Mesa redonda sobre ¡Cava y Calla!

“La persistencia en conseguir un mundo mejor y la capacidad de afrontar retos, resistencias y
derrotas aplicando la consigna de ¡Cava y calla! .

Génesis de la obra:
Pepe Gálvez: Lo más natural al empezar a hablar de una obra es explicar ¿por qué y cómo nace?. En este caso como se trata de la biografía de una persona, de Marcelo Usabiaga, creo que lo que toca es que Manel y Sento expliquéis como lo conocisteis y la huella que os dejó ese conocimiento.

Manel Granell: Conocimos a Marcelo en 2009 en la presentación del libro de Luis Vilar-Sancho, “Cuando Valencia fue capital de la República”. Luis tenía a un lado a un antiguo combatiente de la guerra civil, requeté, al otro lado estaba Marcelo Usabiaga, combatiente también, comunista. Ambos tenían 95 años.
Tras la presentación, rodeamos a Marcelo que comenzó a contar cosas de su vida. Quedamos fascinados y le citamos para cenar con él al día siguiente. En aquella cena nos cautivó la personalidad, la bondad y la fidelidad a un ideal que marcó toda su vida de luchador antifascista. Le invitamos a que volviese a Valencia meses más tarde a nuestra tertulia republicana y allí siguió contándonos su azarosa e impresionante vida. Tras su muerte en 2015 la tertulia lleva su nombre.

Pepe: ¿Y como surgió la idea de realizar la novela gráfica?
Manel: Pues fue una idea de su hijo Miguel que acababa de publicar La joven guardia, extenso relato de las vivencias y recuerdos de su padre y pensó que se podía realizar una novela gráfica sobre dicho libro. Le sugirió dibujar el cómic a Sento Llobell, miembro de la tertulia. Sento estaba inmerso en un amplio proyecto y me propuso que fuera yo el dibujante, con él asesorando, corrigiendo y aportando su gran experiencia en el terreno del cómic.
Faltaba un elemento fundamental, realizar el guión. Hablando con mi cuñado Juanjo López me comentó que era amigo de un guionista que vivía en Barcelona. Ambos, siendo estudiantes en Valencia habían sido detenidos y torturados en la caída del PCPV de 1971.

Pepe: Ahí entro yo, que en cuanto Juanjo me explica de que va, me apunto al proyecto como guionista. En mi caso el conocimiento de Marcelo, lo hago a través de lo que me explicáis vosotros y de la lectura de los libros de Miguel sobre su padre .

Una consigna por título

Manel Granell: Y luego tuvimos una reunión en Zaragoza de los implicados en la obra. Miguel acudió desde San Sebastián, Pepe desde Barcelona y Sento y yo desde Valencia. Allí se fijaron las coordenadas, apartados, concepto….incluso surgió el título: ¡Cava y calla!, una frase que acompañó a Marcelo toda su vida, nos pareció perfecta y contundente como título de la obra.
Sento Llobel: – Hay personas que tienen una fe total en sus convicciones, Marcelo era una de ellas. Parecen no dudar nunca de sus obligaciones con los demás y con su conciencia. Su vida da buena muestra de ello. “Cava y Calla” era su íntima consigna vital.
Pepe: Y además tenía una gran virtud como título, la de llamar la atención, la de interpelar a la potencial mirada lectora sobre el contenido del libro. El caso es que después ya entramos en la fase de documentación, esa que está oculta pero sobre la que se sostiene el relato.

La documentación

Manel: El trabajo de documentación, para mí, es fundamental. Hay que intentar que el lector se sitúe cómodamente en la acción y el momento que estás narrando. Sin llegar a ser obsesivo, que puede desvirtuar la lectura, había, creo, que recrear lo que pudo ser aquello que vivió Marcelo.
Los escenarios de los diferentes lugares en los que transcurre ¡Cava y calla! son “reales”, al menos “creíbles” así como las armas, vehículos, ropajes… Por eso meses más tarde, acompañados por la fotógrafa Mayte Piera viajamos a Euskadi a recorrer con Miguel escenarios de la vida de Marcelo, Irún, Pikoketa, Arrona….

Pepe: Se trataba de hacer una especie de inmersión en la realidad que vivió Marcelo, de conocerla y hacerla un poco nuestra para después poder recrearla después con credibilidad. De hecho, en una obra como ésta que quiere reflejar una realidad social, geográfica y temporal determinada, la documentación no es algo que se limita a una fase previa sino que aparece continuamente, sobre todo para el dibujante.

Sento: Creo que si estás dibujando no puedes pretender un realismo total, yo no puedo ni quiero. Para mí es la expresividad inherente al dibujo, la “opinión gráfica” lo que me interesa. Partiendo de esa base lo que siempre busco es una mera verosimilitud cuando pienso en la documentación y ritmo entre imagen y texto cuando pienso en narración. Seamos conscientes de que en una novela gráfica es todo artificio (arte). De estas cosas hablábamos Manel y yo, cuando la documentación excesiva trataba de bloquearnos.

Pepe: El viaje a Euskadi nos vino muy bien también en otro aspecto muy importante, el de formar equipo, porque íbamos a hacer una obra a seis manos. Además no sólo era la primera vez que trabajaríamos juntos, sino que lo haríamos desde la distancia, yo en Barcelona ellos en Valencia-Sagunto.

La realización

Pepe: Hablemos ahora de la realización,. A diferencia de cuando se trata de una obra de ficción, en esta ocasión no teníamos que inventar nada, sino seleccionar los diferentes momentos significativos de la vida de Marcelo que queríamos que aparecieran en el libro,. A partir de ahí y sobre la base de lo escrito por Miguel en La joven guardia, y en otros libros, me puse a convertirlos en propuestas de secuencias gráficas, con sus correspondientes diálogos, que enviaba a Manel y Sento, muchas veces acompañadas de documentación gráfica. Y muchas veces mis guiones eran enriquecidos por sus aportaciones.

Manel: En cuanto al sistema de trabajo, podríamos decir, que ha sido tradicional por mi parte, papel, grafito, tinta…
Incluso renuncié a las tramas tras algunas pruebas. El ordenador solo se ha utilizado para colocar los bocadillos y los textos de apoyo. He querido que la obra tuviera un aspecto de realismo.
La labor de Sento ha sido fundamental, podemos decir que sin él no habría ¡Cava y calla!. Todos los bocetos pasaban por su mano. Opinaba y sugería cambios y correcciones. Incluso realizaba unos sencillos esquemas a partir de los guiones de Pepe.

Sento: Manel es tradicional en sus formas de expresión.

Al final ha logrado que su trabajo se redujera a una pelea solo entre el blanco y el negro. Una actitud radical sin concesiones a los medios tonos ni al color que yo le sugería al principio.
Mi amigo es un trabajador responsable que ha cumplido siempre los plazos estrictamente. Yo me he limitado a ayudarle puntualmente, dada mi mayor experiencia en esto de las narraciones gráficas

Implicación

Pepe: No sé vosotros pero el escribir el guión y revivir las experiencias de Marcelo hace que de alguna manera las sienta mías y me afecten como si fueran cercanas, aunque sean extrañas a lo que hoy vivimos. No deja de impresionar esa vecindad continua con la muerte en plena juventud, y al mismo tiempo ese intento continuo de construir vida, de amar y de ser amado.

Manel: Sin duda la parte del libro que más me ha impacto es lo sucedido en Pikoketa. He intentado reflejar el dramatismo, lo tremendo de estos hechos, el fusilamiento despiadado de un grupo de jóvenes.
Los fusilamientos de Paterna, las torturas de Melitón Manzanas, la detención en la estación de Valencia son otros momentos que personalmente me han motivado mucho.
Sento: Una vida intensa como ésta, me hace pensar también en los momentos intermedios, esos que parecen no tener acción dramática, los silencios en la celda, el momento de espera a la inmediata tortura, que sabes que va a venir. Esos momentos de no acción también deberíamos reflejarlos en las páginas. Quizás en un próximo libro.

Pepe: Lo que planteas me parece muy sugerente, como dices quizás en un próximo libro.

Memoria y viñetas

Pepe: ¿Qué os parece que puede aportar este libro a la recuperación de la memoria democrática de nuestra sociedad?

Manel: Creo que el cómic tiene una importancia enorme en la recuperación de la memoria democrática. Durante décadas miles de voces no se han podido escuchar o se han escuchado en voz muy baja. El desconocimiento general de nuestra historia reciente es impresionante. Gracias a los tebeos parte de aquellas voces se están empezando a oír.

¿Cuánta gente, joven y no tan joven ha sabido que republicanos españoles han luchado contra el nazismo?

¿Qué un hombre de Borriana, Amado Granell, fue el primero en entrar en París para liberarlo? Gracias a la obra del popularísimo Paco Roca cosas así se están sabiendo. Y descubrir estas cosas hace que la gente se interese por otros temas similares descubriendo un mundo hasta ahora tapado. Afortunadamente se están publicando obras con esta temática que ya es casi un género dentro del mundo del cómic.

Sento: Cuando los tebeos pasaron, de ser un producto destinado solo a un público infantil y juvenil, para convertirse en libros para adultos, los temas cambiaron mucho. Primero las narraciones para adultos eran historias sicalípticas, eróticas, porno, etc… sencillamente cosas prohibidas a los menores. Con el tiempo se ha ido normalizando la temática para adultos y cada día es más parecido a los géneros que encontramos en literatura o cine. Las mal intencionadas mentiras que el régimen de la dictadura franquista vertió sobre la denominada guerra civil española nos impulsa a muchos autores a compensar, la vil propaganda que se difundió en su tiempo, con historias verídicas que en muchos casos hemos oído de nuestros padres y abuelos. Hay que lograr revertir las mentiras y cambiarlas por los datos que los historiadores y los protagonistas han aportado a este tema.

Manel: ¡Cava y calla! aporta un grano de arena en esta recuperación. Lo veo en las presentaciones que hacemos en librerías y centros culturales y cívicos.
Gente que se sorprende con la vida intensa y dramática de Marcelo. Que se sorprende de que le hayamos conocido, de que sea real.
Pero lo fundamental es cuando muestran interés y quieren saber más. Se dan cuenta de que hay muchas vidas y momentos por descubrir y que son historias apasionantes, crueles, tremendas y próximas.
La esperanza de que ¡Cava y calla! sea un acicate para indagar y conocer más es, en definitiva, lo que nos mueve.

Sento: Estoy de acuerdo contigo, Manel. Me sorprende la incultura ilimitada de mis conciudadanos, sobre la historia pero también en otros muchos temas.
Ver concursos de cultura general en la tele es muy triste, sobre todo porque ya no existe la vergüenza de ser inculto.
En 1995 estuve trabajando un tiempo en una empresa publicitaria en EEUU. Un día llegó un alto ejecutivo (de los que cobraban sueldos astronómicos) y me dijo que una empresa quería lanzar unas nuevas pizzas con nombres de generales romanos como, Julio Cesar o Napoleón. Lo dijo sin despeinarse y cuando le informamos de que Napoleón no era romano sino francés no mostró la más mínima vergüenza y se fue a seguir ganando dinero. Me sorprendió aquel desprecio radical por la cultura, que yo creía que no existía en España.
Pero hoy el orgullo de ser inculto ya está aquí. ¡Menos mal que no todo el mundo es así!
La lucha contra la desmemoria histórica es necesaria, es básica para cambiar poco a poco el país… creo que tenemos que seguir cavando y cavando y cavando… como aconsejaba Marcelo Usabiaga.

Pepe: Es que según mi opinión esta sociedad ha sido sometida a un desmemoria programada. Desmemoria de lo vivido por una parte de la sociedad. Desmemoria de la razón de los derrotados en la guerra de España del 36-39, de los que sufrieron la feroz represión posterior que se prolongó durante cuarenta años de dictadura y de los que construyeron la democracia en las fábricas, universidades, barrios… Y sobre esa desmemoria crece la extrema derecha y el peligro de involuciones antidemocráticas. Por eso estoy plenamente de acuerdo con lo que planteáis, tanto sobre la necesidad de recuperar la memoria democrática como de la utilidad del cómic para ello. Sólo añadiré un aspecto que me merece la pena destacarse, la importancia de referentes personales positivos frente a la consigna “cuñadista” de todos son iguales. Así, la trayectoria vital de Marcelo nos comunica la importancia de la coherencia, de los valores que practicó, la persistencia en conseguir un mundo mejor y la capacidad de afrontar retos, resistencias y derrotas aplicando la consigna de ¡Cava y calla! .