La manía de seguir con las convicciones de por vida.

La manía de seguir con las convicciones de por vida.

La manía de seguir con las convicciones de por vida.

Reproducimos aquí la entrevista de Mónica Sallán Mur, en la publicación argentina LA MAGA, del 16 de diciembre de 1998,a Luis Alberto Quesada, que fue el Comisario de guerra más joven del ejército de la República.

A sus 17 años, y que fue elegido máximo responsable nacional de la JSU, en la clandestinidad. Siendo detenido cumpliendo tal misión. Vivió con intensidad aquel momento de entusiasmo y de unión en la juventud que supuso el nacimiento de la JSU, lo que ha motivado su análisis en este número de HERRI, y que Luis Alberto cuenta tan vivamente en esta entrevista.

Luis Alberto Quesada -español exiliado en la Argentina-, fue condenado a muerte por el régimen de Franco. Hoy tiene 79 años, escribe cuentos y poemas –“La saca”, “Espigas al viento”, “El hombre colectivo”, y “Vida, memoria y sueños”, son algunos de los títulos de sus libros-, y es presidente del Instituto de Cultura Ibero-argentino. Cuenta su historia sentado en medio de la sala de su casa, a la que le ha puesto el nombre de Museo de la Amistad, abarrotada de cuadros, recortes y fragmentos de un período histórico que se arman como un calidoscopio para proyectar luz y vitalidad sobre un hoy que ha quedado huérfano de sueños: “Según mi criterio, el mundo tiene muchos problemas sin resolver, Y uno de los grandes problemas es la política de mercado. La ideología no puede terminar, la ideología muere cuando es dogmática, cuando se encierra dentro de un círculo donde no escucha más que su propia voz”

Por esos azares que han tenido que ver con el espíritu aventurero de mi padre, nací el 22 de agosto de 1919 en Lomas de Zamora. Nací argentino. Y esto, con el correr de los años, salvaría mi vida. Mi padre era un buen poeta del dibujo. Fue alumno de la Academia de Arte y Oficios de Málaga. Se recibió en la misma promoción que Pablo Picasso. Creo que aún estando instalado en Lomas sus sueños e ilusiones danzaban por España. Allí volvemos. Madrid es un piso sobre la avenida Reina Victoria. Hermanos, madre, abuela… Los aires que rondaban mi casa eran cada vez más anticlericales, más republicanos. Nos anotaron en un colegio protestante, El Porvenir, en el barrio madrileño de Cuatro Caminos. Nos educábamos juntos chicos y chicas. El director del colegio era un reaccionario; pero un reaccionario en Alemania: en España era un fuera de serie.

Teníamos piscina y nos bañábamos juntos, chicas y chicos. Se paraban las viejas y al ver a las chicas decían: “Zorras más zorras”. “Zorras ellas, no; zonas las madres”, replicaba otra vieja.
Los republicanos españoles se llamaban liberales, pero no como Alsogaray, sino en el sentido de amantes de la libertad. Porque luego el liberalismo se ha ido transformando, como todas las cosas. Las ideas primarias cambian y se hacen mentira.

La época más hermosa
En ese ambiente, rodeado por mis compañeros de El Porvenir y en contacto con la izquierda del barrio, empiezan a resonar dentro mío las ideas revolucionarias. Que eran un germen, ¿no? Es entonces que con 14 años entro a funcionar dentro de la juventud comunista.
Estábamos en el Bienio Negro de la República. Porque en la segunda época de la República, había ganado la derecha. Es esta derecha la que reprime en octubre, cuando el comandante Franco está al mando de las fuerzas árabes. Y establecen los contactos con Mussolini y Hitler, por si el paso les falla. Que eso es lo que hacen siempre los reaccionarios: tener las cosas siempre preparadas para el golpe.
Llega un momento que en mi familia se piensa que yo constituyo un peligro. Andaba en pleno
fervor revolucionario. Deciden enviarme a Málaga. Por entonces se trabajaba para unificar las juventudes socialista y comunista para formar la JSU. Los jóvenes comprábamos camisas rojas y camisas azules, que pertenecían a una y otra organización, y nos las poníamos indistintamente. En Málaga, yo me iba con esas camisas a los pueblos de pescadores y hablaba con los muchachos. Formábamos corros en la playa, y les contaba lo que opinábamos en Madrid. Y algunos viejos pescadores me daban la razón. Hacíamos todo un trabajo, porque estábamos convencidos de que era interesante este intercambio. Y no crean que ahora he perdido las convicciones.

En aquella época me nombran Secretario de Cultura. Mi padre decía: “¡Cómo andará la cultura, si Luis está al frente! Era una cultura como el que tiene una maza para machacar garbanzos: una cultura para andar por las casas de los que no tenían ninguna. Leíamos la revista Estudio, anarquista; algunas cosas sobre la revolución Rusa; Unamuno, Machado, y seguíamos con afición a Lorca en

La Barraca.
Sobre 1935 vuelvo a Madrid y me enfrasco más en la cuestión política. “Y allá va Luis Alberto/ como de feria en feria/ va guitarra en el aire/ la luz de la bandera” (poema a Luis Quesada, de J. L. Gallegos). Aquello era una belleza de vida. Salíamos en grupos cantando La Internacional, llevábamos un gramófono con púa y bailábamos en las plazas. El Madrid juvenil de aquel entonces tenía un signo entre chicos y chicas que creo no se ha producido en ningún otro lugar. Compañerismo militante: días de banderas rojas al aire; Lorca a la cabeza de los actos… Esto se ha tratado de disimular, pero él, presente, condenaba las dictaduras en Latinoamérica y la influencia norteamericana. No vivíamos, pero no vivíamos en el orden de lo que construíamos para el futuro. Es una de las épocas más hermosas de mi vida.

La puerta a la guerra
Llega la victoria del Frente Popular. Fue ese tipo de hechos de importancia masiva, que permiten que la gente crezca. Me gustaría aclarar que España era el país más atrasado de Europa. Entre diez y quince familias poseían la mayoría de las tierras cultivables. Entre esas familias —aunque no sé si ponerla como familia—, estaba gran parte del patrimonio de la Iglesia Católica Apostólica Romana. Entonces gana el Frente, que iba de republicanos a comunistas, con todas las de la ley. Pero la reacción se había estado preparando y es la aventura de la puerta que se abre a la guerra.
Tengo 16 años y parto para el frente de Somosierra. Lo fundamental era derrotar a los fascistas, el avance de España y la igualdad de los chicos y las chicas. Las chicas se cortaban el pelo a lo Manolo: por eso las insultaban por la calle. Nos sentíamos capaces de cambiar el mundo.
Así vamos hacia el frente, muy desorganizados, sin un concepto claro de lo que era la guerra. En el primer combate nos designan un sargento que se pasa al enemigo en esa misma operación. Nos salvamos porque aunque éramos ingenuos., estábamos despiertos como esas liebres recién nacidas que aún durmiendo tienen un ojo abierto.
La guerra se convierte en un caballo alocado. El miedo carcome en los descansos, en la espera. Ya en el combate no piensas. Trincheras. Frío. Alambradas. Me nombran Comisario de guerra, El peligro es el avance del enemigo por la carretera de Toledo hacia Madrid. Allí me mandan como Comisario de un batallón.

El primer ataque
Las Brigadas internacionales juegan un papel importan-tisimo la defensa de Madrid. Poseían una moral revolucio-naria de gran altura. Los tanques se nos venían encima y no teníamos cómo detenerlos, Estibamos en La plaza de la Moncloa con el batallón choque de Huelva, todos mineros de Rio Tinto, Ellos dicen: “Aquí, paramos a los tanques, ¡Traemos dinamitas, traernos cartuchos!”. Comienza el ataque. Y nosotros los paramos.
Por primera vez en la historia, vemos que los tanques se retiran. Nosotros éramos una juventud excesivamente loca, fuera del contexto normal, dispuestos a dar mucho, en una guerra donde no teníamos experiencia de grandes traiciones. No suponíamos más traiciones que en el campo enemigo.
En el frente, la República creó los milicianos de la cultura. Se acabó con los analfabetos, y ha-bía un ansia permanente de aprendizaje. M. Teresa, Rafael Alberti con sus compañías visitaban a los combatientes. Y no siempre el arte se adecuaba al estado de ánimo de los batallones. En una oportunidad llega una actriz. Imagínate tú, eso lleno de soldados, en una batahola de fumar, de beber con la bota. Sale la actriz y recita: “Pozo blanco/ pozo blanco/ Glu, glu/ de las fuentes cristalinas”. Y dice uno, medio borracho: “¡Hija puta, afuera!”. Se armó tal jaleo… Fuimos a verla: “Déjate, mira que este poema aquí no va”. Tuvimos que cambiar el programa. Nos salvó la banda del batallón con su música.

La tierra y el hijo
18 de enero de 1938 el comunicado oficial anunciaba: “Teruel pertenece en su totalidad a la República”. Ahí estábamos. El coronel Galán recibe órdenes para detener a los fascistas que iban camino de Alicante. Se logra una línea de frente, pero la República queda cortada en dos. Madrid separado de Cataluña. Si no hubiéramos estado tan locos, esto suponía un golpe mortal. Marchamos hacia el Ebro y logramos hacer retroceder al enemigo. Faltan reservas, aparatos modernos… Se van apagando nuestras fuerzas. Comienza la retirada hacia la frontera. En el puño cerrado de algunos va un puñado de tierra.
Los campos de concentración se suceden a lo largo de los pueblos franceses. Cuando estalla la Guerra Mundial, nos ofrecemos para defender Francia. Ahora es el recuerdo de mis 20 años: pedaleo con el corazón, pedaleo cuesta abajo, viento que acuchilla. Los alemanes están muy cerca. Huyo hacia Burdeos, donde organizamos la Resistencia. Estábamos en 1940. Una chica, Asunción, cruzaba la plaza de Burdeos. Evacuada de la Guerra Civil Española, escucha hablar español y se acerca. Asunción fue mi mujer. Y en noches de amor y persecuciones, nació nuestro primer hijo: Luis.

El regreso
Se llega a una situación en que se decide que éramos más útiles en España. Hacemos el cruce a través de guías. Caen algunos compañeros. Laureano, un tal Suárez, Jesús y yo logramos pasar. “España no es España, que es una inmensa fosa/ que es un gran cementerio rojo y bombardeado.” (Miguel Hernández).

Vuelvo a Madrid, me incorporo y me dan la responsabilidad de dirigir la JSU. Marzo de 1943. Imágenes en revuelo… Cinematográficamente recuerdo mi último día en libertad. Aquel tipo me decía: “Come, come más jamón”. Yo masticaba: “¡Qué bueno que está!”. Y allí me entrega. Caigo detenido y me llevan a la Gobernación. Estoy 15 días esposado. Me dan una tunda de palos. Interrogatorios. Una de las cosas que aplican es la regla en los muslos. Te dejan descansar unas dos horas y después vuelven a dar y dar, lo que produce una inflamación brutal en las piernas. Llega un momento que estás como anestesiado. Tú ya no eres tú.
Es octubre de 1944. Y se me condena a muerte. Salía al patio y cantaba una canción. Era muy sencilla, pero me sentía arropado, porque desde los pabellones me coreaban. Hay tres sacas: se llevan a la gente para fusilar. Tú no los ves. Oyes los gritos: “¡Viva la República! Viva la JSU!”
Frente a la muerte, nos preparábamos para afrontarla revolucionariamente. Para que nuestro mensaje fuera recogido como una actitud digna.

El exilio
Un tío mío, periodista, que había quedado en la Argentina, empieza a mover los contactos, aludiendo a mi nacionalidad argentina, para que se me conmute la pena de muerte. Lo logra en 1945, y quedo con cadena perpetua, pensando que Franco se moriría antes, muy convencido de mis ideas. Comienza en Burgos el principio de los 15 años restantes que estaría encarcelado. Estuve durante una larga época dirigiendo el contacto entre la cárcel y el exterior. Habíamos conseguido tal rapidez en los mensajes, que en un momento rodearon la cárcel, pensando que teníamos un transmisor. Escribíamos muy chiquito en papeles de fumar, usábamos claves…. Se hacía un trabajo de tipo cultural, que era lo que le daba a Burgos el nombre de La Universidad.
A través de los contactos de mi tío en la Argentina, Frondizi hace la petición por mi excarcelación. Por las vías diplomáticas se supo que era aceptada, pero uno de los militares del momento —ya no recuerdo su nombre— temía que una vez que estuviera aquí, no fuera yo a hacer algunas “innovaciones”. Y mira que cuando yo me vengo para aquí, los militares organizaban una cada dos días… ¡y yo no podía organizar ninguna!
Finalmente, se decide mi libertad. En ese momento te invade una tensión que es peor que cuando estás en la cárcel.
Me ofrecieron venir en barco o en avión. Preferí el barco, para ir reposando la cosa. Logro un permiso para pasar por Madrid para ver a mi familia. Ahí visito a mi hermana. Su marido, a pesar de ser católico y de derechas, había vestido a sus trece hijos con camisas rojas y azules iguales a las que yo llevaba en Málaga en los principios de la JSU.
Corría el año 1959 cuando embarcamos en el Dorero, que me retorna a mi tierra natal, junto a mi esposa y mi hijo.
Durante los primeros tiempos paramos en un hotel. Pero mira cómo es la gente: muy pocos nos preguntaban por nuestros problemas y todo el mundo nos mostraba lo que hacía, el libro que había publicado, el periódico revolucionario que estaban sacando… Fue una época en la que nos sentimos muy agobiados.

El trabajo a la distancia
Yo he tenido la manía de seguir con mis convicciones por la vida. Aquí había gran cantidad de intelectuales en el exilio, pero no todos se integraron para participar en la defensa de los presos políticos españoles que aún quedaban en la España de Franco. Pacientemente, logramos construir un organismo de tipo unitario que nos permitiera continuar con nuestro trabajo de difusión y defensa del movimiento republicano.

Se organiza una entidad agrupada de fuerzas democráticas, La Coordinadora, en contra de Franco hasta la muerte de éste. En ese momento circulaba un chiste de gallegos que decía: “Déjalos a esos que ahora están festejando. ya verás cuando Franco se reponga de la autopsia (sic)”.
Con el gobierno de Suárez, una nueva realidad social y política atraviesa España. Nosotros. desde aquí, también tenemos que darnos una nueva forma de organización. Así nace el Instituto de Cultura Ibero Argentino, que yo presido. El Instituto nace en defensa de la Constitución, una vez que ésta ya había sido aprobada por el pueblo español. Porque en definitiva la Constitución de España, siendo perfectible, es más avanzada que la que tenía la República.

El factor fundamental de todo movimiento progresista tiene que ser la juventud. Se necesitan propagandistas de a pie, que estén con la gente. Lo cierto también es que los jóvenes están ganados por la televisión y el consumismo. Tenemos que buscar maneras para que los jóvenes nos oigan. Porque de lo contrario nos convertiremos en una especie ecológica en extinción.

El hilo rojo de la JSU a la UJCE.

El hilo rojo de la JSU a la UJCE.

El hilo rojo de la JSU a la UJCE.

“Que conecta con la estrategia revolucionaria de conquista del socialismo a través de la profundización de la democracia”.

El 4 de abril de 1936, mes en el que se celebraba el 15 aniversario de la primera Organización de Jóvenes Comunistas impulsada por el Partido Comunista de España (PCE), se fundaban las Juventudes Socialistas Unificadas (JSU), resultado de la fusión entre la Unión de Juventudes Comunistas de España (UJCE), lideradas por Trifón Medrano, y la Federación de Juventudes Socialistas (FJSE), lideradas por Santiago Carrillo.

La experiencia que encarnan las Juventudes Socialistas Unificadas es histórica en un doble sentido. Por un lado, supuso una experiencia de fusión de las juventudes del PCE y de las juventudes del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) que tenía pocos precedentes y tuvo pocos continuadores en el plano internacional, firmando incluso uno de los capítulos más interesantes de relaciones internacionales en el movimiento juvenil comunista con la intensificación de las relaciones entre la IJC y la IJS en los años previos a la II Guerra Mundial. Por otro lado, es histórica porque su nacimiento y posterior evolución no pudo escapar a la terrible historia de España, que pocos meses después de su alumbramiento tuvo que enfrentar un golpe de Estado fascista y una guerra civil que inauguraron una noche de cuarenta años de dictadura.
Estos elementos confirieron a la JSU una capacidad tractora que pronto se vio puesta en acción en el frente de la guerra civil, donde fue capaz de organizar a cientos de miles de jóvenes en la defensa de la legitimidad democrática de la República. Experiencias como la Alianza Juvenil Antifascista, la Unión de Muchachas o las barracas de juventud que se organizaron en los frentes para el trabajo cultural y la lucha contra el analfabetismo hicieron a la JSU un referente, convirtiéndose en una organización de masas capaz de responder a las necesidades de la juventud en su sentido más amplio, abandonando cualquier tentación sectaria.

La derrota conllevó la cárcel, la ejecución y el exilio para los militantes de la JSU, pero no acabó con la actividad política de sus miembros, aunque en condiciones diferentes. Así, en 1945 participaban en la fundación de la Federación Mundial de la Juventud Democrática, todavía hoy en activo y que cuenta con Aritz Rodríguez, miembro de la UJCE, como presidente, uno de los puntos donde se entrelaza el hilo rojo que une al movimiento juvenil comunista de nuestro país. No obstante, con el paso de los años, la JSU fue perdiendo su carácter unitario y en 1961 el PCE recuperaba a la UJCE como referente juvenil.
Otro de los puntos en los que ese hilo rojo entre la JSU y la UJCE se entrelaza lo encontramos en la intervención de Marcos Ana, en nombre de la JSU, en el I Congreso de la UJCE que se celebró en Madrid entre el 25 y el 28 de mayo de 1978. Es el I Congreso, pero de una nueva etapa, pues la UJCE previa a la creación de la JSU había celebrado dos congresos previos. No obstante, es el primero tras la decisión del PCE de recuperar la UJCE y se celebra, tras muchas dificultades y cuatro conferencias celebradas entre 1961 y 1976 (las tres primeras en París y la última en Barcelona)

Marcos Ana, que con 16 años ya formaba parte de la JSU y como tal se incorporó al frente al estallar la Guerra Civil, que pasó 23 años en la cárcel y fue la primera persona liberada gracias a una campaña de Amnistía Internacional, se dirigía al plenario del congreso como representante de una delegación de antiguos militantes de la JSU, según sus palabras, una voz lejana “que pese a los años aún continúa resonando familiarmente entre vosotros porque es vuestro pasado y vuestra historia”.

Su intervención, no muy extensa, algo comprensible debido al formato de saludos en un congreso, trató precisamente de conectar los ecos de esa voz lejana con los debates de la renovada UJCE en los primeros pasos de la nueva democracia. Muchas cosas habían cambiado en la política del PCE desde el año 36, abordarlas excede la dimensión y el objetivo de este artículo. Sin embargo, las palabras de Ana constituyen un excelente documento histórico para identificar la evolución de las “razones de época” que enmarcaban los objetivos políticos de los y las jóvenes comunistas en los años 30 y en los años 70.

En primer lugar, destacó el valor de la unidad y el carácter político novedoso, independiente y de masas de la JSU, organización juvenil que, como hemos dicho, congregó a cientos de miles de militantes pero que, en palabras de Ana, no fue sino consecuencia de las excepcionales condiciones provocadas por la movilización del bando republicano en la Guerra Civil, alcanzándose “las cuotas más altas de la unidad”, lo que “no quiere decir que sea repetible ni deseable en estos momentos”.

La UJCE de 1978, que había ratificado su independencia organizativa del PCE en su conferencia política de 1974, cuenta con alrededor de 50.000 militantes en 1977. En el propio preámbulo de los documentos congresuales se reconoce que la afiliación además está cayendo debido a las crisis propias del movimiento juvenil y al trasvase de cuadros de la UJCE al PCE. No obstante, encontramos en los debates y documentos aprobados la voluntad de constituirse en organización de masas, frente a otros modelos político-organizativos, así la apuesta por frentes amplios y unitarios entre diferentes fuerzas juveniles de España.

A continuación, Marcos Ana le habla a una generación que afrontar el debate político de coyuntura marcado por los pactos de la Moncloa y recuerda que “nuestra generación, la generación del 36, fue la generación de la guerra y de la derrota de las fuerzas progresistas y democráticas. La vuestra, la generación del 78, es la generación de la paz civil y debe ser la que firme la reconciliación y las libertades públicas”. Hacía tiempo que el PCE había adoptado la política de la reconciliación nacional y la UJCE se compromete en la política de consenso o concentración democrática, que conecta con la “estrategia revolucionaria de conquista del socialismo a través de la profundización de la democracia”, tal y como viene recogido en el informe del secretario político saliente al congreso, presentado por Josep Palau.

El giro es evidente, si la JSU tuvo que defender con las armas la legalidad republicana, ahora, continuando con la intervención de Ana, el tiempo es otro, la experiencia de la derrota marca la necesidad de defender los pactos de la Moncloa frente al gran empresariado y la derecha más reaccionaria. Si en los años 30 “la fuerza preponderante era el fascismo, el tiempo es otro, y las relaciones de fuerza han cambiado favorablemente, y especialmente en la Europa de nuestro tiempo. Los regímenes democráticos y parlamentarios se establecen y la opción del socialismo es una alternativa más conocida, más compartida, más universal y más necesaria”. Estas palabras son reflejo de cómo la nueva razón de época en los años 70 ha cristalizado en la propuesta eurocomunista defendida por la dirección del PCE, en la que la UJCE del 78 es la generación de “la marcha hacia el socialismo en condiciones diferentes y nuevas”.

Finalmente, en su intervención Ana ponía el acento en la necesidad que tiene la organización juvenil de ser una escuela de cuadros y activistas, capaz de identificar y comprender los problemas de la juventud de manera certera, acercándose a sus luchas “de igual a igual (…) no como apóstoles ni como mártires para dictarles caminos o rectificarles en nombre de nuestros sacrificios, sino que hay que discutir con ellos de tú a tú, compartir las ideas y las soluciones que ofrecemos”. Y una escuela también para la creación de dirigentes políticos de los que después pueda alimentarse el PCE, como pasó con la JSU y como ya estaba pasando con la UJCE que afrontaba su I Congreso tras la dictadura.

Aunque el espíritu de época que animaba los debates políticos de la JSU y la UJCE era muy diferentes, la presencia y la intervención de Marcos Ana en el congreso de 1978 suponía una conexión política directa entre dos generaciones de la historia de los comunistas en España. Hay debates de fondo que, a pesar del paso de las décadas, siguen planeando en las discusiones sobre la construcción del socialismo y las tareas de las organizaciones revolucionarias para conseguirlo. Hoy, con una reedición del fascismo social en el horizonte y con un gobierno que cuenta por primera vez desde la II República con ministros del PCE, la tarea histórica de los y las comunistas de nuestro país es seguir tejiendo ese hilo rojo. Es fundamental mirar por el retrovisor de nuestra historia, pero entendiendo que las condiciones particulares del presente no se resuelven con recetas del pasado.

Javier Moreno
Secretario del área ideológica del PCE

Trece Rosas Trece.

Trece Rosas Trece.

Trece Rosas Trece.

“Voy a morir con la cabeza alta. Sólo por ser buena”.

«Madre, hermanas, con todo el cariño y entusiasmo os pido que no me lloréis… Me matan inocente pero muero como debe morir una inocente… Adiós para siempre. Tu hija que ya jamás te podrá besar y abrazar. Que ni tú ni mis compañeros lloréis»

¡Imposible! Con el buen corazón, con el espíritu y la aguerrida voluntad de una joven luchadora de las Juventudes Socialista Unificadas, Júlia Conesa de veinte años, cobradora de ticket en el tranvía, reclamaba una ficción. ¿Cómo no llorar? Su madre, sus hermanas ni lo pudieron ni lo quisieron evitar.

«Voy a morir con la cabeza alta. Sólo por ser buena. Tú mejor que nadie lo sabe. Quique mío, sólo te pido que seas muy bueno. Que quieras a todos y no guardes rencor a los que dieron muerte a tus padres, eso nunca… Tienes que ser un hombre bueno, trabajador. Sigue el ejemplo de papachín»

Palabras de difícil consuelo para un niño de once primaveras. Blanca Brisac, pianista, hasta el último soplo su deseo fue marcar el camino recto a su joven hijo. «Se bueno como papachín», reclamaba. Ella no lo negó, no tenía por qué hacerlo, había votado a las derechas, aun así, parecía tener un pecado; su compañero, músico como ella, pertenecía al PCE.

Así hasta trece. Trece Rosas. Cada una con su historia, con su dolor, con su juvenil ilusión truncada. La mayor, Blanca, la pianista de 29 años. La menor (mejor, las menores) Luisa, Victoria y Virtudes de 18 años, rosas cargadas de utopía, de fragancia, así hasta trece. Vidas truncadas, espejismos de un futuro mejor.

La guerra había terminado, la oficial el uno de abril; la otra, la de verdad, continuaba. Cuatro meses hacía de la proclama de Franco anunciando el fin de lo que él dio en llamar La Contienda. Otra mentira, el 5 de agosto el árido y seco suelo del cementerio del Este (hoy el de La Almudena), se teñía de rojo, también sus muros emulando al paredón. Trece rosas, trece perfumes de bellos ideales, cada una el suyo; todas diferentes, todas humanas, todas reivindicativas. Por eso las mataron, apenas unos meses después de sus detenciones realizadas entre abril y junio del 39.

El día anterior al fusilamiento, en un amañado consejo de guerra las culparon de alta traición, de rebelión a la autoridad y, por supuesto, junto a varias decenas de compañeros, de un mortal atentado contra el comandante Isaac Gabaldón. ¡De nuevo, mentira! El homicidio llevaba fecha del 27 de julio. Insignificante contrariedad para el tribunal.

Trece rosas, junto a ellas, uniendo su roja y encharcada savia ese mismo día, cortaban de raíz (fusilaban) a cuarenta y tres varones. Rosas para ellas, con esa fragancia desde París las inmortalizó Irene Curie al tener noticia de la tragedia. Acaso crisantemos para ellos, entre los chinos es símbolo de sabiduría, en otros lugares, de honestidad. Quién sabe.
Sin ser persona supersticiosa, no puedo menos que reubicar esta misma cifra en la memoria de los fusilados al inicio de la guerra en las campas de Pikoketa. Aquí serían dos rosas y once crisantemos. Ellas, Mercedes y Pilar aún más jóvenes, de dieciséis y diecisiete años. Entre ellos, también casi niños, Bernardo y Ángel cada uno con diecisiete. Así hasta trece, trece. Insignificante casuística para los trovadores del «Muera la inteligencia, viva la muerte».

05 / 08 / 1939

Ana López Gallego
Carmen Barredo Aguado
Julia Conesa Conesa
Dionisia Manzanero Salas
Martina Barroso Garcia
Virtudes González García
Blanca Brisac Vázquez
Joaquina López Lafitte
Luisa Rodriguez de la Fuente
Adelina García Casillas
Elena Gil Olaya
Victoria Muñoz García
Pilar Bueno Ibáñez

Vladimir Merino Barrea
Escritor

La Pandemia un difícil Test para el servicio sanitario vasco

La Pandemia un difícil Test para el servicio sanitario vasco

La Pandemia un difícil Test para el servicio sanitario vasco

Entrevista realizada por la revista de la Juventud Comunista “Agitación”
a Macarena R. y Dani O, jóvenes médicas de familia en Bizkaia.

A nivel de la Comunidad Autónoma Vasca, el principal provisor de servicios de salud públicos es Osakidetza.

Si bien el PNV se jacta de la buena gestión de dichos servicios de salud, los datos demuestran lo contrario. Por una parte, en relación al PIB el porcentaje invertido en los mismos ha descendido durante estos años (en 2010, suponía un 5’24% y en 2018 había disminuido hasta el 4’73%). Por otra, según un informe de la Federación de asociaciones para la defensa de la sanidad pública sobre el grado de privatización de las CC. AA., la CAV ocupa el 5º puesto.Y eso sin tener en cuenta el grado de interinidad que impera en Osakidetza ni la subcontrata de los servicios de muchos centros de salud y hospitales
.
Entre las distintas unidades que componen Osakidetza, tenemos las OSI (Organizaciones Sanitarias Integradas que incluyen centros de salud, hospitales y consultorios). Desde que comenzaron la residencia, las médicas de familia Macarena R. y Dani O. han estado realizando rotaciones entre distintas OSI de la provincia de Bizkaia. Hablamos con ellas sobre cómo han vivido la situación generada por el COVID-19.

Si hay algo que caracteriza a las crisis sanitarias es la histeria y la desinformación. ¿Cómo se ha estado gestionando esto desde las instituciones vascas a la hora de dar directrices y de establecer protocolos que protejan tanto a pacientes como al personal de los hospitales?

M: La tónica general ha sido la falta de información. Nos hemos  visto obligadas a trabajar en base a protocolos cambiantes, y por el contacto que he tenido con otras compañeras, puedo afirmar que los mismos protocolos han sido dispares  entre  diversas  autoridades  y  sociedades  científicas,  incluso entre las propias  Organizaciones   Sanitarias  Integradas  que  componen  Osakidetza. La deficiencia ha sido tal, que, por ejemplo, el pasado 16 de marzo nos enteramos de la suspensión de las consultas a través de los medios de comunicación, y no por los canales oficiales.

¿Cuál consideráis que ha sido la situación respecto a las condiciones de seguridad?

D: Precisamente, esta situación caótica ha conllevado que no se respeten las recomendaciones por seguridad, empezando por el uso de equipos de protección individual. Los recursos materiales de los que disponemos son insuficientes y eso nos ha convertido en blanco del contagio y transmisión de la infección.

M: Lo mismo sucede con compañeras no sanitarias como las trabajadoras de la limpieza, encargadas de la desinfección de consultas, que en ocasiones no disponen de los equipos de protección necesarios para el desempeño de su trabajo, lo que vulnera todos sus derechos laborales.

D: La Administración tendría que hacer todo lo posible por garantizar tanto nuestra seguridad como la del personal no sanitario y el de la población a la que asistimos, tomando todas las medidas que fueran necesarias. Pero claro, hay intereses privados que han impedido desarrollar una industria farmacéutica y de instrumentos sanitarios desde lo público, que habrían sido capaces de reaccionar a estas necesidades que estamos teniendo.

Hablando de derechos laborales, ¿cómo ha repercutido la situación del COVID-19 en la carga de trabajo del personal sanitario? ¿Cómo lo está gestionando el Gobierno Vasco?

D: Nos hemos estamos enfrentando a una carga laboral muy por encima de la prevista en nuestros contratos y en la prevista en la propia organización de los hospitales. Las múltiples bajas por contagio o aislamiento han conllevado una sobrecarga de trabajo durante el propio horario laboral (con una mayor atención de volumen de pacientes y en condiciones excepcionales: usando EPI, atendiendo a los pacientes por teléfono…) lo cual ha repercutido en un cansancio mucho mayor por nuestra parte.

M: Claro, y a eso debemos sumarle que en lugar de reforzar la contratación se nos ha obligado a realizar jornadas más largas o nos han aumentado las horas, poniendo en peligro nuestros derechos laborales.

¿Qué experiencias de organización entre las trabajadoras se han dado en vuestros centros de trabajo? ¿Creéis que se dan las condiciones para que se pueda organizar a la plantilla en vuestro centro?

D: Creo que existe bastante conciencia sobre nuestros derechos laborales, y los conflictos que han surgido a lo largo de los últimos meses han sido afrontados con espíritu reivindicativo con una perspectiva de clase, sin embargo, mi impresión es que hay cierto conformismo con los «tibios» avances obtenidos. Pese a todo creo que existe un ambiente de unión, autocuidado y respaldo recíproco entre las trabajadoras, y llegado el momento creo que sería fácil que nos organicemos.

Por último, al estar haciendo la residencia, ¿qué efectos ha tenido el coronavirus en vuestro proceso de formación? ¿Consideráis que ha afectado de forma específica a vuestros derechos?

M: Por supuesto, formativamente ha supuesto la para-lización de las rotaciones en curso y aquellas que estaban programadas (tanto externas, con otras CC. AA. y en extranjero, como internas). Durante el estado de alarma también se ha abierto la posibilidad de contratación de graduadas sin especialidad, cosa que ha supuesto un menoscabo formativo para ellas (ya que debido a la coyuntura no han podido estar debidamente supervisadas) y ha entrañado otros problemas, ya que como la falta de experiencia a la hora de tratar a los pacientes.

D: También ha afectado a nuestros derechos. Inicialmente se anunció que las compañeras de último año verían prorrogada su residencia, con el consiguiente perjuicio tanto económico como en el largo plazo (baremos, etc.) en lugar de optar por la alternativa de la contratación como especialistas a todos los efectos por la que optaron países como Italia. Finalmente, no ha sido así, aunque la incertidumbre de estas semanas asociada en muchos casos a la reubicación en otros servicios priorizando lo hospitalario sin considerar las necesidades de la Atención Primaria han hecho mella.

El hilo rojo de la JSU a la UJCE.

Gazteria Sozialista Bateratuek

GAZTERIA SOZIALISTA BATERATUEK

«Etorkizuna gazteria iraultzailearen eta horren balioen eskutik, Gazteria Sozialista Bateratuek utzi zizkiguten haietatik, etorri behar da.»

ErIren zenbaki bat Gazteria Sozialista Bateratuei (JSU, gaztelaniazko siglatan) eskaintzea mugimendu komunis-taren historiaren eta faxismoaren aurkako eta bakearen aldeko borrokaren funtsezko kapitulu bati ale bat eskaintzea da. Bai Espainian eta Euskadin egindako borrokari, bai nazioarteko mailan egindakoari ere; izan ere, JSU Gazteria Demokratikoaren Munduko Federakundearen erakunde fundatzaileetako bat izan zen, 1945ean, herrialde aliatuek Bigarren Mundu Gerran nazismoaren eta faxismoaren aurkako borrokan bultzatutako Gazteriaren Munduko Konferentzian.

Munduko Federakundeak, bai orduan, bai orain, munduko dozenaka herrialdetako gazteak biltzen ditu berdintasunaren eta bakearen balio demokratikoen abaroan, eta, harrezkero ari da horien alde lan egiten, mendebaldeko zenbait herrialdetako gazteria-erakunde batzuek alde egin eta boikotatu bazuten ere Gerra Hotzaren hasieran azaleratu zen klima antikomunistan.

Euskadiko eta Nafarroako gazteria eta Federakunde hori lotzen dituen hariak tenk dirau gaur egun ere, Espainiako Alderdi Komunistaren, gazteria-erakundearen bidez.
Gazteria Demokratikoaren Munduko
Federakundearen kide da oraindik ere, JSU formalki desegin eta Espainiako Gazteria Komunisten Batasuna birsortu eta berrogeita hemeretzi urte eta gero. Hori horrela, orain dela hilabete baino gutxiagotik, Aritz Rodríguez Gazte Komunisten idazkari nagusi izandako gasteiztar gaztea da Munduko Federakundearen buru, Budapesten. Gure herrialdeko gazteria komunista batasunaren sorreraren lehen lerroan egon da beti, etorkizun sozialistaren aldeko borrokan eta, ematen duenez, ohitura on horrek bere horretan dirau gure gazteen artean, JSUren garaian bezalaxe. Hain zuzen ere, JSUren sorreran, rol garrantzitsua jokatu zuten Euskadiko eta Nafarroako gazteek, batasunaren erakusle.

Zenbaki honetan, gure kolaboratzaileek eta artikulugileek atzera begirako bat eskaini diote aldi motz baina kritiko eta transzendental batean gure herrialdearen bizitzan garrantzi handia izan zuen gazteriaren erakunde politiko bati, baina begirada egungo gazteriarengan jarrita. Horrela bideratu du zenbaki hau ERIren erredakzio-kontseiluak ere; alegia, gazteriaren historia eta gazteriaren arloan bizitako errealitate baten ezagutza erabili dugu egungo gazteriari begiratzeko eta hura ulertzeko. Faxismoa eta gorrotoaren kultura berriz sortzen ari diren garai honetan, ezinbestekoa da kulturatik eta pentsamendutik kontraerasoa jotzea, JSUk eta Gazteria Demokratikoaren Munduko Federakundeak defendatutako balioekin (berdintasuna, bakea, demokrazia eta antifaxismoa).

Gaur egun, bizirik diraute baliook, milaka gazteri esker, antolatu egiten baitira eta defendatu egiten baitituzte formula politiko, sozial eta kultural ezberdinen pean, baita kirolarekin eta aisiarekin lotutakoen pean ere.

ERIren erredakzioak harro begiratzen dio Gazteria Sozialista Bateratuen iraganari, baina, batik bat, itxaropentsu begiratzen dio gazteria iraultzailearen eta horren balioen, Gazteria Sozialista Bateratuek utzi zizkiguten haien, eskutik etorri behar duen etorkizunari.

Jon Hernández
Secretario General
del Partido Comunista de Euskadi