau ERIren erredakzio-kontseiluak ere; alegia, gazteriaren historia eta gazteriaren arloan bizitako errealitate baten ezagutza erabili dugu egungo gazteriari begiratzeko eta hura ulertzeko. Faxismoa eta gorrotoaren kultura berriz sortzen ari diren garai honetan, ezinbestekoa da kulturatik eta pentsamendutik kontraerasoa jotzea, JSUk eta Gazteria Demokratikoaren Munduko Federakundeak defendatutako balioekin (berdintasuna, bakea, demokrazia eta antifaxismoa).

Gaur egun, bizirik diraute baliook, milaka gazteri esker, antolatu egiten baitira eta defendatu egiten baitituzte formula politiko, sozial eta kultural ezberdinen pean, baita kirolarekin eta aisiarekin lotutakoen pean ere.

ERIren erredakzioak harro begiratzen dio Gazteria Sozialista Bateratuen iraganari, baina, batik bat, itxaropentsu begiratzen dio gazteria iraultzailearen eta horren balioen, Gazteria Sozialista Bateratuek utzi zizkiguten haien, eskutik etorri behar duen etorkizunari.

Jon Hernández
Secretario General
del Partido Comunista de Euskadi