Un Che Guevara vasco.

Un Che Guevara vasco.

Un Che Guevara vasco.

Adiós, Marcelo, Adiós 29/07/2015.

Dos fuentes. Dos personas me han transmitido el mismo mensaje: Un ‘Che Guevara’ vasco; uno de esos nombres que volaría más allá de los seres humanos de carne y hueso, especial, grande, inconmensurable; ¿Nos encontramos ante uno de aquellos poquísimos que crea la Historia? La grandeza humana de Marcelo transporta mucho más allá su imagen, más allá de la vida; hasta la inmortalidad.

No en vano, nuestro combatiente ha dejado en muchísima gente el mismo sentimiento: admiración. En la vida hay muy poca gente que realmente le marcan a uno, pero cuando dicha grandeza se siente en más de un ser humano, cuando se expande a otros, esta persona cobra otro estado, otro nivel; se incrementa, se eleva.

Y no es para menos, ya que nuestro luchador de 98 años reunió a decenas de personas en su homenaje, organizado sin casi tiempo, el pasado sábado. Aunque, a decir verdad, faltaron muchos y muchos de sus amigos: Agapito Domínguez, Bernardo Usabiaga, la monja Sor Carmer, Juanito Cámara, Quesada… Todos lo hubieran hecho mejor que nosotros en dicho evento, seguro, porque fueron sus compañeros de lucha; sus amigos del alma, sus familiares, los hombres y mujeres que padecieron sus mismos sufrimientos. Sus compañeros de trinchera.

Pero, desafortunadamente, debido a lo insaciable del tiempo, nos tocó a otros hablar; con mucho gusto y honor, además. En esos instantes de emoción expliqué todo lo que me ha aportado Marcelo en estos últimos ocho años; hablé de las presentación, las ponencias, los artículos, las entrevistas, de la lucha por la memoria… Ignacio González, que representaba al pueblo de Arroa, pronunció unas preciosas palabras también; supo del fallecimiento una hora antes y rápidamente se presentó en el homenaje. A nuestro lado, Jon Hernández, secretario del Partido Comunista de Euskadi, conduciendo el acto; y la música, a cargo del gran Julio Biurrun. He aquí la maravillosa crónica de Mugalari: http://mugalari.info/…/memoria-homenaje-al-comunista-marce…/ . Y la noticia publicada en el periódico: http://www.noticiasdegipuzkoa.com/…/uno-de-los-ultimos-adio…

Veo las fotos del homenaje y me siento orgulloso; fueron momentos duros, llenos de emoción; instantes en los cuales las palabras salen sin fuerza, pero, con orgullo, llenos de gratitud. Estoy contento por haber podido participar en el adiós a este gran hombre; de haber podido darle las gracias por todo.

Lo he conocido en sus últimos años de lucha, pero, de alguna manera me he sentido, Marcelo me ha hecho sentir su incondicional ‘escudero’, ‘ayudante’ de todos aquellos que quedaron en el camino; en mitad de esta sociedad sumida en el olvido, me ha hecho sentir el último ‘amigo’ de su memoria, la última joven ‘isla’. El Che Guevara liberó una isla de la dictadura; Marcelo ha liberado una isla del olvido.

Un ‘Che Guevara’ vasco. Muchísimas gracias de corazón. Te quiero.

Aitor Azurki: Periodista y Publicista

 

Arquitectura y Revolución La mirada del Che

Arquitectura y Revolución La mirada del Che

Arquitectura y Revolución
La mirada del Che.

por Lorenzo Goikoetxea: Arquitecto

La UIA (Unión Internacional de Arquitectos) es una organización no gubernamental que se funda en 1940 en Francia, a la que pertenecen la inmensa mayoría de los arquitectos del mundo, al haberse añadido la casi la totalidad de las asociaciones profesionales existentes.Esta agrupación viene organizando Congresos desde su creación, a la que acuden no sólo miembros las organizaciones agrupadas, si no más colectivos, desde las revistas de arquitectura a los profesores y estudiantes de arquitectura, o externos, según la temática del congreso.

En septiembre de 1963 la UIA celebra el VII Congreso Mundial de arquitectos en Cuba, siendo el primer congreso celebrado en América. Al mismo se inscribieron 430 extranjeros (de los cuales 395 eran estudiantes) y 432 cubanos (388 estudiantes). Se hicieron representar por delegados oficiales 57 Escuelas de Arquitectura y otras 17 escuelas enviaron delegados en calidad de observadores, representando un total de 43 países, en un momento en el que el bloqueo estadounidense hace difícil las conexiones con la isla. Fue el “Che” Guevara el que cierra dicho Congreso con un discurso que Herri reproduce íntegramente en las páginas de este número. En ese cierre apunta una reflexión sobre la profesión de arquitecto, Guevara señala que: “…Pretenderé definir, con mis escasos recursos ,qué entiendo yo por un arquitecto. Creo que un arquitecto -como prácticamente todo profesional-, es un hombre en quien se conjugan la cultura general de la Humanidad, alcanzada hasta ese momento, y la técnica general de la Humanidad, o la especial de cada pueblo…….. que la técnica es un arma, y que quien sienta que el mundo no es perfecto ni lo debiera ser, tiene, debe luchar porque el arma de la técnica sea puesta al servicio de la sociedad, y por eso rescatar antes a la sociedad para que toda la técnica sirva a la mayor cantidad posible de seres humanos, y para que podamos construir la sociedad del futuro, désele el nombre que se quiera”.

Esta reflexión del profesional comprometido con la sociedad sirve para todas las profesiones y el mismo Che, como médico que era, lo llevaba interiorizado, pero esa reflexión en un congreso de arquitectos, probablemente a nuestro entender tenía una segunda derivada, recordaremos que el padre del Che, Ernesto Guevara Lynch, abandonó los estudios de arquitectura para casarse, y su hermana menor, la favorita, Ana María es arquitecto, por lo que no le era una profesión extraña.

No sabemos si el Che era consciente de que, a lo largo de su recorrido vital, en muchos sitios en los que había tenido contacto, había estado rodeado de arquitectos que habían tomado ese compromiso social como parte de su vida, y en la mayoría de los casos habían pagado por ese compromiso. La misma ciudad de la Habana en la que se celebraba el congreso, apodada “la ciudad de la columnas” por el escritor Alejo Carpentier – que también inició estudios de arquitectura- fue el refugio en 1902 del padre de Alejo, de Georges Julien Álvarez Carpentier, arquitecto francés que había tomado partido en el Caso Dreyfuss a favor del el ingeniero, capitán y judío, Richard Dryefus injustamente acusado de traición, y es que dada la polarización social de la III República Francesa decidió trasladarse a Cuba para distanciarse y probablemente no verse represaliado por su elección.

El Che estuvo varios años en México antes del desembarco en la isla, como exiliado y trabajando en varios oficios: fotógrafo, investigador de Hospital e incluso impartiendo clases nocturnas, sin cobrar, en la Universidad Autónoma de Méjico (UNAM), periodista, vendedor de juguetes,…. Ese Méjico, que había vivido también una guerra civil, era el lugar de asilo de multitud de españoles exiliados de la guerra civil española, es seguro que tuvo contactos con ellos. Un ejemplo es el de Alberto Bayo, luchador republicano, que fue instructor del Che, del que dijo era su mejor alumno.

Tras la guerra civil, dentro del todo el éxodo republicano, hubo también arquitectos que debieron huir por su compromiso social. Se repartieron por todo el mundo, pero el grueso se repartió inicialmente en sudamérica. Es en ese México que abre los brazos a los españoles huidos a finales de los años 30 del siglo pasado, y dentro de ese variopinto grupo que abarcaba desde escritores a trabajadores, también habían llegado arquitectos españoles con compromiso social. Arquitectos que en su mayoría habían combatido en el Cuerpo de Ingenieros republicano y que tuvieron que iniciar una nueva vida, en la gran mayoría de los casos manteniendo su compromiso, algunos hasta el fín de sus días. No es tan seguro que pudiera tener contacto con ellos, pero algunos de estos arquitectos seguían comprometidos e incluso fueron profesores de la UNAM.

Recordaremos a uno entre tantos como ejemplo de compromiso desde una situación, casi domestica: Enrique Segarra Tomás. Segarra fue un arquitecto valenciano, amigo de Lorca, Alberti, Herrera, Fernandez Balvuena, en la residencia de estudiantes de Madrid, que se implica desde el principio en la FUE (Federación Universitaria Escolar), y es militante del PCE desde 1930, obteniendo el título de arquitecto en 1934. Se incorpora voluntario junto a su esposa Toni Idiazabal, una vez iniciada la guerra, asignado al Cuerpo de ingenieros con el grado de comandante principal de ingenieros, participando en las Jornadas de Propaganda promovidas por Max Aub, y fundando en 1936 en Valencia, el Sindicato de trabajadores de la arquitectura y la ingeniería. Durante la guerra, junto con otros arquitectos como Félix Candela y Ovidio Botella, juegan un papel destacado en construcciones militares, principalmente en la batalla del Ebro a las órdenes de Lister. Tras la derrota acaba en el Campo de Saint Cyprien en Francia , junto con casi todos los arquitectos que acabarán exiliados en Méjico.
Consigue llegar a México, donde recordaremos que la antigua población española elitista, tacha de rojos y ladrones a los exiliados, creando un ambiente de recelo general antes los nuevos emigrantes a pesar del apoyo institucional del Presidente Cárdenas. Acaba recalando al tiempo en la ciudad de Veracruz, donde a través de empresas de construcción acaba teniendo un hueco profesional. En todo este periplo mantiene contacto con sus compañeros del PCE y tras asentarse re-establece relaciones con Leon Felipe, Ángel Gaos, Wenceslao Roces, etc. creando la Casa de la República Española, el Frente Democrático español de Veracruz como centros de reunión de miembros de la cultura y de la política exiliada. Se hacen famosas sus arengas radiofónicas desde mediados de los años 40, entre las que destaca la anual del 14 de abril, en las que ejerce la critica política y la critica arquitectónica a la arquitectura franquista.

No hemos comentado aún, sus capacidades, para hacernos una idea, entre las que tenía, estaba haber cursado cursos de matemáticas aplicada y la educación de tocar varios instrumentos; disciplinas que aúna en artículos de carácter científico en los que aplica a la arquitectura los complejos cálculos de acústica para utilizar en salas audiovisuales, siendo el primer exiliado que publica artículos científicos en Méjico.

En los años siguientes además de ejercer de arquitecto, es profesor de la Facultad de ciencias y técnicas de comunicación de la Universidad veracruzana; donde se recuerda cómo los alumnos se pusieron en huelga para que le designasen director, cargo que exigía el nacimiento en Méjico, por lo que no podía serlo; y al final lo fue, con un eufemismo de titulación. Recuerdan cómo entre situaciones reivindicativas en los años 70, como director, a la critica y al exabrupto, señaló a los alumnos que la labor de un revolucionario era cultivarse, cultivar su inteligencia y ampliar su cultura, que ni Lenin ni Marx, ni otros, hubieran podido hacer su compromiso revolucionario al estudio. Unos alumnos señalan en su empecinamiento que : Entregamos nuestros «trabajos» y el maestro lamentó nuestro incumplimiento. Mendo entregó varios papelitos con notas ¡manuscritas! (con su grafología críptica) y yo el rollo cantusiano, malo como el más malo jamás escrito.
Segarra entonces nos volvió a decir lo de la educación y la cultura de los revolucionarios pero nosotros respondimos, con más ardor que la vez anterior, que creíamos en la urgencia de la lucha y en eso empeñábamos nuestras fuerzas.
Y, otra vez, el espíritu superior del maestro: reflexionó sobre nuestras palabras, se le llenaron los ojos de lágrimas y nos dijo que a su edad ya no podía darse el lujo de cuestionarse si toda su vida había estado equivocado, pero que tampoco iba a ser un obstáculo para que nosotros -quizá- probáramos que estábamos en lo cierto.

Nos regresó al mundo con un 9 de calificación a cada uno… y para siempre con el alma conmovida y una deuda moral que nunca fuimos capaces de resarcir.
Era un arquitecto, uno de tantos exiliados, que después de años aun continuaba con un compromiso político en todos sus aspectos vitales, en la medida que el Che señalaba.

Siguiendo la línea de arquitectos comprometidos, en un arquitecto se aúna ser el más importante arquitecto de todo el cono sur y ser a la vez el arquitecto más comprometido, hablamos de Oscar Niemeyer.
Niemeyer se titula en 1934 como arquitecto y se afilia en 1945 al Partido Comunista de Brasil. Desde un primer momento su quehacer profesional está comprometido con la arquitectura moderna, seguidor de Le Corbusier por un lado, por otro comprometido con la sociedad en la que desarro-lla su actividad, con profundas desigualdades sociales. Con una gran obra construida en Brasil y a nivel mundial, fue uno de los pocos arquitectos, por no decir el único, en la historia que ha podido diseñar y construir una capital de estado como hizo con Brasilia en 1960.

El día de la inauguración decide no estar en la tribuna de honor y quedarse abajo con los trabajadores que habían materializado la obra muestra de su firme y sincera convicción por transformar radicalmente el mundo que le tocó vivir. Durante la dictadura militar de Brasil, en 1965, doscientos profesores, entre ellos Niemeyer, dimiten en la Universidad de Brasilia, en protesta contra la política universitaria. Niemeyer se exilia en Europa en 1966, y en 1967 realiza el proyecto de la sede el Partido Comunista Francés, al que se vinculó al estar fuera de la tierra brasileña.

Su discurso manifestaba continuamente el compromiso de su hacer profesional «Nunca me callaré la boca. Nunca esconderé mis convicciones comunistas. Y quien me contrata como arquitecto conoce mis concepciones ideológicas…. (…) Hay que conocer ante todo la vida de los hombres, su miseria, su sufrimiento para hacer arquitectura de verdad».

Quizás fue el arquitecto más próximo a los postulados del Che como técnico comprometido, del que por cierto su archivo incluye cartas manuscritas de Guevara, sin que conozcamos si tuvieron relación, si la tuvo con Fidel viajando varias veces a Cuba.

Su actitud se resume en su frase: «No quiero cambiar la arquitectura, lo que quiero cambiar es esta sociedad de mierda».

Discurso del Che.

Discurso del Che.

Discurso del Che.

Pronunciado en la clausura del encuentro internacional
de profesores y estudiantes de arquitectura.

La Habana | 29 de septiembre de 1963

Compañeros estudiantes y profesores de arquitectura del mundo entero: Me toca hacer el resumen -como se llama en Cuba-, o cerrar con unas palabras este Encuentro Internacional de Estudiantes.

Tengo que hacer una conclusión muy penosa para mi, como primera medida: confesar una ignorancia atroz sobre estos problemas, ignorancia que llega al extremo de no saber que el Encuentro Internacional de Estudiantes que se celebró era apolítico. Yo creía que era un encuentro de estudiantes, y no sabia que era un organismo dependiente de la Unión Internacional de Arquitectos.

Por lo tanto, como político -es decir, como estudiantes que participan en la vida activa del país y además después de leer las conclusiones, se demuestra que la ignorancia era colectiva porque las conclusiones son muy políticas también. Bueno, pues yo pensaba decir, en primer lugar, que estaba de acuerdo con las conclusiones, que me parecen conclusiones lógicas. No solo revolucionarias. Si no científicas. Científicas y revolucionarias al mismo tiempo. Y hacer un pequeño discurso, si ustedes quieren, un poco político. Pero realmente yo no sé si es el momento para hablar de cosas políticas. En todo caso, son ustedes los que deben decidir porque yo de técnica no sé mucho.

…Yo me asombré un poco de esas conclusiones -lo digo sinceramente-, porque el conglomerado de gente que nos visita pertenece a todos los países del mundo. Los países donde el socialismo se ha construido son pocos numéricamente hablando, aunque en número de habitantes son fuertes.

Los países que están en lucha por su liberación, bajo diversos regímenes y en diversos momentos del desarrollo de su lucha, son muchos. pero tienen gobiernos diferentes también, y sobre todo sus capas profesionales no siempre responden a los mismos intereses. Los países capitalistas, naturalmente. tienen su propia ideología. Por todo ello nos sorprendió el tono de esas discusiones.

Pensaba, un poco mecánicamente quizás, que en general el estudiantado de una gran cantidad de países capitalistas, coloniales y semicoloniales pertenece a aquellas capas de la población que por sus recursos no es el proletariado. Y que por lo tanto su ideología se aleja mucho de la ideología revolucionaria que nosotros sostenemos y mantenemos en Cuba.

Sin embargo, no olvidé en mi mecanicismo que también en Cuba existía una capa de estudiantes que por su extracción social no pertenecía al proletariado en su gran mayoría. Y, no obstante, esa capa de estudiantes participó en todas las acciones revolucionarias de los últimos tiempos en Cuba. Ha dado a la causa de la liberación algunos de los mártires más queridos por nuestro pueblo.
Había olvidado yo que hay algo más importante que la clase social a que pertenezca el individuo: la juventud, la frescura de ideales, la cultura puesta en el momento en que se sale de la adolescencia al servicio de los ideales más puros.

Después. los mecanismos sociales en los diversos regímenes de opresión en que se vive pueden ir cambiando esta estructura mental. Pero el estudiantado es revolucionario en su gran mayoría. Tendrá más o menos conciencia de `una revolución científica, sabrá de mejor o peor manera qué es lo que quiere y como lo quiere para su pueblo o para el mundo, pero el estudiantado es, naturalmente, revolucionario, porque pertenece a la capa de los jóvenes que se abren a la vida y que están adquiriendo conocimientos nuevos todos los días.

En nuestro país ha sido así. Y a pesar de que se han ido evidentemente profesionales y estudiantes, hemos visto con mucha satisfacción, y a veces también con sorpresa. que una gran mayoría de estudiantes y profesionales permaneció en Cuba, a pesar de todas las facilidades que tenían para irse y a pesar de todas las tentaciones que el imperialismo lanzaba sobre ellos.

En nuestro país, a los profesionales y a los estudiantes se les ha dado la oportunidad que realmente un profesional debe aspirar a tener: la oportunidad de contar con todos los implementos de su trabajo para poder realizar su obra.

Por primera vez en Cuba los profesionales se han sentido constructores reales de la sociedad, partícipes de esta sociedad, responsables de la sociedad. Dejaron de ser asalariados, más o menos escondidos tras las diversas formas de explotación, pero en su inmensa mayoría asalariados al fin para la construcción de obras para otros, con interpretar los deseos y criterios de otros, para estar siempre creando la riqueza de otros mediante su propio trabajo.

Claro que al principio las limitaciones han sido grandes. Nuestros científicos no pueden realizar las investigaciones que quieren. A veces faltan colorantes, materias técnicas de cualquier tipo para realizar las investigaciones. Nuestros arquitectos no pueden designar con todo el gusto y toda la belleza con que ellos saben hacerlo. Faltan materiales. Es necesario distribuir al máximo lo que hay para que aproveche más a los que no tienen nada. Es necesario en esta etapa redistribuir la riqueza para que todo el mundo tenga un poco.

Pero allí concretamente, en el ejercicio de la profesión que ustedes representan, se pone a prueba el espíritu creador del hombre.

Está planteado el problema por los materiales que hay, por el servicio que deben prestar, pero el arma de solución a la que nuestros profesionales deben dar.

Y allí deben batirse como si se batieran contra la naturaleza, contra medios externos a la voluntad del hombre, para poder realizar de la mejor manera posible el anhelo de dar más a nuestro pueblo, y la satisfacción personal de construir con sus propias manos, con su talento, con sus conocimientos, la nueva sociedad.

Nuestra Revolución se ha caracterizado por ser muy amplia. Los grandes problemas que otros países en construcción del socialismo han tenido con los profesionales y sus divergencias sobre el arte, nosotros no los hemos tenido. Hemos sido muy amplios.

No estamos de acuerdo con todo lo que mantienen nuestros profesionales o nuestros artistas. Muchas veces tenemos que discutir a brazo partido con ellos, pero hemos logrado que aun la gente que no es socialista, que no siente el socialismo, y más aún, que siente rencor contra el socialismo y añoranza por los viejos tiempos, se quede en Cuba, luche, discuta, trabaje y construya. Y de hecho es prácticamente socialista, que es lo que nos interesa a nosotros.

No hemos rehuido nunca la confrontación ni la discusión. Siempre hemos estado abiertos a discutir todas las ideas, y lo único que no hemos permitido es el chantaje de las ideas, o el sabotaje de la Revolución. En esto si hemos si o absolutamente inflexibles, tan inflexibles como el que más.

En cuestiones de principio en nuestro país existe lo que científicamente se llama la dictadura del proletariado. Y en esa parte estatal de la dictadura del proletariado nosotros no permitimos que se toque ni se atente contra ella.

Dentro de la dictadura del proletariado existe un marco inmenso de discusión y de expresión de las ideas. Lo único que exigimos es que se respeten los lineamientos generales del Estado en esta etapa de construcción del socialismo.

Ha habido profesionales que han ido a la cárcel por tareas directamente contra-revolucionarias, por sabotaje. Y aun esos profesionales desde la cárcel comenzaron a rehabilitarse y trabajaron primero allí, y después, al salir, se han incorporado al trabajo en nuestras industrias, y están trabajando. Les depositamos toda la confianza que se le puede depositar a cualquier técnico nuestro, y se incorporan a pesar de haber conocido lo más duro y tenebroso de la Revolución, como es la represión, obligada en una revolución que triunfa. Porque al triunfar la Revolución no se agota por ello la lucha de clases, en nuestro caso, después de triunfar la Revolución se exacerbó al máximo esa lucha de clases.

Pero a esa parte de la sociedad que toma las armas contra nosotros, ya sean las armas directas de destrucción o armas ideológicas para destruir la sociedad, La atacamos y somos inmisericordes. A los demás, los disconformes, los descontentos honestos, los que plantean que no son ni serán nunca socialistas, les decimos simplemente: Bueno, a usted nadie le preguntó antes si era o no era capitalista ; usted tenía un contrato y lo cumplía ; cumpla ahora su contrato, trabaje, y tenga las ideas que le dé la gana ; no nos metemos con sus ideas.

…Pretenderé definir con mis escasos recursos qué entiendo yo por un arquitecto.

Creo que un arquitecto -como prácticamente todo profesional-. es un hombre en quien se conjugan la cultura general de la Humanidad alcanzada hasta ese
momento, y la técnica general de la Humanidad o la especial de cada pueblo.

El arquitecto, como todo profesional, es un hombre y está dentro de la sociedad. Puede reunirse en organismos internacionales apolíticos – y es correcto que así sea, para mantener la convivencia y la coexistencia pacífica. pero decir como hombre que se es apolítico es cosa que yo no entiendo.

Ser apolítico es estar de espaldas a todos los movimientos del mundo, es estar de espaldas a quien va a ser presidente o mandatario de la nación de que se trate, es estar de espaldas a la construcción de la sociedad o a la lucha porque la sociedad nueva que apunta no surja, y en cualquiera de los dos casos se es político. Un hombre en la sociedad moderna es político por naturaleza.

Ahora, el arquitecto hombre político – conjunción de cultura de toda la Humanidad y de la técnica que ha podido adquirir, hasta ese momento -, está frente a la realidad.

La cultura es algo que pertenece al mundo, es quizás como el lenguaje, algo que pertenece a la especie humana. Pero la técnica es un arma y debe ser usada como un arma, y cada uno la usa como un arma.

La técnica se puede usar para domesticar a los pueblos. y se puede poner al servicio de los pueblos, para liberarlos. Esa es la conclusión que se desprende del documento que ustedes han aprobado.

Para poner el arma de la técnica al servicio de la sociedad hay que tener la sociedad en la mano. Y para tener la sociedad en la mano hay que destruir los factores de opresión, hay que cambiar las condiciones sociales vigentes en algunos países y entregar a los técnicos de todo tipo, al pueblo, el arma de la técnica. Esa función es de todos los que creemos en las necesidades de cambios en algunas regiones de la Tierra. No puede haber técnicos que piensen como revolucionarios y no actúen como revolucionarios. Hacer la Revolución es una necesidad imperiosa de la mayoría de nuestros continentes, de casi toda la América, de toda África y de todo Asia, donde la explotación ha alcanzado grados inconcebibles.

Quien pretenda decir que un técnico, un arquitecto, un médico, un ingeniero, un científico de cualquier clase está para trabajar con sus instrumentos, solamente en su rama específica, mientras su pueblo muere de hambre, o se mata en la lucha, de hecho ha tomado partido por el otro bando. No es apolítico, es político pero contrario a los movimientos de liberación.

Naturalmente que yo respeto las opiniones de todos los que están aquí presentes. Evidentemente que aquí habrá, incluso, compañeros jóvenes y muchos profesionales que piensan que el régimen socialista – lo que se conoce de él hasta ahora, es un régimen de opresión, de miseria, de mediocridad, como se dice vulgarmente y divulga la propaganda, y que el hombre solamente alcanza su plena realización cuando existe la “libre empresa”, la “libertad de pensamiento” y todas las opiniones que el imperialismo nos lanza. Muchas de estas personas piensan honestamente, y no es mi intención polemizar. No se puede polemizar sobre estos problemas. Han sido trabajados mucho tiempo, durante generaciones, por la educación colectiva que ha hecho el capitalismo para formar sus cuadros, y si no hubiera formado cuadros fieles a sus principios, ya hubiera fracasado.

El principio de su fracaso de hoy es que el mundo despierta, y que todas las viejas afirmaciones no son ahora aceptadas por el solo hecho de haber sido escritas desde hace tiempo, sino que se exige la ratificación práctica de lo que se afirma, la investigación de lo que se afirma y el análisis científico de lo que se afirma. De esa inquietud van naciendo las ideas revolucionarias y extendiéndose por el mundo cada vez más, apoyadas en los ejemplos de lo que puede hacer la técnica cuando se pone al servicio del hombre, como ha sucedido en los países socialistas. Eso es lo que yo podía decirles.

Quisiera agregar algo para mis compañeros estudiantes de Cuba…

La tarea de ustedes. compañeros estudiantes, es cumplir al máximo las indicaciones de Lenin : “Cada revolucionario debe ser en su lugar de trabajo, de lucha, el mejor.” Y a ustedes les corresponde el lugar de lucha de la Universidad, del estudio, la reparación urgente de nuestros profesionales para suplir las faltas que teníamos, las lagunas que nos dejó el imperialismo al llevarse nuestros cuadros, el atraso general del país, y construir aceleradamente la sociedad.

Es una tarea dura, es una tarea que pone en tensión la fuerza de nuestro estudiantado. Ésta es una generación de sacrificio. Esta generación, nuestra generación, no tendrá ni remotamente los bienes que tendrán las generaciones que sigan. Y tenemos que estar claros, conscientes de eso, conscientes de nuestro papel, porque hemos tenido la inmensa gloria de ser la vanguardia de la revolución en América, y tenemos hoy la gloria de ser el país más odiado por el imperialismo. En todo momento estamos a la vanguardia de la lucha. No hemos renunciado ni uno solo de nuestros principios, no hemos sacrificado ni uno solo de nuestros ideales, y nunca hemos dejado de cumplir ni uno solo de nuestros deberes. Por eso estamos a la cabeza, por eso tenemos esa gloria que siente cada cubano en cada lugar del mundo que visita. Pero también eso exige esfuerzo.

Esta generación, que ha hecho posible el aparente milagro del surgimiento de la Revolución Socialista a unos pasos del imperialismo norteamericano, tiene que pagar la gloria con sacrificio. Tiene que sacrificarse día a día para construir el mañana con su esfuerzo. Ese mañana que ustedes quieren, se que ustedes sueñan, en que todos los materiales, todos los medios, toda la técnica van a estar a disposición de ustedes para que los transformen, les den el soplo vital -si me permiten esa frase un poco idealista, y los pongan al servicio del pueblo.

Para eso tenemos que construir los bienes materiales, rechazar el ataque del imperialismo y luchar contra todas las dificultades. Por eso nuestra generación tendrá un lugar en la historia de Cuba, y un lugar en la historia de América. Nunca debemos fallarle a la esperanza que todos los compañeros revolucionarios, que todos los pueblos oprimidos de América y quizás del mundo, tienen puesta en la Revolución Cubana.

Además, nunca debemos olvidar que la Revolución Cubana, por la fuerza de su ejemplo, no actúa sólo aquí, internamente, y que sus deberes están más allá de las fronteras de Cuba: el deber de expandir la llama ideológica de la Revolución por todos los rincones de América, por todos los rincones del mundo donde se nos escuche ; el deber de ser sensibles ante todas las miserias del mundo, ante todas las explotaciones y las injusticias; el deber que sintetiza Marti en una frase que muchas veces hemos dicho, y que siempre debemos tener en la cabecera de nuestra cama, en el lugar más visible, y es aquello de que “todo hombre verdadero debe sentir en la mejilla el golpe dado a cualquier mejilla de hombre”.

Ésa debe ser la síntesis de las ideas de la Revolución hacia todos los pueblos del mundo. Y así debe estar siempre nuestra juventud: libre, discutiendo, intercambiando ideas, preocupada por lo que pasa en el mundo entero, abierta a la técnica de todo el mundo, recibiendo de todo el mundo lo que nos puedan dar, y siempre sensible a las luchas. a las desgracias, a las esperanzas de los pueblos oprimidos.

De esa forma iremos construyendo nuestro futuro.

Hoy ya tienen ustedes, – para llegar a un hoy practico y actual del día de hoy – una tarea larga. Empezarán los Congresos donde primará la técnica, y ya la política desaparecerá de las relaciones y de los intercambios de experiencias de los hombres. Pero ustedes, estudiantes del mundo, no olviden nunca que detrás de cada técnica hay alguien que la empuña, y que ese alguien es una sociedad, y que con esa sociedad se está, o se está contra ella. Y que en el mundo hay los que piensan que la explotación es buena, y los que piensan que la explotación es mala y que hay que acabar con ella. Y que, aun cuando no se hable de política en ningún lado, el hombre político no puede renunciar a esa situación inmanente a su condición de ser humano. Y que la técnica es un arma, y que quien sienta que el mundo no es perfecto ni como debiera ser, tiene, debe luchar porque el arma de la técnica sea puesta al servicio de la sociedad, y por eso rescatar antes a la sociedad para que toda la técnica sirva a la mayor cantidad posible de seres humanos, y para que podamos construir la sociedad del futuro, désele el nombre que se quiera. Esa sociedad con la que nosotros soñamos, y a la que nosotros llamamos, como le ha llamado el fundador del Socialismo Científico, “el comunismo”.

 

 

El Che de Korda

El Che de Korda

El Che de Korda.

Lo paradójico de esta fotografía es que a pesar de ser la foto más reproducida de la historia, no se enriqueció con ello.

Al emprender la aventura de recuperar la histórica cabecera de la revista de cultura que editaba el Partido Comunista de Euskadi durante la Guerra Civil, nos marcábamos un horizonte estratégico a la hora de elegir los temas monográficos, que se orientaría por tres vías, y una de ellas era la de la recuperación de grandes pensadores, poetas, artistas, que siendo inequívocamente comunistas, al haberse convertido en iconos, el sistema había conseguido adormecer su fibra revolucionaria.

En ese camino nacieron los números sobre Miguel Hernández, Picasso, o Frida Kahlo. Y seguramente quien obedece mejor a ese patrón de análisis es el Che Guevara.
Y es sobre todo una imagen del Che la que se ha convertido en un icono universal, de masas, la de la instantánea que le tomó el fotógrafo cubano Alberto Díaz, “Korda”.

La historia de esa fotografía ya es conocida, pero ya que resume muy el hecho de la experiencia artística y su inserción en las sociedades contemporáneas modernas, vale la pena recordarla. Cuando Korda contaba en cualquiera de sus entrevistas cómo había sido el momento en el que tomó esa foto, le arrebataba siempre la misma emoción.

La fotografía la tomó el 5 de marzo de 1960, en el cortejo fúnebre celebrado en la capital cubana para honrar a las víctimas del atentado que la CIA preparó contra el buque belga La Coubre, que transportaba armas para Cuba, en el puerto de La Habana. En ese atentado murieron cerca de 100 personas en dos explosiones, la segunda ocurrida treinta minutos después de la primera y mientras cientos de voluntarios estaban socorriendo a las víctimas de la primera bomba.

Korda, un reportero que cubría los principales actos de la Revolución, asistía a la ceremonia fúnebre que había organizado el gobierno revolucionario, y observaba a través del visor de la cámara a los dirigentes de la tribuna que presidían el acto, donde también se encontraban Jean Paul Sartre y Simone de de Beauvoir. El clima era silencioso, tenso, el de un duelo muy sentido. El Che, que estaba en la tribuna, desapareció un momento del primer plano de la escena y se fue detrás de Fidel, mientras dialogaba con él. Los ojos de Korda observaban el vacío que el Che había dejado, cuando reapareció para volver a ocupar su puesto en la tribuna y en el encuadre de la cámara. Korda vio al Che y se asustó. Vio unos ojos con una fuerza y un brillo que le sacudieron, que le lanzaron hacia atrás, hasta casi hacerle caer.

Así contaba Korda, preso siempre, aunque hubieran pasado muchos años, de la misma conmoción que sintió en aquel momento. Sufrió una experiencia artística, en la que se juntaron su ideal estético con su compromiso revolucionario, que cristalizaban en la imagen del Che. Por suerte, Korda pudo reponerse de la conmoción y tomar dos fotografías, en apenas un minuto, una de encuadre horizontal y otra de formato vertical, que descartó tras analizarla en el estudio, porque tras el hombro del Che aparecería la silueta de otra persona, y restaba pureza a la imagen. Al revelar la fotografía elegida, Korda le puso un título: “Guerrillero Heroico”, que acompañaba la potencia que él ya había sentido y observado en el encuadre. Supo enseguida que era una foto especial porque había captado en ella toda la humanidad del Che, los elevados ideales que le iluminaban las pupilas, su determinación de luchar por ellos hasta el fin, su fiereza, su belleza de hombre y de luchador, todo eso estaba en sus ojos.

La fotografía se hizo famosa años después, en 1968, cuando el editor de izquierdas italiano Feltrinelli buscaba una imagen del Che Guevara para la portada del libro póstumo del Che, “Diario en Bolivia”. Hasta entonces había permanecido guardada en el archivo de Korda, a pesar de que éste supiera de su valor icónico. Feltrinelli conocía a Korda, y se encontró con él en su estudio de La Habana, para pedirle alguna foto del Che poco vista. Korda le mostró su fotografía, que cautivó de inmediato al editor italiano. Fue la imagen que utilizó como portada del libro, un libro que tuvo una gran acogida entre el público. La imagen corrió como la pólvora, y muy pronto se divulgó en pósters y carteles, que sirvieron para alentar la lucha de los jóvenes, de los estudiantes, de los movimientos sociales.

Lo paradójico de esta fotografía es que a pesar de ser la foto más reproducida de la historia, (se ha computado ese dato y es así), de reproducirse millones de veces, en murales, carteles, objetos, camisetas, Korda no se enriqueció con ello. Nunca quiso ejercer su derecho de autor, porque compartiendo la ideología del Che, le gustaba su divulgación, y pensaba que ya que había muerto, la foto lo mantenía vivo en las ideas y multiplicaba su obra. Sólo una vez ejerció Korda su derecho de veto e impidió su uso, cuando esa fotografía del Che quiso ser usada como imagen publicitaria por una marca de vodka.


Esta actitud de Korda nos demuestra que, en este caso, a diferencia de lo que enunciábamos al principio como un peligro, la amplia difusión de la imagen del Che no ha supuesto ese riesgo que señalábamos, el de la trivialización y banalización por el consumo de las ideas de la persona convertida una vez convertida icono. Al parecer de Korda, la reproducción y multiplicación de su foto entre las masas, ha ensanchado la figura del Che, ha alimentado los sueños revolucionarios en los jóvenes de todo el mundo, y ha servido durante generaciones como un imán para acercarlos al compromiso, a la lucha por la justicia social, al combate para transformar la vida. Si preguntamos en cualquier lugar del mundo por el Che, o le mostramos esa foto, lo conocen, y lo admiran.

Podemos decir, analizando la foto de Korda, que en este caso se demuestra que una imagen artística, que llega hasta la verdad del personaje, y es capaz de mostrarla, puede convertirse en un altavoz de sus ideas, y extenderlas, amplificarlas. Es lo que consigue esa foto, que veamos toda su lucha áspera como guerrillero, en Sierra Maestra, en el Congo, en Bolivia, que veamos a un hombre que se jugó su vida, y la dio, por sus ideales, que veamos esa verdad, y nunca a un burócrata del pensamiento. Sino que veamos a éste vivo, ardiente, en acción, a través de su mirada encendida, y que nos llama a unirnos a su causa.

Ése es un aspecto central de la importancia de la batalla de las ideas en el terreno de la cultura, y me atrevo a decir que también en el terreno político, el de saber transmitir nuestra verdad, toda nuestra humanidad, y nuestra pasión por esa verdad y esa humanidad; como lo hace el rostro del Che en la foto de Korda.

Miguel Usabiaga: Escritor, Arquetecto,.Director de Herri

 

 

 

«Coyuntura»

«Coyuntura»

«Coyuntura»

Pero esta coyuntura no nos debe frenar sino todo lo contrario.
Es necesario que el PCE y las y los comunistas sigamos cohesionando el espacio político e impulsando la política de convergencia de la izquierda y la unidad popular.

Cuando dábamos por concluida la peor fase de
la pandemia de la COVID-19 y remontábamos los índices de empleo y actividad económica, la guerra en Ucrania nos enfrenta a una nueva crisis humanitaria y política con igualmente complicadas consecuencias laborales económicas y sociales.

La más grave, la crisis energética provocada por el incremento de los precios de los hidrocarburos, especialmente el gas y el petróleo, y el consecuente y abusivo incremento de las tarifas eléctricas, debido al segmentado sistema europeo de cálculo de la tarifa eléctrica, que tarifica toda la energía eléctrica según el más caro de los componentes de su obtención.

A pesar que el desempleo ha bajado a índices que no se conocían en España desde hace más de 15 años y que, debido la reforma laboral, ya más del 50% de los contratos de trabajo en nuestro país son contratos estables, una inflación desorbitada debido al incremento de la electricidad está a punto de provocar una peligrosa situación de estancamiento económico que, sin duda, dificultará la intensificación de las políticas de mejora de las condiciones de vida de los trabajadores.

Paralelamente en todo el mundo se expanden y avanzan las fuerzas políticas de la ultraderecha que ya han consolidado importantes espacios de gobierno en Europa, como es el caso en Polonia, Hungría, y Austria. El avance del neo fascismo, la ultraderecha y el autoritarismo pone nuevamente en riesgo todas las conquistas obreras, populares y democráticas de los últimos cien años y nos muestran que incluso los derechos que creíamos más consolidados deben ser defendidos permanentemente, frente a los intentos de las oligarquías de acabar con ellos.

Los avances de la izquierda en España en los últimos años, como consecuencias de procesos de convergencia política surgidos después de las movilizaciones del 15 de mayo del 2011 contra la crisis económica iniciada en 2008, han sido contestados por las oligarquías económicas con el impulso a nuevas fuerzas políticas en la derecha. El objetivo ha sido contrarrestar y frenar el avance del espacio político de Unidas Podemos, una de las pocas expresiones de la izquierda transformadora en gobiernos de la Unión Europea.

Hoy en España el acceso de la ultraderecha a los gobiernos es una realidad, por primera vez después el fin de la dictadura franquista, con la constitución del gobierno de coalición del Partido Popular y Vox en Castilla y León.

Paralelamente, hemos asistido a un rápido y traumático cambio de liderazgo en el Partido Popular ante la evidencia de que la deriva protagonizada por Pablo Casado podía llevar a su partido a la pérdida de la hegemonía política en la derecha en favor de Vox. No deja de llamar la atención que la excusa para proceder el golpe de mano interno para la sustitución de la dirección del Partido Popular haya sido la denuncia por su ex presidente de un grave caso de corrupción protagonizado por la familia de Isabel Díaz Ayuso.

El Partido Popular es estructuralmente corrupto y sus lideres son incapaces de sustraerse a la dinámica de apropiación de lo publico para sus intereses particulares, máxime cuando parece que sus permanentes corruptelas no le suponen un coste

electoral. La nueva dirección de Feijóo ha cambiado sus formas y el tono, pero sigue siendo el mismo Partido Popular que mantiene la estrategia de coordinación con la ultraderecha. El acuerdo de Gobierno en Castilla y León se ha sellado ya estando el Partido Popular bajo el control de Feijoo.

La ultraderecha expande su discurso político y cultural sin complejos y lo más peligroso es que ese discurso arraiga entre importantes sectores sociales, no necesariamente pertenecientes a las oligarquías económicas ni a las clases más altas. Expanden permanentemente un discurso antisindical y contra los derechos de los trabajadores y de las mujeres. Desprestigian a toda expresión de organización social, tachándola de “chiringuitos”. Para la ultraderecha cualquier derecho conquistado por las clases populares, incluso los generalizados a cualquier sector social, pueden ser anulados si obstaculizan el mantenimiento de los privilegios de las minorías económicas y las élites sociales.

La nueva dirección del Partido Popular ha hecho bandera política de dos propuestas, las medidas de apoyo a las familias y otra consistente en bajar los impuestos, renunciando a recaudar entre los que más tienen en un momento de intensificación de la crisis económica y social

El discurso populista de recortes fiscales oculta el negativo efecto que tendrían esas bajadas de impuestos para las clases medias y populares, trabajadores todos ellos, y en contra posición, los efectos positivos que tendría para todos aquellos que tengan ingresos o salarios superiores a 50.000 euros al año. En el primer caso las propuestas de Feijoo apenas suponen una reducción de 30 euros en la cuota a pagar en la declaración de IRPF, mientras que en el segundo segmento el de los que ingresan más de 50.000 euros al año esa reducción de la cuota fiscal a abonar superaría con los 1.000 euros.
Lo que en ningún momento aclara el Partido Popular es las partidas de los Presupuestos del Estado, y en especial de ayudas sociales o laborales, qué va a dejar de financiar en caso de que pudiera aprobar sus reducciones en la recaudación fiscal. ¿Acaso pretende dejar sin efecto o rebajar las prestaciones familiares y de cuidados por hijos de que disfrutan los padres y madres de este país desde la constitución del gobierno de coalición? ¿Piensa recortar los bonos energéticos para familias vulnerables o el dinero disponible y destinado a el abono de salarios de los trabajadores cuyas empresas se han acogido a los ERTES? ¿O quizás va a eliminar el ingreso mínimo vital o a reducir el importe de la prestación por desempleo?

Una reforma fiscal que únicamente explica la reducción de recaudación pero que no dice cuáles son los recortes en prestaciones y derechos que provocaría, no cabe duda que es una reforma fiscal que no atiende las necesidades de las clases trabajadoras ni de las familias.
El PCE e IU debemos impulsar que Unidas Podemos intensifique el trabajo en el gobierno de coalición para que el PSOE levante cualquier impedimento para la inmediata aprobación de la Ley de Vivienda que permite la regulación del precio máximo de alquileres, de la Ley de Familias propuesta por el Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030, o de una reforma fiscal progresiva, que haga que paguen mas quienes mas ingresan. Y debemos conseguirlo rápidamente para evitar la utilización demagógica de cualquiera de estas reivindicaciones por la nueva dirección del Partido Popular.

Hoy ha quedado acreditada la falsedad de las agoreras advertencias de las tres derechas sobre las negativas consecuencias que sobre el empleo tendrían las subidas del salario mínimo interprofesional hasta los 1.000 euros o la reforma laboral. El Partido Popular, Ciudadanos y VOX, las organizaciones empresariales y la banca, llegaron advertir que la subida del SMI destruiría empleo, cuando la realidad es que en estos momentos España tiene el desempleo más bajo desde 2008, a pesar de la pandemia y la guerra.

También advirtieron de los supuestos efectos perniciosos de la reforma laboral, intentando incluso quitarle la dirección del proceso de diálogo social al Ministerio de Trabajo de Yolanda Díaz. Tres meses después de haberse aprobado en el Parlamento ya hay más trabajadores indefinidos que temporales en España. Pero la ampliación de los derechos sociales y laborales debe continuar en lo que resta de legislatura con la perspectiva de impedir que los incrementos causados por la subida del salario mínimo o la recuperación de la prevalencia de los convenios sectoriales sobre los de empresa -acordado en la reforma laboral- queden sin efecto real debido a una elevada inflación. Por eso es imprescindible alcanzar un acuerdo de revisión salarial entre los sindicatos y la patronal, acuerdo al que sin duda debe a contribuir el gobierno de coalición.
Una hipotética negativa de la patronal a cerrar dicho acuerdo debe impedirse con la convocatoria de movilizaciones laborales y sindicales que muestren que establecer mecanismos de revisión salarial claros y trasparentes es una reivindicación justa y ampliamente apoyada por trabajadores y trabajadoras, el único mecanismo para impedir que la crisis energética y la inflación provocada por la guerra de Ucrania dejen sin efectos las conquistas conseguidas por la clase obrera en estos tres últimos años.

Y para ello, no cabe duda que es imprescindible acabar con la guerra en Ucrania de forma inmediata. Una guerra en la que realmente se están enfrentando en suelo europeo dos de las principales potencias militares: los Estados Unidos y Rusia.
Rusia continúa financiando la guerra mediante la venta de gas a la Unión Europea, a pesar de las sonoras declaraciones de esta institución advirtiendo sobre sanciones económicas a Rusia, sanciones que en la práctica están devastando la economía de los países europeos que las han acordado, cómo se comprueba con la subida del precio de la electricidad y la consiguiente espiral inflacionista que afecta duramente a las clases trabajadoras.

A su vez, la guerra se ha convertido ya en un gran negocio para la industria armamentística y en especial en un gran negocio para los Estados Unidos, siempre ocupados en incrementar las ventas e ingresos de su poderoso conglomerado militar-industrial. También los Estados Unidos están utilizando este conflicto para incrementar su venta de gas a los países europeos.

España ya tiene desde marzo de 2022 como principal proveedor de gas a los Estados Unidos, a pesar de tratarse de un gas obtenido mediante fracking, técnica sumamente destructiva para el medio ambiente y que necesita un transporte a larga distancia desde EEUU a Europa, que incrementa la huella de carbono e incrementa el precio final por su previa licuación para el transporte y su posterior regasificación
Hay amplio acuerdo en reconocer que la sociedad española se sitúa muy mayoritariamente a favor del reconocimiento del derecho a la libre determinación del Sahara y a encontrar una solución al actual conflicto que garantice el reconocimiento de la independencia de la República Árabe Saharaui Democrática. Por ello resulta más incomprensible que en estos momentos el PSOE haya decidido ser la única fuerza el escenario político español – como se comprobó con la fijación de postura por el Congreso a favor del derecho de libre determinación saharaui- que haya variado su posición respecto al apoyo de las resoluciones de las Naciones Unidas como la via mas realista y acorde con la legalidad internacional para solucionar el conflicto. Y precisamente este incomprensible giro se produce en el momento en que mas falta hace certeza sobre el mantenimiento del suministro del gas procedente de Argelia a España, suministro que ya se ha complicado por sumarse el PSOE a la posición unilateral de Marruecos y confrontar gravemente por ello con Argelia, el país que hasta hace un par de meses era el principal suministrador y más cercano de gas a España.

En esta coyuntura es realmente irresponsable que haya lideres políticos hablando de que la guerra en Ucrania puede durar años, justificando así los envíos de armas y criticando simultáneamente -por ilusos en el mejor de los casos y por pro rusos en el supuesto más torticero- a quienes critican la prolongación del conflicto y piden urgentemente la paz

Hace unos días la ministra de Defensa, Margarita Robles, nos sorprendía preguntando en público si la ministra de Unidas Podemos Ione Belarra iba a convencer a Putin para acabar con la guerra. La ocurrencia de Robles resulta más inoportuna aún considerando el actual escándalo sobre la posible escucha por parte del CNI a decenas de políticos catalanes y vascos, entre otras personas, actuación nada respetuosa con los derechos fundamentales y que aún no ha tenido explicación política alguna por la ministra de Defensa. A mayor abundamiento, es una provocación política espiar a los propios aliados de legislatura, es decir, a las fuerzas políticas con las que es necesario alcanzar permanentemente acuerdos para aprobar en el Congreso de los Diputados los proyectos de leyes remitidos por el Consejo de Ministros del Gobierno de coalición.

En todo caso, no es a los ministros o ministras de Unidas Podemos a quienes corresponde acabar con la guerra. Es la comunidad internacional a través de sus instituciones, gobiernos y en especial ministros y ministras de exteriores, quienes deben poner sobre la mesa de forma inmediata un plan de paz viable, iniciativa que debería estar impulsada y liderada por las Naciones Unidas y la OSCE. Un plan de paz que contemple el cese el fuego inmediato y el respeto por todas las partes contendientes al derecho internacional humanitario, es decir tanto a la población civil afectada por el conflicto como a los propios combatientes si quedan en situaciones de fuera de combate.

No cabe duda de que la única solución viable y duradera consiste en alcanzar un acuerdo que establezca garantías de seguridad compartida y cooperación civil sincera para todos y entre todos los países de Europa, por supuesto incluyendo a Rusia. Solo así será posible el fin de esta guerra y prevenir futuros nuevos conflictos. La misma solución que la comunidad internacional alcanzó, con una directa intervención de Naciones Unidas, en 1962 para acabar la denominada crisis de los misiles provocada por el intento de la Unión Soviética de desplegar armamento ofensivo a corta distancia de los Estados Unidos. Tan entendible resulta que la comunidad internacional garantizara en su dia que los Estados Unidos no iban a encontrarse con armamento desplegado por la Unión Soviética en sus fronteras, como debería resultar ahora que Rusia no debe soportar armamento desplegado por la OTAN en sus proximidades ni un cerco de la OTAN en sus fronteras.

Esta guerra podía haberse evitado por previsible, al ser consecuencia de la permanente expansión de la OTAN hacia Rusia desde la desaparición de la Unión Soviética tal y como nos han recordado muchas voces, incluso el anterior secretario general de la OTAN, el español Javier Solana.

Este análisis de coyuntura describe las situaciones mas difíciles y contradictorias que hemos soportado en los últimos meses. Como era de esperar cuando decimos conformar un gobierno de coalición, han sido múltiples los problemas que hemos enfrentado en una legislatura en la que la izquierda llega por primera vez a un gobierno desde la República, en una posición además de minoría. Más difíciles de gestionar esas contradicciones si cabe por la debilidad del propio espacio político de Unidas Podemos y la diversidad de actores y pensamientos que ahí confluyen.

Pero esta coyuntura no nos debe frenar sino todo lo contrario. Es necesario que el PCE y las y los comunistas sigamos cohesionando el espacio político e impulsando la política de convergencia de la izquierda y la unidad popular. En los próximos meses hay que poner en marcha el proceso político que supere los actuales limites de Unidas Podemos, su ensanchamiento, que requiere vincular a mucha mas gente, partidos y colectivos, que han estado o no dentro de UP a lo largo de todo el ciclo político anterior. Un proyecto más amplio donde volver a encontrarnos y que sea capaz de ilusionar y estimular la participación política de muchos sectores de nuestra sociedad que necesitan una herramienta renovada para organizarse.

Enrique Santiago: Secretario General del PCE