Historia de la JSU.

Acta de la intervención de Trifón Medrano en la segunda sesión de la reunión celebrada por las delegaciones del Comité Central de la UJC y de la comisión ejecutiva de la FJS.“Renovación”. 4, 11, y 18 de agosto de 1934

He de empezar -dice-, por Io, que, en fin de cuentas, es el objetivo de esta reunión: las proposiciones que mutuamente nos hemos hecho.

Teniendo en cuenta que nuestra proposición pone como condición indispensable, para llegar a la acción común nuestro ingreso en la Alianza Obrera, el Bureau de nuestro Comité Central, ha examinado mis detenidamente lo que la Alianza Obrera significa.

Primeramente queremos hacer resaltar vuestras vacila-ciones en una cuestión de principio tan fundamental como es la de saber a manos de quien debe ir a parar el Poder una vez triunfe la revolución. No hace mucho sosteníais en RENOVACIÓN, a grandes titulares, que el Poder sería íntegro para el Parido Socialista. Hoy cambiáis esto por “todo el Poder a la Alianza Obrera”. No sabemos nada para quién lo pediréis mañana. Esto demuestra que no tenéis seguridad en una cuestión tan decisiva como ésta.

Quiero recordar que las Alianzas comenzaron a crease precisamente cuando, como consecuencia de la formidable labor de nuestro partido en pro del frente único, esa consigna empezaba a realizarse por lo trabajadores.
Ahora quiero exponer cuáles son verdaderamente las fuerzas que están en la Alianza Obrera y las que faltan. Primero: En la Alianza no están los campesinos trabajadores, fuerza principal de reserva del proletariado en la revolución. Segundo: No figuran los soldados, a los cuales es indispensable ganar del lado de la revolución. Tercero: Faltan las enormes masas de los inorganizados. Y, por último, contra lo que nosotros mismos aceptábamos en la reunión anterior, no están ni siquiera las masas de la UGT ni de la CNT

Demostración: Yo soy miembro de la UGT en Madrid, donde se dice que está organizada la Alianza Obrera. Sin embargo, no se ha consultado mi opinión sobre ella. En el mismo caso se encuentra el resto de los obreros de base de la UGT. Es más: ni las mismas Directivas de los Sindicatos han sido consultadas. Entonces, ¿quién ha elegido ese Comité de la Alianza? ¿A quién representa? A vosotros, y a quienes digan que representa a la masa de la Unión General de Trabajadores. Nosotros les decimos francamente que eso es mentira.

¿Dónde está la democracia proletaria, cuando ni siquiera se consulta a los que se dice representar? ¿Puede un tal organismo, que no cuenta ni con la confianza de los que dice representar, ser el órgano dirigente de la insurrección y del Poder? No. Entonces, si no vale para la insurrección, ¿para qué vale’? Si no ha ayudado a los metalúrgicos de Madrid, ni a los mineros de Asturias, ni a los campesinos en sus luchas contra la burguesía del Estado, y, por el contrario, ha frenado la solidaridad de los trabajadores con los que combatían con el pretexto de ser necesario «guardar» las energías, ¿cuál es el papel de las Alianzas Obreras? Francamente, evitar las luchas contra la burguesía, frenarlas.

Habéis afirmado que nosotros estamos contra los métodos de los bolcheviques en 1917, que entonces ellos no luchaban por reivindicaciones parciales, sino por la insurrección. Esto no es cierto. Precisamente las consignas de que los bolcheviques se valían para poner en línea de combate a las amplias masas de obreros, campesinos y soldados eran reivindicaciones parciales, como la lucha por la paz, por el pan, por la tierra, e incluso por mejoras de salarios y reivindicaciones para los parados. Fue a través de la participación de las masas en estas batallas parciales, ampliándolas cada vez más, constituyendo los órganos de lucha de las propias masas, como crearon las condiciones Pera la lucha victoriosa por el aplastamiento definitivo del régimen capitalista y del mantenimiento en el Poder de los obreros, campesinos y soldados.

Esto demuestra que nuestra posición de preparar el asalto al Poder a través de las luchas parciales y su ampliación, coincide exactamente con la línea fundamental aplicada por los bolcheviques en 1917.
Pero no solamente en 1917, sino también ahora, obramos completamente de acuerdo con los bolcheviques. Bolchevique es el partido comunista de la URSS; bolcheviques son los dirigentes de las JC leninistas de la Unión Soviética. Kosarev, el dirigente de la organización política numéricamente intis potente del mundo (engloba 5.000.000 de jóvenes trabajadores), y políticamente la organización juvenil dirigente de decenas de millones, en las conversaciones habidas entre él y la delegación de los jóvenes guardias socialistas de Bélgica sobre la unidad para la lucha entre los jóvenes socialistas y comunistas belgas, ha planteado las proposiciones en los mismos términos que las que nosotros os hacemos: unidad de acción por la conquista de objetivos inmediatos y concretos, y aún más: organización de los jóvenes en frente único en las mismas Empresas.

Así podéis leerlo en el acta que hoy comienza a publicar Mundo Obrero. Luego no sólo obramos de acuerdo con los métodos de los bolcheviques en 1917, sino también con los de ahora.
Quiero deshacer algunas de las afirmaciones que hicisteis respecto a lo que eran los Sindicatos rusos en 1917. Decíais: “Lenin, al encontrarse con la carencia de organizaciones sindicales en el proletariado ruso, aprovechó la tradición existente de los soviets en 1905 para hacer de éstos los órganos de Poder: pero que en España la situación es diferente”. De acuerdo en esto último; mas es falso decir que el proletariado ruso carecía de Sindicatos. No sólo contaba con Sindicatos potentes, revolucionarios, avezados a la lucha en las peores condiciones de represión, sino que tenían la ventaja incalculable sobre España de no existir la profunda división del movimiento sindical que aquí tenemos. Por lo tanto, Lenin no escogió los soviets como órganos de lucha por y de Poder, sino porque era la única forma de organización de las masas sobre la cual podía apoyarse la revolución para triunfar.

¿Era esto por casualidad? No. Marx señaló los errores y las debilidades del movimiento de los obreros parisinos durante la Commune de París, y las causas de su derrota. Los bolcheviques, ya en 1905, aprovecharon estas enseñanzas y soviets el órgano capaz de hacer triunfar la revolución. Desde entonces, la experiencia de todo el movimiento revolucionario internacional ha confirmado la justeza de esta apreciación. El triunfo de la revolución de octubre, de la edificación del Socialismo en la URSS, de la revolución soviética en China Y los resultados de las luchas en todo el mundo demuestran que no hay victoria posible sin soviets.
Por esto, la Internacional Comunista, y nosotros con ella, consideramos que la lucha por el Poder soviético es el principio fundamental para triunfar sobre el régimen capitalista, y por talmotivo, en esta cuestión no hacemos ninguna concesión. Hacerla sería dar de lado la única posibilidad de triunfar.

En los soviets pueden agruparse todas las masas que quieran el derrocamiento del régimen capitalista; los obreros de las Empresas, los parados, los asalariados del campo, los campesinos trabajadores, los soldados. Ellos tienen su base orgánica donde viven las masas. Se constituyen durante y para la lucha. Sus órganos de dirección son elegidos democráticamente por las masas, que discuten los problemas fundamentales de la lucha por el Poder y de su consolidación. De esta forma, el Poder está verdaderamente en manos de los obreros, campesinos y soldados.

Vosotros rechazáis nuestras proposiciones de acción común inmediata. En tanto, nosotros hemos dado instrucciones a los jóvenes comunistas de Madrid para que el sábado último apoyaran la venta de RENOVACIÓN, defendiéndola contra las recogidas policíacas. Ésta es la mejor prueba de que nosotros no nos quedamos en las palabras y que de hecho queremos y realizamos la lucha común de los jóvenes socialistas y comunistas. La delegación de la Juventud Comunista, que el día de la asamblea de la Juventud Socialista de Madrid, preparatoria de vuestro V Congreso, llevaba proposiciones de acción común, especialmente con la provocación de El Escorial, fue expulsada a empujones y golpes de la Casa del Pueblo. El hecho de que las conversaciones de hoy se desarrollen en ese ambiente de cordialidad demuestra que se ha dado un paso serio en el camino de quitar los obstáculos y limar las diferencias que por entonces llevaron a tratar de una manera tan absurda a la delegación de la Juventud Comunista de Madrid, compuesta por cuatro jóvenes, precisamente de la Unión General de Trabajadores.

Nosotros, al mismo tiempo que declaramos mantener íntegros nuestros puntos de vista en las cuestiones de principio, al hacer las concesiones que os proponíamos, de concertarse la acción común, a las cuales estamos dispuestos a añadir otras en beneficio de la unidad de lucha fe los jóvenes comunistas y socialistas, demostramos nuestra sincera voluntad de llegar a la realización del frente único. Por eso os proponemos aún la organización en común de las milicias y luchar por la unificación del movimiento sindical, que, por su profunda división, es una de las necesidades más imperiosas del momento.

Agustín Zapiráin

Acta de la intervención de Agustín Zapiráin en la segunda sesión de la reunión celebrada por las delegaciones del Comité Central de la UJC y de la comisión ejecutiva de la FJS. “Renovación”. 4, 11, y 18 de agosto de 1934

Nosotros -comienza-, calificasteis de reformistas nues-tras proposiciones de acciones concretas inmediatas Pero nosotros afirmamos que los jóvenes obreros y campesinos no piensan igual, ni pueden considerar los campesinos presos que luchar por su libertad sea reformista. Cuando la prensa obrera es recogida y denunciada, y ello impide que los obreros puedan leerla, ellos han organizado la protesta, por ejemplo, en las minas de Asturias, lo cual es el mejor ejemplo de que ellos no consideran reformista el luchar por la libertad de la prensa obrera.

Nosotros decimos os que las luchas parciales por reivindica-ciones inmediatas, siendo dirigidas revolucionariamente, elevan el espíritu de lucha, y las mismas luchas, a grandes batallas de dase. El conflicto de los gráficos de Madrid pudo, de haberse organizado la solidaridad del resto de los trabajadores, haber sido una victoria enorme.

La misma huelga de los campesinos, de haberse organizado la solidaridad en un plano nacional, por el proletariado industrial, hubiera aumentado enormemente su importan-cia, ya considerable de per sí. Si no se llegó en esta huelga a formar los soviets es porque vosotros lucháis contra ellos y obstaculizáis su formación.

Las luchas inmediatas de los obreros elevan su propia conciencia de Poder, y, además, es un serio golpe que asestan a los enemigos de clase. Cuando los trabajadores consiguieron, por medio de la lucha, hacer fracasar la gran provocación de El Escorial, consiguieron no sólo elevar su moral y su espíritu combativo, sino dar un fuerte golpe a la contrarrevolución.

Cuando estamos en presencia de grandes luchas, como son las de los mineros, de los metalúrgicos de Madrid, cuartito los obreros de la construcción, no puede decirse honradamente que estas luchas son reformistas.

La derrota de los obreros en estas luchas parciales, que no son, desde luego, la insurrección, desmoraliza a éstos y les hace Perder la consciencia de su fuerza, y son fuerzas más difíciles de movilizar para la lucha. Tenemos el ejemplo de Austria, donde los obreros gráficos de Viena y los ferroviarios, como consecuencia de haber perdido varias huelgas, que también allí eran consideradas por los socialistas como reformistas, cuando los obreros tomaron las armas y declararon la guerra insurreccional, los periódicos publicaban las infamias que dictaba Dollfuss, y los trenes transportaban las tropas represivas a lo largo del país.

Por ello insistimos en que en las luchas dirigidas de forma revolucionaria por la conquista de nuevas posiciones para los obreros, asestando golpe tras golpe a nuestros enemigos de clase, preparamos a las masas para In lucha por el Poder. Pero ello requiere In organización de los órganos correspondientes, como son los Comités de frente único y los Soviets.

Nosotros hemos luchado desde hace bastante tiempo por la unificación de los trabajadores en una sola central sindical. Ello ha sido calificado por vosotros de maniobra comunista.

Hoy estamos en presencia de una brutal ofensiva de la patronal y de la burguesía, que, apoyadas en el Gobierno, quieren reforzar enormemente In explotación de los trabajadores. Tenemos en Asturias que se prepara una nueva racionalización para los mineros. Tenemos también los intentos de militarización de los obreros de las fábricas de producción de guerra. Tenemos también el problema de los parados, que cada día es más angustioso. En general, todos los trabajadores desean la unificación, y es en estos momentos cuando ella se impone sobre una base de lucha revolucionaria contra estos criminales planes del Gobierno y de la burguesía.

Continúa Zapiráin, señalando que en los momentos actuales el hecho de que de Banca y Bolsa y Pintores y Electricistas de Madrid sean expulsados los comunistas son síntomas que debilitan las fuerzas del proletariado y favorecen los ataques y la ofensiva de la burguesía. Igualmente, cuando se prepara la militarización de los obreros de producción de guerra y se expulsa de la Unión General de Trabajadores al Sindicato de Trubia, es un serio golpe que se asesta a los fuerzas revolucionarias y una brecha que se ubre en las fuerzas del proletariado.

Nosotros creemos, por el contrario, que, lejos de dividir el movimiento revolucionario, se debe ir de forma inmediata a la unificación ante la lucha en cada localidad, y llegar huiste la unificación de todos los Sindicatos en una sola central sindical. Es así como uniremos a los jóvenes trabajadores.

También creemos que hay que apoyar las reivindicaciones de la juventud en cada lucha y facilitar Ia atracción de los Jóvenes a los Sindicatos, dándoles plenitud de derechos y evitando lo que actualmente ocurre, que se les restringe y se les quita el derecho al ingreso en los Sindicatos hasta une determinada edad, aún cuando mucho antes están siendo objeto de la más brutal explotación.

Nosotros decimos: ¿La Alianza Obrera? ¡No! Ella ha fracasado en las luchas huelguísticas. Ella no puede ser un órgano de Poder y no ha sido formada en ningún sitio con el asentimiento de los obreros, a los cuales no se les ha consultado sobre el particular.

Nosotros decimos: Con la experiencia de la revolución rusa, con el triunfo de los soviets en Rusia y en China, que los soviets son los únicos órganos que garantizan la lucha por el Poder y el mantenimiento del mismo. Ellos son la fiel expresión de la democracia proletaria. El Poder soviético ha triunfado en Rusia y China, y triunfará también en España.