A finales de Enero.
“ Entrevista a Javier Padilla, autor del libro.”
Herri: La historía que cuentas en tu libro es fascinante, 3 personas conectadas, Enrique, Lola, Javier, que comparten amor, compromiso y un destino trágico. ¿Cómo conociste esos hechos?
Javier: Todo comenzó con una conversación con Sergio Suárez, editor de Pre-Textos, en el Colegio Mayor Chaminade de Madrid. Sergio me habló por primera vez de Dolores (Lola) González Ruiz en enero de 2016. Lola había muerto un año antes. El obituario que escribió sobre ella Cristina Almeida me impresionó profundamente.
Herri: ¿Qué es lo más signficativo que has descubierto en la investigación para tu libro?
Javier: Hay muchas cosas que he ido descubriendo, gracias por un lado a las entrevistas que he realizado, como a los archivos consultados. Sobre todo, tuve acceso privilegiado al sumario del caso Enrique Ruano, así como a parte de su familia y su abogado. Creo que en “A finales de enero” se cuentan muchos detalles nuevos sobre el caso Enrique Ruano. Por ejemplo, cuál fue la reacción de Torcuato Luca de Tena, del que pude acceder a su archivo personal. Torcuato Luca de Tena era el de ABC, periódico que publicó un insidioso editorial sobre Enrique Ruano. En su archivo, pude ver las numerosas cartas quejándose por la cobertura de ABC. También cuál fue la arrogante respuesta de Torcuato.
Herri: ¿Ha sido muy difícil reconstruir un hecho sucedido en 1969, como el asesinato de Enrique? ¿Has encontrado facilidades o dificultades en los archivos policiales?
Javier: Ha sido muy complicado, pero sobre todo porque la policía del franquismo oscureció todo lo posible lo que ocurrió con Enrique Ruano. Tampoco ayuda que en muchas ocasiones es muy complicado acceder a los archivos públicos en España. Sin embargo, la ayuda de Margot Ruano y de José Manuel Gómez Benítez facilitó mucho mi labor. José Manuel Gómez Benítez, que fue el abogado de la familia Ruano tras la reapertura del juicio, me ayudó en la entrevista que tuvimos que aclarar muchos datos sobre el caso. Le estoy muy agradecido.
Herri: ¿Cuál fue el papel de Manuel Fraga en ese crimen?
Javier: Manuel Fraga tuvo un papel muy oscuro al participar activamente en las tergiversaciones que rodearon a la muerte de Enrique. En ese sentido, sorprende ver los honores que se le hacen en la democracia española a un hombre que se encargaba de tapar las miserias del régimen franquista. Además del caso Ruano, el papel de Fraga en tapar las otras defenestraciones del franquismo resulta lamentable.
Herri: Hubo una revisión judicial del caso Ruano, ¿Crees que se llegó a la verdad, que novedades reveló?
Javier: La reapertura del caso Ruano, veinte años después de su muerte, fue clave para que se supiera qué ocurrió. Gracias a esta revisión, se pudieron saber las numerosas irregularidades que cometieron las autoridades franquistas. Sin embargo, hubo cosas que quedaron sin poder esclarecerse del todo debido a la acción de la policía franquista.
Herri: Lola fue el amor de Enrique, y, tras su muerte, compañera de Javier. Háblanos de esas relaciones. Cómo eran esas 3 personas.
Javier: Enrique y Javier eran como la noche y el día. Eran muy diferentes en muchos aspectos de su personalidad. Javier era mucho más intelectual, mientras que Enrique era una persona más cercana y agradable. Lola era una mujer comprometida que tuvo una vida muy infeliz. Fue muy difícil reescribir las vidas de los tres. El recuerdo de las desgracias que pasaron dificultó el esfuerzo memorístico de mis entrevistados. Lola fue novia de Enrique y, unos años después de su muerte, esposa de Javier. Enrique y Javier eran buenos amigos, pero tenían una relación compleja. Enrique tenía celos de Javier en ocasiones.
Herri: ¿Cómo recibió la sociedad tu libro? ¿Crees que la transición y sus miedos taparon mucho hechos de esa zona de la historia que aborda tu libro?
Javier: El libro, gracias a la Editorial Tusquets y a haber recibido el Premio Comillas, ha sido un éxito. Sólo puedo estar agradecido. Y sí, es evidente que durante la Transición hubo episodios que siguen siendo muy incómodos. Recordar lo que ocurrió debería servirnos para poner más matices a la historia de España. No cabe duda de que la Transición tuvo muchas cosas buenas, pero también estuvo plagada de momentos oscuros que luego no se han debatido lo suficiente en la sociedad española.