La asombrosa vigencia de la teoría
leninista del imperialismo

Los hechos objetivos ratifican la vigencia de las tesis conte-nidas en la obra de Lenin redactada en 1916 “El imperialismo, fase superior del capitalismo”. Mientras que las categorías “líquidas”, es decir bañadas en ideología burguesa impuesta a la sociedad para definir el mundo en que vivimos, llámense “sistema-mundo moderno”, “mundialización neoliberal”, “comunidad internacional”, “mundo libre”, “imperio, pero no imperialismo” …son incapaces de explicar lo que en verdad pasa en el plano internacional.

¿Cuáles son estos hechos que confirman la vigencia de la teoría leninista del imperialismo?
La misma se fundamenta en 5 puntos que vamos a contrastar con la realidad:

1.- El gran desarrollo del capitalismo conduce al monopolio: Como dice el economista Henri Houben, si en 1916 había muy pocos monopolios, sobre todo en materias primas y petróleo, con las empresas Royal Dutch/Shell, seguida por la Anglo Iranian Oil Company (AIOC), hoy BP, y después por la Standard Oil, hoy convertida en Exxon Mobile y en parte en Chevron Texaco, hoy la situación es a la inversa. No hay sectores que no estén controlados por gigantes mundiales. En tecnología Microsoft es la primera empresa en 2018, según la revista Forbes, por capitalización bursátil con 686.898 millones de euros seguida por otras 4 igualmente norteamericanas: Apple, Amazon, Alphabet y Facebook. La construcción de aviones comerciales está controlada por Airbus y Boeing. Las multinacionales constructoras de automóviles se han concentrado en 10 encabezadas por Volkswagen que en 2018 construyó 10,9 millones de unidades. Las principales petroleras son Exxon, BP y Exxon Mobil seguidas por otras tres que tienen la mitad de su tamaño: Total, Chevron Texaco y Phillips Conoco. Las industrias farmacéuticas antes dispersas según las distintas producciones se han agrupado en 10 principales empezando por la suiza Rocher valorada en 6.914 millones de dólares. La norteamericana Pfizer es la tercera de la lista y la 15 empresa más grande del mundo por su capitalización bursátil de 220.778 millones de euros. El gobierno español le ha comprado las vacunas contra el coronavirus a pesar de ser más dudosa que las vacunas rusa y china. Y podríamos seguir enumerando sectores industriales y empresariales: inversiones, comercio, química, metalurgia, finanzas, agroindustria, textil, …

2.- El nuevo papel de los bancos y la fusión de estos con el capital financiero conduce a la formación del capital financiero y al poder de la oligarquía financiera. Por un lado, el capital financiero se ha expandido como nunca creando una economía parasitaria basada en los fondos especulativos, fondos de pensiones, compañías de seguros y paraísos fiscales. Por el otro, ha creado el inmenso poder de una reducida oligarquía financiera que controla no solamente la economía, las finanzas y las bolsas de valores sino la política, la guerra, las instituciones, el derecho, la cultura y el sistema mediático. Según la ONG Oxfam 2.153 milmillonarios acumulan hoy más riqueza que 4.600 millones de personas, el 60 % de la población mundial. Jamás hubo mayor desigualdad que en la actualidad gracias al sistema imperialista.

3.- La exportación de capitales adquiere una gran importancia con respecto a la exportación de mercancías, característica de la fase precedente. La exportación de capitales ha crecido considerablemente. Si en 1980 las inversiones representaban el 4,4% del PIB mundial, en 2004 son el 23,9%. Un fenómeno nuevo es la deslocalización de la producción industrial a países con mano de obra barata. Si en 1966 las multinacionales de EEUU empleaban a 1.750 obreros industriales en Malasia, en 1987 empleaban a 54.000.

4.- La formación de asociaciones de capitalistas que se reparten el mundo: los imperialistas han construido fuertes asociaciones de influencia mundial como la Unión Europea (UE) y el G-20 respaldados militarmente por la alianza OTAN de 29 países, centros clandestinos de detención, empresas militares privadas, red mundial de bases militares, grupos terroristas “proxys” y la alianza anglo sajona de servicios de espionaje llamada “Five Eyes”, capitaneados por los EEUU que amenazan la paz y seguridad en todo el mundo. Imponen su dominio financiero a través del Fondo Monetario Internacional (FMI). Además, apoyan asociaciones de países aliados como el Consejo de Cooperación del Golfo, Liga Árabe, Grupo de Lima, Alianza de países del Pacifico, Grupo de Visegrado, coalición militar creada por Arabia Saudí para intervenir en Yemen, red diplomática mercenaria creada por Taiwán, poderosa red de lobbies creada por Israel y otros sin contar con la poderosa industrial cultural que permite al imperialismo norteamericano/occidental imponer su hegemonía ideológica sobre gran parte de la Humanidad.

5.- El reparto del mundo entre las potencias capitalistas más importantes: Los EE.UU. han rehabilitado la “doctrina Monroe” del siglo XIX para reivindicar su derecho a derrocar gobiernos independientes en América Latina y el Caribe, entorpecer el acceso a la región a otros aliados imperialistas como Francia, Holanda, Reino Unido, Alemania o Japón y frenar la influencia de países no imperialistas como Rusia, China e Irán. A través de la OTAN y de su alianza con estados y territorios subalternos, como España, Kosovo, Colombia, Chile, Ucrania, Polonia, Georgia, Israel, Etiopía, Arabia Saudí, India, Filipinas, Taiwán y Corea del Sur, mantiene influencia en diversas partes del Mundo reivindicando su “Destino Manifiesto” de dominar el Mundo. Francia mantiene su control político, militar, económico y cultural sobre sus ex colonias subsaharianas en la asociación llamada “France-Afrique” y otros enclaves coloniales y bases militares distintas partes (Alemania, Sudamérica, Caribe, Estrecho de Ormuz, Mar Rojo, Océano Pacifico). Reino Unido mantiene su influencia neocolonial sobre los países de la llamada “Commonwealth” y bases en Gibraltar, Chipre, Alemania, Malvinas y Caribe en estrecha colaboración militar con los EE.UU. Alemania mantiene su influencia neocolonial a través de la U.E., ONGs. e inversiones en los países del Este europeo que han sufrido la contrarrevolución capitalista: Eslovenia, Croacia, Eslovaquia, Polonia, Chequia, Bulgaria, Rumanía, países bálticos… Turquía intenta crear una red de países dependientes suyos, al igual que Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos, mientras que Israel construye una amplia red de influencia geopolítica en alianza con los EEUU.
España desde los gobiernos de Felipe González ha operado la transformación de su economía en 2 sentidos: privatización acelerada (en 1985 tenía 130 empresas públicas y 800 empresas participadas por el Estado para pasar a tener sólo 16 y 100, respectivamente, en 2019, según Eduardo Garzón) y exportación de capital por sus recién creadas multinacionales. Es decir, a la luz de la teoría leninista, España ha pasado de ser un país subimperialista, industrial y agroexportador a ser un país plenamente imperialista asociado a los EEUU y UE dotado de multinacionales privadas resultado de la privatización de empresas públicas, diferentes fusiones y entrada de capital extranjero activas en la inversión en el Tercer Mundo en energía, medios de transporte, finanzas, hotelería, material militar, seguros y otros sectores, compra de empresas extranjeras, búsqueda de materias primas baratas y con plantas industriales deslocalizadas. Todo ello bajo cobertura política y militar de los EE.UU. y la OTAN. Telefónica pública ha pasado a ser Movistar privada. El banco público Argentaria fusionado por BBV. Gas Natural absorbido por Endesa. Endesa pública comprada por la italiana Enel. Campsa pública convertida en Repsol. Santa Bárbara adquirida por General Dynamics. Expal por el grupo productor de explosivos Maxam Corp, etc.
Orienta su negocio principalmente hacia América Latina. En los 90 los 2 tercios de los flujos de capitales españoles se dirigen hacia esta región donde empiezan a obtener la mayor parte de sus beneficios, según investigación de Ángeles Maestro. El Banco Santander en 2015 obtuvo allí el 54 % de sus beneficios. En 2016 el grupo Inditex, que produce en talleres subcontratados en países del Tercer Mundo acumulando denuncias por abusos laborales, trabajo infantil y semi esclavo, tenía 665 tiendas en América Latina abriendo otras nuevas en Colombia y México y cerrando 2 en Venezuela, después de haber obtenido amplios beneficios por años en este país. El Corte Inglés y Cortefiel también son denunciadas por explotar mano de obra infantil en el Tercer Mundo. El Grupo PRISA no sólo obtiene beneficios de sus negocios en América Latina, sino que apoya todas las agresiones contra la Revolución Bolivariana desde el golpe de Estado de 2002.

También busca otros mercados. En 2015 empresas españolas comerciaron por valor de 30.000 millones de euros con Arabia Saudí de los que 546 millones fueron en venta de equipo militar por un grupo militar industrial cada vez más fuerte. En 2016 y 2017 España ocupó el sexto lugar en venta de armas al régimen saudí, conocido por ser una tiranía violadora de derechos humanos, patrocinadora de un islam agresivo y deformado e implicada en varias guerras.

Este cambio económico ha provocado el nacimiento de una nueva oligarquía financiera que fusiona en su seno políticos nacionalistas burgueses como Josu Jon Imaz, convertido en consejero delegado de Repsol, y antiguos dirigentes políticos del régimen pasados a los consejos de administración de empresas privatizadas como Endesa, Gas Natural y Enagás, con el capital financiero tradicional. También, como preveía Lenin en su texto “El imperialismo y la escisión del socialismo”, las superganancias permiten a la burguesía sobornar a una parte del proletariado.
La política internacional actual no se entiende sin la obra mencionada de Lenin. Pero sería un error limitarse a su lectura. La dinámica capitalista genera incesantemente, como ya previeron Marx y Engels en el “Manifiesto Comunista”, nuevas realidades financieras, económicas y sociales a la búsqueda de superbeneficios que deben ser analizadas en sus hechos concretos. ¿China y Rusia disponen de multinacionales imperialistas? Tema polémico que no es objeto de este artículo.

José Antonio Egido, Sociólogo