Historia de la JSU.

Historia de la JSU.

Historia de la JSU.

Acta de la intervención de Trifón Medrano en la segunda sesión de la reunión celebrada por las delegaciones del Comité Central de la UJC y de la comisión ejecutiva de la FJS.“Renovación”. 4, 11, y 18 de agosto de 1934

He de empezar -dice-, por Io, que, en fin de cuentas, es el objetivo de esta reunión: las proposiciones que mutuamente nos hemos hecho.

Teniendo en cuenta que nuestra proposición pone como condición indispensable, para llegar a la acción común nuestro ingreso en la Alianza Obrera, el Bureau de nuestro Comité Central, ha examinado mis detenidamente lo que la Alianza Obrera significa.

Primeramente queremos hacer resaltar vuestras vacila-ciones en una cuestión de principio tan fundamental como es la de saber a manos de quien debe ir a parar el Poder una vez triunfe la revolución. No hace mucho sosteníais en RENOVACIÓN, a grandes titulares, que el Poder sería íntegro para el Parido Socialista. Hoy cambiáis esto por “todo el Poder a la Alianza Obrera”. No sabemos nada para quién lo pediréis mañana. Esto demuestra que no tenéis seguridad en una cuestión tan decisiva como ésta.

Quiero recordar que las Alianzas comenzaron a crease precisamente cuando, como consecuencia de la formidable labor de nuestro partido en pro del frente único, esa consigna empezaba a realizarse por lo trabajadores.
Ahora quiero exponer cuáles son verdaderamente las fuerzas que están en la Alianza Obrera y las que faltan. Primero: En la Alianza no están los campesinos trabajadores, fuerza principal de reserva del proletariado en la revolución. Segundo: No figuran los soldados, a los cuales es indispensable ganar del lado de la revolución. Tercero: Faltan las enormes masas de los inorganizados. Y, por último, contra lo que nosotros mismos aceptábamos en la reunión anterior, no están ni siquiera las masas de la UGT ni de la CNT

Demostración: Yo soy miembro de la UGT en Madrid, donde se dice que está organizada la Alianza Obrera. Sin embargo, no se ha consultado mi opinión sobre ella. En el mismo caso se encuentra el resto de los obreros de base de la UGT. Es más: ni las mismas Directivas de los Sindicatos han sido consultadas. Entonces, ¿quién ha elegido ese Comité de la Alianza? ¿A quién representa? A vosotros, y a quienes digan que representa a la masa de la Unión General de Trabajadores. Nosotros les decimos francamente que eso es mentira.

¿Dónde está la democracia proletaria, cuando ni siquiera se consulta a los que se dice representar? ¿Puede un tal organismo, que no cuenta ni con la confianza de los que dice representar, ser el órgano dirigente de la insurrección y del Poder? No. Entonces, si no vale para la insurrección, ¿para qué vale’? Si no ha ayudado a los metalúrgicos de Madrid, ni a los mineros de Asturias, ni a los campesinos en sus luchas contra la burguesía del Estado, y, por el contrario, ha frenado la solidaridad de los trabajadores con los que combatían con el pretexto de ser necesario «guardar» las energías, ¿cuál es el papel de las Alianzas Obreras? Francamente, evitar las luchas contra la burguesía, frenarlas.

Habéis afirmado que nosotros estamos contra los métodos de los bolcheviques en 1917, que entonces ellos no luchaban por reivindicaciones parciales, sino por la insurrección. Esto no es cierto. Precisamente las consignas de que los bolcheviques se valían para poner en línea de combate a las amplias masas de obreros, campesinos y soldados eran reivindicaciones parciales, como la lucha por la paz, por el pan, por la tierra, e incluso por mejoras de salarios y reivindicaciones para los parados. Fue a través de la participación de las masas en estas batallas parciales, ampliándolas cada vez más, constituyendo los órganos de lucha de las propias masas, como crearon las condiciones Pera la lucha victoriosa por el aplastamiento definitivo del régimen capitalista y del mantenimiento en el Poder de los obreros, campesinos y soldados.

Esto demuestra que nuestra posición de preparar el asalto al Poder a través de las luchas parciales y su ampliación, coincide exactamente con la línea fundamental aplicada por los bolcheviques en 1917.
Pero no solamente en 1917, sino también ahora, obramos completamente de acuerdo con los bolcheviques. Bolchevique es el partido comunista de la URSS; bolcheviques son los dirigentes de las JC leninistas de la Unión Soviética. Kosarev, el dirigente de la organización política numéricamente intis potente del mundo (engloba 5.000.000 de jóvenes trabajadores), y políticamente la organización juvenil dirigente de decenas de millones, en las conversaciones habidas entre él y la delegación de los jóvenes guardias socialistas de Bélgica sobre la unidad para la lucha entre los jóvenes socialistas y comunistas belgas, ha planteado las proposiciones en los mismos términos que las que nosotros os hacemos: unidad de acción por la conquista de objetivos inmediatos y concretos, y aún más: organización de los jóvenes en frente único en las mismas Empresas.

Así podéis leerlo en el acta que hoy comienza a publicar Mundo Obrero. Luego no sólo obramos de acuerdo con los métodos de los bolcheviques en 1917, sino también con los de ahora.
Quiero deshacer algunas de las afirmaciones que hicisteis respecto a lo que eran los Sindicatos rusos en 1917. Decíais: “Lenin, al encontrarse con la carencia de organizaciones sindicales en el proletariado ruso, aprovechó la tradición existente de los soviets en 1905 para hacer de éstos los órganos de Poder: pero que en España la situación es diferente”. De acuerdo en esto último; mas es falso decir que el proletariado ruso carecía de Sindicatos. No sólo contaba con Sindicatos potentes, revolucionarios, avezados a la lucha en las peores condiciones de represión, sino que tenían la ventaja incalculable sobre España de no existir la profunda división del movimiento sindical que aquí tenemos. Por lo tanto, Lenin no escogió los soviets como órganos de lucha por y de Poder, sino porque era la única forma de organización de las masas sobre la cual podía apoyarse la revolución para triunfar.

¿Era esto por casualidad? No. Marx señaló los errores y las debilidades del movimiento de los obreros parisinos durante la Commune de París, y las causas de su derrota. Los bolcheviques, ya en 1905, aprovecharon estas enseñanzas y soviets el órgano capaz de hacer triunfar la revolución. Desde entonces, la experiencia de todo el movimiento revolucionario internacional ha confirmado la justeza de esta apreciación. El triunfo de la revolución de octubre, de la edificación del Socialismo en la URSS, de la revolución soviética en China Y los resultados de las luchas en todo el mundo demuestran que no hay victoria posible sin soviets.
Por esto, la Internacional Comunista, y nosotros con ella, consideramos que la lucha por el Poder soviético es el principio fundamental para triunfar sobre el régimen capitalista, y por talmotivo, en esta cuestión no hacemos ninguna concesión. Hacerla sería dar de lado la única posibilidad de triunfar.

En los soviets pueden agruparse todas las masas que quieran el derrocamiento del régimen capitalista; los obreros de las Empresas, los parados, los asalariados del campo, los campesinos trabajadores, los soldados. Ellos tienen su base orgánica donde viven las masas. Se constituyen durante y para la lucha. Sus órganos de dirección son elegidos democráticamente por las masas, que discuten los problemas fundamentales de la lucha por el Poder y de su consolidación. De esta forma, el Poder está verdaderamente en manos de los obreros, campesinos y soldados.

Vosotros rechazáis nuestras proposiciones de acción común inmediata. En tanto, nosotros hemos dado instrucciones a los jóvenes comunistas de Madrid para que el sábado último apoyaran la venta de RENOVACIÓN, defendiéndola contra las recogidas policíacas. Ésta es la mejor prueba de que nosotros no nos quedamos en las palabras y que de hecho queremos y realizamos la lucha común de los jóvenes socialistas y comunistas. La delegación de la Juventud Comunista, que el día de la asamblea de la Juventud Socialista de Madrid, preparatoria de vuestro V Congreso, llevaba proposiciones de acción común, especialmente con la provocación de El Escorial, fue expulsada a empujones y golpes de la Casa del Pueblo. El hecho de que las conversaciones de hoy se desarrollen en ese ambiente de cordialidad demuestra que se ha dado un paso serio en el camino de quitar los obstáculos y limar las diferencias que por entonces llevaron a tratar de una manera tan absurda a la delegación de la Juventud Comunista de Madrid, compuesta por cuatro jóvenes, precisamente de la Unión General de Trabajadores.

Nosotros, al mismo tiempo que declaramos mantener íntegros nuestros puntos de vista en las cuestiones de principio, al hacer las concesiones que os proponíamos, de concertarse la acción común, a las cuales estamos dispuestos a añadir otras en beneficio de la unidad de lucha fe los jóvenes comunistas y socialistas, demostramos nuestra sincera voluntad de llegar a la realización del frente único. Por eso os proponemos aún la organización en común de las milicias y luchar por la unificación del movimiento sindical, que, por su profunda división, es una de las necesidades más imperiosas del momento.

Agustín Zapiráin

Acta de la intervención de Agustín Zapiráin en la segunda sesión de la reunión celebrada por las delegaciones del Comité Central de la UJC y de la comisión ejecutiva de la FJS. “Renovación”. 4, 11, y 18 de agosto de 1934

Nosotros -comienza-, calificasteis de reformistas nues-tras proposiciones de acciones concretas inmediatas Pero nosotros afirmamos que los jóvenes obreros y campesinos no piensan igual, ni pueden considerar los campesinos presos que luchar por su libertad sea reformista. Cuando la prensa obrera es recogida y denunciada, y ello impide que los obreros puedan leerla, ellos han organizado la protesta, por ejemplo, en las minas de Asturias, lo cual es el mejor ejemplo de que ellos no consideran reformista el luchar por la libertad de la prensa obrera.

Nosotros decimos os que las luchas parciales por reivindica-ciones inmediatas, siendo dirigidas revolucionariamente, elevan el espíritu de lucha, y las mismas luchas, a grandes batallas de dase. El conflicto de los gráficos de Madrid pudo, de haberse organizado la solidaridad del resto de los trabajadores, haber sido una victoria enorme.

La misma huelga de los campesinos, de haberse organizado la solidaridad en un plano nacional, por el proletariado industrial, hubiera aumentado enormemente su importan-cia, ya considerable de per sí. Si no se llegó en esta huelga a formar los soviets es porque vosotros lucháis contra ellos y obstaculizáis su formación.

Las luchas inmediatas de los obreros elevan su propia conciencia de Poder, y, además, es un serio golpe que asestan a los enemigos de clase. Cuando los trabajadores consiguieron, por medio de la lucha, hacer fracasar la gran provocación de El Escorial, consiguieron no sólo elevar su moral y su espíritu combativo, sino dar un fuerte golpe a la contrarrevolución.

Cuando estamos en presencia de grandes luchas, como son las de los mineros, de los metalúrgicos de Madrid, cuartito los obreros de la construcción, no puede decirse honradamente que estas luchas son reformistas.

La derrota de los obreros en estas luchas parciales, que no son, desde luego, la insurrección, desmoraliza a éstos y les hace Perder la consciencia de su fuerza, y son fuerzas más difíciles de movilizar para la lucha. Tenemos el ejemplo de Austria, donde los obreros gráficos de Viena y los ferroviarios, como consecuencia de haber perdido varias huelgas, que también allí eran consideradas por los socialistas como reformistas, cuando los obreros tomaron las armas y declararon la guerra insurreccional, los periódicos publicaban las infamias que dictaba Dollfuss, y los trenes transportaban las tropas represivas a lo largo del país.

Por ello insistimos en que en las luchas dirigidas de forma revolucionaria por la conquista de nuevas posiciones para los obreros, asestando golpe tras golpe a nuestros enemigos de clase, preparamos a las masas para In lucha por el Poder. Pero ello requiere In organización de los órganos correspondientes, como son los Comités de frente único y los Soviets.

Nosotros hemos luchado desde hace bastante tiempo por la unificación de los trabajadores en una sola central sindical. Ello ha sido calificado por vosotros de maniobra comunista.

Hoy estamos en presencia de una brutal ofensiva de la patronal y de la burguesía, que, apoyadas en el Gobierno, quieren reforzar enormemente In explotación de los trabajadores. Tenemos en Asturias que se prepara una nueva racionalización para los mineros. Tenemos también los intentos de militarización de los obreros de las fábricas de producción de guerra. Tenemos también el problema de los parados, que cada día es más angustioso. En general, todos los trabajadores desean la unificación, y es en estos momentos cuando ella se impone sobre una base de lucha revolucionaria contra estos criminales planes del Gobierno y de la burguesía.

Continúa Zapiráin, señalando que en los momentos actuales el hecho de que de Banca y Bolsa y Pintores y Electricistas de Madrid sean expulsados los comunistas son síntomas que debilitan las fuerzas del proletariado y favorecen los ataques y la ofensiva de la burguesía. Igualmente, cuando se prepara la militarización de los obreros de producción de guerra y se expulsa de la Unión General de Trabajadores al Sindicato de Trubia, es un serio golpe que se asesta a los fuerzas revolucionarias y una brecha que se ubre en las fuerzas del proletariado.

Nosotros creemos, por el contrario, que, lejos de dividir el movimiento revolucionario, se debe ir de forma inmediata a la unificación ante la lucha en cada localidad, y llegar huiste la unificación de todos los Sindicatos en una sola central sindical. Es así como uniremos a los jóvenes trabajadores.

También creemos que hay que apoyar las reivindicaciones de la juventud en cada lucha y facilitar Ia atracción de los Jóvenes a los Sindicatos, dándoles plenitud de derechos y evitando lo que actualmente ocurre, que se les restringe y se les quita el derecho al ingreso en los Sindicatos hasta une determinada edad, aún cuando mucho antes están siendo objeto de la más brutal explotación.

Nosotros decimos: ¿La Alianza Obrera? ¡No! Ella ha fracasado en las luchas huelguísticas. Ella no puede ser un órgano de Poder y no ha sido formada en ningún sitio con el asentimiento de los obreros, a los cuales no se les ha consultado sobre el particular.

Nosotros decimos: Con la experiencia de la revolución rusa, con el triunfo de los soviets en Rusia y en China, que los soviets son los únicos órganos que garantizan la lucha por el Poder y el mantenimiento del mismo. Ellos son la fiel expresión de la democracia proletaria. El Poder soviético ha triunfado en Rusia y China, y triunfará también en España.

 

El pueblo español prefiere morir de pie a vivir de rodillas

El pueblo español prefiere morir de pie a vivir de rodillas

“El pueblo español prefiere morir de pie a vivir de rodillas”

Discurso pronunciado por Pasionaria en un gran mitin de solidaridad con el pueblo español, celebrado en París, en el velódromo de Invierno, el 8 de septiembre de 1936

 ¡Trabajadores de Parı́s! ¡Demócratas franceses!

Desde la España que lucha por su libertad y por la libertad de todos los pueblos, frente a la pérfida agresión de la reacción española y del fascismo internacional, venimos aquı́, al Parı́s de la Comuna y de la Gran Revolución, a deciros en qué condiciones luchan nuestros combatientes, lucha y muere nuestro pueblo.

Venimos aquı́ en demanda de solidaridad para con la República Española, seguros de que nos ayudaréis; confiados en que vosotros, que tantas páginas de gloriosas luchas tenéis en vuestra historia, sabréis comprendernos, sabréis ayudarnos.

La sublevación del ejército ha dejado al gobierno republicano sin los más elementales medios de defensa. Pero al levantarnos a cerrar el paso al devastador torrente fascista, que arrasa nuestras villas, que destruye nuestras ciudades, no nos detuvimos a contar cuántos eran nuestros enemigos, ni pensamos tampoco en el desvalimiento en que la sublevación militar dejaba a la República, al privar a ésta de las armas fundamentales necesarias para su defensa.

Pensamos solamente, impulsados por un movimiento nacional, espontáneo, de dignidad, que ceder sin resistencia a la agresión serı́a innoble cobardı́a, que ni el pueblo ni la Historia podrı́an jamás perdonarnos.

Y sin ninguna vacilación, unidos en el mismo sentimiento y con la misma decisión de cerrar el paso al fascismo y defender la República y la democracia, comunistas, socialistas, republicanos, anarcosindicalistas y nacionalistas vascos, nos lanzamos a la lucha dispuestos a toda clase de sacrificios, porque no ignorábamos lo que el fascismo representa y de lo que es capaz la reacción española.

La represión de Asturias es un ejemplo próximo y elocuente. Y no podı́amos, sin abdicar de nuestra dignidad humana y española, ni someternos al degradante yugo fascista, ni poner mansamente la cabeza bajo el hacha del verdugo. Consciente de lo que nuestra lucha significa, el pueblo español prefiere morir de pie a vivir de rodillas. Al lado de los rebeldes, apoyándolos en su agresión contra la República y contra el pueblo, participan fuerzas fascistas extranjeras, cuyos aviones bombardean las abiertas ciudades españolas.

Y mujeres y niños, vı́ctimas inocentes del odio salvaje de la reacción española, caen para siempre, abatidos por la metralla enemiga, y pagan con su sangre y con su vida el delito de vivir en la España republicana, en la España que no acepta ser convertida en una cárcel fascista, en una base de agresión de la reacción internacional.

Hemos venido a Francia en representación del gobierno republicano y de los combatientes que en todos los frentes proclaman su voluntad de lucha, en defensa de la libertad de España, en defensa de la libertad de todos los pueblos, cuya suerte se decide en nuestra patria. Hemos venido a deciros a vosotros, heroicos descendientes de los combatientes de la Comuna, de los vencedores de la Bastilla, a deciros la profunda inquietud que ha producido en nuestro pueblo, en nuestros combatientes, en nuestro gobierno, la negativa del gobierno francés a vender armas al gobierno español, violando los acuerdos establecidos entre ambos y por los cuales el gobierno francés se comprometı́a a vender al español las armas que necesitaba para su defensa.

Se han cerrado las fronteras con España. Con ello se priva a los combatientes españoles de la posibilidad de resistir. Con ello se coloca al pueblo español ante el terrible dile-ma de entregarse cobardemente a los agresores o de aceptar sin posibilidad de resistencia, el exterminio por las bandas fascistas y reaccionarias de lo más joven, de lo más progresivo, de lo más combativo de nuestro pueblo.

Y nosotros nos negamos a aceptar esta disyuntiva, que entrañarı́a el horror de la victoria del fascismo en España. Que entrañarı́a para el pueblo francés la amenaza de agresión de guerra del otro lado de los Pirineos.

¡Camaradas y amigos franceses! ¡Hombres y mujeres de la Francia de la Gran Revolución, de los Derechos del Hombre y de la Comuna! ¡Ayudadnos! ¡Ayudad a nuestro pueblo a defenderse! Exigid de vuestro gobierno que no nos coloque un dogal al cuello del pueblo español, que lucha por su libertad y por la vuestra.

¡Madres y mujeres de Francia! ¡No os pedimos que sacrifiquéis a vuestros hijos ni a vuestros hombres! Os pedimos solamente que nos ayudéis a hacer cambiar la decisión del gobierno francés que nos ata los pies y las manos frente a la agresión fascista.

Sobra a nuestro pueblo heroı́smo, pero el heroı́smo no basta. A las armas de los rebeldes hay que poder oponer fusiles, aviones, cañones. Defendemos la causa de la libertad y de la paz. Necesitamos aviones y cañones para nuestra lucha, para defender nuestra vida, nuestra libertad, para impedir que los sublevados ataquen nuestras ciudades abiertas, asesinen a nuestras mujeres y a nuestros niños. ¡Necesitamos armas para defender la libertad y la paz!

Y no olvidéis, y que nadie olvide, que si hoy nos toca a nosotros resistir a la agresión fascista, la lucha no termina en España. Hoy somos nosotros; pero si se deja que el pueblo español sea aplastado, seréis vosotros, será toda Europa la que se verá obligada a hacer frente a la agresión y a la guerra.

Ayudadnos a impedir la derrota de la democracia, porque la consecuencia de esta derrota serı́a una nueva guerra mundial, que todos estamos interesados en impedir y cuyos primeros combates se libran ya en nuestro paı́s.

¡Por nuestros hijos y por los vuestros!
¡Por la paz y contra la guerra, exigid que se
abran las fronteras!
¡Exigid que el gobierno francés cumpla sus
compromisos con el gobierno republicano
español!
¡Ayudadnos a tener las armas que necesitamos
para defendernos!
¡El fascismo no pasará, no pasará, no pasará!

Mensaje de despedida a los voluntarios de las Brigadas Internacionales

Mensaje de despedida a los voluntarios de las Brigadas Internacionales

Mensaje de despedida a los voluntarios de las Brigadas Internacionales

Es muy difı́cil pronunciar unas palabras de despedida dirigidas a los héroes de las Brigadas Internacionales, por lo que son y por lo que representan. Un sentimiento de angustia, de dolor infinito, sube a nuestras gargantas atenazándolas… Angustia por los que se van, soldados del más alto ideal de redención humana, desterrados de su patria, perseguidos por la tiranı́a de todos los pueblos…

Dolor por los que se quedan aquı́ para siempre, fundiéndose con nuestra tierra y viviendo en lo más hondo de nuestro corazón aureolados por el sentimiento de nuestra eterna gratitud.

De todos los pueblos y todas las razas, vinisteis a nosotros como hermanos nuestros, como hijos de la España inmortal, y en los dı́as más duros de nuestra guerra, cuando la capital de la República española se hallaba amenazada, fuisteis vosotros, bravos camaradas de las Brigadas Internacionales, quienes contribuisteis a salvarla con vuestro entusiasmo combativo y vuestro heroı́smo y espı́ritu de sacrificio.

Y Jarama y Guadalajara, y Brunete y Belchite, y Levante y el Ebro cantan con estrofas inmortales el valor, la abnegación, la bravura, la disciplina de los hombres de las Brigadas Internacionales.

Por primera vez en la historia de las luchas de los pueblos se ha dado el espectáculo, asombroso por su grandeza, de la formación de las Brigadas Internacionales para ayudar a salvar la libertad y la independencia de un paı́s amenazado, de nuestra España.

Comunistas, socialistas, anarquistas, republicanos, hombres de distinto color, de ideologı́a diferente, de religiones antagónicas, pero amando todos ellos profundamente la libertad y la justicia, vinieron a ofrecerse a nosotros incondicionalmente.

Nos lo daban todo; su juventud o su madurez o su experiencia; su sangre y su vida, sus esperanzas y sus anhelos… Y nada nos pedı́an. Es decir, sı́: querı́an un puesto en la lucha, anhelaban el honor de morir por nosotros. ¡Banderas de España!… ¡Saludad a tantos héroes, inclinaos ante tantos mártires!…

¡Madres!… ¡Mujeres! Cuando los años pasen y las heridas de la guerra se vayan restañando; cuando el recuerdo de los dı́as dolorosos y sangrientos se esfume en un presente de libertad, de paz y de bienestar; cuando los rencores se vayan atenuando y el orgullo de la patria libre sea igualmente sentido por todos los españoles, hablad a vuestros hijos; habladles de estos hombres de las Brigadas Internacionales. Contadles cómo, atravesando mares y montañas, salvando fronteras erizadas de bayonetas, vigiladas por perros rabiosos deseosos de clavar en ellos sus dientes, llegaron a nuestra patria como cruzados de la libertad, a luchar y a morir por la libertad y la independencia de España, amenazadas por el fascismo alemán e italiano. Lo abandonaron todo: cariños, patria, hogar, fortuna, madre, mujer, hermanos, hijos y vinieron a nosotros a decirnos: «¡Aquı́ estamos»!, vuestra causa, la causa de España es nuestra misma causa, es la causa de toda la humanidad avanzada y progresiva».

Hoy se van; muchos, millares, se quedan teniendo como sudario la tierra de España, el recuerdo saturado de honda emoción de todos los españoles.

¡Camaradas de las Brigadas Internacionales! Razones polı́ticas, razones de Estado, la salud de esa misma causa por la cual vosotros ofrecisteis vuestra sangre con generosidad sin lı́mites os hacen volver a vuestras patrias a unos, a la forzada emigración a otros. Podéis marcharos orgullosos. Sois la historia, sois la leyenda, sois el ejemplo heroico de la solidaridad y de la universalidad de la democracia, frente al espı́ritu vil y acomodaticios de los que interpretan los principios democráticos mirando hacia las cajas de caudales o hacia las acciones industriales que quieren salvar de todo riesgo.

No os olvidaremos, y, cuando el olivo de la paz florezca, entrelazado con los laureles de la victoria de la República española, ¡volved!…

Volved a nuestro lado, que aquı́ encontraréis patria los que no tenéis patria, amigos, los que tenéis que vivir privados de amistad, y todos, todos, el cariño y el agradecimiento de todo el pueblo español, que hoy y mañana gritará con entusiasmo:

¡Vivan los héroes de las Brigadas Internacionales!

 Dolores Ibárruri. 1-XI-1938

Thèo Dejace Biografía

Thèo Dejace Biografía

Thèo Dejace Biografía

“Lo que más aprecio de mis 22 años como parlamentario en Bruselas,
y como concejal en Lieja, es mi participación en las grandes luchas obreras”.

Nace el 7 de marzo de 1906 en Lieja, en el seno de una familia obrera. Su padre, que es pintor de obra, marxista y sindicalista, sigue en la escuela de adultos la formación primaria que no ha podido recibir en la escuela.

Su padre, cuando estalla la gran guerra en 1914, se declara antibelicista, denuncia su carácter imperialista, y da bebida y comida a los soldados, tanto belgas como alemanes, cuando suben la calle del Calvario hacia el fuerte Loncine. Es detenido y fusilado por las tropas alemanas, que nunca revelarán su arresto y su asesinato.

Su esposa queda viuda con dos hijos, Thèo de 8 años y Léonard de 5 años. Thèo se orienta en la enseñanza y termina sus estudios de maestro en la Escuela Normal de Jonfosse, Lieja, en 1925.

Le interesa la literatura, el arte, y se convierte en marxista gracias a las publicaciones de la Internacional de la Enseñanza (I.T.E) Completa su formación en la Universidad Obrera de París. Su amor por el deporte le lleva a convertirse en profesor de educación física. Sin embargo, el paro que acecha a su promoción, le hace buscarse un empleo en la policía municipal de Lieja, y luego como empleado de banca.

En 1929 consigue emplearse en un puesto adecuado a su formación como instructor de educación física. En 1940 se inscribe en el Partido Comunista y pasa a la clandestinidad. Hasta entonces era miembro de la Joven Guardia Socialista y del Partido Socialista de Lieja, del Comité de Intelectuales Antifascistas, y del Acuerdo Universal por la Paz, que en Lieja cuenta con 100.000 miembros. Continúa en la clandestinidad, para escapar de los invasores nazis, durante toda la II Guerra Mundial. Por mandato del Partido Comunista, es el promotor del Frente Valón par la Liberación del País, llamado también Frente de la Independencia. Que se desarrolla con gran éxito, y termina agrupando a todos los partidos antifascistas.

Tras la guerra, es uno de los cinco secretarios nacionales de la nueva FGTB, el sindicato donde se han unido los dos grandes sindicatos existentes. Y es uno de los fundadores de la Federación Sindical Mundial. Es miembro del Bureau Político del PCB, y elegido en 1946 diputado en el parlamento de Bélgica por Lieja, para el que es reelegido hasta 1968. Siendo nombrado en ese año senador honorario. También será concejal en Lieja hasta 1976. Desde ese año se dedica a labores de afirmación de la memoria histórica, aquella gloriosa del lucha del PCB y del Frente de la Independencia.

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Thèo Dejace en el espejo. 25 mayo 1984

He colaborado en del periódico del PCB, “Le Drapeau Rouge” (La Bandera Roja) desde 1940, y en otras publicaciones obreras y sindicales. También en el periódico “Front”, clandestino, del Frente por la Independencia, publicado durante la guerra. No tengo religión. Toda mi familia es marxista leninista y atea. Nunca fui masón.

No tengo una fortuna. Mi esposa es pensionista, y yo tengo una pensión media. Nos ocupamos de nuestra hija Yvonne, y de su niña de 2 años, Aude, y de una hermana ciega de mi mujer. Siempre he aceptado vivir con un salario más bajo que aquel de un obrero cualificado.

Lo que más aprecio de mis 22 años como parlamentario en Bruselas, y como concejal en Lieja, es mi participación en las grandes luchas obreras, y en las luchas por la democracia y por la paz, por los esfuerzos para la distensión entre el Este y el Oeste, y la solidaridad con el Tercer Mundo.

Thèo Dejace siempre mantuvo su actividad de base en la célula del PCB, “Andrè Bensberg”. Y en un Comité de barrio desde 1968, donde se unían comunistas, cristianos, socialistas, para mejorar las condiciones de vida vecinales. Impulsó, con su amigo René Klutz, grupos de solidaridad con Chile, Nicaragua, Afganistán, Angola, Mozambique, Líbano, Vietnam, Kampuchea libre, Polisario. Y dirigió el Círculo Cultural de belgas e inmigrantes, “Círculo Libertad”.

Cuando a sus 78 años los médicos de diagnosticaron arteriosclerosis y párkinson, y le recomendaron cesar su gran actividad, le costó mucho, tras sesenta años de vida entregada a la militancia. Antes de morir, dejó su deseo expreso, para sus sucesores, de que continuaran el camino de trabajar por el comunismo, la democracia y la paz.

Julien Lahaut símbolo de la moral Revolucionaria

Julien Lahaut símbolo de la moral Revolucionaria

Julien Lahaut símbolo de la moral Revolucionaria

“Un hombre que llevaba el sol en su bolsillo y daba un trocito a cada uno.”.

El movimiento obrero en Bélgica, y en concreto en Valonia, en la zona de Lieja, fue muy poderoso y combativo. Un movimiento con gran influencia comunista, que tuvo además gestos de extraordinaria solidaridad con la República española, acogiendo a muchos de los niños republicanos que fueron evacuados para protegerlos de la guerra. Y en ese movimiento obrero belga destaca el perfil de un hombre, Julien Lahaut, nuestra portada de Herri.

¿Y quién era Julien Lahaut?

Nos lo cuenta Juliette Broder, nacida en 1924, militante antifascista desde los 15 años de edad, compañera de militancia muy cercana a Julien en el PCB, y posteriormente activista en el PTB.

Toda la vida me acordaré de la mañana de 19 de agosto de 1950. Lo veo como si fuera ayer, el camarada llamando a mi puerta a las 5 de la mañana con lágrimas en los ojos para decirme que habían asesinado a Julien. Bajo el nazismo habíamos conocido esa experiencia, saber que tal o cual camarada, próximo o lejano, había desaparecido en la noche y la niebla.

Se desencadenó un amplio movimiento de solidaridad, en Francia, en Italia en Alemania, en Inglaterra, donde los obreros mostraron su indignación con huelgas, manifestaciones. Las fábricas de toda Bélgica se detuvieron, los comerciantes bajaron las persianas, y más de 300.000 personas acompañaron a Julien hasta el cementerio de Seraing. Aquellos que estuvieron presentes lo recordarán siempre. La muchedumbre de hombres y mujeres, con gente subida a los arboles, sobre los tejados, y casi todos llevando una flor roja o un trapo rojo.

Esa cólera, ese dolor, es el mismo que todavía conmueve a los obreros, comunistas o no, cuando recuerdan el asesinato de Julien. ¿Por qué? ¿Qué había tan apreciable en Julien para que el olvido no se instale en su memoria?

La historia de Lahaut es la de toda una vida al servicio de su clase, de fidelidad sin tacha a su ideal. Julien se indignaba por las mismas cosas que el pueblo, quería lo que quiere el pueblo. Por eso el pueblo se reconoció en él, porque Julien era el pueblo. Tenía en la clase obrera, en su papel, en su porvenir, una confianza que incluso en los momentos más oscuros, los más difíciles, estallaba, irradiando una confianza que era luminosa, contagiosa, educadora. Para la clase obrera Julien era alguien que estaba siempre en primera fila del combate, que se entregaba por entero. Durante toda su vida mostró a su clase el camino de su liberación.

Contar la vida de Julien Lahaut es contar la historia de las luchas obreras en Bélgica. Fue en su familia cuando vivió los primeros sufrimientos y combates de su clase. Su padre, que fundó el primer sindicato de los metalúrgicos de Cockeril, dirigió la huelga de 1891, por lo que fue despedido. La miseria se instaló entonces en su hogar, cuando Julien tenía 7 años, y jamás la olvidaría.
En 1898, a los 14 años, Julien es un obrero metalúrgico. No tarda es convertirse en un líder sindical. En todas las luchas, en las huelgas de 1902, 1908, 1913, 1919, 1920, 1921 1932, 1936, está al frente. Perseguido, detenido, y condenado, pasa 43 meses en prisión.

En 1914, millones de hombres, hermanos de clase, fueron a la muerte para que el capital internacional se enriqueciera. En cada país, los dirigentes del partido socialista aplaudieron la masacre a cambio de unas carteras ministeriales. Sólo el partido bolchevique denuncia la traición de la II Internacional, dirige el combate contra la guerra imperialista, y da la consigna de su transformación en guerra civil revolucionaria.

En Bélgica, el diputado socialista Pìerson proclama. “la guerra suspende la lucha de clases”, y la prensa socialista llama a todos a la defensa de la “pequeña” Bélgica en contra del imperialismo alemán”. Julien, desamparado como tantos obreros, lo ve todo bajo esa agresión a Bélgica; se alista, y en 1916 es enviado a Rusia, donde permanecerá 2 años. Es un momento decisivo en su vida, porque va a vivir la Revolución Rusa, que recibe con un extraordinario entusiasmo, asimilando, definitivamente, la traición de la socialdemocracia. La necesidad de la única vía revolucionaria, de la dictadura proletaria, que él va a vivir en acción, a través de los soviets.

1921 es otra fecha esencial. Fue expulsado del sindicato de metalúrgicos, del que había sido elegido secretario de la sección de Lieja en 1908, porque se negó, después de una huelga de admirable firmeza obrera, a seguir a los dirigentes socialdemócratas en su capitulación ante los patronos, Esa huelga de 1921 quedó como un ejemplo en la memoria colectiva del pueblo. 1921 es la crisis, es el paro, y es un momento en el que los patrones quieren recuperar aquello que concedieron bajo la presión en los años precedentes.

Pasan a la ofensiva, para imponer recortes de salarios, y ampliar la jornada de trabajo. En ese contexto, 9.000 obreros de Ougrée-Marihaye van a la huelga durante 9 meses. El sindicato, la federación de metalúrgicos de Lieja, apoya la huelga, pero después de 7 semanas, cede. Los católicos y liberales, que comparten gobierno con los socialistas, amenazan a éstos con que si la huelga no cesa, se les excluirá del gabinete. Los dirigentes sindicales capitulan, dicen a los huelguistas que proseguir con la huelga compromete la reconstrucción del país, que no se hace huelga en plena crisis. Ante la traición del sindicato, Julien constituye un comité de huelga, del que es elegido presidente.

A Julien se le verá por todas partes, animando a cada uno, organizando las reuniones, en la cabeza de las manifestaciones, haciendo de la “pasarela” de Seraing la roja, una tribuna que se hará famosa en todo el país. Tres meses después de ser daclarada la huelga, los dirigentes sindicales reducen a la mitad las indemnizaciones,

conduciendo a los huelguistas y a sus familias al hambre. Como solidaridad, los hijos de los huelguistas se vuelven los niños de toda Bélgica. Y son enviados a otras zonas del país, para alojarse en casas de familias obreras de Flandes, Bruselas, Valonia. Para acabar con la huelga, la burguesía prepara un golpe definitivo. Detienen a Julien y, descabezado el comité, los dirigentes sindicales ordenan la vuelta al trabajo. Los obreros han aguantado 9 meses en condiciones heroicas.

Vuelven, pero no se doblegan. Mientras Julien está en prisión, el partido socialista, llamado Partido Obrero Belga, le expulsa, bajo la acusación de haber persistido en la huelga contra sus instrucciones, y de haber señalado ante la clase obrera a aquellos que decía que la habían traicionado. Coherente con sus vivencias,, en 1923 se integra en el partido comunista.

Julien internacionalista. Dirigió la campaña de solidaridad con la República española, participando en cientos de mítines, proclamando su consigna: “después de Madrid será Praga, y después de Praga será Bruselas”. Recorrió las calles de Lieja, de Mons, de Charleroi, a la cabeza de las manifestaciones, reclamando víveres y armas para España. Denunció en el parlamento la no intervención promovida por los socialistas, lo que significaba la entrega de la España republicana a Franco. Y cuando los primeros niños españoles, arrancados del hambre y los bombardeos, llegaron a Bélgica, Julien se llevó a 3 de ellos a vivir en su casa.

Julien antifascista. El 1 de mayo de 1933 los obreros de Lieja, bajo su dirección, fueron al consulado alemán de Lieja donde, desde hacía varios días, ondeaba una bandera nazi. Entre el alboroto, aupada por la gente, la camarada Françoise Longchamp, arranca la bandera nazi. Unos días después, en la cámara de los diputados, Julien denuncia los crímenes hitlerianos, el peligro fascista, y muestra que la única vía para vencer al fascismo es la unidad en la base sobre una posición de clase, y, ante los diputados asombrados, despliega la bandera con la esvástica nazi arrancada en Lieja, la rompe en la tribuna y proclama: “Aquí tenéis la bandera nazi que en Lieja han arrancado los obreros comunistas y socialistas unidos, hagáis lo que hagáis ellos seguirán la lucha en el país contra los traidores y los lacayos de Hitler”. El embajador de Hitler protestó, los ministros belgas se disculparon sumisos, pero el pueblo comprendió que la punta de lanza de la lucha contra el fascismo, eran los comunistas

El 3 de octubre de 1935 Mussolini invadió Etiopía. Desde los escalones del pabellón italiano de la Exposición Universal de Bruselas, Julien arengó a la multitud contra el fascismo, en un momento de máxima afluencia, un domingo por la tarde. Fue arrestado, y condenado a 15 días de cárcel, pero miles de personas comprendieron su mensaje.

En 1947, cuando aquellos que promovían la guerra fría pretendían denigrar la valentía del partido comunista durante la resistencia; Julien les gritó “No toquéis al partido de los fusilados”, y su grito denunciaba a todos aquellos que callaron, a todos los que colaboraron con los nazis, con cualquier matiz que esa colaboración tuviera. Aquellos que por su vergüenza intentaban ensuciar la imagen del partido que estuvo a la cabeza de la resistencia antifascista. Una de las calumnias más difundidas era que los comunistas solo comenzaron a resistir cuando los nazis invadieron la URSS, el 21 de julio de 1944. Pero hay hechos que no se pueden negar, y que demuestran lo contrario, como la práctica de Julien. El 5 de enero de 1941, el nazi belga Leon Degrelle intentó una marcha sobre Lieja. Su error fue no haber tenido en cuenta a la clase obrera, al partido comunista, a Julien. 7.000 manifestantes con Julien Lahaut a la cabeza, se acercaron al palacio de Coronmeuse donde Degrelle terminaba su acto con un vibrante “Heil Hitler”. Soldados alemanes, con las bayonetas caladas, defendían el lugar de la concentración de Degrelle. Lo que no detuvo a los manifestantes. Los Rexistas tienen que huir, abucheados por la multitud, Degrelle en su coche, con los cristales rotos.

Por iniciativa del partido comunista, el 16 de mayo de 1941, 100.000 proletarios de la cuenca de Lieja, a pesar de la ocupación nazi, abandonaron el trabajo, con Julien al frente. Esa huelga fue un éxito desde el punto de vista de la reivindicación, y un eslabón entre la lucha reivindicativa y la lucha antifascista. El periódico clandestino “Tiempos nuevos”, del partido comunista, lo refleja: “Rebelándose contra la miseria, los huelguistas llevan una lucha altamente política, la clase obrera acaba de dar un ejemplo inestimable, ha demostrado que incluso en plena guerra, la maquina política y militar puede ser forzada a retroceder. Así, el proletariado de Bélgica, ha justificado su lugar en la dirección de la lucha popular por la independencia del país. Solo él tiene la fuerza para guiar a las masas”.

Julien es detenido en junio 1941. Comienza su calvario. Primero encerrado en la ciudadela de Huy, de donde intenta escapar 4 veces, y finalmente en los siniestros campos de Neuengamme y Mauthausen. Julien es un ejemplo de moral revolucionaria, y en los campos de la muerte es donde mejor se demuestra, donde su moral de comunista alcanzó su grado más alto. En medio de las privaciones, atormentado por el hambre, golpeado, maltratado, agotado por el trabajo, enfermo de tifus, fue digno siempre del honor que le hicieron los comunistas belgas, que, organizados en los campos, le confiaron la dirección de su movimiento. Se trataba de mantener intacto el espíritu de resistencia, el sentido político y la moral de combate, en unas condiciones abominables. Resistió al enemigo, organizó la solidaridad, mantuvo un optimismo de hierro, que supo transmitir a su entorno. Un detenido, muy alejado de las posiciones políticas de Julien, un príncipe polaco, el teniente Czetwertynski, dijo de él: “es un hombre que llevaba el sol en su bolsillo y daba un trocito a cada uno”.

“Ya está mis camaradas, no pudieron con nosotros, ahora, más que nunca, la lucha sigue”. Fue lo que dijo a sus compañeros reunidos, cuando Mauthausen fue liberado, el 28 de abril de 1945.

1950. La guerra fría. En los países capitalistas la gran burguesía saca la cabeza después de haber temblado ante la idea de que la Resistencia, el pueblo, le ajustara las cuentas tras la liberación. Pero incluso con el apoyo del imperialismo americano, la burguesía tiene mucho miedo de la clase obrera. Busca un hombre fuerte, capaz a la vez de imponer los dictados del imperialismo americano, y de domar las veleidades de la clase obrera. ¿Quién mejor que Leopold III para ese papel? El pueblo apodó a Leopold III el rey de los incívicos, que es como se llamaba a los colaboradores con el nazismo.
Leopoldo III nunca ocultó sus simpatías por la extrema derecha, y por un estado fuerte. Y esto, la clase obrera y los demócratas lo saben, y no se lo perdonan, igual que no perdonan su política de neutralidad con la Alemania nazi, ni su capitulación frente al invasor en mayo de 1940. Ni su llamamiento al pueblo belga a reemprender el trabajo con calma, bajo la ocupación. Convencido de la victoria nazi, Leopold III esperaba gobernar bajo la protección de los alemanes. Todo eso lo sabe la clase obrera, como sabe por qué la gran burguesía necesita su regreso.

Para el pueblo, rebelarse contra el regreso de Leopold III, significaba continuar la lucha contra el fascismo, contra un reinado autoritario, contra la extrema derecha, contra el dominio de las finanzas, por la democracia y la justicia social.

Y es del pueblo de quien surgió el grito de ¡Viva la República!, ese grito resonaba en Bruselas, plaza de los Mártires, en las manifestaciones, en Lieja, en Charleroi. Republica burguesa o monarquía es parecido mientras el poder siga en manos del capital. Pero la consigna

¡Viva la República! tenía un contenido progresista, antifascista, de un paso adelante, que no se escapa en ese momento ni al pueblo ni a sus enemigos.
El viernes 11 de agosto de 1950, Julien es el portavoz del pueblo, cuando hace resonar el grito ¡Viva la República! en la cámara de diputados. Y dio en el blanco, retransmitido por la radio, en el cine, en el país, en el mundo entero.

Julien supo una vez más servirse del parlamento para hacer de él una tribuna del pueblo, con destino al pueblo. Para la burguesía, para la extrema derecha, para la CIA, eso era demasiado, hacía demasiado tiempo que el viejo agitador era el obstáculo que había que eliminar. Y es lo que hicieron el 18 de agosto de 1950 a las 9,20 de la noche.

Juliette Broder

Las cenizas de Gramsci

Las cenizas de Gramsci

Las cenizas de Gramsci

Pier Paolo Pasolini

Pier Paolo Pasolini rinde con este poemario, escrito entre 1951 y 1956, un homenaje a su hermano Guido, que tomó las armas contra el fascismo y que, en 1945, murió como partisano en combate. Guido, adelantado a su hermano en los aspectos sociales, fue quien acercó a Pier Paolo a las inquietudes políticas, a la toma de conciencia, cuando ambos eran aún adolescentes.

Pier Paolo se sitúa frente a la tumba de Antonio Gramsci y a la de su hermano, para dialogar con ellos, con la historia de Italia, con sus luchas, sus luces, su memoria, su herencia, y dedicarles sus conmovedores poemas.
Volver ahora a visitar a Gramsci con la voz de Pasolini significa vivificar la memoria de ambos, de todos los luchadores, de aquellos hombres con luz en los tiempos sombríos, y que abrieron caminos; personas como Antonio Gramsci, que se sobrepusieron a todas las dificultades personales para perseguir y llevar adelante sus ideales, como lo apunta Pasolini en las estrofas del primer poema:

“Tú joven, en aquel mayo en que el error
significaba aún la vida, en aquel mayo italiano
que a la vida agregaba al menos ardor,
…. humilde hermano- con tu flaca mano
dibujabas el ideal que ilumina
…. este silencio”

Canto 1

No es de mayo este impuro aire
que el oscuro cementerio extranjero
hace aún más oscuro, o lo ilumina

con ciegas claridades…este cielo
de babas sobre techos amarillentos
que en semicírculos inmensos velan

las curvas del Tíber, los turquesas
montes del Lacio…Expande una mortal
paz, desamorada como nuestros destinos

entre las viejas murallas el otoñal
mayo. En él está el gris del mundo
el fin del decenio en el que nos aparece

entre las inmundicias concluido el profundo
e ingenuo esfuerzo de rehacer la vida,
el silencio, putrefacto e infecundo…

Tú joven, en aquel mayo en que el error
significaba aún la vida, en aquel mayo italiano
que a la vida agregaba al menos ardor,

por lo menos despreocupado e impuramente sano de nuestros padres-no padre, pero
humilde hermano- con tu flaca mano
dibujabas el ideal que ilumina

(pero no para nosotros: tú muerto, y nosotros
muertos igualmente, contigo, en el húmedo
jardín) este silencio. No puedes,

lo ves? que descansar en este lugar
extraño, aún confinado. Tedio
patricio te rodea. Y desteñido

sólo te llega algún golpe de martillo
de los talleres del Testaccio aquietado
en el atardecer entre miserables techos, desnudos

montones de lata, hierros viejos, donde
canta inútilmente un muchachón que concluye
su jornada, mientras alrededor la lluvia cesa.

Canto 3

Un trapo rojo como aquel
enroscado en el cuello de los partisanos
y cerca de la tumba, sobre el terreno calcinado

diferentemente rojos, dos geranios.
Allí yaces, señalado con adusta elegancia
no católica, en el elenco de los extraños

muertos: Las cenizas de Gramsci…A la esperanza y a la vieja desconfianza te acerco,
caminante sin rumbo en esta flaca tierra, frente

a tu tumba, a tu espíritu apresado
acá entre estos liberados(O existe algo
diferente, quizás de mayor éxtasis

y también de mayor humildad, ebria simbiosis
adolescente de sexo y muerte…)
y desde este país en el que no tuvo descanso

tu alerta, percibo qué error
aquí en la quietud de las tumbas- junto
a qué razón -en el inquieto destino

nuestro- tuviste escribiendo las supremas
páginas en los días de tu asesinato.
Aquí para testimoniar el semen

aún no esparcido del antiguo dominio,
estos muertos aferrados a una posesión
que ahonda en los siglos su abominación
y su grandeza: y al mismo tiempo obsesión
esa vibración de yunques, sordamente
sofocada y profunda -del humillado

barrio- para verificar el fin.
Y heme aquí…pobre, vestido
con ropas que los pobres espían en las vidirieras

de chillón fulgor, y que han perdido
la suciedad de perdidas calles
de los bancos de tranvías que vuelven

confuso mi día: mientras siempre más raras
son estas vacaciones, en el tormento
de mantenerme vivo; y si me ocurre

de amar el mundo no es más que por un violento
e ingenuo amor sensual
así como, confundido adolescente, en una época

lo odié, si me hería el mal
burgués a mi burgués: y ahora, dividido
-contigo- objeto parece

de rencor y sí casi de místico
desprecio, la parte que tiene el poder?
sin embargo sin tu rigor, subsisto

porque no elijo. Vivo en la apatía
de la eclipsada postguerra: amando el mundo que odio- su miseria

despreciable y perdida- por un oscuro escándalo
de la conciencia…

Pasolini declama
“Las cenizas de Gramsci”

 

La Filosofía de la Praxis

La Filosofía de la Praxis

La Filosofía de la Praxis

“El comienzo de la elaboración crítica es la conciencia de lo que se es realmente, es decir, un «conócete a ti mismo»”.

Hay que destruir el prejuicio muy difundido, de que la filosofía es algo muy difícil por el hecho de ser la actividad intelectual propia de una determinada categoría de científicos especialistas o de filósofos profesionales y sistemáticos.
Por consiguiente, hay que empezar demostrando que todos los hombres son “filósofos” definiendo los límites y las características de esta «filosofía espontánea», propia de «todo el mundo», es decir, de la filosofía contenida:
a) en el lenguaje mismo, que es un conjunto de nociones y de conceptos determinados no sólo de palabras automáticamente vacías de contenido.
b) en el sentido común y en el buen sentido.
c) en la religión popular y, por consiguiente, en todo el sistema de creencias, de supersticiones, de opiniones, de modos de ver y de actuar que se incluyen en lo que se llama en general «folklore».

Después de haber demostrado que todos son filósofos, aunque sea a su manera, inconscientemente, porque en la más mínima manifestación de una actividad intelectual cualquiera, el «lenguaje», se contiene ya una determinada concepción del mundo, se pasa al segundo momento, al momento de la crítica v de la conciencia, es decir, a la cuestión de si es preferible «pensar» sin tener conciencia crítica de ello, de modo disgregado y ocasional. esto es, «participar» en una concepción del mundo «impuesta» mecánicamente por el ambiente exterior y, por tanto, por uno de los grupos sociales en que todos nos vemos automáticamente inmersos desde nuestra entrada en el mundo consciente (que puede ser el pueblo donde vivimos o la provincia, que puede tener origen en la parroquia y en la «actividad intelectual» del cura o del viejo patriarca que dicta leyes con su «sabiduría», en la mujer que ha heredado la sapiencia de las brujas o en el pequeño intelectual agriado por su propia estupidez y por su impotencia en la acción), o es preferible elaborar la propia concepción del mundo consciente y críticamente y, en conexión con esta labor del propio cerebro, elegir la propia esfera de actividad, participar activamente en la producción de la historia del mundo, ser guía de uno mismo y no aceptar pasiva y supinamente que nuestra personalidad sea formada desde fuera.

Nota I.
Por la propia concepción del mundo se pertenece siempre a una determinada agrupación y, concretamente, a la de todos los elementos sociales que comparten un mismo modo de pensar y de operar.
Siempre se es conformista de algún tipo de conformismo, siempre se es hombre masa u hombre-colectivo. La cuestión es ésta:

¿De qué tipo histórico es el conformismo, el hombre-masa al que se pertenece?

Cuando la concepción del mundo no es crítica y coherente sino ocasional y disgregada, se pertenece simultáneamente a una multiplicidad de hombres-masa; la propia personalidad se compone de elementos extraños y hetero-géneos: se encuentran en ella elementos del hombre de las cavernas y principios de la ciencia más moderna y avanzada, prejuicios de todas las fases históricas anteriores mezquinamente localistas e intuiciones de una filosofía futura, como la que tendrá el género humano unificado mundialmente.
Criticar la propia concepción del mundo significa, por consiguiente, hacerla unitaria y coherente, elevarla hasta el punto a que ha llegado el pensamiento mundial más avanzado. Significa también criticar toda la filosofía que ha existido hasta ahora, en la medida en que ha dejado estratificaciones consolidadas en la filosofía popular.
El comienzo de la elaboración crítica es la conciencia de lo que se es realmente, es decir, un «conócete a ti mismo» como producto del proceso histórico desarrollado anteriormente y que ha dejado en ti una infinidad de huellas acogidas sin beneficio de inventario. Debemos empezar por hacer este inventario.

Berlinguer habla sobre
Gramsci.

 

Carta de Antonio Gramsci desde la cárcel a su hermano Carlo

Carta de Antonio Gramsci desde la cárcel a su hermano Carlo

Carta de Antonio Gramsci, desde la cárcel a su hermano Carlo

Queridísimo Carlo, recibí juntas tu carta del 30 de agosto y la certificada del 2 de septiembre.
Gracias. de todo corazón. No sé qué te ha escrito Mario; me da la impresión de que te ha alarmado demasiado, mientras que yo pensaba que su visita contribuiría a tranquilizar a mamá. Me equivoqué.
Por otra parte, tu carta del 30 de agosto es realmente dramática. De ahora en adelante quiero escribirte a menudo, para tratar de convencerte de que tu estado de ánimo no es digno de un hombre (y tú ya no eres tan joven). Es el estado de ánimo de quien es presa del pánico, de quien ve peligros y amenazas por todas partes, y por eso se vuelve impotente para actuar en serio y vencer las dificultades reales, tras haberlas determinado bien y haberlas aislado de las imaginarias, creadas por la sola fantasía.
Y ante todo quiero decirte que tú y también los demás de casa me conocéis muy poco y por tanto tenéis una idea completamente equivocada sobre mi fuerza de resistencia.
Me parece que hace ya casi veintidós años que dejé a la familia, y desde hace catorce años sólo volví a casa dos veces, en el 20 y en el 24. Ahora bien, durante todo ese tiempo no me he dedicado a vivir como un señor; todo lo contrario; a menudo atravesé períodos malísimos e incluso pasé hambre en el sentido más literal de la palabra. Llega un momento en que esto hay que decirlo, porque (…..) se consigue tranquilizar.

Probablemente me has envidiado un poco algunas veces porque yo he conseguido estudiar. Quiero recordarte sólo lo que me pasó en los años de 1910 a 1912. El año 10, como Nannaro había conseguido un empleo en Cagliari, fui a vivir con él. Recibí la primera mensualidad, y luego nada más; quedé completamente a cargo de Nannaro, que no ganaba más de 100 liras al mes. Cambiamos de pensión. Me dieron un cuartito que había perdido toda la cal a causa de la humedad y que sólo tenía un ventanuco que daba a una especie de pozo, más letrina que patio. Pronto advertí que así no podíamos seguir, por el malhumor de Nannaro, que siempre la tomaba conmigo. Empecé por no tomar el poco café de la mañana, luego retrasé la comida cada vez más, para ahorrar así la cena. Durante ocho meses comí una sola vez al día y llegué al final del tercer curso del Liceo en condiciones de grave desnutrición.

Sólo al final del curso escolar me enteré de que existía la beca del colegio Carlo Alberto, pero había que examinarse de todas las asignaturas de los tres años del Liceo; por tanto, debía hacer un enorme esfuerzo en los tres meses de vacaciones. Sólo tío Serafino se dio cuenta de las deplorables condiciones de debilidad en que me encontraba, y me invitó a vivir con él en Oristano, dándole clase a Delio, Estuve mes y medio y por poco me vuelvo loco. No podía estudiar para el examen, puesto que Delio me absorbía por completo, y la preocupación, sumada a la debilidad, me destrozaba.

Escapé a escondidas. Sólo me quedaba un mes para estudiar. Marché a Turín como si estuviera sonámbulo. Llevaba 55 liras en el bolsillo; de las 100 liras que me dieron en casa, había gastado 45 en el billete de tercera. Era cuando la Exposición, y tenía que pagar tres liras diarias sólo por un cuarto. Me abonaron el viaje en segunda, unas ochenta liras, pero no era como para ponerse a bailar porque los exámenes duraban unos quince días y eso significaba unas 50 liras sólo por la habitación. No sé cómo me las arreglé para pasar los exámenes, porque me desmayé dos o tres veces. Aprobé, pero empezaron los problemas. De casa tardaron unos dos meses en mandarme los papeles para la matrícula de la universidad, y mientras no me matriculara no me pagaban las 70 liras mensuales de la beca. Me salvó un bedel que me encontró una pensión de 70 liras, donde me fiaron; yo estaba tan acobardado que quería regresar haciendo que la policía me devolviera a casa. Recibía 70 liras y gastaba 70 en una pensión muy miserable. Y pasé el invierno sin abrigo, con un trajecito de entretiempo adecuado para Cagliari. Hacia marzo de 1912 estaba tan mal que durante unos meses dejé de hablar, porque al hacerlo me trabucaba. Y encima vivía justamente a orillas del Dora, y la niebla helada me destrozaba.

¿Por qué te he escrito todo esto?

Para que te convenzas de que me he encontrado en condiciones terribles, sin desesperarme por ello, otras veces. Toda esta vida me ha consolidado el carácter. Me convenció de que incluso cuando todo parece perdido hay que volver a poner tranquilamente manos a la obra, empezando otra vez desde el principio. Me convenció de que no hay que contar nunca más que consigo mismo y con las propias fuerzas; no esperar nada de nadie y no procurarse, por tanto, desilusiones. De que hay que proponerse sólo hacer lo que uno sabe y puede, y seguir el propio camino.
Mi posición moral es excelente: unos me creen un demonio, otros casi un santo. Yo no quiero jugar al mártir ni al héroe. Creo simplemente que soy un hombre medio, que tiene sus profundas convicciones y que no las cambia por nada del mundo.

Podría contarte alguna anécdota divertida. Durante los primeros meses que pasé aquí, en Milán, un oficial de prisiones me preguntó ingenuamente si era cierto que yo, de haber cambiado de chaqueta, habría sido ministro.

Le contesté sonriendo que ministro era demasiado, pero que subsecretario de Correos o de Obras Públicas habría podido serlo, dado que eran los cargos que daban en los gobiernos a los diputados sardos.
Se encogió de hombros y me preguntó por qué no había cambiado la chaqueta, tocándose la frente con el dedo. Se había tomado mi respuesta en serio y me creía loco de atar. Ánimo, pues, y no te dejes ahogar por el ambiente aldeano y sardo; hay que ser siempre superiores al ambiente en que se vive, aunque sin despreciarlo por ello ni creerse superiores.

Entender y razonar, no lloriquear. ¿Entendido? ¿Debo ser justamente yo, que estoy en la cárcel con perspectivas bastantes feas, quien dé ánimos a un joven que puede moverse libremente, desplegar su inteligencia en el trabajo cotidiano y hacerse útil?
Te abrazo afectuosamente junto con todos los demás de la casa.

Nino.

Lo que has prometido mandarme, mándalo en cuanto puedas, porque lo necesito de verdad. Espero que en adelante no tendré que recurrir a tu ayuda.

Película “Diarios de la Cárcel”

Gramsci en Cerdeña.

Primera entrevista a Diego Rivera

Primera entrevista a Diego Rivera

Primera entrevista a Diego Rivera

“Yo no hubiera sabido, a lo que puede llegar el heroísmo ante el dolor, la alegría a pesar del tormento, la ternura sin límite y el genio plástico en lo que tiene de más íntimo y directo, si no hubiera conocido a Frida Kahlo”.

La única entrevista a la que me acompañó mi mamá en los 50 fue a la de Diego Rivera. Diego había pintado muchas veces a mi tía Pita Amor, y en una de ésas la desnudó y para que no cupiera duda –aunque Pita en el retrato parece un pescadito rosa, un charal– escribió bajo sus pies: “Yo soy la poetisa Pita Amor”. Mamá esperó en el coche mientras yo subía al estudio en Altavista y me topé con uno de los hombres más desconcertantes y encantadores que me ha tocado entrevistar. Además me pareció generoso porque siempre tuvo tiempo para los periodistas, entre otros, una muchacha como yo. Su secretaria Teresita Proenza se asomaba de vez en cuando y le sonreía a mi juventud. Lento e indulgente accedió a contestar cuanta pregunta le hiciera, los ojos acuosos, sentado sobre una silla demasiado pequeña, elefante equilibrista y barrigón, barrigón (en el fondo todas las palabras en “on” se hicieron para Diego Rivera: Grandulón, concepción, cabezón, revolución, tragón –él mismo comentó que se echaba de un solo empujón un litro de tequila–, contemplación, ojón, –aluvión de mentiras que al final de cuentas resultaron verdades– y corazón; sí, porque a Diego se le salió del pecho. Saltó porque “el sapo es todo corazón” y se refugió en un medallón antiguo que a Frida le colgaba del pecho).


–¿Cuál es para usted el colmo de la felicidad?
–No haber nacido.
–Pero, ¿por qué dice usted eso?
(La señorita Judith Ferreto, quien llegó con una perrita, Capulina, interrumpe:)
–¿Ni siquiera el amor de Frida Kahlo justifica tu existencia, Dieguito?
–No. Porque en realidad le di tanta lata y le hice tanto daño que mejor sería no haber nacido.
–Su madre no diría lo mismo, maestro.
–Yo nunca quise a mi madre, y jamás me llevé bien con ella…
–Está usted como un señor que empieza su obra con un: “Yo odio a mi madre”.
–Bueno, no tanto.
(Declara Diego que hizo sufrir a Frida, y sin embargo, me acuerdo de un pasaje de la propia Frida: “Quizá esperen oír de mí lamentos de ‘lo mucho que se sufre’ viviendo con un hombre como Diego. Pero yo no creo que las márgenes de un río sufran por dejarlo correr…”)
–A ver, otra preguntita –sonríe Diego.
–Perdone maestro, me distraje. ¿Cuál es para usted el colmo de la infelicidad?
–El colmo de la infelicidad oscila entre el estreñimiento y asistir sin ganas a una reunión mundana.
–Sin embargo usted aparece en los periódicos un día sí y otro también. ¿No es usted amigo de los “Trescientos y algunos más”? ¿No le interesan a usted?
–No.
–¡Pero bien que los retrata!
–Sí. Pero no los conozco.
–¿Ni siquiera los conoce para retratarlos? Entonces, ¿cómo le hace?
–Para retratar no hay necesidad de interesarse ni de conocer al modelo.
–¡Eso es imposible!
–Me explico. Hay dos sentidos de conocer. El mundano, en el cual yo no conozco a la sociedad, puesto que no tengo el honor de frecuentarla. Y el sentido bíblico, en el cual puede decirse que la conozco.
–¿Y cuál es el sentido bíblico?
–¡No se haga, no se haga! ¿A poco no sabe? Es el sentido en que Noé conoció a sus hijas para crecer y multiplicarse el género humano. Además, no es preciso el conocimiento mundano para entender a la sociedad y saber todo lo que a ella concierne desde su origen hasta su presente y próximo futuro y observarla profundamente y con apasionado cuidado, e inclusive amarla en la persona de sus mejores ejemplares femeninos. Creo que es por eso que he podido pintarla. Nada importa que el amor no haya sido correspondido en la mayoría de los casos…
–¿Y quiénes son las mujeres que usted ha amado?
–¿Las mujeres que he amado? Tuve la suerte de amar a la mujer más maravillosa que he conocido. Ella fue la poesía misma y el genio mismo. Desgraciadamente no supe amarla a ella sola, pues he sido siempre incapaz de amar a una sola mujer. Dicen mis amigos que mi corazón es un multifamiliar. Por mi parte, creo que el mandato “amaos los unos a los otros” no indica limitación numérica de ninguna especie sino que antes bien, abarca a la humanidad entera.
–Pero yo lo que necesito son nombres, señor Rivera, nombres… ¿Cómo se llaman las mujeres a quienes usted ama?
–Si me pusiera a decirle nombres disgustaría a las nombradas… ¡y que nuestra Madre de Guadalupe nos libre de tal cosa! En segundo, ganaría fama de presumido, pedante y rajón, y habría cerrado para mi las veredas únicas que me interesa recorrer en esta cochina vida.
–¿Pero usted sólo considera a las mujeres como hembras? ¿O cree usted en su inteligencia y en su superioridad? ¿Cree usted en el matriarcado?
–En primer lugar yo estoy totalmente seguro de que la mujer no es de la misma especie del hombre. La humanidad es la mujer. Los hombres somos una subespecie de animales, casi estúpidos, insensitivos, inadecuados completamente para el amor, creados por la mujer para ponerse al servicio del ser inteligente y sensitivo que ellas representan. Un animal semi inteligente que ejecuta las tareas necesarias mediante la dirección de las mujeres, es decir, el hombre es a la mujer lo que el caballo es al hombre y nada más.
(La señorita Ferreto ríe. ¡Hi! ¡Hi! ¡Hi! Mira a Diego y se retuerce un poco, interrumpe mimosa:)

–¿No te importa ser caballo, Dieguito?
–¡Burro, con tal de que me ensillen!
(Con razón dijo Frida: “No hablaré de Diego como de mi “esposo” porque sería ridículo. Diego no ha sido jamás ni será “esposo” de nadie. Tampoco como de un amante, porque él abarca mucho más allá de las limitaciones sexuales, y si hablara de él como de mi hijo, no haría sino describir o pintar mi propia emoción, casi mi autorretrato y no el de Diego).
–Daría todo lo que he podido hacer gozar, inclusive el amor de Frida Kahlo, lo único realmente grande que he tenido, con tal de haber evitado el asco y las molestias que he tenido que aguantar para vivir. Esto no quiere decir que sea yo pesimista. Soy más bien epicúreo y hedonista, dentro de lo que puede caber de estas tendencias en el marxismo. Por eso es evidente que el mayor placer es el de existir dentro de la maravillosa organización universal de la materia y aguantar las molestias del ciudadano habitante de uno de los mundos más mal hechos que sea posible concebir, que es nuestra querida Tierra.
–Entonces, si se pudiera volver a nacer, ¿regresaría a la Tierra?
–Ni de chiste.
–¿A dónde iría?
–A todas partes menos a la Tierra.

–¿Usted no cree en Dios?
–Definitivamente no. Porque no se puede creer en una fuerza que está implícita y presente en toda manifestación de energía o materia. No se cree más que cuando no se entiende. Y el concepto de los dioses es una miserable disminución a escala de un mundo en donde todo ser animado necesita asesinar para vivir, un rebajamiento del maravilloso principio vital que todo lo anima, lo mismo lo deseable que lo indeseable que tal vez sea indeseable solamente porque nosotros no lo entendemos claro.
(He conservado el modo de hablar de Diego por “alrevesado” que me parezca…)
–Pero maestro, ¿qué no le interesan las religiones?
–Yo respeto todas las religiones. Me interesan extraordinariamente en el mismo plano y por análogas razones con que respeto todas las enfermedades y me intereso extraordinariamente en su curación.
–¿Y cuál sería la curación para las enfermedades religiosas?
–La curación es la nueva sociedad socialista en su pleno desarrollo que implicará la muerte del Estado previa la difusión general del máximo conocimiento posible de la existencia universal cuando no haya represiones, autoridades, ignorancia, temor a la muerte, impotencia para evitar el dolor. Cuando se entiendan claro, las fuerzas del universo, no habrá ninguna razón para inventar dioses que nos den lo que no somos capaces de obtener por nuestras propias fuerzas…
–Pero maestro, nos falta siempre algo por obtener, y eso a lo cual aspiramos desde lo más profundo de nuestro ser eternamente incompleto, es Dios.
(En este momento, Capulina brinca sobre las rodillas de Diego. Es una perrita pelona, con un abrigo de cuadritos morados y las uñas pintadas de rojo. Diego la apapacha, porque estuvo en la cama de Frida, en la noche en que ella murió. No sé por qué, pero toda esta casa de San Ángel sabe a Frida Kahlo. Será porque Teresita, la infatigable secretaria de Diego, que en ese instante le trae su té y sus medicinas, la recuerda constantemente: “Sabe usted, señorita, Fridita era tan valiente, tan generosa. Yo la oía hablar por teléfono: Fíjate, yo me siento muy bien, pero dice el doctor que me va a tener que cortar la pata…)
Miro a Diego, que sorbe lentamente su té en un dedal con pretensiones de taza. Yo me había imaginado a Diego bebiendo inmensos tarros de cerveza y cantando en ruso. Y resulta que es un blando y sumiso cordero que obedece el mandato de Teresita: “Dieguito, tómate tus medicinas”, y que pronuncia palabras en el francés más claro y cartesiano que pueda escucharse. Es un inmenso elefante de felpa, el papá de Dumbo, obediente y adormilado.
–¿Cuál es el hecho histórico que más admira?
(Al elefante, se le quita de pronto, la felpa).
–La Revolución de octubre que dio el poder al proletariado soviético y como consecuencia lo dará al proletariado mundial.
–¿Qué reforma social espera con ansia?
–La implantación del comunismo a escala mundial y en consecuencia, la de la muerte del Estado.
–Pero maestro, ¿qué es lo que el Partido Comunista hace por México?
–El Partido Comunista es el único que defiende los intereses del pueblo, es decir, de las mayorías productivas, manuales e intelectuales, contra sus explotadores del interior y del exterior. En todo aquello que representa algo favorable para el pueblo de México durante los últimos 35 años, está presente y visible la acción del partido, lo cual quiere decir que lo que hace el Partido Comunista es ejercer el patriotismo o sea el amor a México, expresado en acciones favorables al país. Ningún otro partido puede decir lo mismo, y un día todo el pueblo de México pertenecerá al Partido Comunista. Entonces se habrá establecido en nuestra patria la solidaridad humana, y el mayor bienestar posible dentro de las condiciones reales del mundo, vendrá como consecuencia.
(Los judas complacidos asienten con la cabeza. Con sus ojos de cartón fijos y vigilantes miran al hombre sentado a sus pies. Un hombre muy ampón, con un gran vientre forrado de tweed y una camisa azul rey. Unos ojos saltones bordados de rosa y una mano pequeña. La mano de Diego es menuda, transparente casi, y a mí siempre me han impresionado los señores cuyas manos y cuyos pies terminan en chiquito. ¡Como que están mal acabados! ¡Ya no alcanzó la piel y hubo que remachar rápidamente! Pero las manos de Diego son herramientas exactas, utilería de gran precisión, creadoras inagotables, sensibles e inteligentes. La presencia de los judas es maligna y se deja caer sobre la entrevista. ¡No me dejan desvariar! Cada vez que levanto los ojos encuentro un brazo de cartón blanco o unos labios de papel pintado…)
–Elenita, ¿usted le toma el pelo a los entrevistados, o no?
–No tanto, no tanto, maestro… ¿Le hago la siguiente pregunta?
–Bueno.
–¿Por cuál personaje histórico siente la mayor admiración?
–No podría elegir entre Lenin, Carlos Marx y Federico Engels.
–¿Por cuáles defectos siente usted una mayor indulgencia?
–Por los más grandes.
–¿Podría darme una definición de su carácter?
–Desgraciadamente no soy adivino, ni sicoanalista, ni siquiera filósofo. En cuanto a mi carácter vaya usted a saber porque no me conozco… Creo que…
–¿Y no intenta conocerse?
–Sí, pero no me interrumpa usted. Toda mi vida he tratado de conocerme, sin conseguirlo. La introspección ha sido en mí un completo fracaso.
–¿Y cree usted que hay alguien que lo conozca?
–Supongo que todas las mujeres que han tenido relaciones conmigo, aunque no sean sino amistosas o profesionales, por ejemplo, usted misma, Elenita Poniatowska.
–¿Usted cree en la virtud?
–Don Francisco de Quevedo dijo hace mucho tiempo: “No existe la virtud estando a oscuras”. Extiendo la realidad física a la realidad sicológica e imaginativa y con esto estoy completamente de acuerdo con Don Francisco de Quevedo.
–¿Cuál es el escritor que más le ha impresionado?
–Rabelais.
–¿Por qué?
–Esto no está en el cuestionario de Marcel Proust y no se lo voy a contestar porque sería interminable.
(El ogro ríe amablemente mostrándome una hilera de dientes pequeños. ¿Serán de leche? Indudablemente Diego Rivera no quiere ser tomado por Gargantúa).
–¿Cuáles son sus héroes y sus heroínas en la vida real?
–Es muy larga la lista, pero puedo citar cuando menos a Madame Lovachewska, a Marie Curie y a Frida Kahlo. Y volviéndonos a la cabeza de la lista, la reina Nefertiti.
–¿Por qué a Nefertiti?
–Nefertiti inventó el sistema central para el funcionamiento planetario y el monoteísmo que transmitió más tarde a Moisés haciendo posible el concepto moderno social. Admiro a Madame Lovachewska porque en su concepción del universo ovoidal descubrió que las paralelas no actúan como quería Euclides sino que siempre se juntan. Sin este cerebro femenino polonés no hubiera sido posible la ciencia moderna. Cada vez que los hombres encuentran un callejón sin salida en sus conclusiones científicas, la mujer derrumba el muro que lo cerraba para que el hombre siga adelante. Así lo hizo Nefertiti y después la Lovachewska. Nada de la actual ciencia hubiera sido posible dentro del concepto euclidiano, y cuando el hombre no pudo seguir adelante en el camino iniciado por la sabia polonesa, otro gran cerebro femenino dio la posibilidad. Los descubrimientos de María Curie hicieron posible todos los tremendos espacios donde se desarrolla actualmente el conocimiento de la materia, especialmente en lo relativo a lo más esencial de su estructura: el átomo. Yo no hubiera sabido –y creo que algún día lo sabrán todas las gentes–, a lo que puede llegar el heroísmo ante el dolor, la alegría a pesar del tormento, la ternura sin límite y el genio plástico en lo que tiene de más íntimo y directo, si no hubiera conocido a Frida Kahlo. Por eso es una de mis heroínas.

Para mi sorpresa, al finalizar la entrevista, Diego me acompañó hasta el coche porque le dije que mi mamá me esperaba. La saludó con una cortesía manifiesta y le preguntó si podría yo venir a posar porque necesitaba una carita eslava para encabezar el cuadro de una manifestación en Rusia. ¿O sería una procesión? “Voy a ponerle, como las campesinas rusas, una mascada en la cabeza”. Mamá, muy seria, casi no le respondió. Después al arrancar el automóvil me dijo:
–Ni de chiste, no te vaya a pintar como a tu tía Pita.

Elena Poniatowska

Frases de Frida Khalo.

Frases de Frida Khalo.

Frases de Frida Kahlo

“Debo luchar con todas mis fuerzas para que lo poco de positivo que mi salud me deje sea en dirección a ayudar a la revolución. La única razón real para vivir.

“La emoción clara y precisa que yo guardo de la revolución mexicana fue la base para que a los 13 años de edad ingresara en la juventud comunista.”

“Yo penetro el sexo de la tierra entera, me abrasa su calor y en mi cuerpo todo roza la frescura de las hojas tiernas. Su rocío es el sudor de amante siempre nuevo”

“Las nubes solo duran un momento
y el sol toda la vida”.

“Pensaron que yo era surrealista, pero no lo fui. Nunca pinté mis sueños, sólo pinté mi propia realidad”

“Te oprimí contra mi pecho y el prodigio de tu forma penetró en toda mi sangre por la yema de mis dedos.”

«SOLO QUIERO TRES COSAS EN LA VIDA»

1.- “Vivir con Diego”.

2.- “Seguir pintando”.

3.- “Pertenecer al
Partido Comunista”.

Frida Kahlo, 1954

«MERECES UN AMOR»

Mereces un amor que te quiera cuando estés despeinada,
incluso aceptando los motivos que te hacen despertar deprisa,
y con todos aquellos miedos que no te permiten dormir.

Mereces un amor que te haga sentir segura,
Que se coma el mundo sólo cuando toma tu mano,
Que sienta que tus abrazos encajan perfectamente con tu piel.

Mereces un amor que anhele estar a tu lado,
que visite el paraíso con sólo mirar tus ojos,
y que no se aburra jamás de leer tus expresiones.

Mereces un amor que te escuche cantar,
que apoye todas tus locuras,
que respete que eres libre,
que te acompañe en tus vuelos,
que no le asuste caer.

Mereces un amor que aleje las mentiras,
Que atraiga la ilusión,
el café, la poesía.”

Frida Kahlo