Apuntes sobre la historia de la EGK.

“ (EGK – Juventud Comunista de Euskadi)”

En los comienzos de 1971, empezamos a constituir EGK en Bizkaia a partir de grupos de jóvenes procedentes de barrios de Bilbao: Rekalde, Otxarkoaga, Uribarri, Deusto,San Francisco. De pueblos de la margen izquierda: Baracaldo, Sestao, Portugalete, Ortuella, Trapagaran. De la margen derecha: Erandio, Getxo. Y del interior, Durango y Ermua.
En donde había cierta presencia del EPK. Procedíamos de núcleos que no compartían ni la estrategia ni la táctica de la izquierda abertzale en la lucha contra la dictadura franquista.

Manolo Otaño, guipuzcoano, persona heterodoxa con ideas renovadoras, muy dinámico e innovador para la época, fue encargado por la dirección del EPK, para coordinar los distintos grupos y darle una estructura mínima organizativa, que originaría la creación de EGK como organización juvenil. La mayor parte participábamos en asociaciones de vecinos, clubs juveniles de barrio, y grupos estudiantiles de instituto.

Las acciones contra el Proceso 1001 de CCOO de 1972 fueron el inicio de un activismo comprometido, charlas, panfletos, manifestaciones por Bilbao y alrededores.

La estructura organizativa era muy sencilla y sin apenas cabezas visibles. Desde el principio EGK se caracterizó por una sensibilidad euskaltzale, en el sentido de potenciar en lo posible la cultura euskaldun. El euskera se hizo presente en todos los panfletos. La incorporación de Josu Cepeda, uno de los pocos en aquellos días con título D de Euskaltzaindia, reafirmó el carácter euskaltzale de EGK.

A la par que en Bizkaia, se iban formando otros grupos en Gipuzkoa y Araba. Sin medios pero con mucho voluntarismo y poniendo a escote para autofinanciarnos. Nos reunimos en bares, en locales sociales, en iglesias, en el monte. Eran reuniones políticas y en las que la amistad estaba presente.

En 1974 se celebra el II Congreso del EPK en los alrededores de París, donde participamos ya como organización constituida.

En enero de 1975 convocamos una asamblea de jóvenes con participación de unos 120, en Menoio (Araba), con la intención de crear una plataforma con mínimos con otras organizaciones juveniles. Fue un acto lúdico que terminó con intervención de la guardia civil, debido a una denuncia de algún vecino por la presencia inusual de tantos jóvenes.
Enterado el Servicio de Información y tras indagar, fuimos detenidos un grupo de la izquierda abertzale de Laudio (al cual exculpamos), más los nuestros Josu Cepeda, Ángel Zorrilla y yo. Ellos quedaron libres y nosotros detenidos, interrogados, duramente torturados con el potro, el balde de agua, golpes, esposados al límite… Procesados y encarcelados.
Recuerdo la conversación en euskera, con el teniente euskaldun al mando, y los comentarios sobre la Revolución de los Claveles, en abril de 1974 en Portugal, y consecuencia de ello la persecución de la policía política, semejanza que podría suceder en España con la caída de la dictadura franquista, él se justificaba diciendo que cumplía con el código penal vigente, y que nosotros éramos elementos subversivos.

Nos sentenciaron con dos años de prisión y 10.000 pesetas de multa por asociación ilícita y reunión ilegal. Cumplimos un año y salimos con el indulto del recién estrenado Juan Carlos I.

El año 1975 no sólo marcó nuestras vidas, también marcó las de todo el país, la dictadura estaba herida de muerte y golpeaba por todos los sitios. Fue el año de la muerte del dictador Franco en la cama, del estado de excepción, manifestaciones, represión y muchas detenciones, en la cárcel de Basauri llegamos a estar el doble de presos políticos que de comunes, en algunos momentos seis presos por celda, y no los dos estipulados. También fue el año de los últimos fusilamientos de la dictadura: Baena, Sánchez Bravo, Ramón García, Txiki y Otaegi.
Pasamos varias huelgas de hambre y por las celdas de castigo.

Vivimos con entusiasmo la entrada del Vietcong en la embajada de Saigón, la galería de políticos, de la cárcel de Basauri, acogió con una ovación la noticia y dio un sonoro aplauso. Algunos militantes que fueron al II Congreso del EPK fueron detenidos.
En 1976 EGK publicó unos números de la revista AURRIDE (hermanos, sin distinción de género), siendo Josu Cepeda la cabeza visible.

Durante ese año se fueron consolidando los taldes de EGK.

En 1977 se legalizó el PC, las primeras elecciones de la llamada transición democrática resultaron frustrantes ya que el EPK no llegó al 5% de los votos y no obtuvo ningún diputado en Madrid, fue un duro mazazo para los viejos militantes y desilusionante para los jóvenes.

Los desaparecidos durante la larga lucha antifranquista recogieron los frutos y los comprometidos con la lucha se convirtieron en casi testimoniales, todo ello creó una crisis generalizada en EGK. Con las libertades democráticas surgieron los movimientos sociales, los ecologistas, el movimiento feminista, el LGTI, y muchos de nosotros, por intereses ideológicos y personales participamos en ellos.

En los siguientes años EGK queda estancada como organización. En 1981 con el Congreso del EPK, el sector mayoritario decide crear con EIA Euskadiko Ezkerra, ello precipita el final de EGK, queda un pequeño núcleo que se une al sector que sigue como EPK.

Los que nos comprometimos en ese pequeño proyecto, creo que en general aprendimos a ser solidarios y mejores personas. Esa mezcla de militancia política y a la vez amistad personal sólo se puede dar en organizaciones jóvenes y con poca estructura, donde no hay cabezas muy visibles y no existen “gurús” que manejen.

Koldo Balanzategi