Ruta Pasionaria

Ruta Pasionaria

Ruta Pasionaria

Camino biográfico de Dolores Ibárruri.

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Gallarta, donde nace Dolores el 9 de diciembre de 1895.
Hija y hermana de mineros.

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Iglesia de Gallarta, donde Dolores fue bautizada y
donde se casó con Julián Ruiz. Ya no existe

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Casa de Dolores y Julián Ruiz, construida por ellos
mismos en Somorrostro,en 1930.

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Mitin de Dolores por la Amnistía para los presos
de la revolución de 1934, en Madrid, 1936.

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Portada de Estampa,noviembre de 1936,
con Dolores abriendo trincheras en la guerra.

 

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Frontón Urumea, San Sebastián.
Ya no existe.

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Mitin de Dolores en el frontón Urumea, de San
Sebastián,en diciembre de 1935.

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Se convierte en un referente de la vida política del país, en el símbolo
más poderoso en la lucha del pueblo español contra el fascismo.

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Mitin en las trincheras
junto a Francisco Antón

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Placa descubierta en calle Juan Bravo esquina con calle Claudio
Coello, Madrid, dedicado a Dolores en 1936.

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Su hijo Rubén, que combatió junto al general Modesto en la Guerra Civil,
y que murió como soldado soviético en Stalingrado, luchando contra los nazis.

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Tras la derrota republicana, se exilia en Moscú. Sede de la Internacional Comunista, Manezhnaya ulitsa 13, donde Dolores tenía un despacho. Vivía en la calle Stanislavski 15.

Moscú 1977, poco antes de su regreso a España.

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Regreso a Madrid, 13 de mayo de 1977

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Dolores saluda desde su casa a la
manifestación del 1 de mayo de 1980. Madrid.

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Funeral de Dolores, plaza de Colón, en Madrid.
16 de noviembre de 1989.

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Monumento a Dolores, Glasgow, Escocia. En el zócalo de la
escultura está escrita su frase célebre: “Más vale morir de pie que morir de rodillas”

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Ana Belén, canta a Dolores      

Dolores Ibárruri pinceladas para el recuerdo

Dolores Ibárruri pinceladas para el recuerdo

Dolores Ibárruri, Pinceladas para el recuerdo

Dolores Ibárruri es un sı́mbolo vivo imborrable y permanente de la participación de la mujer en la lucha contra la explotación secular, como mujer y como representante de la clase trabajadora.

Es un sı́mbolo sincero de esta lucha y que conocemos a través de sus confesiones sobre lo que significaba ser hija y hermana y esposa de mineros.

Su propio pseudónimo PASIONARIA denota esfuerzo, sufrimiento, derrota. Un valor esencial de es esa condición de luchadora que se mantiene por encima de una profunda desconfianza que va adquiriendo acerca de los fines que persiguió en su vida.

Ejemplaridad para todo aquel que se enfrente a cualquier tipo de explotación. Su forma de ser era extremadamente tradicional y sólida, y a pesar de ello supo ajustarse a lo que ella misma llamó “lo nuevo”, y adaptarse a nivel personal y polı́tico a los grandes cambios que su partido tuvo que realizar al darse cuenta de que el enfrentamiento contra el franquismo, según las reglas del 1936, significaba el absoluto fracaso.

Entusiasmo. No hay una acción revolucionaria eficaz, si al mismo tiempo no existe una pasión por la misma, que ella supo personificar, incluso en las circunstancias más difı́ciles.

Lucidez. Es posible equivocarse en la acción polı́tica, soñar incluso con cambios radicales, pero es necesario pensar en lo que se hace, a tı́tulo personal o colectivo. Ejemplos: su proposición de la polı́tica de “Reconciliación nacional” en 1956

Independencia. Radical discrepancia en 1968 frente a la destrucción del “socialismo de rostro humano” en Checoslovaquia, y en la concepción de las relaciones internacionales. El PCE lo experimentó en sus propias carnes al mantener desde 1956 su propuesta de autonomı́a y defensa de la democracia en España.

Sentido crítico. Se puede vivir la citada pasión revolucionaria como la fe del carbonero, pero no actuar como revolucionario desde la fe del carbonero. Esa oscilación pendular es capital para entender el pensamiento y la obra de Dolores Ibárruri, entre un discurso tradicional, propio de aquellos años de rigidez y el reconocimiento de la catástrofe a que ello conduce.

Capacidad de superación. En el plano personal y por razones múltiples incluidas las familiares, desde finales de los años 40 y el principio de los 50, aislada por su enfermedad y exiliada en la URSS, se ve obligada a asumir la lógica de aquella época de guerra frı́a de lamanera más trágica. Es el precio de cierta sacralización del pensamiento polı́tico. Tras el XX Congreso del Partido Comunista de la Unión Soviética y la condena por Nikita Jrushchov del culto a la personalidad de Stalin, confesará que “llevaba en el sagrario del alma”. Una enseñanza también a aprender.

Responsabilidad y lealtad. Su vinculación con el Partido Comunista no era solo una adhesión polı́tica, sino una fidelidad incondicional, lo cual llevaba consigo la interiorización de los objetivos del mismo, por encima de las posiciones crı́ticas que pudiera albergar. Es lo que refleja su pensamiento de gran lucidez durante los acontecimientos del año 1968: no reniega del movimiento comunista, a pesar de su radical discrepancia frente a la situación polı́tica en Europa.

El amor a su país y su Gallarta natal. Su pasión por la historia nacional tuvo efectos tales como el Manifiesto del PCE que en el verano del 1936 declara la lucha de la República como lucha nacional de independencia contra los invasores fascistas.

Evolución, resistencia y supervivencia. La lección de que la izquierda debe perdurar, debe cambiar, pero nunca autodestruirse. Es lo que guiará su actuación como Presidenta del Congreso del PCE en el año 1983. La crisis puede ser inevitable en ocasiones, pero nunca ha de ser aceptada pasivamente. Lo que Gramsci formuló:

“El pesimismo de la razón y el optimismo de la voluntad”…

Lola Ruiz-Ibárruri Sergueyeva
Nieta de Pasionaria
Madrid, 07/07/2020

P.S.: Para mi madre Amaya Ruiz Ibárruri, fallecida
en 2018, y para mí, Dolores Ibárruri ha sido y será
una gran Matriarca Vasca: protectora, exigente,
generosa y entrañable en su faceta familiar y menos
conocida.

Docunental sobre Dolores

Recuerdos prestados

Recuerdos prestados

Recuerdos prestados

«Ongi etorri Pasionaria» El 13 de Mayo de 1977 llega a España Dolores Ibárruri “Pasionaria”

Yo no habı́a cumplido aún el añito, ası́ que serı́a imposible que me acordase de aquellos dı́as, pero los vivı́ sentada en mi sillita llena de puntillas, y de tantas veces que me lo han contado mi mami y mi hermana parece que si me acuerdo.

Habı́a que preparar un acto potente, el primer mitin tenia que ser en su Bizkaia natal, y el sitio elegido Bilbao, el recinto de la Feria de Exposiciones. Esos dı́as ı́bamos más de lo habitual a la sede, mi madre militaba en el EPK y su célula estaba en Algorta. Sonaba el teléfono en casa, y todo era hablar del mitin, de la seguridad, de la organización, y sobre todo de Dolores Ibárruri.

Por fin llegó el domingo 22 y nos fuimos las tres a Bilbao. Era un dı́a muy importante y especial: ı́bamos “con la gente del partido” a conocer, por fin, a “La Pasionaria” a “La Comunista” a “La Roja”, a “Dolores” esa señora de la que habı́amos escuchado contar como gritaba el “NO PASARÁN” o como ya en 1936 ella, como diputada comunista en el Frente Popular, se interponı́a ante la guardia a caballo para parar un desahucio, luchas que más de 80 años después seguimos peleando y defendiendo las comunistas del PCE y del EPK.

En la puerta de la Feria de Exposiciones a mi madre le tocaba estar repartiendo claveles rojos a todas y todos los camaradas que entraban, habı́a muchı́sima gente, era un éxito de asistencia, no cabı́a ni un alfiler y habı́a abundante prensa de todos los medios y de casi todos los paı́ses. El acto era todo un acontecimiento, hacia un mes que nos habı́an legalizado, por fin podı́a regresar Dolores a España, y ahora la tenı́amos en Bilbao dando un mitin. Cuando todo el mundo entró, mi madre hizo un hatillo con los claveles que le sobraron y un pañuelo rojo que habı́amos hecho en el EPK donde ponı́a

“ONGI ETORRI PASIONARIA”

Mi madre, que iba tirando de mi silla, y mi hermana con el ramo en la mano, entraron en la Feria de Exposiciones. Mi madre recuerda que a los periodistas les hizo gracia mi hermana, una niña de 7 años guapı́sima con su pegatina roja del EPK y ese pedazo ramo de claveles, y entre todos la fueron pasando hasta llegar al escenario, donde estaba Dolores. Allı́ mi hermana se acercó a Dolores, le pudo dar un beso y le entregó el ramo de claveles. Y ésa es la imagen de la foto que tan orgullosa enseña mi madre a todo el que puede.

También tengo recuerdos prestados del discurso de ese dı́a, tengo grabadas unas palabras de Ibárruri, que nos ha enseñado mi madre a cumplir siempre “Las comunistas no hacemos simplemente propaganda con palabras sino con hechos y conductas”. Ası́ me han educado, y ası́ procuro actuar en mi dı́a a dı́a, tanto en lo personal como en lo polı́tico, que la txartela de comunista la llevamos puesta siempre con orgullo.

Al finalizar el acto fuimos todas las camaradas a comer juntas, mientras Dolores descansaba un poco, ya que por la tarde nos acercarı́amos un grupo de camaradas con ella hasta Gallarta, para poder visitar su casa, su entorno, su familia.

Un dı́a histórico del que puedo decir orgullosa que vivı́ cómodamente sentada en mi sillita, empujada por una gran comunista que nos ha llevado a mi hermana y a mı́ siempre a su lado a cualquier acto, reunión o fiesta del PCE, haciéndonos disfrutar de una cultura que aprendimos sin darnos cuenta.

Ester Palacio García. Responsable Secretarı́a de la Mujer del PCE-EPK

«Una pasionaria para Dolores»

«Una pasionaria para Dolores»

«Una pasionaria para Dolores»

de «Rafael Alberti»

¿Quién no la mira? Es de la entraña
del pueblo cántabro y minera.
Tan hermosa como si uniera
tierra y cielo de toda España.

 

¿Quién no la escucha? De los llanos
sube su voz hasta las cumbres,
y son los hombres más hermanos
y más altas las muchedumbres.

 

¿Quién no la sigue? Nunca al viento
dio una bandera más pasión
ni ardió más grande un corazón
al par de un mismo pensamiento.

 

¿Quién no la quiere? No es la hermana,
la novia ni la compañera.
Es algo más: la clase obrera,
madre del sol de la mañana.

 

Alma de nuestra Reconquista
el mar abierto, una ilusión
la más alta revolución.
Es el partido comunista

 

«Rafael Alberti»

 

Dos historias paralelas

Dos historias paralelas

Dos historias paralelas

Vera Kujareva. Editora “Ediciones Irreverentes”. Traductora y Licenciada en Biblioteconomı́a y Documentación en en la Universidad de Minsk. República Belarus.

Algunos nombres históricos siempre estarán envueltos en cierto halo de heroı́smo casi mitológico, algo inalcanzable, incluso incomprensible, para las generaciones de jóvenes, los chicos y chicas de hoy. Dedicar su vida, todas sus fuerzas, a la lucha por la verdad. Incluso sacrificar a su parte más preciada, sus hijos, a la misma causa, porque no puede ser de otro modo.

Y más aún es de extrañar hoy en dı́a que dos paı́ses, la antigua Unión Soviética y España, tan distintos y tan lejanos, se unan en un “episodio” del pasado, una única lucha, contra el fascismo, unos ideales, y un nombre de mujer, Dolores Ibárruri.

Al principio del siglo XX, la mujer, al igual que el hombre, estaba empezando a concienciarse en la lucha por su libertad, por la libertad de sus hijos, de sus familias. A los dos lados de Europa, les ha tocado a las mujeres tomar parte en la lucha sin vacilar, sin menospreciar sus fuerzas, sus capacidades intelectuales y fı́sicas, en la clandestinidad, más tarde en el frente o en la retaguardia; un único propósito movı́a a los que ponı́an las esperanza en la vida libre, en un Estado libre.

Nos fascina la idea de que una mujer, en aquél entonces, desde la España negra y profunda, se interese por el marxismo y conozca los hechos de la Rusia revolucionaria, que estudie, escriba sus propios textos y llame a la lucha a otras mujeres imprescindibles en el desarrollo de España. Hay mucha información por descubrir de las mujeres de mi tierra y su labor en la revolución.

La española Dolores Ibárruri a través del su trabajo en el Partido Comunista, se convierte en el sı́mbolo en la Segunda República y de la lucha antifascista, en la que recibe apoyo del Estado soviético, y une su vida con la URSS en plena Guerra Patria, o como la llaman en otras partes de Europa, en plena Segunda Guerra Mundial. A las mujeres en la guerra y en la lucha les ha tocado la peor parte.

Descubrimos las historias que se entrelazan en este perı́odo tan dramático y nos demuestran su valentı́a, su heroı́smo, su dedicación a la causa. Hay algunos testimonios de lo cerca que estuvieron los dos pueblos en esa batalla por la libertad.

Se llamaba Floric, o Florián en castellano. Fue hijo de una mujer rusa. Su padre, Ramón Casanellas, fue secretario general del Partido Comunista de Cataluña. Cuando en España se levantaron las masas, Floric, que tenı́a 12 años, dijo: “Mi sitio es allí, tengo que seguir el labor empezada por mi padre”.

En este momento su madre comprendió que no va a poder sujetar a su hijo. Se iba de viaje desde Moscú crecido, casi como un hombre maduro. De forma traicionera los fascistas mataron a su padre. Está decidido. El va a ser piloto de avión, aunque sólo tiene 16 años. Los pilotos para la República se forman en la Unión Soviética. De nuevo Moscú. Qué pena que no se encuentre allı́ su madre. Los jóvenes militares preparan en unos meses todo el programa de estudios. Hijo de una mujer rusa, Ramón Florian Casanellas, defendiendo los cielos de Madrid cae heroicamente por España en las tierras españolas. Cuenta con 18 años.

La madre recibió la noticia de su muerte durante uno de los combates junto con las brigadas internacionales. Allı́ la llamaban Marı́a Julia. Poca gente conocı́a el verdadero nombre de la traductora. Era María Aleksándrovna Fort. “No puedo impedir a mi hijo que haga lo mismo que hago yo”, decı́a Marı́a.

Cuando la situación, con el paso de los dı́as, se vuelve más insostenible en España, una de las tareas más importantes es salvar a los niños, el futuro de la República.

La organización de la evacuación de los niños se la encomiendan a la camarada Dolores. En la Unión soviética estarán a salvo. Allı́, a principios del año 35 aparecen Amaya y Rubén, los hijos de Dolores Ibarruri, a salvo de la persecución policial y de la cárcel.

Rubén estudia para ser el piloto de avión. Y sólo pasados los años, su madre supo que siendo casi un niño cruzó las fronteras hasta llegar a España, ocultando su apellido y la edad, se afilió al ejército de Modesto, luchó hasta el último dı́a.

Volvió a la URSS, sabiendo que la lucha no habı́a terminado, con el conocimiento de que, mientras exista el fascismo, su peligro crece con el tiempo. Tenı́a conciencia que hay que perfeccionar los conocimientos militares para luchar con éxito. Rubén destacó en la batalla cerca de Borisov, frenando el ataque de los nazis en el territorio bielorruso.

Del hospital vuelve enseguida al frente, delante les esperaba la batalla de Stalingrado. Murió el 3 de septiembre del 1942, hijo de madre española, de Dolores Ibarruri, cayó en combate por la Unión soviética.

¡No pasarán! Y no pasaron.

“Recuerda siempre ser fiel a nuestros ideales, estés preparado sacrificar tu vida por ellos hasta el final”, escribı́a Dolores a su hijo desde el Madrid asediado. Dos madres, las madres, miles de madres a las que tocó la peor suerte en esta vida, en aquellos años, sacrificar a sus hijos por la lucha por sus ideas. A las que el destino les dejó tumbas y fotos amarillentas.

Marı́a Aleksándrovna Fort era una mujer joven, miembro de la lucha clandestina, y del Partido Comunista desde el 1917, jefa de un destacamento de los guerrilleros, y al final de su carrera, oficial del ejército soviético.

Dolores Ibárruri, hija de un minero de Bizkaia, convertida en una revolucionaria. Miembro del Comité Central, presidente del Partido Comunista de España.

¿Podrían estas mujeres tener hijos distintos?

No es de extrañar que estas mujeres luchadores hayan dado al mundo a tales héroes. No es de extrañar que nuestras historias hayan tenido tanto en común. Que España estaba más cerca que nunca.